-Sí, tía, fue la primera vez que hice eso con la tía en el baño. "Hasta ahora mi novia y yo solo hemos charlado, como mucho hemos tenido tocamientos normales, no ha llegado tan lejos".

Roy habla honestamente y tal como es.

“Pero siento que eres bastante hábil haciendo el amor, incluso admito que me sentí abrumado haciendo el amor contigo en el baño. Eres tan duro, tus toques también son algo, por eso me sorprendí cuando dijiste que era la primera vez que lo hacías conmigo."

Dijo Ángel con una sonrisa traviesa.

—Tal vez sea porque vi cómo la gente hace el amor en Internet, tía, así que lo copié cuando mi tía me pidió que hiciéramos el amor esta tarde en el baño.

Roy admitió que había visto escenas de películas para adultos en su teléfono celular a través de internet.

“Sí, ya sé que hoy en día es muy fácil ver esas escenas en internet, pero tengo que reconocer que porque la primera vez que lo hiciste, me hizo llegar a un punto de satisfacción y honestamente, me ha sido difícil lograrlo con Anton”.

Angel dijo que ya no le daba vergüenza contarle a Roy algo demasiado personal, después de todo Roy había tocado el tema más personal de ella.

-No lo sé, tía. Solo seguí los movimientos y toques de la tía, ¿no me enseñó la tía cómo hacer esto y aquello cuando tuvimos sexo esta tarde en el baño?

Roy habló de nuevo, con claridad y naturalidad.

—Hmm, eso es cierto. Oye, dormirás en mi habitación esta noche, ¿de acuerdo?

Esta vez Angel dijo que le susurró al oído a Roy.

—¡Vaya, es peligroso, tía! ¿Qué pasa si la señora Surti y las otras sirvientas se enteran más tarde?

Roy se sintió preocupado.

“No te preocupes, no tienes que preocuparte, solo ven a mi habitación cuando estén dormidos”.

Angel susurró de nuevo.

"Sí, tía."

Roy dijo, sintiéndose perdido, porque no se atrevía a negarse. Además, desde que sintió la sensación de hacer el amor por primera vez con la bella y curvilínea mujer, no pudo ocultar su deseo de repetirlo.

Alrededor de las 10 de la noche, cuando todos los sirvientes de la lujosa casa estaban profundamente dormidos, Roy subió a la habitación de Angel. Lentamente llamó a la puerta de la habitación, y no mucho después Ángel abrió la puerta.

Roy casi no parpadeó cuando vio a la hermosa mujer que vestía un camisón muy fino, su ropa interior y las curvas de su cuerpo eran claramente visibles. En ese momento, la pasión de Roy comenzó a surgir, pero trató de contenerla hasta que llegó el momento de liberarla.

“Están todos dormidos, ¿eh?”

Ángel preguntó mientras cerraba nuevamente la puerta de su habitación.

—Sí, tía, por eso me atreví a encontrarme con ella en esta habitación.

Roy respondió, Angel sonrió.

“¡Hmm, charlemos mientras estamos acostados!”

Tras invitar a Angel a su cama, Roy subió con cierta rigidez a la lujosa cama.

 “Para ser honesto, desde lo que pasó esta tarde, he estado pensando en ello y soy adicto a querer hacerlo de nuevo contigo, Roy. Pero espero que esto sea algo que sólo nosotros dos sepamos, ¿de acuerdo? Ángel preguntó, iniciando la conversación mientras estaba acostado en la cama.

—Sí, tía. ¿Cómo podría contárselo a alguien más?

—En serio, ¿no eres adicta a hacerme el amor también? —preguntó Angel quien empezaba a mostrar su actitud malcriada.

—Sí, tía, yo también quiero repetirlo una y otra vez —respondió Roy con voz ligeramente pesada mientras las manos de Ángel comenzaban a sentir las partes sensibles de su cuerpo.

Su conversación ya no se podía escuchar, lo único que se oía era tocarse y abrazarse. Cuanto más tiempo pasaban, más salvaje y caliente se volvía el contacto, hasta que la ropa de sus cuerpos se desprendió y quedó esparcida debajo de la cama.

Angel se puso tenso una y otra vez, hasta que finalmente sus cuerpos estaban flácidos y superpuestos, las sábanas de la cama estaban enredadas y mojadas con su sudor de hace casi media hora combinando su pasión para alcanzar la cima del placer amoroso.