Penélope se quedó pensando unos segundos en aquel hombre tan misterioso, nunca lo había visto por aquí, era raro que un tipo así buscara a Marcos, parecía un verdadero delincuente por su aspecto, aunque quizá era la mejor persona del mundo, Penélope se montó en el coche donde le esperaba Carlo para ir a la pelea que tenía esta noche. — ¿Quién era ese? Me suena su cara bastante. — Pues no lo sé, ha venido buscando a Marcos, no ha dicho mucho más pero no parece de este barrio pijo y modesto. — Penélope lo dijo con sarcasmo y Carlo rio. — Creo que lo he visto antes en alguna parte, pero no sé dónde, bueno no importa. — Los dos quedaron en silencio lo que quedaba de camino.
Penélope no dejaba de pensar en aquel hombre que había ido a casa, no le causaba buena espina, pero tampoco podia obviar que le había llamado mucho la atención, tanto sus tatuajes como su vestimenta, con la gente que se juntaba siempre tenían el mismo patron lo que era aburrido, ese chico había ocupado la mayoría de sus pensamientos, eso no ocurría con frecuencia, no estaba acostumbrada a que un chico le llamara tanto la atención, le había sabido a poco el encuentro y quería volver a verlo. Llegaron al almacén supuestamente abandonado donde uno de los amigos de Carlo vigilaba la entrada, los dejo pasar con un saludo de manos, este era Derrick, era como un hermano para ellos ya que Carlo había ido con él al instituto y había estado más en su casa que en la propia de él.
El almacén ya estaba lleno de gente y ya había empezado un combate, la gente gritaba por encima de la música, alentando a su favorito, entraron saludando a algunos chicos y chicas que conocían, Penélope acompaño a uno de las habitaciones donde las utilizaban los boxeadores para cambiarse, esta ayudo a su hermano a cambiarse y a ponerle los guantes, se hacían bromas como siempre de antes de una pelea, le dio un abrazo y lo dejo solo, salió fuera y Penélope se colocó donde siempre se ponía para ver a su hermano y estar al tanto de todo, nunca nadie se ponía ahi, así que veía los combates tranquila.
*
— Ares Smith ¿Qué haces en mi casa? Dijimos que no investigaríamos y no nos relacionarían. — Ares miro a la mujer que lo miraba con miedo, está suponiendo lo que pasaría aquí, se marchó rápidamente, este se acercó a Marcos lentamente. — Llevo llamándote dos días, no coges el teléfono y no sales de tu casa pues me has obligado a buscarte, sabias que mañana tengo un cargamento muy importante que entra a la ciudad y tiene que llegar a mis almacenes sin ningún problema ¿Y tú desapareces? — Ares se notaba enfadado, aunque le hablaba con serenidad, Marcos trago saliva sabiendo las consecuencias, más te vale mañana dejar que entre mi cargamento y ninguno de mis hombres salga herido o vendré aquí de nuevo personalmente, tienes una hija preciosa ¿Sabes? — Miro al hombre y no pareció ponerse nervioso, él lo había dicho como una amenaza y no se vio atisbo de preocupación, en este momento recordó a la chica como no dijo papa sino Marcos... Algo no encajaba y él iba a descubrirlo, hundir la reputación de este viejo sucio, podría amenazarlo con ello y así conseguir que le hiciera caso y tenerlo entre la espada y la pared. — Mañana a las ocho comenzare con el traslado en moto, más te vale que no pase nada o lo pagara tu hija con su vida. — Ares salió de la casa sin entender su frialdad ante una hija, eso lo había motivado a investigar más sobre esta familia, se montó en su 4x4 blindado y se dirigió dónde estaban sus hombres, mientras llamo por teléfono. — Necesito que investigues a la familia completa del comisario Marcos Harrisson, lo necesito todo para antes de mañana por la mañana. — Y colgó el teléfono, ahora piso el acelerador.
Llego al almacén donde hacían las peleas de boxeo clandestinas, el chico de la puerta le abrió sin problema y paso, busco a sus hombres que estaban en la otra esquina del Ring de boxeo, miro el lugar donde él había indicado que se pusieran, pero se sorprendió por quien estaba ocupado, era otra vez la pelirroja, la hija del comisario estaba aquí, se quedó mirándola por varios minutos.
Penélope se sentía observada, miro a su alrededor y no esperaba ver de nuevo al chico que había estado en su casa, este la miraba, parado en medio de la multitud con sus manos en los bolsillos, era una mirada feroz que la intimidaba, pero ella no iba a ser menos, así que lo miro con la misma intensidad, no le tenía miedo. Penélope quito la mirada del chico al distraerse cuando su hermano había entrado en el Ring, volvió a mirar, pero aquel chico ya no estaba en su posición, se había marchado, esta se sentó para ver cómoda el combate, estaba tranquila hasta que alguien se sentó al lado de ella, se puso nerviosa cuando vio quien era, era el chico de los tatuajes, carraspeo sin saber que hacer o que decir, fingía estar atenta al combate, Ares rio al ver lo mal que fingía.
