— ¿No eras tu quien me pedía un castigo para Eleonor por llamar perra a Iris? Sin embargo, ¿tu si puedes insultar a tu hermana? — indago con dureza viendo a Cameron, quien busco ayuda en su hermano mayor.
— Ella no es nuestra hermana, es solo una humana… — Emir se sentía traicionado con el actuar de su padre, él realmente no lo comprendía.
— Tu madre también era una humana, ¿o ya no lo recuerdas Emir? — por segunda vez en un día, el lobo de Elías se manifestó, algo que los hizo poner nerviosos, pues su padre podria ser mayor, pero su lobo, era uno de los más poderosos.
— Mi madre era la princesa de los humanos… — atino a decir Emir, tratando de marcar una diferencia entre la impostora que ocupaba el lugar de su hermana y su madre.
— El primer reino que cayó en manos del rey Alpha. — recordó con amargura Elías, pues él había ayudado a que eso ocurriera. — Tu madre perdió ese título y paso a ser solo una esclava, si no fuera porque la marque como mi compañera, ella hubiera tenido el mismo destino que aquella mujer. — no era fácil para el mayor recordar que el amor que su esposa le tuvo, siempre se vio un poco opacado ante el recuerdo de la batalla que acabo con gran parte de los humanos y de la que él tuvo una actuación estelar al acabar con los que hubieran sido sus suegros; los hermanos White se vieron por un fugaz momento sin comprender a que se refería su padre, al decir “aquella mujer” pues el duque nunca explico nada de Eleonor, solo llego un día con ella y la presento como la jovencita White.
— ¿Aquella mujer? — indago Emir, al reconocer la poca disposición del mayor a continuar hablando.
— La madre de Eleonor. — aclaro Elías y sus hijos se tensaron, desde el momento que el duque llevo a Eleonor a la casa, ambos pensaron que podría ser una hija ilegitima, después de todo, no se olvidaban de que su madre murió al dar a luz a Felicia y lo irónico de la situación, la única hija humana del duque, provoco la muerte de la esposa que también era humana.
— ¿Cómo murió la madre de Eleonor? — pregunto Emir, con verdadero interés.
— ¿Cómo se llamaba la madre de Eleonor? — indago Cameron en simultaneo, era la primera vez que estos hombres realizaban aquellas preguntas, pues cuando Eleonor llego, ellos eran demasiados jóvenes como para decir algo que al duque no le gustara.
— No supe su nombre, Eleonor no supo decirlo tampoco, cuando la encontré estaba tan traumatizada que ni siquiera recordaba su propio nombre. — eso fue una sorpresa para los jóvenes White, no podían recordar alguna vez que hubieran visto a Eleonor “débil” aunque claro que tampoco sabía que el duque espero más de tres meses para llevarla a su hogar, cuando ella ya estaba mejor mentalmente.
— ¿Eleonor no es Eleonor? — Emir estaba aturdido, una de las razones por la que odiaba al remplazo de hermana era por su nombre, ya que era el mismo que el de su difunta madre.
— ¿Por qué estaba traumada Eleonor? — intervino Cameron, dicen que la curiosidad mato al gato, pero este no era el único animal curioso, los lobos también lo eran, más cuando son jóvenes.
— Ese día, me llamo un mercader, faltaba poco para que el rey partiera a conquistar el reino de los vampiros, los soldados pasarían por la calle principal para ser despedido como los héroes que son y tenían un problema, había una mujer humana pudriéndose en un callejón, especulaban que había muerto por desnutrición o neumonía, hacia como una semana o un poco menos, y no la podían sacar, porque su hija se aferraba a su cuerpo. — ambos hombre respiraron profundo, comprendiendo a donde iba todo, pero el duque ya había comenzado con su relato y no estaba dispuesto a detenerse, sus hijos ya no eran niños, ahora eran hombres, mismos que debían cuidar a esa niña, quizás de esa forma, Elías se aseguraba que el karma jugara a su favor y alguien estuviera cuidando a su hija. — Pedían mi permiso para matar a la niña y así llevarse ambos cuerpos. — Emir se recordó que no podía ser débil y mostrarse tan horrorizado como se sentía, por lo que mantuvo su rostro sin expresión, sabía que esas decisiones algún día recaerían en él, pues los humanos, eran una plaga problemática, al igual que los brujos, aunque estos últimos eran más astutos, ambos causaban problemas, por eso llegado el caso, la muerte era la mejor opción. — Pero cuando la esposa del mercader pregunto si se podía quedar con la niña, pues le gustaba el color negro de su cabello y sus ojos verdes… pensé que podía ser Felicia, que por alguna razón la diosa luna me la regresaría, y fui a ver… pero solo encontré a una niña humana que me confundió con su padre, aun aferrando un cuerpo que estaba a punto de reventar por el estado de descomposición en el que se encontraba, una imagen que está grabada en mi… era tan pequeña y se veía tan desorientada que, cuando me pidió llamarme padre, no me pude negar, y ya que no recordaba su nombre, le di uno. — no se arrepentía de ello, quizás de no haber puesto a sus hijos en vereda un poco antes, de no enseñarle lo que es la empatía, pero jamás se arrepentiría de darle un hogar a Eleonor.
