Penelope agarró a Cat del brazo con fuerza, le dio un fuerte mareo repentino después de vomitar, Ares se acercó a ella mirando al chico desafiante, no quería que se acercara a Penelope, pero Leo se acercó. — ¿Penelope estas bien? Vamos te llevare a casa, agarro a Penelope del brazo y le estiro, esta al estar mareada se movió torpemente casi a punto de caer al suelo, Ares con rapidez se colocó frente a ella cogiéndola de los brazos evitando que cayera al suelo, en ese momento la furia se apodero de Ares, miro a Leo fulminándolo, este quito rápidamente las manos que agarraban el brazo de Penelope. — No la toques, no ves que se encuentra mal, vete de aquí antes de que te mate. — Ares lo miro con cara asesina, Cat se quedó alucinada ante la repentina actitud de Ares, nunca lo había visto así con nadie externo a ellos, Penelope miro a Ares sin entender porque le hablaba así pero no dijo nada. — Yo la llevare a casa, tu fuera de aquí. — Ares fue claro, Leo se fue alejando de ellos con miedo,
Pasaban los días y las semanas, Ares no había podido quitarse de la cabeza a Penelope, el dolor de esa noche lo acompañaba siempre, había intentado volver a verla, pero las veces que había estado de hacerlo se había arrepentido, la había seguido y veía todo lo que ella hacía en un día, dudaba mucho que comiera y descansara bien, había conseguido un día estar bastante cerca de ella, ella ni se había dado cuenta de que él estaba allí, sus ojeras la hacían ver muy cansada, estaba más delgada y tenía varios moretones por el cuerpo, sabía que era de las clases de la academia pero le dio mucha rabia de que alguien la hubiera tocado de esa manera, quería encontrar al responsable y pegarle una paliza, intento calmarse, la vio marcharse sin decirle nada, había un poco de consuelo en él, ella había venido todos los días a esta cafeteria desde que el la trajo aquí, Ares quería convencerse a sí mismo que era porque se acordaba un poco de él aunque fuera en mal aspecto, le había pedido a Mery que l
Ares entro en la habitación intentando no hacer ruido, lo que no esperaba es que estuviera despierta, Penelope miro a Ares con tranquilidad, verlo delante de ella le confirmo que no había sido una alucinación, Ares se acercó a la camilla y observo a Penelope. — ¿Que hago aquí? — Te vi en la carrera, te desmayaste en el punto donde daban agua y te traje a mi casa, necesitabas atención médica. — Ares le hablaba enfadado por la dejadez de Penelope. — Estoy bien, deberías haberme llevado con mi hermano. — Penelope miro a su alrededor buscando sus cosas, pero tampoco llevaba teléfono, así que era inútil. — No estas bien, ¿Cuánto llevas sin comer bien, o sin dormir? Sin descansar un solo segundo del día ... — Ares le hablaba enfadado y Penelope no lo entendía. — Me cuido bien, ¿A qué viene esto? Con que derecho me hablas así ... — Penelope no recibiría lecciones de nadie, se destapo para levantarse y así lo hizo, se mareó y le fallaron las piernas, Penelope se cogió a Ares, este la ayudo pr
Ares había podido dormir poco esa noche, el tener a Penelope en la habitación de al lado sus pensamientos no le daban un respiro, deseaba estar con ella como nunca había deseado algo, pero sabía que ella junto al él estaba en peligro, solo el que pasara aquí una noche la ponía en el punto de mira. Nunca se había implicado con una mujer más de lo necesario por su vida tan complicada, sabía que era una debilidad que en su negocio era un blanco fácil pero no sabía cómo parar, acercarse a ella era un impulso que no podía reprimir y ahi estaba en la habitación contigua. Miro el reloj, eran las cuatro y media, así que se levantó para darse una ducha, hoy tenía que supervisar mucho de sus negocios, estos habían comenzado a ser una tapadera pero con los años se han vuelto más primarios, Ares tenía mucho dinero, podría dejar todo cuando él quisiera pero le gustaba lo que hacía, la parte ilegal no era tan fácil de dejar, además ahorraba para irse lejos de allí que nunca nadie lo volviera a enco
