Amanda y Sebastián tuvieron una cena espectacular, los platillos fueron cocinados a laperfección y la banda tocó sus canciones favoritas. Ninguno de los dos pudo resistirse,Sebastián tomó la mano de Amanda y la llevó a la pista de baile, donde bailaron hasta quemartodas las calorías consumidas.El hecho que “El miñón dorado” cocinara sus platillos favoritos y pusieran la música que lesgustaba no fue una sorpresa; Amanda era dueña de ese restaurante, mejor dicho la banda deAmanda era dueña de “El miñón dorado”.Cuando salieron del restaurante, Amanda estaba tan feliz que podía dar una voltereta. No lohizo, todavía conservaba malos recuerdos de la ultima vez que lo intentó. Tenía diez años yquería impresionar a unas futuras amigas, se fracturó las muñecas. Ese hecho probó quiereseran sus verdaderas amigas porque durante varias semanas, Amanda no podía ni siquieracomer sola.Amanda estaba apoyada en el hombro de Sebastián, un hombre, una cabeza, más alto queella. Amanda amaba a
Rodrigo Cerna estaba sentado cerca de su escritorio en una pequeña oficina. El exceso demuebles y periódicos usados le daban un aire mucho más pequeño, solo había un espaciodonde se podía caminar con libertad y se encontraba frente a la puerta. Rodrigo jugaba con unhabano, lo pasaba por sus dedos. Primero de la mano izquierda, era zurdo, y luego de la manoderecha. El habano era solo un objeto de distracción hasta que decidiera fumarlo. Ese díallegará una vez haya asesinado a la persona que más odia en todo el mundo.Amanda Montesinos.Rodrigo Cerna era hermano de Rigoberto Cerna, Rigo para los amigos, una de las cabezas de laorganización NAFTA, especializada en producir la cocaína de mejor calidad y a bajos costos.Rigo tenía que ir al restaurante “The Fish” para poder arreglar unas cuentas con uno de sustrabajadores más insubordinados. Cada vez que recordaba esa historia, Rodrigo no podíaevitar pensar en lo estúpido y poco creativo que era el nombre del restaurante que servir
— ¿Una mesa para dos? — preguntó la anfitriona del restaurant, mientras regalaba una sonrisa a Sebastián y Amanda.—Si es tan amable, por favor — respondió Sebastián y le regresó una sonrisa cariñosa.La anfitriona, los dejó en servicio de una mesera, que con gran amabilidad guiaba a la pareja entre las mesas del restaurante hacia la mesa indicada para ellos; Sebastián y Amanda, caminaban despacio y agarrados de la mano observando el agradable ambiente del restaurante que habían elegido entre ambos; en el transcurso, tanto como Amanda como Sebastián eran observados por muchas de los comensales que allí estaban; Sebastián, apretó un poco la mano de Amanda, que lo miró, se acercó a él y se recostó un poco en su hombro.« No puedo culparlos, la verdad, Amanda está hermosa hoy, bueno, como todos los días, pero hoy, hoy está radiante. »Los pensamientos de Sebastián lo hicieron suspirar y sentir el abrazo que aunque fueran solo los brazos de ella, rodeando al de él, sentía tanto afecto de
La mesera, luego de que Amanda pidiera también su plato típico de ensalada cesar, y entre la pareja escogiera un buen vino, se alejó con la orden.—Tanta fanfarronería para terminar pidiendo lo mismo, el típico filete de miñón — reía Amanda.—Hay cosas en la vida que siempre son buenas, aunque estén en distintas presentaciones, un buen filete de miñón, por ejemplo, son uno de esos gustos que siempre te dejarán satisfecho — Sebastián suspiró, y luego prosiguió —. Tú también te has decantado por tu fiel ensalada cesar.—Pues claro, querido. Siempre bailo al ritmo que me toques, siempre estaré allí, a tu lado, ¿no es así? — preguntó Amanda rápidamente.Sebastián, luego de hacer una muesca con su cara, respondió con sinceridad:—Pues sí, la verdad es que si… supongo que sí.—Entonces, si mi novio pide su plato favorito en nuestro tercer aniversario, siendo lo tradicional en nuestras citas, pues, no me voy a poner a inventar a pedir algo exótico para mí, ¿no crees?Amanda sacaba conversaci
