El Duque Elías White, estaba en su oficina, revisando las ganancias de su mina de esmeraldas, cuando un joven y muy enojado Cameron ingreso, sin siquiera tocar.
— Padre, debes hacer algo, esto ya es insoportable. — el viejo duque vio a su hijo menor, su cabello blancos se veía desordenado por los rizos, todos ellos eran peliblancos, menos su hija, la dulce Felicia al igual que su difunta madre, tenía el cabello Negro.
— No sé qué es lo que debo hacer, si no me dices que ha pasado. — la calma del mayor era grande, cultivada a través de los años, algo que por supuesto sus jóvenes hijos no tenían, por lo que Cameron suspiro con molestia y lo vio con dureza.
— Como si no supieras quien es la única que trae problemas en esta casa. — murmuro lo suficientemente alto como para que Elías lo escuchara.
— ¿Qué pudo hacer tu hermana si esta con encierro provisorio? — los dientes del joven trinaron y sus ojos se agudizaron.
— Ella no es mi hermana. — especto molesto y ahora fue el turno del Duque de suspirar.
— Cameron, Eleonor…
— Es una vulgar humana, acaba de llamar perra a Iris, no puedes permitir tal atropello, esa humana es una mal agradecida, Iris ha sido su dama de compañía por 10 años y…
— ¿Eleonor no te dijo que fue lo que sucedió? Debe de haber un motivo para que dijera tal cosa. — Elías no era tonto, pero entre las enseñanzas que debían recibir sus hijos, estaba la de saber lidiar con los problemas, aunque era más que evidente que era algo que les costaba mucho, a los tres por igual, aunque claro que Eleonor siempre seria más señalada, al ser solo “un reemplazo” ante los ojos de la sociedad lobuna.
— ¿Decir? Sabes lo mentirosa que es, padre, ya hemos pasado por esto, Eleonor solo sabe mentir y ser grosera, no sé porque aún lleva el apellido White…
— Lo llevara hasta el día que muera. — el duque dejo ver su altura, y Cameron enmudeció, el viejo lobo sí que había aprendido a querer a esa joven como propia, aunque no lo demostrara. — Puede que no la veas como tu hermana, no te obligare a lo contrario, pero Eleonor es una White desde el día que la traje conmigo, eso no cambiara, nunca. — sentencio sin poder evitar que sus ojos negros se volvieran verdes, señal de que su lobo pensaba de igual forma.
Cameron no comprendía la actitud de su padre, para este joven, Eleonor solo era una arrimada y aprovechada, por lo que al ver que no conseguiría nada con Elías, fue con su hermano mayor, Emir.
— Si padre no dijo nada, e Iris no se siente ofendida, no me involucrare. — sentencio el mayor, sin perder de vista los documentos que estaba leyendo, ser el sucesor de la familia no era una carga fácil de llevar.
— Eres el joven duque, tú también puedes castigarla… — alego el menor, comportándose realmente como un niño caprichoso.
— Cameron, la única forma de deshacernos de esa copia barata de Felicia es encontrando a nuestra verdadera hermana. — el más joven de los lobos arrugo sus labio y giro para ver el único retrato de Felicia que había en la sala, cada día le costaba más el recordar el poco tiempo que paso con su pequeña hermana.
— Si padre no pudo encontrarla, no creo que tu puedas. — se lamentó Cameron, deseaba encontrar a su hermana, pero sabía que eso era imposible, ella solo había desaparecido.
— Si padre no pudo encontrarla, fue porque los mejores rastreadores estaban con el rey Eduardo en la guerra de los reinos, guerra que acabo hace dos meses, cuando al fin cayó el reino de los vampiros. — explico con una gran satisfacción, pues por fin, luego de diez años, podía poner en marcha su plan.
— ¿Eso que quiere decir?
— Que ya le pedí al emperador una audiencia para solicitarle un par de rastreadores para encontrar a Felicia. — al fin el rostro de Cameron se ilumino.
— Bien pensado hermano, ahora si nos desharemos de esa basura humana. — el golpe de un bastón silencio a ambos hombres, el duque acababa de entrar a la sala y no le gustó nada de lo que escucho.
