Penélope junto a sus compañeros se habían levantado a las cinco de la mañana por petición del oficial Newton, este era uno de los mayores tiranos de la academia de policía, les tenía un odio infinito a ella y a su hermano por ser quienes eran, porque según él lo tenían todo muy fácil pero ese capullo no se imaginaba la vida de m****a que ella llevaba y que su hermano habían pasado de pequeños, mientras hacían las cien flexiones miro a su hermano que las hacia con menos dificultad que ella y le vino a la mente lo que habían vivido ella y su hermano, esto no era duro comparado con su niñez y adolescencia.Su hermano y ella casi siempre estaban solos con su madre en la gran casa que tenían a las afueras de Londres, su madre intentaba tapar todas las veces que su propio padre llegaba borracho, la madre de Penélope, Cleotilde amaba a Marcos y todo lo malo que hacía le cubría siempre, había días que Marcos ni aparecía por casa y Cleotilde lloraba escondida de sus pequeños hijos, su hermano C
Penélope se puso tensa al ver el gesto que le dedico su padre, arrastro la silla hacia atrás en alerta por si tenía que salir corriendo a encerrarse en su cuarto como lo había tenido que hacer mil veces, sabía que su hermano también estaba alerta por eso se mantuvo tranquila. — Ya hablamos sobre esto hace meses, te deje clara mi posición, mi hija no sera una actriz de cuarta, enseñando su cuerpo por cuatro duros ante miles de personas, eso no es un trabajo ¿Como puedes hacer eso? Dedicarte a fingir ante una dichosa camara y firmar dos autógrafos, que vergüenza, nos expondrás a todos, no pagare miles de dólares para eso, iras a estudiar administración y no hablaremos más del tema. — ¡No! No decidirás por mí, nunca más, somos tus hijos no tus soldados, nunca has estado con nosotros, ni siquiera nos conoces, nunca has ejercido como padre ¿Como te atreves? Como te atreves a decidir por nosotros, nunca has sido un padre, vergüenza deberías tener tú, nos maltrataste de pequeños cuando bebías
Penélope se quedó pensando unos segundos en aquel hombre tan misterioso, nunca lo había visto por aquí, era raro que un tipo así buscara a Marcos, parecía un verdadero delincuente por su aspecto, aunque quizá era la mejor persona del mundo, Penélope se montó en el coche donde le esperaba Carlo para ir a la pelea que tenía esta noche. — ¿Quién era ese? Me suena su cara bastante. — Pues no lo sé, ha venido buscando a Marcos, no ha dicho mucho más pero no parece de este barrio pijo y modesto. — Penélope lo dijo con sarcasmo y Carlo rio. — Creo que lo he visto antes en alguna parte, pero no sé dónde, bueno no importa. — Los dos quedaron en silencio lo que quedaba de camino. Penélope no dejaba de pensar en aquel hombre que había ido a casa, no le causaba buena espina, pero tampoco podia obviar que le había llamado mucho la atención, tanto sus tatuajes como su vestimenta, con la gente que se juntaba siempre tenían el mismo patron lo que era aburrido, ese chico había ocupado la mayoría de su
Penelope se levantó de la banca orgullosa de su hermano, había ganado el combate, la gente vitoreaba a Carlo con alegría, está avanzo hasta las escaleras donde su hermano bajaba alzando los brazos esperando a su hermana, esta se lanzó a él, saltando y enrollando sus piernas a su caderas, abrazaba a su hermano riendo como una niña, su hermano la abrazaba muy feliz después de haber ganado su última pelea, esto a los ojos de Ares era satisfactorio verlo, ellos juntos se veían felices, eran hermanos y así lo demostraban pero ¿Que pasaba con sus padres? La intriga aumentaba por momentos cuanto más lo veía, esperaría la información con expectación. No le quito la mirada a Penelope. Penelope bajo de su hermano y le quito los guantes, guardándolos en una mochila que Carlo siempre traía con todo lo necesario, estos se quedaron un rato hablando con la gente, Ares debía marcharse, así que paso cerca de ellos pero por la multitud no tanto como le habría gustado, este busco la mirada de Penelope
