Estaba tan asustada que, cuando escuché la voz que llamaba a mi hijo, pegué un brinco. Es el imbécil de Andy que anda abaratando aquí y sacando mis buenos sustos y nervios.Decidí seguir mi camino y hacer como si hace unos segundos no haya estado cargándome de miedo.—Hola. —Saludé cuando me topé con él. —¿El hombre de la casa apenas viene llegando de la clínica? —Hablé tonterías para disimular mis nervios.—Hola, cariño. —Respondió, saludándome con un beso en la mejilla. —¡Cuánto deseo devorar esos labios! — susurró.No le dije nada, lo empujé y continué mi camino. No me gusta que él nos exponga tanto cuando le he pedido en muchas ocasiones que no actúe así cuando estamos en casa, bueno, en ningún lugar debería hacerlo porque él ya tiene su mujer con la que pasa las noches y esa es Brenda.Más tarde me fui a descansar. Creo que ya estaba a punto de dormir cuando escuché que la puerta de la habitación se abrió.—No puedes dormir sin mí, verdad, cariño. —Dije emocionada, sin abrir los
¿Para qué voy a negar que la imponente presencia de mi hermanastro me vuelve loca? Y más, cuando estamos encerrados en una misma habitación y cabe la posibilidad de que suceda cualquier cosa de la que luego me arrepentiré.—Mi linda hermanastra, ¿recuerdas que el día en que nos conocimos prometí que cuidaría de ti?Yo sonreí. En ese momento él me dijo que yo era una niña y como hermano mayor me mantendría vigilada para que ningún chico se acercara a mí y me rompiera el corazón.—Pensé que me odiarías por quitarte a tu padre. —Sonreí.—Quizá si no hubieses sido tan bella… tan malditamente sexi, te hubiera despreciado. Pero no, nunca imaginé que papá se casaría por segunda vez y me enamoraría de su hijastra. —apuntó.No sé en qué momento él se sentó en una esquina de la cama, pero allí estábamos riéndonos a carcajadas, recordando el pasado cuando huíamos de nuestros padres para darnos un beso y uno que otro arrimón.—Por tu culpa me volví adicto al sexo, he sufrido tanto tu ausencia com
Al amanecer, quería matar a Andy por despertarme a puros besos. Me rogó para que volviéramos a hacer el amor, pero en realidad yo estaba demasiado adolorida de mi vagina. Anoche nos dimos duro, como decimos popularmente, y ya no doy para otra ronda por este día.—Vete a tu habitación, el niño o las niñeras nos verán juntos y no nos conviene. —Pedí. El perezoso se quitó de encima de mí y ¡maldición! Se le ocurre mostrarse desnudo frente a este angelito.—¡Ten un poco de dignidad y cúbrete! —Exigí.—¿Por qué tendría que esconder mi cuerpo a la mujer que me lo ha besado por completo? —murmuró. Yo sentí mi rostro arder.—Tienes… tienes nuevos tatuajes. —Dije inconscientemente. Reconociendo algunos en sus brazos que anteriormente no los tenía.—Cada uno de los que me he hecho después de nuestra separación ha sido dedicado a ti. Solo observa con detenimiento. —Se acercó y señaló su pelvis. Me sentí nerviosa, ver directamente a ese parte de su cuerpo tan privada me hizo sentir excitada.—Te
Los días van pasando y delante de Brenda nosotros continuamos fingiendo ser solo un par de hermanastros que se respetan mucho como tal. En la clínica nos tratamos como médico y practicante, allá ni siquiera sospechan que estamos emparentados.Brenda está muy emocionada porque esta noche celebrará su supuesto aniversario con Andy. Estoy furiosa porque yo misma la ayudé a elegir el lugar, especialmente para parejas que se aman, así me lo pidió ella.—Cuñada, por favor, no le digas a tu hermano sobre esto. Quiero que sea una sorpresa, le encantará, estoy segura. —Dijo con emoción.—Brenda, me alegro de que tú y mi hermano se lleven bien, pero, ¿no crees que ya va siendo hora de que me den un sobrino? —comenté, tanteando el terreno.—Oh, sí. Eso le propondré a Andy esta noche, ya quiero ser la madre de su hijo.Yo sonreí con falsedad, ese imbécil me ha dicho que no tienen sexo y ahora esta sale con que buscarán un hijo. Ya no sé ni a quién creerle esta estupidez, lo mejor será que yo me h
