Autopublicado por: ANGÉLICA PLAZA.Título: BLACKGOLDIdioma: Español.Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamos públicos, a pesar de ser un borrador. Tampoco puedes hacer adaptaciones de esta historia.Todos los derechos reservados bajo el código de registro: 1908141684815 ©.Está demás decir, que todos los personajes y los lugares en donde se desarrolla esta historia no existen, son completamente ficticios. Cualquier parecido a la realidad, o persona viva o muerta; es pura coincidencia. También recordarles que cada uno de estos capítulos ha sido escaneado por un programa anti-plagio, de alta calidad y excelentes recomendaciones. No puedes obtener, ni solicitar el archivo PDF; ya qu
Cuando tenía cinco años perdió a su madre en un accidente de tránsito. Provocado por un conductor ebrio que se quedó dormido. Ella iba en la parte trasera del automóvil. Solo sufrió varios rasguños y las dos piernas fracturadas. Fue un proceso duro y agotador, pues se recuperó dos años después. La soledad se convirtió en su mejor amiga. Desde aquel día se había quedado sin familia. Su madre había muerto, y su padre estaba también muerto en vida. Se había sumergido en su trabajo. Él se dedicó a amasar una gran fortuna en el negocio petrolero. Convirtiéndose en el blanco de mujeres de mala reputación. Le conoció muchas novias que solo buscaban una cosa. Dinero, y posición social todas estuvieron de paso, pero solo una pudo llegar a él. Solo una fue la afortunada, Gissel. Quien lo había conocido en una cena benéfica, y desde esa noche se había pegado del brazo de su padre como si fuese una garrapata. Ella tenía dos hijas Mariana y Amanda. Eran igual que ella, unas arpías y sobre todo m
❍[LA NOTIFICACIÓN]❍ Años después ...—¡Feliz cumpleaños! —La voz de Karen, su mejor amiga, retumbaba a través del teléfono celular.—No digas tan alto que te van a escuchar —Alessa le regañó, bajando el tono de su voz. —No me importa, Aless. Solo cumples veintiséis años una sola vez en la vida —le dijo riendo.—Tienes razón —afirmó.—Entonces no tengo más nada que decirte, sólo que iré por ti. Tenemos fiesta en ese club del que todo el mundo habla en la ciudad esta noche.Alessa no tuvo tiempo a nada, su amiga simplemente le colgó la llamada, dejándola un poco confundida y sacudiendo la cabeza. Siguió con lo estaba haciendo. Se desempeñaba en la parte de informática de la empresa petrolera de su padre, pero asignada al departamento de contabilidad. Desde ahí sabía muy bien cómo se movía el dinero. Desde hacía tres años trabajaba en esa posición con un perfil bajo. Aún continuaba su lucha por los derechos a la herencia de sus padres. Que prácticamente había comenzado desde que había
❍[ NOCHE DE PASTEL]❍Ese día llegó muy tarde a su apartamento, la oscuridad y el silencio le dieron la bienvenida. Encendió las luces, y después de cerrar la puerta se quitó los zapatos. Caminó descalza hasta el sofá en donde dejó su cartera, y su chaqueta. Luego se dirigió hasta la cocina, vio en la encimera una manzana. Su estómago gruñó, fue cuando hizo un pequeño recuento de su día. recordó que no había comido en todo el día. Dando un mordisco a la fruta se fue a su habitación. Se daría una ducha con agua caliente, para relajar toda la tensión que había tenido durante la jornada laboral, y luego estaría lista para verse con su amiga Karen.Sabía Dios qué disparate se le había ocurrido a su amiga, para esa noche. Su cumpleaños número veintiséis. Aún era joven, pero se sentía como de cincuenta. Con tantas cosas que habían pasado en su vida que habían madurado antes de tiempo.No había día en que no mirara al cielo, para exclamar lo mucho que le hacía falta su madre. Tampoco un día