Penelope salió detrás de Ares, esta le adelanto con enfado ignorándolo, Ares se dio cuenta de su expresión, el cazador fue cazado. Penelope había intentado jugar sucio así que Ares la imito, fue hacia el Audi negro que conducía Ben, este miro a la chica pelirroja que no había visto, este miro a Ares pidiendo una explicación con la mirada, este se montó en la parte del conductor, Ben lo imito metiéndose en la parte del copiloto. — ¿Quién es ella? — Ben volvió a mirarla descaradamente esto enfado a Ares. — No, la mires así...— ben lo miro de golpe. —¿Es tu novia? — No, no digas tonterías, solo es una amiga que necesitaba ayuda ... — ben se echó las manos a la cabeza encajando quien era. — Ares es la jodida policía ¿Verdad? La has traído aquí y nos ha visto a la mayoría, ¿Ella sabe a qué nos dedicamos? — No, ella no es nadie Ben, no tiene por qué saberlo, ella no dirá nada, así que cállate. — Ares la miro de nuevo pensando en las advertencias de Ben, sabía que la había cagado, pero tenía
Ares sabía que debía dejar este juego que tenía con Penelope porque los problemas no solo podían ser un corazón roto si no la carcel y la muerte de muchas personas, sabía que le iba a costar mucho apartarse de ella, pero también quería intentarlo. — Me gustaría intentarlo, pero ya hemos comenzado con mentiras, está de por medio su padre pude notar que no se llevan bien, no son una familia idílica como la muestra ante la gente, él nos ayuda, si ella sigue conmigo tendre que contarle todo, todo su mundo y el de su hermano se vendría abajo, no sé si sere capaz de hacer eso. — Cat lo miro con tristeza, no sabía que decirle, quería que su amigo tuviera a alguien a quien amar, pero se había fijado en la chica incorrecta, aunque esa palabra no le gustaba. — No sé qué decirte Ares, eres mi mejor amigo, mi hermano y quiero que seas feliz pero nuestra vida es muy compleja para el amor, yo me pregunto muchas veces si alguien como nosotros merece el amor. — Tu si lo mereces Cat y sabes que puedo f
Penelope lo miro desde la otra parte de la acera, estaba nerviosa ya le había dicho que no era bueno que se siguieran viendo y él estaba aquí después de decirle que no quería dejar de verla, Ares le hizo un gesto con la cabeza para que avanzara, esta con dudas miro a la carretera al ver que no había coches cruzo a paso ligero hasta llegar a Ares. — Monta en el coche. — Ares sonaba serio, Penelope entro a este y miro de nuevo a Ares, este miraba al frente serio, se pasó la mano por su nuca y después la miro.— ¿Como has pasado hoy el día? — Penelope no esperaba esa pregunta, se relajó de inmediato y le contesto. — Bien, esta semana solo son clases prácticas así que bien. — ¿Has comido y dormido bien? — Penelope lo miro arrugando su nariz no entendía a que venía esa pregunta. — Si, claro. — Si no has cenado podríamos ir a un restaurante no está lejos de aquí, dejare que vuelvas pronto. — Ares no aparto su mirada intensa de Penelope. — Ares no evadas lo que te he dicho por teléfono, creo
Penelope se puso el vestido se sorprendió al ver que le quedaba a la perfección, ¿cómo sabría la su talla? quizá Cat le había ayudado pensó. Se miro al espejo, la verdad que el vestido estilizaba su cuerpo, se probó los zapatos y la verdad que junto con el bolso a juego pareciera que la iba a llevar a una fiesta, Ares tenía buen gusto para la ropa, se lo quito todo guardándolo para que no se estropeara y abrió una de las tres bolsas que quedaban sin abrir, se sorprendió al ver un conjunto de lencería negro, demasiado transparente como para dejar a la imaginación, se puso roja al pensar en que él había elegido esas cosas para ella ... Y la intención una cita. Penelope lo dejo a un lado de la cama y abrió otra de las bolsas, las dos que quedaban eran pequeñas, saco la caja que contenía una de ellas de terciopelo, ¿Podia ser lo que estaba pensando? Abrió la caja despacio y vio el hermoso colgante, eran dos finas cadenas en plata una más corta que otra, en el centro dos pequeñas lágrimas d