— Entonces ella está loca, por eso su actuar. — dedujo Cameron, quizás el no salir del ducado le estaba afectando al más joven, no ver la miseria ajena le estaba poniendo un velo en los ojos y adormeciendo sus sentimientos, algo que molesto a Elías.
— Si Felicia está viva… espero que no esté a merced de alguien que piense como tú. — Cameron retrocedió ante la mirada censuradora del duque. — Emir, dile a mi hija. — dijo remarcado cada palabra. — Que quiero cenar con todos hoy, su castigo termino.
Emir a diferencia de Cameron, no podía enfadarse con su padre, él era quien más recorría las calles de la ciudad, en especial desde que el príncipe heredero marcho a la guerra como respaldo de su padre, el cuidado de la ciudad recayó en el ducado White, era por eso que comprendía un poco mejor a su padre, pero, aun así, no podía evitar pensar todas las veces que Eleonor los había hecho quedar mal, a tal punto que ninguna señorita queria ser cortejada por los hermanos White y todo por temer tener de familia a la humana.
— ¡Padre! ¡padre! — los gritos del mayor hicieron sonreír a Cameron, pensando que seguro Eleonor estaba con una de sus crisis de nervios rompiendo todo y el pobre de Emir había recibido algún golpe con algún objeto, con suerte su padre le daría más encierro domiciliario, era lo mejor, mientras más pospusieran la presentación en sociedad de Eleonor, mayor oportunidad tendrían de encontrar a su verdadera hermana y deshacerse de la inútil humana.
— ¿Y ahora qué? — indago el duque casi con aburrimiento.
— Eleonor, está mal, tiene fiebre, su cama esta mojada, no sé qué sucedió.
El duque corrió junto con sus hijos, si bien era raro para ellos enfermarse, sabían lo frágiles que eran los humanos, un simple resfriado podria acabar con sus vidas.
Antara:Las gotas de agua caían acariciando mi rostro, la temperatura era agradable, y la mano de mi padre aferraba la mía.— Un día tu poder divino será tan grande como el mío. — el gran rey Firuis fijo sus ojos negros en mí, y no pude evitar soltar una risilla como la niña que era.— Pero, padre, ¿de qué hablas? Tu poder no tiene comparación. — alagó conocedora que eso a mi padre siempre le agradaba.— Mi princesa. — rebatió él, acariciando mi negro cabello. — Tu poder será aun mayor que el mío, al igual que tu responsabilidad para con tu gente. — los pasos de mi padre se detuvieron y con ellos los míos, elevo sus manos al cielo y solo entonces vi sobre nosotros.— Papá. — del miedo que me dio ver las nubes negras y como de ellas caía tanta agua, se me olvidaron las formalidades, y eso si hizo sonreír a mi padre.— No debes temer, mi pequeña Antara, nosotros manejamos el agua, no ella a nosotros, no lo olvides, porque si lo haces, muchos perecerán.El rey Firuis agito sus manos y so
El sol iluminaba mi recamara, se podría decir que era casi medio día, aunque no podria determinar cuanto tiempo llevaba dormida, si podía apreciar que mi cuarto estaba rodeado de flores, grandes ramos con notas en las que se deseaba mi pronta recuperación eran de otros aristócratas, y sabía que ninguno deseaba mi pronta mejoría en realidad, si habían enviado algún presente allí, solo era por la reputación que mi padre poseía.— Eleonor. — la voz cargada de alivio me hizo girar, y mi corazón se conmovió, por no solo ver a Elías White, su hijo mayor Emir, también estaba allí y se notaban que poco o nada habían descansado.— Padre. — alcance a pronunciar antes de toser un poco por la resequedad de mi garganta.— Toma, bebe un poco de agua. — el silencio que continuo no fue por mi garganta reseca, sino era la sorpresa de que mi hermano mayor me ayudara así sea en darme un vaso con agua.— Gra- gracias. — me sentía incomoda, no de mala manera, más bien era rareza lo que sentía, nunca antes
El doctor de la familia ingreso junto al duque a la habitación de la joven señorita, mientras los jóvenes White, esperaban fuera, el interés de estar allí no era solo por saber de la salud de Eleonor, mas bien se debía a que ellos habían escuchado con atención y claridad la confesión de Iris, la dama que debía servir a su falsa hermana realmente había atentado contra su bienestar y, aunque para ellos solo era una farsante que estaba usurpando el lugar de Felicia, no podían pasar por alto que la sirvienta había maltratado a un miembro de la familia.— ¿Crees que Eleonor cumplirá con lo pactado? — para Cameron, el hecho de que Eleonor fuera tan noble como para encubrir el actuar e Iris no era posible, pues en la mente del menor de los White, Eleonor no tenia palabra, mucho menos honor.— No lo sé, si debo ser honesto… cada vez entiendo menos. — Emir en cambio, estaba siendo objeto de un sinfín de emociones, entre las cuales predominaba la culpa, no solo por conocer el relato de como Ele
