Ella se giró para mirarlo a los ojos, no estaba segura de que fuera buena idea quedarse allí con ese hombre.
-Mire, señor Rizzo, no estoy interesada en ningún convenio de índole… sexual. Seré anticuada, pero espero al menos estar un poco enamorada del hombre a quien… me entregue por primera vez. Además… no tengo la experiencia que seguramente usted podría apreciar mejor… Sólo… bailo. Nada más.-Si, no se preocupe, eso ya lo comprendí. Verá, señorita Blue…-Ámbar… es mi nombre real. Ámbar Rice.-Bien… Ámbar. Resulta que hoy mi padre me dio un ultimátum que me tuvo todo el día bastante nervioso, como bien lo habrá notado hace un momento. Usted me agrada, a pesar de mi mal comportamiento fue comprensiva sin dejar de ser firme. La exigencia de mi padre es que yo debo tener una pareja estable este año, pero no tengo ni las ganas ni el tiempo para formar pareja real, para conseguir un interés… romántico. Ninguna de mis "amigas" me interesan para eso y temo que cualquier vínculo con ellas podría tener… malas consecuencias para mi, por ejemplo, que crean que voy en serio…Ella no entendía a qué iba con toda esta explicación.-¿Y por qué me cuenta todo ésto? ¿Qué tengo que ver?-Es claro que usted necesita dinero, no le interesa el sexo- "por ahora"- y es muy atractiva. Por otro lado, yo necesito una mujer a mi lado, preferentemente desconocida para que la prensa rosa no infle demasiado la relación con rumores, vínculos empresariales, etcétera…Ámbar comenzó a entender a dónde quería llegar Marco.-Deténgase… no creo que sea una buena idea.-Piénselo… yo le ofrezco todo el dinero que necesite, nuevas ropas y joyas para que luzca al nivel esperado en la mujer que me acompaña, una habitación en mi mansión, chofer, empleados…-No es sólo eso, señor. No quiero dejar mi carrera y…-No será necesario, no te pido que dejes los estudios. Sólo debes ser mi novia para el resto del mundo. Tampoco te exigiré otra cosa. Incluso firmaremos un contrato.Por supuesto, Marco esperaba que, con el tiempo, ella cediera para acostarse con él, pero eso no lo dijo en voz alta.-El dinero, dijiste que lo necesitabas mucho… dime, ¿para qué lo necesitas?.Ella miró al suelo. Era extraño seguir confesándole secretos a ese desconocido que tenía delante.-Es… mi madre. Está muy enferma y hay un nuevo tratamiento, muy costoso. Está internada, lo cual también es un gasto importante por día.-Pues la trasladaremos al mejor hospital, con todos los gastos y tratamientos pagos. En un lugar de categoría para que puedas visitarla.A ella le brillaron los ojos. Eso sería tan perfecto. Era como un sueño luego de tantos años.Sin embargo, sentía que había muchos puntos sueltos.-Pero… yo no soy… de su clase social, ¿no sería un problema para su padre? ¿O para saber cómo desempeñarme en público?-¿Qué estudias?-Diseño…-Pues serás una diseñadora que conocí en un viaje de negocios en otro país, con la que tuve una relación a distancia éstas últimas semanas, pero que decidió mudarse para estar cerca y hacer avanzar la relación. La diferencia de países podría explicar el hecho de que no te conocen en la alta sociedad o que tengas "costumbres excéntricas". Fingiremos estar muy enamorados. Que en mi familia no queden dudas que vamos en serio. Tal vez un compromiso en unos meses… ¿Qué dices? ¿Acaso no es perfecto para ambos?