Después de un viaje bastante tranquilo por fin llegamos a nuestro destino y aceptando la mano de Nathan bajo del auto. Levanto la mirada y perdiéndome en el enorme recinto que espera frente a nosotros, me dejo arrastrar por Nathan a la entrada del lugar, donde damos nuestros nombres y sin perder tiempo nos permiten entrar.—Es hermoso —musito sin dejar de observar cada rincón.—Este año se esmeraron más en la decoración —asevera con un gesto de indiferencia, no obstante, yo estoy fascinada al ser la primera vez que vengo a este tipo de eventos.Y tal vez es por el aire festivo que se respira a donde sea que se mire, pero ver a las personas con una enorme sonrisa y escuchar el murmullo de sus conversaciones, me hace sentir bastante alegre.—Te ves muy feliz —murmura Nathan, enredando su brazo en mi cintura y tomando mi barbilla entre sus dedos, mientras me mira con una sonrisa de lado.—Sí, creo que se debe a la temporada. Me encantan estas fechas, ver todo adornado, las familias reuni
—Algo importante que he de mencionar antes de que comiencen a ofertar es que este perfume es el primero de la historia en este evento que consigue una nota perfecta… —anuncia emocionado, dejando en suspenso a todos los asistentes—, por lo que las ofertas comenzarán con cien mil euros.Sin poder creerlo, me cuelgo del cuello de Nathan, quien de inmediato me sostiene entre sus brazos sin dejar de sonreír y ante la mirada atónita de todos, me da un tierno beso.—Nunca imaginé que nosotros seríamos los primeros en conseguir una calificación perfecta —le confieso aún sorprendida por todo lo que ha sucedido esta noche.—En realidad lo conseguiste tu cariño.Antes de que pueda decirle algo más siento una penetrante mirada sobre nosotros y cuando mis ojos se encuentran con los de Oliver puedo darme cuenta de que su mandíbula está tensa, como cada vez que se enfurece.—¿Qué miras, cariño? —inquiere Nathan, tratando de llamar mi atención.—No es nada —musito con un ligero escalofrío.—En ese ca
—¿Acaso te volviste loco? —me riñe Kalet—. ¿Qué demonios te sucede?—No es asunto tuyo —gruño, dándome la vuelta para comenzar a subir las escaleras.—Claro que es asunto nuestro si tratas a esa muchacha de esa forma. ¿De dónde sacas que te engaña con Lefebvre? —me increpa mi nana.—¿Qué de dónde lo sacó? Ese imbécil tenía en su poder la pulsera que era de mi madre y…—¿Y eso qué? No es prueba suficiente, tal vez Giselle la perdió en algún evento.—¿Y ella no se dio cuenta? —me burlo—. Además, también es una traidora que siempre ayudó a los Lefebvre a modificar mis creaciones para hacerlas pasar como de ellos, incluso nos lo acaba de confesar, ¿o es que no la escucharon?—¿Y qué si fuese así? Es algo que ya pasó —comenta, restándole importancia.—Pero nunca fue sincera, viéndome a la cara, me mintió y me dijo que ella no sabía nada de ello cuando en el fondo siempre estuvo al tanto.—Tampoco tienes pruebas de ello, Nathan. Así que deja de comportarte como un completo imbécil, abre la
Al día siguiente —No has comido, ¿no tienes hambre? —me cuestiona la abuela de Kalet, observándome desde el otro lado de la pequeña mesa.—N-no puedo comer nada, siento como si fuesen lijas —balbuceo, removiendo mi pan francés de un lado al otro.—Debes de comer o te enfermarás —insiste, sujetando mi mano y apretándola con cariño.—¿Nathan no ha hablado? —inquiero, mirando tanto a nieto como abuela.—No —musitan al unísono.—No te preocupes por él querida, tal vez en unos días se le pase y venga a pedirte perdón —sugiere no tan segura de sus propias palabras.—L-lo dudo, los escuché ayer por la noche —niego sus palabras comenzando a llorar como no he dejado de hacerlo desde ayer por la tarde.—Lo siento querida, nosotros hablamos sin pensar y…—No, solo dijeron lo q-que posiblemente está pensando Nathan —limpiando mis lágrimas, tomo su mano y apretándola con fuerza, me aferro a mi última esperanza—. ¿Usted podría regresar y hablar con él, hacerle entrar en razón? —le suplico aun cuan