— Te he traído una cerveza. — Ares dijo a la pelirroja. — Esta miro dudosa de si aceptarla, vio como él le dio un trago a la suya, esta sin fiarse de él ya que esta estaba abierta, cogió la que él ya le había pegado el primer trago y bebido de esta, Ares la miro fijamente sin quitar la sonrisa. — Chica lista, Soy Ares. — Penelope rio también y le dio otro trago a la cerveza, este bebido del otro botellín. — Penélope — No dijo nada más, fijándose en su hermano. — ¿Que hace una chica sola en un sitio como este? — Pregunto con mucha curiosidad. — El de los guantes rojos es mi hermano, cada vez que podemos venimos aquí, hoy sera su ultimo combate, así que es más especial para nosotros. Penélope le dio un trago largo a la cerveza casi terminándosela, como si lo que estuviera pensando no fuera algo bueno. — ¿Por qué? —Pregunto Ares con mucha curiosidad — ¿Por qué, que? — Penélope rio sonoramente, cosa que a Ares le encanto escuchar. — Sabes quién es nuestro padre, si nos ve aquí ¿Qué crees que haría? — Este le dio un trago a la cerveza para no contestar. — Por menos nos ha obligado a entrar en la academia de policías, bueno a mí a mi hermano no, bueno... sí, él quiere dedicarse a esto, pero él lo ve todo mal, así que dentro de dos días nos vamos al infierno. — Ares se quedó impactado con lo que ella le había dicho, así que dos nuevos policías y los tenía delante de el a tiro... pero aquí estaban en peleas ilegales ... No sabía si la chica decía la verdad o no, debía investigar. — ¿Y cuál es tu sueño Penélope? — Ser actriz. — Penélope le contesto con tristeza, lo miro seria ahora mirando sus labios, le había gustado como había sonado su nombre en los labios de ese hombre. — Debo marcharme, nos vemos. — Ares se marchó rápidamente y volvió con sus hombres, se centró en el combate, pero sin dejar de pensar en lo que Penélope le había dicho.
Penelope se levantó de la banca orgullosa de su hermano, había ganado el combate, la gente vitoreaba a Carlo con alegría, está avanzo hasta las escaleras donde su hermano bajaba alzando los brazos esperando a su hermana, esta se lanzó a él, saltando y enrollando sus piernas a su caderas, abrazaba a su hermano riendo como una niña, su hermano la abrazaba muy feliz después de haber ganado su última pelea, esto a los ojos de Ares era satisfactorio verlo, ellos juntos se veían felices, eran hermanos y así lo demostraban pero ¿Que pasaba con sus padres? La intriga aumentaba por momentos cuanto más lo veía, esperaría la información con expectación. No le quito la mirada a Penelope. Penelope bajo de su hermano y le quito los guantes, guardándolos en una mochila que Carlo siempre traía con todo lo necesario, estos se quedaron un rato hablando con la gente, Ares debía marcharse, así que paso cerca de ellos pero por la multitud no tanto como le habría gustado, este busco la mirada de Penelope
Carlo escuchaba la conversación que su padre tenía con alguien que no lograba escuchar, veía a su padre nervioso por primera vez, se tocaba el pelo con fuerza y hacia gestos agresivos con la mano. — No puedo presentarme, así como así, deben pedir mis servicios, si me adelanto al hecho nos pillaran, si comienzan a investigar caeremos todos. — El que estaba en el teléfono, era uno de los hombres de confianza de Ares concretamente Ben, este se encargaba de las comunicaciones y los Hackeos, todo lo que era Tecnologico. — Hemos escuchado el aviso del chivatazo, justo hace tres minutos ¿Porque demonios no llevas la radio encima? Como nos jodas estas muerto ¿Te queda claro? Coge el aviso y preséntate allí y sálvanos el culo y averigua de una vez quien es el maldito topo o daremos por hecho que eres tú. — Ben enfadado colgó el teléfono, dejándolo con la palabra en la boca, mientras Penelope había escuchado todo lo que se decía en la radio. — Llamando a todas las unidades disponibles, chivataz
Penelope miro a Ares a conciencia, le sorprendió verlo con traje, la última vez lo había visto más informal, le gustaba su aspecto más formal, se veía muy bien enfundado en ese traje, los tatuajes de las manos resaltaban sobre el traje negro, Penelope observo también a la chica que iba con él, estaba intentando analizarla por completo, pero estaba de espaldas a ella, así que solo veía su larga cabellera y su vestido negro corto que se ajustaba a su cuerpo. Leo llamo la atención de Penelope, esta lo miro sin saber que le había dicho. — ¿Lo conoces? — Pregunto Leo de nuevo. — ¿Que? Ah, no ... bueno solo de vista. — Penelope comenzó a prestar atención a los demás y no volvió a mirar a Ares, pero Ares si la miraba, no podia dejar de mirarla, aunque intentaba no hacerlo, le dio una gran calada al cigarro y miro a Cat, esta lo miro picara dándose cuenta que miraba a la chica del cabello naranja. — ¿Quién es ella? — Ares le dio otra calada al cigarro intentando evitar la pregunta de Cat, est
