—¿Y? ¿Qué hay? — Dijo el gánster que acababa de ser golpeado. Miró con una sonrisa malvada a Lucía y preguntó—. ¿Tú fuiste quien me golpeo? —Ella asintió con la cabeza.—Fue un accidente, ¡perdón, eh!—¡Mierda! ¡¿Cómo te atreves?! Mientras hablaba, levantó el palo y lo pegó hacia ella. Las dos chicas lo esquivaron y de inmediato agarraron la botella de cerveza y se lo arrojaron hacia el hombre. Los gánsteres que al principio solo estaban mirando, al ver que las dos chicas contraatacaban, enseguida levantaron sus palos y golpearon hacia ellas. Lucía y Julieta sabían algo de pelea, por lo que no les costaba mucho enfrentarse con los gánsteres. Cuando llegó la policía, estaban todos heridos, por suerte no era nada grave. Al final, fueron todos arrestados a la comisaria y registraron el asunto sucedido. A pesar de que ellas eran las víctimas, pero participaron de la pelea. Por eso necesitaban que alguien viniera a retirarlas bajo fianza. Juliana era huérfana y la única amiga que ten
Lucía notó que Cristian estaba enojado, se despidió de Julieta en voz baja y se dirigió al hombre y le susurró.—¡Gracias! —Le clavó una mirada helada y con expresión neutra dijo.—¡Sube al auto!Ella no se animó a decir nada más y se subió obedientemente al auto. Luego de un rato largo, Lucía recibió el mensaje de Julieta diciendo que ya había llegado bien a casa. Le respondió que descanse temprano y miró hacia afuera de la ventana. Ya estaban por llegar a la villa.Miró hacia el hombre que tenía al lado, este seguía con una expresión seria y helada. Evidentemente, si él no hablaba, ella tampoco hablaría. Cuando llegaron a la villa. Lucía siguió los pasos del hombre y entraron juntos a la casa. Ella pensó por un momento y dijo.—Cristian, pensé que estabas borracho, por eso llamé al Dr. Carrizo. No lo malinterpretes. A pesar de que la explicación era redundante, y a él tampoco le importaba, pero ella quería explicárselo. El hombre de pronto paró de caminar, se dio la vuelta y m
Si tenía suerte, probablemente podía encontrarse con un conductor de buen corazón. Era una noche de fuerte viento y lluvia. El pequeño paraguas no le servía para nada. No caminó muy lejos y su ropa ya estaba empapada. Sin duda fue demasiada mala suerte. Caminó por mucho tiempo, pero ni siquiera pudo encontrarse con un auto. Estaba sufriendo frío y le comenzaba a doler la parte inferior del abdomen.Unos pasos más y ya no podía aguantar el fuerte dolor que sentía. Estaba preocupada por si le sucedía algo al bebé, así que se agachó abrazando la panza. La lluvia era cada vez más intensa. Quiso buscar el celular y se dio cuenta de que no lo tenía, tal vez lo había dejado en el auto. Ya estaba lejos del auto y con el dolor que sentía era imposible volver. Intentó dar unos pasos más con la ayuda de los pilares de piedra. Sin embargo, comenzó a sudar del dolor. No le quedaba otra que seguir agachada. De pronto sintió un flujo de calor entre sus piernas y quedó atónita. Temía en perder al b
Lucía asintió con la cabeza.—Él quiere divorciarse, si en este momento le cuento que estoy embarazada, pensará que estoy usando al bebé para amenazarlo. Iván levantó las cejas y habló.—Ya se enteró, ¿qué piensas hacer?Lucía se quedó muy callada. No sabía cómo responderle la pregunta que le hizo con ansias, eran evidente sus nervios. —¿Crees que él querrá al bebé?—Yo no soy él. —puso el celular en el bolsillo—. Pero él ya tiene treinta años, no creo que haya razón de no quererlo.Terminó de dar la opinión y se retiró de la sala. Lucía pensó por dentro «Es decir que ¿Cristian va a querer al bebé?» Sin embargo, su felicidad fue en vano. Lorena entró corriendo a la sala cuando ella estaba tomando una infusión. Entró como si estuviera loca y la agarró violentamente del cuello. Sus ojos estaban llenos de sangre por la furia.—¿Por qué, por qué estás embarazada? Lucía, mataste a mi bebé, así que ni se te ocurra dar la luz al tuyo.Lorena estaba fuera de control, la agarraba tan f
