La madre de Ámbar estaba muy enferma. Vivían, y sobrevivían, solas las dos desde que ella tenía memoria, nunca conoció a su padre, pero ahora, los pocos trabajos que ella lograba conseguir, apenas cubrían los gastos de internación. Se estaba desesperando y el tiempo se agotaba. Estaba cursando su carrera en el turno de la noche, para no perder sus estudios, y trabajando como mesera en un café y vendedora en una tienda durante el día.Terminaba completamente agotada, pero no tenía otra opción. Su madre empeoraba cada día y era la única que estaba a su lado para ayudarla.Estaba sumida en sus pensamientos y preocupaciones, pensando qué alternativas tenía, hasta que Carla, una compañera de clase, le dio una idea.-Oye, tú eres guapa, sensual, tienes buenas curvas… ¿Sabes bailar?-Claro, de pequeña tomé clases, era uno de mis sueños, me dejo llevar por la música y me transporta. Realmente lo disfruto.-Entonces, creo que conozco el trabajo perfecto para tí. -¿En serio? ¿Dónde es? ¿De q
Marco Rizzo era el heredero de un enorme imperio empresarial. Rico y muy apuesto, el último año se había vuelto el soltero más codiciado del país. Alto, musculoso y con un rostro anguloso enmarcado por un sedoso y brillante cabello negro. Sus ojos dorados lo hacían lucir a menudo como un ave rapaz al acecho, sobre todo cuando estaba enojado.Y ese día, la rabia lo estaba carcomiendo por dentro.Con casi treinta años, él recibía la presión de su padre por casarse con alguna mujer insulsa de la alta sociedad y tener un heredero. De lo contrario, su padre legaría todos sus bienes a su hermano menor, Alex, quien ya tenía dos hijos y una mujer sumisa que sólo sabía gastarse el dinero.Marco prefería viajar, hacer deporte y tener sexo casual. No estaba listo para comprometerse con nadie. Ninguna de las mujeres que su padre quería para él, le movía un pelo en lo más mínimo, y eso a pesar de haberse acostado ya con ellas.Ahora, su progenitor le había exigido que arreglara sus asuntos ese año
Ámbar llevaba una semana trabajando en el club. Realmente había hecho una gran diferencia en su día a día. Si no pensaba mucho en el hecho de estar expuesta y semidesnuda constantemente, era tolerable.Cuando la incomodidad la invadía o alguien le hacía una insinuación obscena, simplemente se concentraba en pensar en las facturas del hospital que por fin iba logrando pagar. Sin embargo, el médico de su madre le había sugerido un nuevo tratamiento para su enfermedad, que, aunque era terriblemente costoso, cambiaría totalmente su calidad de vida, permitiéndole sentir un gran alivio.Las demás bailarinas, o la mayoría, la habían recibido con cordialidad, aceptándola en un grupo en el que había bastante camaradería. Sobre todo, porque Carla (alias Melody) era muy querida en el grupo. Como era la favorita del señor Franz, cuando necesitaban algo, ella solía ser la portavoz y de esa manera lograban resolverlo.Así que en realidad, no tenía motivos para quejarse. A ese ritmo le llevaría bas
El señor Franz llamó a Sol a su oficina y le explicó cómo era la situación.-Prepara una habitación privada, pero que Eliot se quede en la puerta, por seguridad para la chica. Aunque el señor Rizzo es de renombre, nunca confío en nadie. Nunca. Y esa chica atrae mucho público, es una mina de oro. Habla con Blue, pero no le des detalles. Realmente no creo que sea del tipo que acepta esos tratos, apenas si se atreve a salir al escenario… pero no perdemos nada con probar.Sol fue a preparar el lugar y luego a hablar con Ámbar para contarle lo que sucedía, sin especificar nada. Ella tampoco creía que aceptara, aunque Blue necesitaba mucho ese dinero. -¿Pero, qué quiere de mí esa persona?-No lo sé linda, supongo que… lo usual, lo que busca un hombre de dinero en una mujer bonita como tú… una oportunidad… realmente no sé, estoy especulando. Tendrás que hablar con él para averiguarlo. Ella abrió mucho los ojos.-No quiero hablar con ese hombre, no soy una… una prostituta. Sólo me gusta bai
