En ese momento se me insinuó para que tuviéramos sexo. Pero no, jamás aceptaría estar con él nuevamente cuando me abandonó por ir detrás de Brenda.—Por favor, mi vida. Te deseo, desde que nos reencontramos, te deseo tanto que no he dejado de pensar en ti.—Me ignoraste, dijiste que yo estaba loca, no vengas ahora a darte baños de santidad. —reproché al recordar nuestro primer encuentro en la clínica cuando él pidió que me sacaran de la sala de operaciones porque mi mente no estaba bien.—Yo no sabía que habíamos sido víctimas de nuestros padres. Te juro que todo este tiempo te maldije por haberme traicionado, nuestros padres son los culpables de nuestra separación.—Te dije que ellos no nos aceptarían, pero no, tú insististe en que nos casáramos y que todo estaría bien.—Perdóname, mi amor, fue una situación de celos que se me salió de las manos. Pero ahora estamos juntos de nuevo y podemos retomar nuestra vida desde donde la dejamos.—¿Tan fácil se te hace?—Cariño, solo recuerda lo
Cuando volví a despertar, me llevé el susto del día al ver que Andy seguía en la cama. Vi la hora en mi teléfono y, ¡joder! Las nueve de la mañana y este cabrón no se ha ido a su cabaña junto a Brenda.Lo desperté porque ya presentía que ella vendría a preguntar por él, ¿y qué mierda le diría? ¡Ah, mira, querida, tu amor durmió a mi lado porque somos marido y mujer! Ja, Andy, ¿en qué puros problemas me quieres meter? —Renegué en mi mente.—Buenos días, mi bella esposa. —saludó, abriendo sus ojos con pesadez. —Es la primera vez en años que duermo con tanta tranquilidad después de nuestra separación. —declaró.—Vete, Andy, no pierdas más el tiempo con tus mentiras porque no voy a creer en ellas.—Ah, me duele la herida que me hice por tu culpa. —se quejó—. Ayuda a colocarme una bendita. —Pidió. Se le veía fea el área, estaba un poco morada e inflamada. Me pregunto qué dirá en la clínica cuando los colegas quieran saber lo que sucedió.Tomé un poco de alcohol y la limpié para luego cubri
ANDYRaquel me compartió su ubicación, me alegré de que no hayan caminado tan lejos de la playa. Estoy muy molesto porque ella sabe que donde sea que el bebé se encuentre corre peligro y aun así se le ocurre separarse de mí.Llegué al lugar donde el buscador me indicaba. Estoy preocupado porque antes de colgar la llamada escuché un sonido y ella no volvió a hablar. Mi hijo le hablaba y ella no le respondía, luego la llamada se fue y no volvió a atenderla.Juro que todo el trayecto hasta aquí lo hice corriendo, afortunadamente me mantengo en forma y no se me complicó hacerlo. Veo que hay un grupo de personas rodeando a alguien, me acerco a ellos, temiendo lo peor.—¡Papá! —gritó mi pequeño al verme. Haciendo que el alma regrese a mi cuerpo, pensé que mi padre se lo había llevado; eso era lo que más temía. Raquel está sentada sobre una banqueta, una señora le ofrece agua y otra le acaricia el cabello como tranquilizándola.—¡Estás aquí! —exclamó con su mirada feliz y llena de esperanza.