❍[LA LLEGADA]❍Alessa suspiró, era la hora de salir de su cueva de ratón que era su zona de confort. También era ya la hora de arriesgarse. El momento de vivir de una vez por todas. ¡Por Dios! Estaba cumpliendo veintiséis años, y durante todo ese tiempo sus experiencias sexuales habían sido un total y completo desastre. Al punto que decidió renunciar a disfrutar la sexualidad en pareja cuando Karen le regaló un juego de tres consoladores. Ya que eran cien veces mejor que los hombres que la abordaban. Aún no sabía porque le había hecho caso a su amiga. Lo cierto era que no podría decirle que no, desde aquella fiesta de cumpleaños número quince. Karen se había convertido en su organizadora de fiestas personales. Cuando el taxi estacionó en frente del club abarrotado de gente se cuestionó una vez más si era una buena idea arriesgarse. —Conozco esa mirada, Caramelito —soltó de pronto su amiga, jalándola del brazo, para mirarla a los ojos—. Tienes cara de arrepentimiento, Aless —negó co
❍[CAZADOR]❍Él la había estado observando, desde que apareció su imagen por casualidad en una de las cámaras de seguridad. Lo que estaba haciendo en ese momento, se llamaba acoso, él lo sabía, y muy poco le importaba. No era nada atípico para el cazador que él era. No sentía ningún tipo de culpa, ella era preciosa. Aquellas piernas torneadas, que resaltaba en aquel jodido vestido. Eran de infarto, y por un instante se las imaginaba alrededor de sus caderas mientras la chica le encajaba los talones en su trasero.Tomó un sorbo de su trago, sacudió la cabeza. No podía creerlo, tenía una semi-erección, no le quedaba duda que se volvería un problema. ¿Qué lo causaba? Gruñó de malestar, cada vez que observaba ondear aquella maldita falda transparente. Si ella fuera suya, no dejaría de ninguna manera que saliera a la calle vestida así. No permitiría que otro hombre deseara lo que era total, y completamente de él. No podía dejar de mirarla. Menos, cuando el hombre alto y rubio se le acercó.
❍[LO OBVIO] ❍Yasir lo miró entrecerrando los ojos, como si no hubiera entendido bien lo que dijo. —¿Qué quieres decir?—Lo sabes perfectamente —se encogió de hombros—. Lo obvio, sé cuando te atrae mucho una mujer, al punto de jugar al gato y al ratón. Él soltó una carcajada, para luego expresar con sorna:—Nunca podré deshacerme de ti. ¿Cierto, hermano? —Ni en tus más remotos sueños —contestó su amigo y confidente. —Ese hombre que está con ella —señaló con el dedo a la pantalla:— ¿Tienen algo?—Hasta ahí no llego, eso vas a tener que descubrirlo por ti mismo —respondió alzando las manos en rendición, y soltando un resoplido. Yasir de nuevo soltó otra gran carcajada.—¡Definitivamente no, Yasir! —exclamó Camilo.—¡¿Qué?! —preguntó de manera inocente—. Aún no te he pedido nada. —Conozco esa risa —su amigo negó con la cabeza. —Envía a su mesa tres botellas del más fino champagne que tengamos.—Y aquí vamos —replicó su jefe de seguridad.—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Yasi
❍[LA CONFIANZA]❍La mujer caminó hasta él y se dejó caer de rodillas a sus pies; comenzó a acariciarlo. Debería ser un poco más fuerte. Un hombre no se mide por la cantidad de sexo que tenga, si no por la responsabilidad que tenga a la hora de hacerlo.—Ya sabes lo que quiero —respondió ella con un susurro relamiéndose los labios.Yasir descruzó las piernas, para darle más espacio. Con voz gutural expresó:—No —negó con la cabeza—, yo no lo sé ¿Por qué no me lo muestras?Triunfante por haber creído que había ganado sonrió.—Claro que te mostraré —esa vez comenzó a acariciar su paquete con mucha destreza, y habilidad le desabotonó su pantalón. Colocó la cabeza sobre sus rodillas—. Te aseguro que lo vamos a disfrutar más que antes, bebé.No podría quitarle mérito. La mujer tenía conocimiento a la hora de dar una mamada. Tenía apretados los dientes. No quería que ella supiera que le estaba dando placer. Sentía como su miembro entraba, y desaparecía en las profundidades de su garganta. Te