Lorena, mientras lloraba descontroladamente, estaba tirando a Cristian, parecía una pobre niña perdida. Él la abrazó y consolándola dijo.—Lore, no estás sola y tampoco vas a estarlo. ¡Cálmate! —La mujer con los ojos rojos e hinchados declaró.—Te lo ruego, dile que lo aborte ¿De acuerdo? Si no me moriré. —Su expresión era seria y decidida. Cristian la miró ya con ira.—¡Lore, ya basta!Al ver que el hombre seguía sin prometerle, lo empujó y agarró el cuchillo de fruta que estaba en la mesa y se cortó la muñeca. El asunto sucedió tan rápido que nadie logró reaccionar. Nadie esperaba que fuera a ser tan cabeza dura. Cristian se asustó y se llenó de frialdad, intentando tranquilizarse, la levantó de inmediato y se la quiso llevar a la sala de emergencias. Sin embargo, Lorena se agarraba fuertemente la barandilla de la cama, con los ojos rojos le suplicó al hombre.—¡No dejes que dé a luz al bebé!Lucía se quedó sorprendida. «¿Qué tanto no quería que tuviera el bebé?» Miró hacia el
La cooperación entre la empresa Castillo y el hospital pertenecía al Estado. La empresa Castillo se dedicaba a la construcción y a la comercialización, la cooperación con el hospital tenía que ver con la construcción. En ese entonces, Lucía era la encargada de este asunto y Román era el esposo de la Sra. Ramos, es decir, el presidente del hospital.En principio, según el contrato firmando, el dinero del proyecto debía ser pagado por completo en el mes. Luego, ya se podrá poner en uso. Sin embargo, el Sr. Ramos usó el fondo que era para la construcción en otra cosa, por lo que ahora era imposible pagar lo restante a tiempo. Es decir, el pago final no podía entrar a la cuenta de la empresa a tiempo. Al terminar de escuchar lo que había dicho la Sra. Ramos, Lucía embarazosamente comentó.—Sra. Ramos, usted sabe que a pesar de que estoy casada con Cristian hace años, pero nosotros no nos llevamos bien. La cantidad de dinero es bastante grande, él en el trabajo siempre fue serio y prudent
Emma estuvo a su lado los dos años. Casi todos los asuntos entre ella y Cristian, ella lo sabía. Al escuchar lo que había dicho, función las cejas y comentó.—Si vas a divorciarte, ¿no estás incumpliendo con las promesas que le hiciste a Don Castillo? Además, si ahora aceptas el divorcio, las acciones que te había dado el abuelo del señor Cristian volverá a pertenecer al presidente. ¡Perderás mucho!Lucía sabía de qué se preocupaba Emma. Ella miró la hora, se estaba haciendo tarde, no le dio mucha explicación y habló.—Tengo mis planes. Ve a buscarlo de inmediato que en un rato tengo que irme.Al notar que no la escuchaba, Emma salió de la oficina preocupada y enojada. Lucía agarró sus cosas, buscó la llave del auto y se fue a esperarla en la escalera. Por suerte, Emma volvió bien rápido con el documento en mano. Al entregárselo siguió diciendo.—Directora, ahora no es el mejor momento para divorciarte. Usted… —¡Listo! — La interrumpió y entró al ascensor. La miró antes de habla
Iván la miraba fijamente con las cejas fruncidas y los ojos oscuros, al parecer quería saber si lo que estaba diciendo era verdad o mentira. Lucía estaba sentada tranquila con una sonrisa, dejando que él la mirara. Luego unos minutos, el hombre habló.—¡Está bien!—¡Gracias, Dr. Carrizo! Era agradable conversar con gente inteligente. No necesitabas explicar demasiado, con una sola mirada ya te entiende. Cuando el sirviente trajo el plato, él la miró curiosamente y preguntó.—¿Así que tu inteligencia siempre fue escondida? —Lucía sonrió y dijo.—Gracias. Es solo para estar a salvo. Es más, Cristian y yo no nos llevamos bien. El bebé tampoco vino en un tiempo adecuado. —Iván comió unos bocados y se vio satisfecho. La miró y preguntó.—¿Cuándo piensas irte?Ella quedó petrificada por un momento. Lo miró sorprendida. Solo quería solucionar el tema del bebé y divorciarse. En cuanto a irse de CABA, ella todavía no estaba decidida a dónde ir. Se sorprendió que pudo adivinar hasta su ú