El lobo gris siguió el aroma de su compañero, en ese momento no pensaba en su hija, en el reino que debía cuidar o en su familia, solo pensaba en Luis, y en cada palabra que había dicho, él solo queria cuidarlo, temía perderlo, o así sea verlo sufrir, el rostro perlado en sudor de Luis cuando comenzó con la labor de parto vino a su mente, pero entonces, reparo en algo que por miedo, había pasado por alto, Luis sonreía, a pesar del dolor, su compañero sonreía y todo era porque traería al mundo a su hija, la de ambos, él estaba feliz y luego, cada estúpida palabra mal expresada, el hilo de sus pensamientos dicho en voz alta, cada cosa que su brujo pudo malinterpretar o mejor dicho que él no supo explicar, todo era un gran malentendido que lo único que provoco fue que Luis dejara de sonreír, sus ojos tan hermosos estaban opacos y él solo lo dejo estar, por miedo, porque era así, temía no ser suficiente para el rubio, pues ante los ojos de Cameron, Luis era tan único, especial de la mejor
Trinidad veía el paisaje por la ventana del carruaje, notando que Bella había llegado antes que ella, pues había alterado el entorno del llano, haciendo crecer cientos de flores, todas blancas, menos las centrales, que eran rojas y que formaban una frase de felicidades a los trillizos por su mayoría de edad, entonces un suspiro salió de sus labios.— ¿Sucede algo mi princesa? — Máximo la veía con atención, como cada vez que la joven hacia algún gesto de agobio, decir que su padre era sobre protector era quedarse corto.— Nada padre. — se limitó a responder mostrando una pequeña sonrisa.— Por la diosa, solo dile a padre lo que te acompleja. — Lucio era el príncipe de los vampiros, sin lugar a duda, era la réplica de Máximo y al igual que Estrella solo se llevaba un par de meses de diferencia con su hermana may
En el bosque las jóvenes reían ante lo sucedido, no podían creer que Trinidad fuese la compañera de los trillizos.— ¡Esto es aún más raro y especial que lo de tus padres Bella! — Estrella no cabía en sí, de pura felicidad, amaba a las jóvenes que ella consideraba primas, aunque solo compartiera lazo sanguíneos con Amanda y Bella, pero ahora Trinidad seria su cuñada, ya no debería esperar un año para ver a la joven humana.— Sí que lo es, aun me pregunto ¿Cómo se las arreglaran para reclamarte? — indago divertida la rubia y Trinidad enrojeció.— No puedo creer que pienses de esa forma, Bella. — rebatió escandalizada, haciendo que todas rieran.— ¿Nunca te sentiste atraída por mis hermanos? — indago curiosa Estrella, la joven soñaba con el d&iac
Antara:Veo como mi madre tiembla a mi lado, el frio, aunque es mucho, no es el responsable de ello, el temblor en su cuerpo solo es la señal de la poca vida que le queda, el miedo y la incertidumbre crecen en mi interior ante la posibilidad de quedarme finalmente sola en el mundo.— Mamá. — mi voz es chillona, y maldigo a mi cabello, ahora pajoso que se pega en mi cara y me dificulta el poder ver con claridad el rostro de quien fue la gran reina Estrella de reino Kael.— Mi princesa… — susurra y su pecho sube con gran esfuerzo, tratando de llenar sus pulmones con un poco de aire. — Júrame que vivirás, júrame que no permitirás que nuestros secretos perezcan con nosotras. — su mano brilla y el miedo me invade, no podemos usar magia en tierra de lobos, en realidad ya no podemos usar magia en ningún lugar o nos enfrentaremos a una muerte segura.— Mamá. — suplico mientras trato de tomar su mano, pero ella solo la deja sobre el charco de agua que la fuerte tormenta está formando a un lado