Penelope agarró a Cat del brazo con fuerza, le dio un fuerte mareo repentino después de vomitar, Ares se acercó a ella mirando al chico desafiante, no quería que se acercara a Penelope, pero Leo se acercó. — ¿Penelope estas bien? Vamos te llevare a casa, agarro a Penelope del brazo y le estiro, esta al estar mareada se movió torpemente casi a punto de caer al suelo, Ares con rapidez se colocó frente a ella cogiéndola de los brazos evitando que cayera al suelo, en ese momento la furia se apodero de Ares, miro a Leo fulminándolo, este quito rápidamente las manos que agarraban el brazo de Penelope. — No la toques, no ves que se encuentra mal, vete de aquí antes de que te mate. — Ares lo miro con cara asesina, Cat se quedó alucinada ante la repentina actitud de Ares, nunca lo había visto así con nadie externo a ellos, Penelope miro a Ares sin entender porque le hablaba así pero no dijo nada. — Yo la llevare a casa, tu fuera de aquí. — Ares fue claro, Leo se fue alejando de ellos con miedo,
Pasaban los días y las semanas, Ares no había podido quitarse de la cabeza a Penelope, el dolor de esa noche lo acompañaba siempre, había intentado volver a verla, pero las veces que había estado de hacerlo se había arrepentido, la había seguido y veía todo lo que ella hacía en un día, dudaba mucho que comiera y descansara bien, había conseguido un día estar bastante cerca de ella, ella ni se había dado cuenta de que él estaba allí, sus ojeras la hacían ver muy cansada, estaba más delgada y tenía varios moretones por el cuerpo, sabía que era de las clases de la academia pero le dio mucha rabia de que alguien la hubiera tocado de esa manera, quería encontrar al responsable y pegarle una paliza, intento calmarse, la vio marcharse sin decirle nada, había un poco de consuelo en él, ella había venido todos los días a esta cafeteria desde que el la trajo aquí, Ares quería convencerse a sí mismo que era porque se acordaba un poco de él aunque fuera en mal aspecto, le había pedido a Mery que l
Ares entro en la habitación intentando no hacer ruido, lo que no esperaba es que estuviera despierta, Penelope miro a Ares con tranquilidad, verlo delante de ella le confirmo que no había sido una alucinación, Ares se acercó a la camilla y observo a Penelope. — ¿Que hago aquí? — Te vi en la carrera, te desmayaste en el punto donde daban agua y te traje a mi casa, necesitabas atención médica. — Ares le hablaba enfadado por la dejadez de Penelope. — Estoy bien, deberías haberme llevado con mi hermano. — Penelope miro a su alrededor buscando sus cosas, pero tampoco llevaba teléfono, así que era inútil. — No estas bien, ¿Cuánto llevas sin comer bien, o sin dormir? Sin descansar un solo segundo del día ... — Ares le hablaba enfadado y Penelope no lo entendía. — Me cuido bien, ¿A qué viene esto? Con que derecho me hablas así ... — Penelope no recibiría lecciones de nadie, se destapo para levantarse y así lo hizo, se mareó y le fallaron las piernas, Penelope se cogió a Ares, este la ayudo pr
Ares había podido dormir poco esa noche, el tener a Penelope en la habitación de al lado sus pensamientos no le daban un respiro, deseaba estar con ella como nunca había deseado algo, pero sabía que ella junto al él estaba en peligro, solo el que pasara aquí una noche la ponía en el punto de mira. Nunca se había implicado con una mujer más de lo necesario por su vida tan complicada, sabía que era una debilidad que en su negocio era un blanco fácil pero no sabía cómo parar, acercarse a ella era un impulso que no podía reprimir y ahi estaba en la habitación contigua. Miro el reloj, eran las cuatro y media, así que se levantó para darse una ducha, hoy tenía que supervisar mucho de sus negocios, estos habían comenzado a ser una tapadera pero con los años se han vuelto más primarios, Ares tenía mucho dinero, podría dejar todo cuando él quisiera pero le gustaba lo que hacía, la parte ilegal no era tan fácil de dejar, además ahorraba para irse lejos de allí que nunca nadie lo volviera a enco
Penelope salió detrás de Ares, esta le adelanto con enfado ignorándolo, Ares se dio cuenta de su expresión, el cazador fue cazado. Penelope había intentado jugar sucio así que Ares la imito, fue hacia el Audi negro que conducía Ben, este miro a la chica pelirroja que no había visto, este miro a Ares pidiendo una explicación con la mirada, este se montó en la parte del conductor, Ben lo imito metiéndose en la parte del copiloto. — ¿Quién es ella? — Ben volvió a mirarla descaradamente esto enfado a Ares. — No, la mires así...— ben lo miro de golpe. —¿Es tu novia? — No, no digas tonterías, solo es una amiga que necesitaba ayuda ... — ben se echó las manos a la cabeza encajando quien era. — Ares es la jodida policía ¿Verdad? La has traído aquí y nos ha visto a la mayoría, ¿Ella sabe a qué nos dedicamos? — No, ella no es nadie Ben, no tiene por qué saberlo, ella no dirá nada, así que cállate. — Ares la miro de nuevo pensando en las advertencias de Ben, sabía que la había cagado, pero tenía