Eleonor:El paseo que había planeado para relajarme por el rosal no fue tal, ya que luego de lo que el duque dijo, tuve que soportar el llanto y arrepentimiento de Iris, aunque para mí, la idea de padre no era mala, mucho menos atroz como insinuaba Iris.— Deja de lamentarte por algo que no es malo, al menos para mí. — le advertí con severidad ya cansada de oírla.— Pero, señorita…— Es lo mejor Iris, aquí, nadie me quiere, solo soy un remplazo para alguien que estoy segura pronto regresara y cuando eso ocurra ¿Qué piensas que harán conmigo? — la mujer frente a mi quedo en silencio, pues ella lo suponía muy bien, me lanzarían fuera de la familia, y yo regresaría a ser una mendiga más en las calles de la ciudad, salvo que ahora no seria una niña que despierte así sea empatía entre los ciudadanos, ahora sería mucho más peligroso al ser una joven en edad de conocer los placeres de la vida y el amor, al menos así me verían esos hombres que tantas veces acosaron a mi difunta madre.— El du
Dos días pasaron desde que Eleonor había despertado, comportándose diferente incluso con quienes aún la trataban mal, algo que ahora era de conocimiento para los jóvenes White, pues ellos habían permanecido atentos a cada cosa que Eleonor hacía, más luego de escuchar la conversación que esta había tenido con su sirvienta, fue de este modo, como fueron testigos que el cocinero y demás empleados saboteaban los alimentos de la joven, mientras a ellos se les enviaba carne, frutas, verduras y pastas de excelente calidad y por supuesto siempre frescas, para la supuesta señorita White no era así, y aunque Iris trataba de compensar la falta de los demás sirvientes, incluso cediéndole su alimento, tampoco era algo muy digno lo que Iris consumía, porciones pequeñas y no tan sazonadas o frescas como lo eran la de los señores White.— Padre. — Emir no sabía como abordar el tema de Eleonor, sabia que su padre se enfadaría si él o su hermano confesaran que habían estado espiando a Eleonor, aunque e
El castillo del reino Joako era uno de los más grandes, luego del de los vampiros, aunque ahora este último también pertenecía al rey Eduardo Goldeblack, se podria decir que eran un imperio más que un reino, pero poco les interesaba lucir aquel título, al fin luego de tantos años de guerra, el rey podía morir en paz, o al menos ese era su deseo.— No creo conveniente que Marko sea coronado, es muy impulsivo como para saber manejar el reino, además aun no tiene una reina a su lado. — las palabras de la reina Elsa, podría pasar como la preocupación de una madre por su hijo y las futuras responsabilidades que tendría que cargar sobre sus hombros, pero por supuesto este no era el caso.— Mi tiempo se acaba, lo puedo sentir, alguien debe quedar al frente de todo. — se limitó a decir el viejo rey.— Aun así, Marko no debería…— La que no debería tomarse la libertad de llamarme por mi nombre es usted, reina, después de todo, no tenemos esa confianza. — Marko ingreso en la sala del rey sin si
Antara:La lluvia golpeaba con fuerza el cristal de mi cuarto, eso fue lo que me despertó, y al no encontrar a nana entre la oscuridad, me atreví a ir al cuarto de mis padres, sabia que no se enfadarían por verme allí, después de todo, siempre irrumpía en su cuarto cuando algo no me dejaba dormir.— Si las lluvias continúan el reino estará perdido, Firuis, debes hacer algo. — la voz de mi madre y su preocupación detuvo mis pasos, debí saber que algo andaba mal, los guardias no estaban fuera de su habitación, ni fuera de la mía.— Es lo mejor, lo has visto con tu poder adivino, los lobos estan llegando, si quieren mi reino, pues se lo daré y que perezcan ahogados en él.— Firuis, el rey lobo esta maldito, no razona, tenle piedad…— ¡¿Me pides piedad para el responsable de nuestras muertes?!— Te pido piedad para Antara.Odiaba soñar con aquella noche, la ultima vez que vi a mi padre, su ultimo abrazo, su despedida.— Padre. — me atreví a llamarlo, aun sabiendo que él ya no estaba.— Aq
El rey Eduardo escucho pacientemente la explicación del héroe del imperio, pudiera tener razón, al decir que su hijo solo había intentado proteger a su hermana menor y su honor, mas al que había atacado era al príncipe heredero, no pensaba dejarlo ir tan fácilmente, pero cuando Marko llego a ellos, diciendo que no había falta alguna, el rey lo comprendió.— Pueden ir en paz, duque White, aquí no ha pasado nada. — fue su sentencia.Sin perder tiempo, luego de escuchar las palabras del rey, el duque tomo a sus tres hijos y dejo el castillo, para retornar a sus tierras, pero Eduardo tampoco perdió tiempo, y llamo a su hijo mayor al despacho del rey, el único lugar del palacio, donde nadie escucharía lo que se dijera.— ¿Me explicaras que fue todo aquello? — indago sin perder tiempo, aunque sosteniendo su mascara de calma, no podía pensar que su hijo dejaría una falta tan grande como aquella y que le daría la razón así sea al duque White, por nada.— La encontré, Eleonor White es mi compa