-Sí, suena bien. Pero tengo un contrato con el señor Franz…-Yo me encargo de eso. ¿Entonces? ¿Aceptas?Realmente era una oferta tentadora. Sonaba un poco arriesgado, sobre todo por estar cerca de ese hombre. Si cualquier otro se hubiera apenas acercado a ella del modo que lo hizo Marco, habría llamado a Eliot enseguida. Pero este hombre la había paralizado con su mirada, su aroma, su calor, y la evidente potencia física. Ir a su casa sería meterse en la boca del loboPor otro lado, su madre sería llevada al mejor hospital y con los mejores médicos y cuidados. Era difícil rechazar eso. Habría hecho lo que fuera por conseguirlo. Tal vez incluso perder su virginidad con Marco, si no se hubiera asustado tanto.Pero ahora, no necesitaba hacerlo. Incluso no tendría que trabajar y podría pasar más tiempo con su madre.-Acepto. Si usted puede solucionar lo de mi contrato con Moonlight, y me asegura por escrito que mi madre recibirá todos los cuidados que necesita, fingiré ser su novia.-Perfecto, empecemos por tutearnos Ámbar. Voy a hablar con Franz y vuelvo. No puedes volver a bailar aquí, vienen muchos hombres que quizá te reconozcan luego.Él se puso de pie y se acercó. Le corrió un mechón de cabello que le cruzaba la frente, y la miró a los ojos mientras tocaba su mejilla cálida.-Aunque de cerca, y sin las luces del escenario ni el maquillaje cargado… luces muy diferente. Eres más hermosa aún.Ámbar notó que había dejado de respirar. No podía quitar la mirada de esos ojos de águila y esa boca redondeada y deseable, como la de un dios griego.-Quédate aquí. Ya regreso.Ella logró responder:-Es… Está bien… señor, digo, Marco. Te espero.Marco fue a la oficina de Franz y golpeó la puerta.-Adelante.-Permiso señor Franz.-Lo noto más calmado señor Rizzo. Tome asiento.Marco se sentó frente al escritorio.-Es verdad. Me disculpo por mi arrebato. Tuve un pésimo día.-¿Y cómo es que mejoró?-Resulta que su chica Blue, no aceptó mi oferta inicial, pero me será útil para resolver otro de mis problemas. Por lo tanto, tendrá un contrato conmigo a cambio de solucionarle sus problemas económicos. Podrá ver cuál es mi dilema aquí.-Por supuesto, Blue tiene un contrato conmigo.-Exacto.-¿Y cómo propone resolverlo?-Dígame usted, ¿qué necesita para dejarla ir?-Pues es simple. Ella me hace ganar mucho dinero, supongo que por una suma razonable, puedo sacrificar este año de ganancias.-Perfecto. Dígame la cifra y se la transfiero ya mismo… y me llevo a Ámbar conmigo esta noche.El señor Franz no quería dejarla ir tan fácilmente, pero tampoco podía desperdiciar la oportunidad de hacer un trato tan beneficioso.No sólo era el dinero, el magnate poderoso, Marco Rizzo, le debería un favor a Franz después de esta noche, y eso podía ser realmente útil en su mundo. Algún problemilla con la ley, o con alguno de los socios de Rizzo, o simplemente información extra en algún negocio.De cualquier modo, pareciera que todos ganaban en ésta transacción.La chica era buena, pero tenía más bailarinas. No entendía por qué Marco se había encaprichado de ese modo, pero él no sería tan tonto como para dejarlo pasar.-Bien, señor Rizzo- le dijo tendiéndole la mano- Al parecer tenemos un trato. Espero que no se olvide la flexibilidad que he tenido esta noche con usted.-Por supuesto, soy un hombre con buena memoria para amigos… y enemigos.-Ámbar, todo arreglado. Recoge tus cosas. Te vienes conmigo.Marco Rizzo estaba acostumbrado a dar órdenes, sobre todo si había dinero de por medio. Su voz sonaba dura e inflexible. Ámbar se cruzó de brazos y clavó sus ojos turquesa en él. -¿Perdón? Esto será un trabajo difícil si arrancamos con esos modos. -¿A qué te refieres?-Deberíamos tratarnos de otro modo si simularemos ser una pareja de enamorados. Será más fácil cuando estemos en público. ¿No crees?... además… No me gusta que me trates como un objeto que compraste. Marco la miró con fastidio en los ojos, pero ella le sostuvo la mirada. Él tenía que reconocer que Ámbar tenía razón. Debía acostumbrarse a tratarla de otro modo.Lo sorprendía que la chica que parecía tímida y fácil, resultara ser firme e inteligente. Eso aumentaba las posibilidades de que el trato funcionara. Entonces se ablandó un poco.-Bien… es verdad. Me disculpo. Ve a buscar tus cosas, si es que tienes algo aquí. Nos iremos esta noche a mi casa. ¿Tienes
