Las únicas 4 personas que estaban alrededor de está acción en el restaurante, se tiraron al suelo del susto y por inercia; Amanda, por su parte, solo reaccionó a correr y esconderse tras la barra, junto con el cajero; este último avisando por una puerta giratoria que conectaba a la barra y la cocina, al chef y cocineros de turno a estar alertas de la situación, mientras metía despacio balas en el tambor de su revolver.
—Rigo quiere hablarte — dijo despacio, uno de los sujetos que estaba frente a Garo, con tono áspero, mientras alejaba lentamente la mano de la cintura.
Garo los miraba fijamente sin parpadear, con los ojos muy abiertos.
— ¿Con que Rigo eh? — Tomó aire, y luego escupió al suelo —. No me parece que la forma en que entraron a este sitio, sea la forma indicada para querer charlar.
—Garo, entiende que solo cumplimos órdenes, no hagas las cosas mas difíciles, sabes muy bien como funciona todo esto… —el sujeto hablaba mientras movía sus manos muy lentamente hacia arriba, y luego hacia abajo, como queriendo calmar la situación.
Garo, hizo una muestra de decepción e su rostro, y negaba con su cabeza.
—Es una lastima, que poco me conoce Rigo, pensé que habían quedado claro los términos de mis servicios, ni Mujeres, ni niños, esa cláusula es para toda la vida — la respiración de Garo se agitaba, y apretaba con mas fuerza las cachas de sus pistolas.
Los sujetos parecían tensos, y el ambiente se hacia mas pesado, el aire parecía mas denso de lo normal, y daba la sensación de que no se podía escuchar nada, era un silencio aterrador, solo interrumpido por el ventilador del techo que rechinaba en cada una de sus vueltas, todos y cada una de las personas en ese lugar, sentían que algo fuerte estaba apunto de pasar; Amanda, miraba por encima de la barra la espalda de su hermano, y su corazón latía y bombeaba sangre a todas las revoluciones que podía, quería ayudarlo, y su mente buscaba todas las maneras posibles de hacerlo; fue así como mirando hacía afuera del restaurante, se quedó mirando al vehículo camaro donde habían llegado los 4 sujetos.
“M****a, en verdad debo estar loca” Pensó Amanda, y rápidamente en voz baja dijo al cajero:
—Sam, dame el arma — estiró su mano hacia él.
El cajero, completamente extrañado, negó con su cabeza despacio.
— ¡Que me la des, carajo! — exclamó Amanda y se lanzó hacia el arma, tomándola a la fuerza y luego corriendo hacia la cocina en ese mismo momento.
—Garo, por última vez, baja las armas y ven con nosotros, si es de hablar, tendrás tu oportunidad de redimirte, si no es así… — el sujeto poco a poco tomaba una postura más rígida.
— ¿No sabes con quien estas hablando? — preguntó Garo con confianza.
—Sí, lo sé, es muy probable que el primer disparo me de justo en la frente, pero, Garo… — El sujeto miraba ya con una mirada desafiante a Garo.
Garo, suspiró, y no le apartaba la vista al tipo.
—No nos subestimes, quizás mataras a dos o tres de nosotros, pero algo si te garantizo, tu no saldrás vivo de este lugar, si jalas el gatillo; y… — el sujeto rio de manera sombría.
— ¿Y? — Garo apuntaba la frente del sujeto, una gota de sudor corría por su mejilla
—Más te vale matarnos a todos, de lo contrario, tu hermanita puede que sufra algunas consecuencias — El tipo abrió los brazos lentamente con aires de grandeza.
“Hijo de perra, ¿Qué hago? M****a… ¿Qué hago? ”
Pensaba Garo, preocupado por Amanda, Garo, presentía que podría ganar un duelo, aun estando en desventaja numérica contra 4 sujetos, sin embargo, la responsabilidad de la vida de su hermana, lo hacía dudar.
—Entonces “Halcón” Garo, ¿Qué es lo que vamos a hacer? — preguntó de forma cínica el tipo, que fue acercando su mano, hacia su arma, en su cintura.
La mirada de Garo se desvaneció por un momento, pues por fin parpadeo y luego de un suspiro dijo:
¿Por qué he tenido que venir hasta acá?—Garo bajó sus armas.
El rostro del tipo cambió rotundamente, al dibujarse una sonrisa realmente tenebrosa en su rostro, parecía como si un tiburón sonriera a una cámara.
— ¿Quién lo diría? El gran Halcón Garo tiene una debilidad, y fíjate tu cual es… la misma de todos los inútiles y frágiles, la familia, el amor… — el tono del tipo era de mofa —. Ya vámonos, seguro no quieres que hagamos esto aquí.
“Supongo que hasta aquí llega mi historia”
Garo, pensativo con sus ojos cerrados pero con todos sus sentidos aun alertas, volvió a apretar las cachas de sus armas al mismísimo instante que su sentido auditivo pudo oír una voz conocida.