Finalmente, Andy accedió a mi petición de acompañarles. Pero antes fui chantajeada, y es que si no le daba un beso me dejaría encerrada en el auto. Odio que se ponga en plan seductor cuando estamos en una situación caótica.Odio que él tenga control sobre mis emociones cuando la culpa me atormenta por estar engañando a Brenda, sigo creyendo que ella es el amor de su vida, no creo esa teoría de que están juntos solo por una promesa que le hizo al padre de ella.Caminamos por mucho rato, pero aun así el teléfono no funcionaba. Se me hacía un tanto extraño el lugar, no recordaba que lo hubiéramos pasado cuando veníamos.—Creo que nos hemos equivocado de camino. —Dijo Andy, sacándome de mis pensamientos… justo lo mismo que yo estaba analizando.—Ya lo he notado. —Respondí. No quise decir algo más porque me siento molesta y de mi boca no saldrá nada agradable si la llego a abrir.—¿Y ahora qué hacemos? —Preguntó. Como si yo le daría la solución.Me encogí de hombros, pero él no lo notó por
Aquí estamos ya en una habitación, muertos de la risa por el susto que nos llevamos al encontrar a aquel hombre que tan solo se trataba del cuidador de la propiedad por donde andábamos caminando.—Nunca olvidaré tu cara de miedo. —Se burla Andy.—Y tú, estabas aterrado de que nos robaran al niño. —dije, acabando de reír.—Tenía miedo de que nos hicieran daño a los tres, pero más me preocupaba por ustedes dos. No sé qué haría si un día los llego a perder. —Confesó, ahora en modo serio.—Gracias por protegernos, es lo único que puedo decir. —Finalicé.Volviendo al tema de la carretera, Andy le mostró su tarjeta de identidad al hombre. Le ofreció dinero con tal de que no nos hiciera daño. El hombre entendió y de aquel carácter de mierda ya no había nada, se convirtió en un ser amable que hasta nos ofreció esta cabaña para que pasáramos la noche.—Mi esposa y yo, vivimos en aquella casa. —Nos señaló una cercana—, si necesitan comida o algo más, pueden ir. Yo estaré afuera vigilando, pero
Ya era media noche y yo aún no podía dormir, sentía un ambiente extraño dentro de esa habitación. Llevo años durmiendo sola y jamás había sentido algo como eso.—Andy, presiento que alguien nos observa, tengo miedo. —dije, esperando a que él estuviera despierto.—Es tu mente la que no te deja tranquila porque no me quieres. —Respondió el baboso.—No bromees en este caso, Andy, te digo que, ¡Ah!—Cariño, ¿qué fue eso?—Joder, he sentido que me han jalado de los pies, esto es horrible. Andy, abrázanos. —Supliqué en llanto volviéndome a acomodar en mi lugar.—Dame tu espacio, yo te abrazaré a ti y tú abrazarás al niño.Intercambiamos de lugar, y ya yo estaba temblando por el miedo. Jamás me había sucedido algo como esto, por suerte este idiota está conmigo, de lo contrario ya me hubiese dado un infarto.—Tranquila, mi amor, estoy contigo, te cuidaré mientras duermes. ¿Sabes? Creo que eso te pasa por rechazarme —¡Ah! ¡Qué rico me tocas, eso sí está mejor! —comentó de pronto.—¿De qué habl
Es día lunes y estamos de regreso en la ciudad listos para comenzar una nueva semana de trabajo. Hasta el momento, Brenda no sospecha nada sobre nosotros, ella se mostró preocupada por la salud del bebé y le hice saber que ya todo se había normalizado.—Cariño, será mejor si contratamos dos niñeras para que cuiden mucho mejor a nuestro hijo. —Propuso Andy, entrando en mi consultorio.—Tienes que tener cuidado en cómo me tratas, Andy. Te recuerdo que nadie sabe que estamos casados. Por cierto, ya va siendo tiempo de que comencemos con los trámites del divorcio.—Ash, me malea no poder gritar a los cuatro vientos que eres mi esposa.—No me ignores, te digo que busques un abogado para que nos ayude con el divorcio.—No me divorciaré de mi amada mujer.—Ya cállate. Trátame como tu asistente de cirugía.—Está bien, señorita hermosa.Puse los ojos en blanco y me crucé de brazos al ver lo necio que es este hombre del que, por desgracia, me enamoré profundamente.—Entonces, ¿cuento con tu apr
Estaba tan asustada que, cuando escuché la voz que llamaba a mi hijo, pegué un brinco. Es el imbécil de Andy que anda abaratando aquí y sacando mis buenos sustos y nervios.Decidí seguir mi camino y hacer como si hace unos segundos no haya estado cargándome de miedo.—Hola. —Saludé cuando me topé con él. —¿El hombre de la casa apenas viene llegando de la clínica? —Hablé tonterías para disimular mis nervios.—Hola, cariño. —Respondió, saludándome con un beso en la mejilla. —¡Cuánto deseo devorar esos labios! — susurró.No le dije nada, lo empujé y continué mi camino. No me gusta que él nos exponga tanto cuando le he pedido en muchas ocasiones que no actúe así cuando estamos en casa, bueno, en ningún lugar debería hacerlo porque él ya tiene su mujer con la que pasa las noches y esa es Brenda.Más tarde me fui a descansar. Creo que ya estaba a punto de dormir cuando escuché que la puerta de la habitación se abrió.—No puedes dormir sin mí, verdad, cariño. —Dije emocionada, sin abrir los