Una de las jóvenes le habló.-Por aquí señorita Rice, su habitación está lista. Ámbar las siguió en silencio, era muy tarde, pero ella estaba habituada al horario nocturno debido a su trabajo, o por las clases, o las visitas a su madre en horas inusuales. Por lo tanto, aún no tenía sueño, sumado a la excitación por la novedad.Mientras caminaban, se decidió a hablar.-Disculpa…La chica se dio vuelta.-¿Sí señorita?-¿Cómo te llamas? -Julia.-Si no estás muy cansada… ¿sería posible que me cuentes un poco sobre la mansión?-Claro señorita, no será problema. Probablemente la chica tampoco le diría si estaba cansada. -O puede ser mañana, no te preocupes. Sé que es tarde…-Como desee… bueno, aquí llegamos.Julia abrió la puerta de la habitación. -Oh, por todos los cielos…Era preciosa. Enorme y lujosa. Nunca había estado en un lugar así.La chica le hablaba. -En el vestidor tiene algo de ropa, por aquí su baño privado, por allá puede acceder al balcón, el suyo tiene vista hacia el
-Eso estuvo bien Ámbar. Sabía que eras una buena elección. -Parece que las clases de danza y teatro tuvieron más provecho del que creía. Pensar que mi madre decía que era una pérdida de tiempo.Ambos se sonrieron. Había quedado cierta tensión sexual, así que el humor ayudó a disiparla.-Bien, ¿qué asunto privado debíamos tratar?-Tengo el contrato armado por el abogado, para que firmes. Allí especifica todo lo que acordamos, además de una cuenta en la que se te depositará un sueldo mensual por cada mes que finjas ser mi novia.-¿Fue muy difícil trasladar a mamá?-En lo absoluto, pero preguntó mucho por ti. Yo hoy trabajo en casa porque es sábado, pero tu chofer, Mario, puede llevarte a verla a la hora que desees. Aquí está el contrato. Marco puso los papeles sobre la mesa.Ella los firmó sin leer.-¿Por qué no lo leíste?.-Porque confío en tí.-No deberías.-¿Ah no? ¿Y eso por qué?-Porque no deberías confiar en nadie. Ya deberías saber cómo funciona el mundo. -Créeme, lo sé. Pero
Ámbar llegó al hospital. Apenas entró y se presentó en la recepción, la trataron como si fuera de la realeza. Marco Rizzo era un hombre muy poderoso, y había dejado claro que ella y su madre debían recibir lo mejor.-Señorita Rice, qué honor recibirla hoy en nuestro humilde establecimiento.Realmente ese lugar no tenía nada de humilde. Era amplio, luminoso, con profesionales inmaculados yendo y viniendo.-Muchas gracias por recibirme, espero que no sea inconveniente haber venido sin avisar. -En lo absoluto, el señor Rizzo dejó claro que nos aseguráramos de que usted pudiera venir cuando lo deseara. Si me acompaña, ahora mismo la llevaremos a la habitación de su madre. Afortunadamente se encuentra despierta, a primera hora tuvo la primera sesión de su nuevo tratamiento. -¿Despierta?- eso no era lo usual- ¿Y está seguro que no es pronto para visitas?-Para nada, señorita Rice. Ya lo verá usted misma.El médico la guió hacia el ascensor. -Por aquí, su madre está en el último piso, hab