Ella se giró para mirarlo a los ojos, no estaba segura de que fuera buena idea quedarse allí con ese hombre.-Mire, señor Rizzo, no estoy interesada en ningún convenio de índole… sexual. Seré anticuada, pero espero al menos estar un poco enamorada del hombre a quien… me entregue por primera vez. Además… no tengo la experiencia que seguramente usted podría apreciar mejor… Sólo… bailo. Nada más. -Si, no se preocupe, eso ya lo comprendí. Verá, señorita Blue…-Ámbar… es mi nombre real. Ámbar Rice.-Bien… Ámbar. Resulta que hoy mi padre me dio un ultimátum que me tuvo todo el día bastante nervioso, como bien lo habrá notado hace un momento. Usted me agrada, a pesar de mi mal comportamiento fue comprensiva sin dejar de ser firme. La exigencia de mi padre es que yo debo tener una pareja estable este año, pero no tengo ni las ganas ni el tiempo para formar pareja real, para conseguir un interés… romántico. Ninguna de mis "amigas" me interesan para eso y temo que cualquier vínculo con ellas p
-Ámbar, todo arreglado. Recoge tus cosas. Te vienes conmigo.Marco Rizzo estaba acostumbrado a dar órdenes, sobre todo si había dinero de por medio. Su voz sonaba dura e inflexible. Ámbar se cruzó de brazos y clavó sus ojos turquesa en él. -¿Perdón? Esto será un trabajo difícil si arrancamos con esos modos. -¿A qué te refieres?-Deberíamos tratarnos de otro modo si simularemos ser una pareja de enamorados. Será más fácil cuando estemos en público. ¿No crees?... además… No me gusta que me trates como un objeto que compraste. Marco la miró con fastidio en los ojos, pero ella le sostuvo la mirada. Él tenía que reconocer que Ámbar tenía razón. Debía acostumbrarse a tratarla de otro modo.Lo sorprendía que la chica que parecía tímida y fácil, resultara ser firme e inteligente. Eso aumentaba las posibilidades de que el trato funcionara. Entonces se ablandó un poco.-Bien… es verdad. Me disculpo. Ve a buscar tus cosas, si es que tienes algo aquí. Nos iremos esta noche a mi casa. ¿Tienes
Una de las jóvenes le habló.-Por aquí señorita Rice, su habitación está lista. Ámbar las siguió en silencio, era muy tarde, pero ella estaba habituada al horario nocturno debido a su trabajo, o por las clases, o las visitas a su madre en horas inusuales. Por lo tanto, aún no tenía sueño, sumado a la excitación por la novedad.Mientras caminaban, se decidió a hablar.-Disculpa…La chica se dio vuelta.-¿Sí señorita?-¿Cómo te llamas? -Julia.-Si no estás muy cansada… ¿sería posible que me cuentes un poco sobre la mansión?-Claro señorita, no será problema. Probablemente la chica tampoco le diría si estaba cansada. -O puede ser mañana, no te preocupes. Sé que es tarde…-Como desee… bueno, aquí llegamos.Julia abrió la puerta de la habitación. -Oh, por todos los cielos…Era preciosa. Enorme y lujosa. Nunca había estado en un lugar así.La chica le hablaba. -En el vestidor tiene algo de ropa, por aquí su baño privado, por allá puede acceder al balcón, el suyo tiene vista hacia el
-Eso estuvo bien Ámbar. Sabía que eras una buena elección. -Parece que las clases de danza y teatro tuvieron más provecho del que creía. Pensar que mi madre decía que era una pérdida de tiempo.Ambos se sonrieron. Había quedado cierta tensión sexual, así que el humor ayudó a disiparla.-Bien, ¿qué asunto privado debíamos tratar?-Tengo el contrato armado por el abogado, para que firmes. Allí especifica todo lo que acordamos, además de una cuenta en la que se te depositará un sueldo mensual por cada mes que finjas ser mi novia.-¿Fue muy difícil trasladar a mamá?-En lo absoluto, pero preguntó mucho por ti. Yo hoy trabajo en casa porque es sábado, pero tu chofer, Mario, puede llevarte a verla a la hora que desees. Aquí está el contrato. Marco puso los papeles sobre la mesa.Ella los firmó sin leer.-¿Por qué no lo leíste?.-Porque confío en tí.-No deberías.-¿Ah no? ¿Y eso por qué?-Porque no deberías confiar en nadie. Ya deberías saber cómo funciona el mundo. -Créeme, lo sé. Pero