Antara:El agua fría bañando mi rostro me saca del recuerdo convertido en sueño, salto de la cama aturdida y un poco desorientada, ante tal despertar.— Pero ¡¿Qué mierda haces?! ¡maldita perra! — casi de inmediato me abalanzó sobre Iris, mi dama de compañía, la que debería cuidarme, pero que siempre me ha despreciado por ser humana, aunque debo reconocer que, si supiera que soy una bruja, ya me habría matado.— ¡¿Que rayos haces tu Eleonor?! ¡¿Cómo te atreves a tratar de este modo a Iris?! — Cameron hace su entrada triunfal y mi enfado se incrementa.— ¡Que seas mi hermano no te da derecho a entrar de esa forma en mi habitación!— ¡Yo no soy tu hermano! ¿Cuándo lo vas a comprender? — la forma amenazante con la que me ve el hijo menor del Duque White hace que mi lengua se entumezca. — Iris, deja a esta humana y sus estúpidos berrinches, te libero de tener que soportarla.— Si, joven maestro. — responde la perra loca, no sin antes dejarme ver una diminuta sonrisa.Aun luego de que ambo
El Duque Elías White, estaba en su oficina, revisando las ganancias de su mina de esmeraldas, cuando un joven y muy enojado Cameron ingreso, sin siquiera tocar.— Padre, debes hacer algo, esto ya es insoportable. — el viejo duque vio a su hijo menor, su cabello blancos se veía desordenado por los rizos, todos ellos eran peliblancos, menos su hija, la dulce Felicia al igual que su difunta madre, tenía el cabello Negro.— No sé qué es lo que debo hacer, si no me dices que ha pasado. — la calma del mayor era grande, cultivada a través de los años, algo que por supuesto sus jóvenes hijos no tenían, por lo que Cameron suspiro con molestia y lo vio con dureza.— Como si no supieras quien es la única que trae problemas en esta casa. — murmuro lo suficientemente alto como para que Elías lo escuchara.— ¿Qué pudo hacer tu hermana si esta con encierro provisorio? — los dientes del joven trinaron y sus ojos se agudizaron.— Ella no es mi hermana. — especto molesto y ahora fue el turno del Duque
— ¿No eras tu quien me pedía un castigo para Eleonor por llamar perra a Iris? Sin embargo, ¿tu si puedes insultar a tu hermana? — indago con dureza viendo a Cameron, quien busco ayuda en su hermano mayor.— Ella no es nuestra hermana, es solo una humana… — Emir se sentía traicionado con el actuar de su padre, él realmente no lo comprendía.— Tu madre también era una humana, ¿o ya no lo recuerdas Emir? — por segunda vez en un día, el lobo de Elías se manifestó, algo que los hizo poner nerviosos, pues su padre podria ser mayor, pero su lobo, era uno de los más poderosos.— Mi madre era la princesa de los humanos… — atino a decir Emir, tratando de marcar una diferencia entre la impostora que ocupaba el lugar de su hermana y su madre.— El primer reino que cayó en manos del rey Alpha. — recordó con amargura Elías, pues él había ayudado a que eso ocurriera. — Tu madre perdió ese título y paso a ser solo una esclava, si no fuera porque la marque como mi compañera, ella hubiera tenido el mis
Antara:Las gotas de agua caían acariciando mi rostro, la temperatura era agradable, y la mano de mi padre aferraba la mía.— Un día tu poder divino será tan grande como el mío. — el gran rey Firuis fijo sus ojos negros en mí, y no pude evitar soltar una risilla como la niña que era.— Pero, padre, ¿de qué hablas? Tu poder no tiene comparación. — alagó conocedora que eso a mi padre siempre le agradaba.— Mi princesa. — rebatió él, acariciando mi negro cabello. — Tu poder será aun mayor que el mío, al igual que tu responsabilidad para con tu gente. — los pasos de mi padre se detuvieron y con ellos los míos, elevo sus manos al cielo y solo entonces vi sobre nosotros.— Papá. — del miedo que me dio ver las nubes negras y como de ellas caía tanta agua, se me olvidaron las formalidades, y eso si hizo sonreír a mi padre.— No debes temer, mi pequeña Antara, nosotros manejamos el agua, no ella a nosotros, no lo olvides, porque si lo haces, muchos perecerán.El rey Firuis agito sus manos y so