Giselle Durante todo el viaje me la paso realmente bien con Pierre y Scarlett, y cuando veo la forma en que se llevan e incluso como Pierre parece protegerla aun cuando ella ya es una adulta, me hace sentirme un poco celosa de ellos, por tenerse el uno al otro.—¿Está todo bien? —me cuestiona la rubia cuando se percata de que me quedo en silencio.—Sí, es solo que al verlos me hubiese gustado tener un hermano, así no me sentiría tan sola después de la muerte de mis padres y creo que nunca me habría casado con Oliver —musito con melancolía.—Lo bueno es que ahora tienes al jefe —asevera Scarlett con una sonrisa.Después de eso cambiamos de tema y una vez que llegamos al antro, donde ya nos esperan algunos de los amigos de Scarlett, la rubia se apresura a presentármelos a todos.—¿Beberás algo? —inquiere Pierre, quien por suerte no se ha despegado de mí y gracias a su compañía no me siento tan fuera de lugar.—No bebo alcohol —le confieso, evitando decirle que la única vez que se me oc
Nathan y yo nos observamos por algunos segundos sin saber que decir sobre la todo lo que nos contó Kalet y solo hasta que el ojiazul me toma de la mano y me lleva hasta donde está aparcado su auto, subimos a él y nos ponemos en marcha, es que hablamos sobre lo ocurrido.—¿Tú sabías lo de Scarlett y Kalet?—No.—¿Pero cómo es posible que no lo sepas si Kalet es tu mejor amigo?—Porque después de que cumplí doce años, mi padre e Iris me mandaron a un internado a España, así que durante varios años perdí contacto con Kalet.—Vaya, no lo sabía —musito apenada.—Es lógico, cariño. Es algo que no te he contado, pero sí estuve fuera del país por algunos años, todo por capricho de Iris, tal vez creyó que en ese tiempo podría darle a mi padre otros hijos para así adueñarse de mi herencia, con lo que no contaba es que en realidad casi todo pertenecía a mi madre, la casa, la empresa, el dinero.—¿A tu madre? —inquiero sorprendida.—Sí, a mi madre. En realidad ella era dueña de la empresa, el set
Dando pequeños pasos, nos desnudamos por completo hasta llegar al filo de la cama, donde me recuesta con delicadeza casi como si me tratase de algo muy valioso y cruzando mis brazos sobre mi pecho al sentirme avergonzada de estar desnuda frente a él, lo veo darse la vuelta por algunos segundos, para después regresar junto a mí y mirarme con tal lujuria que mi respiración se acelera anticipándose a lo que está por suceder.—¡Eres realmente hermosa! —murmura, tomando uno de mis pies y besando mi empeine, hasta subir poco a poco por todo lo largo de mi pierna, sin dejar de adorar cada rincón de mi cuerpo.Cuando su boca se detiene en el interior de mi muslo, un pequeño gemido escapa de mi boca, al sentir como su cálido aliento choca con mi intimidad y viéndolo reír desde su posición, siento como mis mejillas se sonrojan.—No te desesperes cariño, te aseguro que esta noche será inolvidable para ambos —dicho esto, al igual que con mi otra pierna, sus labios se esmeran en dejar sutiles beso
Nathan Estiro mis brazos con la intención de enredarlos en la cintura de Giselle, pegarla a mi cuerpo y aspirar ese delicioso aroma que emana de ella e incluso si tengo la oportunidad de volver a hacerle el amor, no obstante cuando siento las mantas frías como una clara señal de que se ha levantado desde hace tiempo, abro los ojos de golpe y comienzo a buscarla con la mirada.—¿Giselle? —la llamo conteniendo un bostezo y debido a que no obtengo respuesta de su parte, me pongo de pie y decido buscarla en el baño.Pensando que tal vez ha decidido tomar una ducha y con la idea de acompañarla, abro la puerta para sorprenderla, pero mi desilusión es tal cuando tampoco la encuentro aquí.Me dirijo al clóset donde es posible qué se encuentre eligiendo que ropa usar, pero tampoco está ahí y sintiéndome un poco decepcionado de que se haya levantado sin mí, tomo una ducha.Cuando bajo al comedor, solo veo a Iris y rodando mis ojos ante la espeluznante idea de tomar mi desayuno con ella, regres