— ¿No eras tu quien me pedía un castigo para Eleonor por llamar perra a Iris? Sin embargo, ¿tu si puedes insultar a tu hermana? — indago con dureza viendo a Cameron, quien busco ayuda en su hermano mayor.— Ella no es nuestra hermana, es solo una humana… — Emir se sentía traicionado con el actuar de su padre, él realmente no lo comprendía.— Tu madre también era una humana, ¿o ya no lo recuerdas Emir? — por segunda vez en un día, el lobo de Elías se manifestó, algo que los hizo poner nerviosos, pues su padre podria ser mayor, pero su lobo, era uno de los más poderosos.— Mi madre era la princesa de los humanos… — atino a decir Emir, tratando de marcar una diferencia entre la impostora que ocupaba el lugar de su hermana y su madre.— El primer reino que cayó en manos del rey Alpha. — recordó con amargura Elías, pues él había ayudado a que eso ocurriera. — Tu madre perdió ese título y paso a ser solo una esclava, si no fuera porque la marque como mi compañera, ella hubiera tenido el mis
Antara:Las gotas de agua caían acariciando mi rostro, la temperatura era agradable, y la mano de mi padre aferraba la mía.— Un día tu poder divino será tan grande como el mío. — el gran rey Firuis fijo sus ojos negros en mí, y no pude evitar soltar una risilla como la niña que era.— Pero, padre, ¿de qué hablas? Tu poder no tiene comparación. — alagó conocedora que eso a mi padre siempre le agradaba.— Mi princesa. — rebatió él, acariciando mi negro cabello. — Tu poder será aun mayor que el mío, al igual que tu responsabilidad para con tu gente. — los pasos de mi padre se detuvieron y con ellos los míos, elevo sus manos al cielo y solo entonces vi sobre nosotros.— Papá. — del miedo que me dio ver las nubes negras y como de ellas caía tanta agua, se me olvidaron las formalidades, y eso si hizo sonreír a mi padre.— No debes temer, mi pequeña Antara, nosotros manejamos el agua, no ella a nosotros, no lo olvides, porque si lo haces, muchos perecerán.El rey Firuis agito sus manos y so
El sol iluminaba mi recamara, se podría decir que era casi medio día, aunque no podria determinar cuanto tiempo llevaba dormida, si podía apreciar que mi cuarto estaba rodeado de flores, grandes ramos con notas en las que se deseaba mi pronta recuperación eran de otros aristócratas, y sabía que ninguno deseaba mi pronta mejoría en realidad, si habían enviado algún presente allí, solo era por la reputación que mi padre poseía.— Eleonor. — la voz cargada de alivio me hizo girar, y mi corazón se conmovió, por no solo ver a Elías White, su hijo mayor Emir, también estaba allí y se notaban que poco o nada habían descansado.— Padre. — alcance a pronunciar antes de toser un poco por la resequedad de mi garganta.— Toma, bebe un poco de agua. — el silencio que continuo no fue por mi garganta reseca, sino era la sorpresa de que mi hermano mayor me ayudara así sea en darme un vaso con agua.— Gra- gracias. — me sentía incomoda, no de mala manera, más bien era rareza lo que sentía, nunca antes
El doctor de la familia ingreso junto al duque a la habitación de la joven señorita, mientras los jóvenes White, esperaban fuera, el interés de estar allí no era solo por saber de la salud de Eleonor, mas bien se debía a que ellos habían escuchado con atención y claridad la confesión de Iris, la dama que debía servir a su falsa hermana realmente había atentado contra su bienestar y, aunque para ellos solo era una farsante que estaba usurpando el lugar de Felicia, no podían pasar por alto que la sirvienta había maltratado a un miembro de la familia.— ¿Crees que Eleonor cumplirá con lo pactado? — para Cameron, el hecho de que Eleonor fuera tan noble como para encubrir el actuar e Iris no era posible, pues en la mente del menor de los White, Eleonor no tenia palabra, mucho menos honor.— No lo sé, si debo ser honesto… cada vez entiendo menos. — Emir en cambio, estaba siendo objeto de un sinfín de emociones, entre las cuales predominaba la culpa, no solo por conocer el relato de como Ele