Con una fuerte opresión en el pecho y el pulso acelerado, observo el juzgado que se erige frente a mí y conteniendo mi llanto, me obligo a dar un paso seguido de otro, haciéndome a la idea de que mi matrimonio con Nathan está a nada de culminar.—¿Está bien? —me cuestiona Matteo—. La veo bastante pálida.—Sí, es solo que estoy un poco nerviosa —me limito a responder sin querer confesarle la verdad de lo que me sucede, por lo menos no en este momento.Después de algunos segundos, llegamos a un enorme pasillo y nos detenemos frente a la sala que está destinada para firmar mi divorcio con Nathan.—¿Es posible que se adelante en lo que hablo con mi esposo? —le pido a Matteo después de percatarme que solo sus abogados han llegado.—¿Está segura?—Sí, estaré bien.—En ese caso la espero dentro.Cuando lo veo cerrar la puerta detrás de él, regreso un par de pasos para así tener oportunidad de hablar con Nathan.Espero por alrededor de cinco minutos más y cuando a mi nariz llega ese aroma a c
Nathan Semanas después Como desde hace algunos días a primera hora de la mañana llego a la oficina y solo salgo de ella hasta que mi cuerpo me exige un descanso, froto mis ojos y observando el último reporte que me entregó Scarlett, frunzo el ceño.—Como puede ver, las ventas han tenido una disminución del cincuenta por ciento respecto al trimestre anterior, después de que se enteraron de su divorcio…—Lo entiendo, no es necesario que continúes —gruño.—También quiero informarle que esta mañana la asistente del señor Marchetti habló para informarnos que han decidido retirar su oferta para trabajar juntos.—¡¡Maldita sea!! Justo en el momento en que más los necesitamos.Antes de que pueda continuar, tocan a mi puerta y permitiéndoles entrar, veo a Kalet mirarme con seriedad.—¿Qué sucede? —inquiero con indiferencia, ya que desde el suceso con Giselle, Kalet y mi nana se han mostrado distantes conmigo.—Como recordarás hace tiempo me pediste investigar algo y después de… —guarda silen
—¿Cómo que marcharse? —lo cuestiono con una opresión en el pecho que no soy capaz de describir.—Como lo escucha, Giselle se marchó del país. ¿Acaso pensó que se quedaría y esperaría para que cumpliese su amenaza?—¿Se fue? —inquiere Scarlett, tomando a su hermano del brazo hasta obligarlo a centrar su atención en ella—. ¿Por qué me mentiste y me dijiste que ella no quería vernos? ¿Y por qué no nos contó sobre su embarazo?—¿Cuál amenaza? —pregunta al mismo tiempo Kalet, alternando su mirada entre uno y otro.—Lo siento peque, pero ella me pidió que nadie se enterase de que se había marchado y debía cumplir mi promesa, era mi deber como su mejor amigo. Tenía miedo de que si él se enteraba —musita, señalándome con su barbilla—, perdiese algo, realmente importante para ella. Y en cuanto a cuál amenaza me refiero, es obvio que a la que tu jefe le hizo a Giselle el día que firmaron su divorcio.—¿Cuál amenaza? —repite Kalet.—¿Tu jefe no te lo dijo? —Pierre me observa con los ojos entrece
Giselle Lemaire Observo el gesto de desagrado de la mujer, la cual me indica que puedo subir al piso de mi marido y bajando la mirada me dirijo al ascensor. Como casi no vengo a este lugar se me olvida que aquí tampoco soy bien recibida, el trato de estas personas no es diferente del que recibo en casa.Una vez que llego al último piso, me muerdo los labios lista para recibir esa mirada burlona que siempre me dedica Paulette, la asistente de mi marido, no obstante para mi sorpresa su escritorio se encuentra vacío y gracias a ello lanzo un suspiro de alivio, seguramente está en el baño y de momento me puedo librar de ella.Me acerco a la enorme e imponente oficina de Oliver y justo cuando estoy por tocar a la puerta, me percato de que está un poco abierta, debido a lo cual las voces del otro lado llegan con bastante facilidad.—¿Ya sabes los ingredientes del nuevo perfume de los Dubois? —cuestiona Oliver a alguien.—Sí, justo hace un rato Leroy me la entregó —musita con suficiencia la