Amanda, por fin escucho esas dos palabras que tanto ansiaba oír de la boca de su novio, ella lo sentía como desde los primeros 6 meses de relación, pero, no estaba segura de que su novio, Sebastián, sintiera lo mismo por ella. En esta relación desde un inicio, ambos dejaron en claro que apreciaban mucho el espacio personal, y que debido a sus trabajos necesitaban estar por lo general mucho tiempo ocupados, y por está razón, es que estaban solteros, pues en su mayoría las personas no entendían esto, sin embargo, para sorpresa de ambos, era perfectamente lo que ambos estaban buscando, puesto que, Amanda mintió diciendo que era veterinaria, y que tenía su propia clínica, y Sebastián, por su parte, mintió diciendo que era un militar de alto rango y tenía que estar en otro estado; esto, se ajustaba perfectamente a sus vidas secretas, a la vida que llevaban antes de conocerse, y está vida, era una vida de narcotraficantes, ambos, buscando alcanzar la supremacía de la ciudad, ambos comenzand
Las únicas 4 personas que estaban alrededor de está acción en el restaurante, se tiraron al suelo del susto y por inercia; Amanda, por su parte, solo reaccionó a correr y esconderse tras la barra, junto con el cajero; este último avisando por una puerta giratoria que conectaba a la barra y la cocina, al chef y cocineros de turno a estar alertas de la situación, mientras metía despacio balas en el tambor de su revolver.—Rigo quiere hablarte — dijo despacio, uno de los sujetos que estaba frente a Garo, con tono áspero, mientras alejaba lentamente la mano de la cintura.Garo los miraba fijamente sin parpadear, con los ojos muy abiertos.— ¿Con que Rigo eh? — Tomó aire, y luego escupió al suelo —. No me parece que la forma en que entraron a este sitio, sea la forma indicada para querer charlar.—Garo, entiende que solo cumplimos órdenes, no hagas las cosas mas difíciles, sabes muy bien como funciona todo esto… —el sujeto hablaba mientras movía sus manos muy lentamente hacia arriba, y lue
Rigo, al ver la mirada tan penetrante y oscura de Garo observándolo fijamente, pudo sentir enseguida que no dudaría en accionar el arma con que lo apuntaba, viéndose en esta situación; bajo las manos, y su cabeza, tomando una posición clara de derrota.—Está bien, Garo. Tú ganas…—asintió con la cabeza —. Tú ganas, solo… ¿dime que quieres? Solo habla y dime… ¿Cuánto quieres que te de por dejarme vivir?Rigo hablaba con voz quebradiza.— ¡Ja! Típico, estos gánster de pacotilla cuando se ven acorralados creen que todo lo pueden solucionar con dinero… pero esta vez no. — Garo tomó una postura de disparo.— ¡No! ¡No! ¡Nooo! — Gritó Rigo con desesperación —. ¡Te daré 50, te daré 50 millones! Y podemos trabajar juntos Garo, piénsalo por favor, no te faltará dinero nunca más, todos tus problemas desaparecen con dinero, vamos hijo…Rigo se acercaba despacio a Garo.— ¡No te muevas! — ordenó Garo gritando, parecía un poco indeciso — ¿Por qué simplemente no te mató aquí y ahora y desaparezco par
Amanda y Garo se aventuraron a tratar de cambiar el poder del cartel del sur, tomando por sorpresa a los altos mandos de este, Garo armó un equipo exterminio y apuntaba directamente a los cabecillas mas experimentados del cartel, sin embargo, no toda la organización se animó a seguirlo, de hecho, estaba fracturada en porciones similares; y la facción rival empezó con sus represalias rápidamente, exterminando a varios de los líderes de Garo y Amanda, situación que alarmó a la joven, que trataba de pensar alguna manera de poder ganar el poder; pero, lo que ella no se imaginaba, es que la vida le presentaría frente suyo, una manera de lograrlo.Amanda y Garo habían enviado a sus padres devuelta al sur, vivían por separado y ambos vivían en locaciones escogidas por Amanda, locaciones que para ellas eran perfectos escondites; tenían mensajeros que iban de una locación a otra y enviaban mensajes con ellos, de esta manera planeaban sus movimientos sin tener que verse o utilizar el celular,