Giselle Lemaire Observo el gesto de desagrado de la mujer, la cual me indica que puedo subir al piso de mi marido y bajando la mirada me dirijo al ascensor. Como casi no vengo a este lugar se me olvida que aquí tampoco soy bien recibida, el trato de estas personas no es diferente del que recibo en casa.Una vez que llego al último piso, me muerdo los labios lista para recibir esa mirada burlona que siempre me dedica Paulette, la asistente de mi marido, no obstante para mi sorpresa su escritorio se encuentra vacío y gracias a ello lanzo un suspiro de alivio, seguramente está en el baño y de momento me puedo librar de ella.Me acerco a la enorme e imponente oficina de Oliver y justo cuando estoy por tocar a la puerta, me percato de que está un poco abierta, debido a lo cual las voces del otro lado llegan con bastante facilidad.—¿Ya sabes los ingredientes del nuevo perfume de los Dubois? —cuestiona Oliver a alguien.—Sí, justo hace un rato Leroy me la entregó —musita con suficiencia la
—Ja, ja, ja. ¿Quién creería que usted y yo somos amantes? —cuestiona con incredulidad el hombre—. Ni en sueños podría fijarme en alguien como usted, es tan ordinaria que me duelen los ojos de solo mirarla, ¿además cómo podría confiar en la mujer que está detrás de cada caída mía?—¡¡Nathan!! —grita su chófer.—Nada de Nathan, tan solo mírala. Se ve tan desalineada y poca cosa que es increíble que sea esposa del bastardo de Lefebvre. Ahora entiendo por qué tiene tantos años engañándola.—Y-yo sé que mi apariencia no es la mejor, pero es lo único que se me ocurre para humillar a Oliver —murmuro, soportando sus insultos—. ¿Y a qué se refiere en que yo estoy detrás de sus desgracias?—Su laboratorio siempre es una competencia bastante fuerte para nosotros, así como robar nuestros productos, eso se les da de maravilla.—¿Mi laboratorio?—Sí, su laboratorio. Todos saben que el laboratorio ParfumLab le pertenece y que es la única dueña.—E-eso no es verdad, el laboratorio de mis padres se fu
Nathan DuboisObservo el prototipo de mi próximo lanzamiento y sintiendo una satisfacción profunda al saber que por primera vez los Lefebvre no podrán robarme mi idea, lanzo un suspiro de alivio y dejo el pequeño frasco de vidrio en su lugar.—¿Qué le pareció el envase? —me cuestiona el jefe de producción.—Me gusta, es justo como lo imaginaba, realmente es perfecto para el nuevo producto.—Sabía que le gustaría —responde animado.Después de intercambiar unas cuantas palabras y pedirle que comencemos con la producción a gran escala, me dirijo al área de empaque para revisar los últimos detalles del embalaje que usaremos.Reviso con los encargados que el material sea de acuerdo con lo que pedí y cuando termino con ellos regreso a mi oficina.—Jefe, aquí está el reporte de las ventas que me solicitó —me intercepta Scarlett en cuanto me ve salir del ascensor—. Podrá encontrar el detalle por producto y por región.—Gracias Scarlett, siempre tan eficiente y…—Su perro se encuentra esperand
GiselleDespués de más de treinta minutos llego a las rejas de la casa que ahora me causa tanto repudio y sin más opción las traspaso. Cuando una vez más estoy frente a la puerta, toco el timbre y al cabo de unos segundos el ama de llaves me abre, no sin antes dirigirme una mirada despectiva.—¿Dónde estaba? —me cuestiona con molestia, sin siquiera dignarse a saludarme.—Salí a dar una vuelta —respondo con la mirada baja. No puedo creer que nadie en esta casa me respete, pero más aún que yo haya sido tan idiota cómo para soportar este trato.—En lugar de estar perdiendo el tiempo, debería de estar cuidando a mi niño —se queja, pero antes de que pueda continuar con sus comentarios maliciosos, la voz de mi suegra nos interrumpe.—Hasta que te dignas a regresar. ¿Dónde estabas? —inquiere, cruzando sus brazos sobre su pecho y fulminándome con la mirada.—Salí a dar una vuelta.—¿Saliste a dar una vuelta? ¿Acaso el aire del jardín no es suficiente para ti? —chilla sin dejar de fruncir el c