Por alguna razón, Ámbar no vió a Marco en todo el día. Parecía que la estaba evitando.Primero, cuando llegó a la mansión a la hora del almuerzo, Julia le dijo que el señor Rizzo había dejado indicaciones para que le sirvieran su comida en el dormitorio, con lo que ella estuvo de acuerdo.Se dio un baño relajante, y almorzó tranquila en el hermoso balcón. Luego le solicitó a la diligente empleada que por favor, le hiciera un recorrido por aquellas partes de la casa que tuviera permitido conocer. Así fue como descubrió la hermosa biblioteca, el salón gigante que servía para eventos, la sala de juegos, con un bar, la lujosa piscina climatizada y la piscina enorme del patio trasero, junto a la glorieta y hasta una pequeña sala de cine.Decidió volver a la biblioteca, elegir uno o dos libros e ir a su dormitorio a revisar la información y los programas de su nuevo lugar de estudios, para más tarde prepararse con tiempo para la cena. Esa actividad la mantendría ocupada para no estar tan
Los empleados de la mansión habían preparado una lujosa cena en el comedor principal. Julia le había dicho que el señor Rizzo dio la orden de que esperara en su habitación hasta que la buscaran, cuando los invitados hubiera llegado.Tenía un nudo en el estómago mientras esperaba, haciendo especulaciones, imaginando cómo serían sus falsos suegros.Al cabo de una hora, que le pareció eterna, Julia la fue a buscar y la llevó al comedor por un camino distinto. Se encontró de repente frente a una escalera que descendía directo al comedor (¿Cómo no la había notado antes?). Ella descendió con la gracia de una pantera, nerviosa, pero con el control de su cuerpo conseguido gracias a la danza y el teatro. Sus caderas se balanceaban ondulantes mientras controlaba sus altos zapatos de tacón.Llevaba un vestido plateado que brillaba con pequeños apliques de piedras aguamarina en el escote, algo pronunciado, largo hasta la rodilla pero de corte irregular, dejando expuesta una parte de su muslo pe
Marco se puso de pie a espaldas se ella, sujetándola de la cintura para esconder la creciente erección que Ámbar le había provocado inconscientemente y que, por lo visto, él no era capaz de reprimir, y ambos se despidieron de la familia, con algunos apretones de mano y saludos incómodos.La había tratado de evitar todo el día, pero parecía haber sido peor.Cuando todos se fueron, Marco la tomó de los hombros, forzándola a darse vuelta, y la miró con sus profundos ojos de ave rapaz.Ella sintió que se la podría comer de un bocado, y eso es precisamente lo que él pensaba. Se le alojaban las piernas con sólo sentir el poder de esa mirada. La volvió a besar, muy profundamente, lento, explorándola con la lengua mientras sus manos acariciaban su suave espalda descubierta, haciendo que a ella se le escapara un gemido. Él gruñó guturamente como respuesta. Ámbar estaba como en un trance, incapaz de detenerlo, enceguecida con las nuevas sensaciones que invadían su cuerpo y lo volvían una masa
Ninguno de los dos pudo dormir muy bien esa noche. Los asaltaban sueños cargados de erotismo.Ámbar sintió su cuerpo casi afiebrado, sin saber muy bien cómo calmarse para poder volver a dormir. Se preguntaba cómo podía su imaginación ser tan detallista con algo que en realidad no había vivido jamás.Marco no se la podía quitar de la cabeza y de la piel, pero había tomado la decisión de irse algunos días y mantenerse ocupado.Sin embargo, a la mañana siguiente desayunaron juntos, temprano, mientras el silencio se hacía insoportable.Ella se sintió en la obligación de hablar. -Si estás de acuerdo, iré a visitar a mi madre para ver cómo sigue.-Está bien.-Tal vez… podría aprovechar para comprar algunas cosas para el fin de semana ¿no crees? -Es cierto. Necesitas traje de baño por ejemplo, y algunos vestidos para el campo.No pudo evitar imaginarla en traje de baño, y su cuerpo respondió al instante.-Claro… eso haré. -Ve de nuevo a la tienda donde compraste el vestido de anoche. Te a