Carlo escuchaba la conversación que su padre tenía con alguien que no lograba escuchar, veía a su padre nervioso por primera vez, se tocaba el pelo con fuerza y hacia gestos agresivos con la mano. — No puedo presentarme, así como así, deben pedir mis servicios, si me adelanto al hecho nos pillaran, si comienzan a investigar caeremos todos. — El que estaba en el teléfono, era uno de los hombres de confianza de Ares concretamente Ben, este se encargaba de las comunicaciones y los Hackeos, todo lo que era Tecnologico. — Hemos escuchado el aviso del chivatazo, justo hace tres minutos ¿Porque demonios no llevas la radio encima? Como nos jodas estas muerto ¿Te queda claro? Coge el aviso y preséntate allí y sálvanos el culo y averigua de una vez quien es el maldito topo o daremos por hecho que eres tú. — Ben enfadado colgó el teléfono, dejándolo con la palabra en la boca, mientras Penelope había escuchado todo lo que se decía en la radio. — Llamando a todas las unidades disponibles, chivataz
Penelope miro a Ares a conciencia, le sorprendió verlo con traje, la última vez lo había visto más informal, le gustaba su aspecto más formal, se veía muy bien enfundado en ese traje, los tatuajes de las manos resaltaban sobre el traje negro, Penelope observo también a la chica que iba con él, estaba intentando analizarla por completo, pero estaba de espaldas a ella, así que solo veía su larga cabellera y su vestido negro corto que se ajustaba a su cuerpo. Leo llamo la atención de Penelope, esta lo miro sin saber que le había dicho. — ¿Lo conoces? — Pregunto Leo de nuevo. — ¿Que? Ah, no ... bueno solo de vista. — Penelope comenzó a prestar atención a los demás y no volvió a mirar a Ares, pero Ares si la miraba, no podia dejar de mirarla, aunque intentaba no hacerlo, le dio una gran calada al cigarro y miro a Cat, esta lo miro picara dándose cuenta que miraba a la chica del cabello naranja. — ¿Quién es ella? — Ares le dio otra calada al cigarro intentando evitar la pregunta de Cat, est
Penelope agarró a Cat del brazo con fuerza, le dio un fuerte mareo repentino después de vomitar, Ares se acercó a ella mirando al chico desafiante, no quería que se acercara a Penelope, pero Leo se acercó. — ¿Penelope estas bien? Vamos te llevare a casa, agarro a Penelope del brazo y le estiro, esta al estar mareada se movió torpemente casi a punto de caer al suelo, Ares con rapidez se colocó frente a ella cogiéndola de los brazos evitando que cayera al suelo, en ese momento la furia se apodero de Ares, miro a Leo fulminándolo, este quito rápidamente las manos que agarraban el brazo de Penelope. — No la toques, no ves que se encuentra mal, vete de aquí antes de que te mate. — Ares lo miro con cara asesina, Cat se quedó alucinada ante la repentina actitud de Ares, nunca lo había visto así con nadie externo a ellos, Penelope miro a Ares sin entender porque le hablaba así pero no dijo nada. — Yo la llevare a casa, tu fuera de aquí. — Ares fue claro, Leo se fue alejando de ellos con miedo,
Pasaban los días y las semanas, Ares no había podido quitarse de la cabeza a Penelope, el dolor de esa noche lo acompañaba siempre, había intentado volver a verla, pero las veces que había estado de hacerlo se había arrepentido, la había seguido y veía todo lo que ella hacía en un día, dudaba mucho que comiera y descansara bien, había conseguido un día estar bastante cerca de ella, ella ni se había dado cuenta de que él estaba allí, sus ojeras la hacían ver muy cansada, estaba más delgada y tenía varios moretones por el cuerpo, sabía que era de las clases de la academia pero le dio mucha rabia de que alguien la hubiera tocado de esa manera, quería encontrar al responsable y pegarle una paliza, intento calmarse, la vio marcharse sin decirle nada, había un poco de consuelo en él, ella había venido todos los días a esta cafeteria desde que el la trajo aquí, Ares quería convencerse a sí mismo que era porque se acordaba un poco de él aunque fuera en mal aspecto, le había pedido a Mery que l