Eleonor:El paseo que había planeado para relajarme por el rosal no fue tal, ya que luego de lo que el duque dijo, tuve que soportar el llanto y arrepentimiento de Iris, aunque para mí, la idea de padre no era mala, mucho menos atroz como insinuaba Iris.— Deja de lamentarte por algo que no es malo, al menos para mí. — le advertí con severidad ya cansada de oírla.— Pero, señorita…— Es lo mejor Iris, aquí, nadie me quiere, solo soy un remplazo para alguien que estoy segura pronto regresara y cuando eso ocurra ¿Qué piensas que harán conmigo? — la mujer frente a mi quedo en silencio, pues ella lo suponía muy bien, me lanzarían fuera de la familia, y yo regresaría a ser una mendiga más en las calles de la ciudad, salvo que ahora no seria una niña que despierte así sea empatía entre los ciudadanos, ahora sería mucho más peligroso al ser una joven en edad de conocer los placeres de la vida y el amor, al menos así me verían esos hombres que tantas veces acosaron a mi difunta madre.— El du
Dos días pasaron desde que Eleonor había despertado, comportándose diferente incluso con quienes aún la trataban mal, algo que ahora era de conocimiento para los jóvenes White, pues ellos habían permanecido atentos a cada cosa que Eleonor hacía, más luego de escuchar la conversación que esta había tenido con su sirvienta, fue de este modo, como fueron testigos que el cocinero y demás empleados saboteaban los alimentos de la joven, mientras a ellos se les enviaba carne, frutas, verduras y pastas de excelente calidad y por supuesto siempre frescas, para la supuesta señorita White no era así, y aunque Iris trataba de compensar la falta de los demás sirvientes, incluso cediéndole su alimento, tampoco era algo muy digno lo que Iris consumía, porciones pequeñas y no tan sazonadas o frescas como lo eran la de los señores White.— Padre. — Emir no sabía como abordar el tema de Eleonor, sabia que su padre se enfadaría si él o su hermano confesaran que habían estado espiando a Eleonor, aunque e
El castillo del reino Joako era uno de los más grandes, luego del de los vampiros, aunque ahora este último también pertenecía al rey Eduardo Goldeblack, se podria decir que eran un imperio más que un reino, pero poco les interesaba lucir aquel título, al fin luego de tantos años de guerra, el rey podía morir en paz, o al menos ese era su deseo.— No creo conveniente que Marko sea coronado, es muy impulsivo como para saber manejar el reino, además aun no tiene una reina a su lado. — las palabras de la reina Elsa, podría pasar como la preocupación de una madre por su hijo y las futuras responsabilidades que tendría que cargar sobre sus hombros, pero por supuesto este no era el caso.— Mi tiempo se acaba, lo puedo sentir, alguien debe quedar al frente de todo. — se limitó a decir el viejo rey.— Aun así, Marko no debería…— La que no debería tomarse la libertad de llamarme por mi nombre es usted, reina, después de todo, no tenemos esa confianza. — Marko ingreso en la sala del rey sin si
Antara:La lluvia golpeaba con fuerza el cristal de mi cuarto, eso fue lo que me despertó, y al no encontrar a nana entre la oscuridad, me atreví a ir al cuarto de mis padres, sabia que no se enfadarían por verme allí, después de todo, siempre irrumpía en su cuarto cuando algo no me dejaba dormir.— Si las lluvias continúan el reino estará perdido, Firuis, debes hacer algo. — la voz de mi madre y su preocupación detuvo mis pasos, debí saber que algo andaba mal, los guardias no estaban fuera de su habitación, ni fuera de la mía.— Es lo mejor, lo has visto con tu poder adivino, los lobos estan llegando, si quieren mi reino, pues se lo daré y que perezcan ahogados en él.— Firuis, el rey lobo esta maldito, no razona, tenle piedad…— ¡¿Me pides piedad para el responsable de nuestras muertes?!— Te pido piedad para Antara.Odiaba soñar con aquella noche, la ultima vez que vi a mi padre, su ultimo abrazo, su despedida.— Padre. — me atreví a llamarlo, aun sabiendo que él ya no estaba.— Aq