Todos nos fuimos a la clínica, el horario de entrada es el mismo para los tres. Como siempre, quien va de copiloto al lado de mi marido es su amante Brenda, mientras que yo viajo en el asiento trasero y solo los observo o escucho hablar entre ellos. Casi nunca hablo durante el trayecto porque me hago la dormida.Cuando llegamos, ellos se entretuvieron para hablar de no sé qué asunto y yo aproveché a escapar. Toda la mañana estuvimos muy ocupados y no pudimos estar a solas Andy y yo, lo que me ayudó a que él no me interrogara.A la hora del almuerzo, él me envió comida, mucha comida demasiado deliciosa y en cuestión de minutos me lo devoré todo. Lástima que, con la misma intensidad con que los degusté, los devolví en el retrete.Justo cuando regresé a mi escritorio, llegó Brenda a restregarme en la cara que lo habían pasado de lo mejor en su aniversario y que, es probable que ya hayan encargado a su hijo.—En ese caso no puedo decir más que felicitaciones, espero funcione y me permitan
Me disculpé con todos por causarles preocupación. Tomé mi teléfono, mi sabana y me fui a la habitación de mi hijo, dejándolos a ellos atrás y seguro que mucho más confundidos con mi actuar.Encendí mi teléfono y le envié un mensaje de texto al baboso de Andy. Le pedí que, por favor, me dejara descansar y no se atreviera a perturbar nuevamente mi vida privada.No sé por qué finge preocuparse por mí, cuando es evidente que ama a Brenda y yo… yo solo soy su pasatiempo.Al día siguiente me levanté mucho antes que ellos dos, o eso fue lo que pretendí hacer, porque cuando llegué a la mesa del comedor, él ya estaba allí con su periódico del día.—Buenos días, ¿te sientes mejor? —preguntó, dejando a un lado el papel y enfocándose en mí.—Estoy bien. —Respondí secamente. Pedí un vaso con zumo naranja cuando la señora de la cocina se acercó.—Tienes que desayunar. —Ordenó.—No tengo hambre. —Respondí sin voltearlo a ver.—Pequeña, por tu bien, come algo para que tu estómago se quede contento. —
Brenda se marchó antes que nosotros, obviamente ella es la encargada de organizar dicha sorpresa y es lógico que ni siquiera espere a que todos se levanten. Yo sí estaba levantada porque tenía un asco horrible y decidí preparar un té de canela para suavizar el estómago.Estaba de espaldas a la puerta, no escuché cuando Andy entró y me abrazó por la espalda.—¡Cariño, estás aquí!—¡Suéltame! —Exigí.—Déjame sentir tu cálida piel y tu aroma inigualable a la que he extrañado durante estos días que me han parecido muchos años de separación. —Susurró, colocando su barbilla en mi cuello.—Andy, no, por favor. —Pedí, cuando sentí sus manos, levantar mi camisa de dormir y acariciarme el vientre y decir: Aquí tenemos un hermanito para…—¡Papá! ¡Feliz cumpleaños, papá! —gritó nuestro hijo desde la puerta. Andy aflojó su agarre y solo así me pude zafar. Lo volteé a ver y estaba con una sonrisa, lo sentí como una burla.—Hijo, ven aquí. —Pidió, poniéndose a su altura para abrazarlo.—¡Te amo, pap
Me quedé callada. Si Andy toma la iniciativa de confesar nuestra relación, entonces lo dejaré hacer, ya luego veremos que sucede, no me agrada estar mintiéndole a Brenda cuando ella lo único que hace es preocuparse por mí y mi hijo.Llegamos al parqueo exclusivo para él, sí, este es un hombre egocéntrico al que no le gusta relacionarse con los demás, y mucho menos cuando se trata de sus autos.—Pediré que te lleven el almuerzo a tu consultorio.—Está bien. —Respondí con una sonrisa boba.—Creo que se te olvida una cosa.—Aquí llevo todo. —dije, abriendo mi cartera antes de bajar.—Tu marido está de cumpleaños y no lo has felicitado. —Hizo un puchero de niño regañado.—Oh, lo siento. ¡Feliz cumpleaños al gruñón más guapo! —Expresé con un abrazo.—Te amo, corazón. Te amo demasiado, por favor, no te tortures imaginando cosas que ni al caso. —Besó mis labios, sonreímos y nos separamos al yo bajar del auto.Me siento feliz, como una niña tonta recién enamorada.A la hora de finalizar el ho