«Y todos los imbéciles siempre caen de la misma manera, por el ego y por confiados»
En ese momento los ojos del sujeto se abrieron a mas no poder, y él, como los demás giraron sus cuerpos hasta la puerta principal del restaurante, donde quedaron sorprendidos al ver a su jefe, el viejo Rigo, tomado por el cuello, y a su espalda Amanda, apuntándole la cien con el revolver 38, siendo esto lo ultimo que verían es sus vidas, pues casi al instante en que los sujetos le dieron la espalda a Garo, este levanto sus armas y realizó 2 disparos con cada una de ellas, dando justo en el cráneo de cada uno de los sujetos que al instante cayeron inertes al suelo, salpicando de sangre y masa encefálica todo el lugar, dejando perpleja a Amanda, que sin notarlo empezó a temblar y quitó la presión que tenia en el cuello de Rigo, este, mirando a Garo, le gritó:
— ¡¿En serio crees que te saldrás con la tuya maldito inútil, en serio crees que puedes si quiera hacerme algo?! — gritaba descontrolado.
Garo, con su mirada penetrante lo miro a los ojos, apunto su arma hacía él y dijo;
— ¿Tú que crees?
Rigo, al ver la mirada tan penetrante y oscura de Garo observándolo fijamente, pudo sentir enseguida que no dudaría en accionar el arma con que lo apuntaba, viéndose en esta situación; bajo las manos, y su cabeza, tomando una posición clara de derrota.—Está bien, Garo. Tú ganas…—asintió con la cabeza —. Tú ganas, solo… ¿dime que quieres? Solo habla y dime… ¿Cuánto quieres que te de por dejarme vivir?Rigo hablaba con voz quebradiza.— ¡Ja! Típico, estos gánster de pacotilla cuando se ven acorralados creen que todo lo pueden solucionar con dinero… pero esta vez no. — Garo tomó una postura de disparo.— ¡No! ¡No! ¡Nooo! — Gritó Rigo con desesperación —. ¡Te daré 50, te daré 50 millones! Y podemos trabajar juntos Garo, piénsalo por favor, no te faltará dinero nunca más, todos tus problemas desaparecen con dinero, vamos hijo…Rigo se acercaba despacio a Garo.— ¡No te muevas! — ordenó Garo gritando, parecía un poco indeciso — ¿Por qué simplemente no te mató aquí y ahora y desaparezco par
Amanda y Garo se aventuraron a tratar de cambiar el poder del cartel del sur, tomando por sorpresa a los altos mandos de este, Garo armó un equipo exterminio y apuntaba directamente a los cabecillas mas experimentados del cartel, sin embargo, no toda la organización se animó a seguirlo, de hecho, estaba fracturada en porciones similares; y la facción rival empezó con sus represalias rápidamente, exterminando a varios de los líderes de Garo y Amanda, situación que alarmó a la joven, que trataba de pensar alguna manera de poder ganar el poder; pero, lo que ella no se imaginaba, es que la vida le presentaría frente suyo, una manera de lograrlo.Amanda y Garo habían enviado a sus padres devuelta al sur, vivían por separado y ambos vivían en locaciones escogidas por Amanda, locaciones que para ellas eran perfectos escondites; tenían mensajeros que iban de una locación a otra y enviaban mensajes con ellos, de esta manera planeaban sus movimientos sin tener que verse o utilizar el celular,
Amanda, salió del ascensor y se dirigió hacia su destino con una actitud empoderada, parecía estar modelando en una pasarela ante todos estos matones armados, que la miraban perplejos por su actitud, y, su belleza, el tipo con traje la miraba de arriba hacía abajo, analizando cada detalle de ella, y cuando la tuvo frente a ella, le dijo:—Quítate la gorra, y dame el arma que tienen en la espalda…Amanda obedeció sin reproches, le entrego ambas cosas, el tipo las tomó y dijo:— ¿Con que un 38, eh? Interesante elección para una dama tan hermosa como Ud., no sería mejor una más pequeña, más fácil de usar, no se… una… —el sujeto hablaba con ironía, pero fue interrumpido por Amanda.— ¿Una 22 quizás ¿ No gracias, me quedo con mi 38, con la que le partí el cráneo a Rigo, y con la que te partiré el tuyo si tengo oportunidad — Amanda hablaba con fiereza pero con calma, termino guiñándole el ojo al tipo.Este río, y abrió la puerta del apartamento y dijo:—Sí, señorita, seguro que si — se mofa
Amanda, quedó realmente impactada al escuchar esto, al igual que Garo, y también, el sujeto de traje, que no lo tomó para nada bien.—Espera Profesor, ¿qué has dicho? — reclamó alzando un poco la voz.El profesor, sin siquiera verlo, respondió mirando a Amanda.—Ah, sí. Les presento a Jairo, el popular Cundo, él es mi mano derecha, siempre lo ha sido…— ¿Qué es lo que crees que estás haciendo? ¿Acabas de decir mi nombre? ¿Pero que es lo que pasa contigo? — Cundo estaba realmente enfadado.— ¡Oh vamos, Cundo! Todo el mundo sabe que tu nombre es Jairo Ayala, — El profesor se encogía de hombros —. Si cualquier persona coloca tu alias en google lo primero que verá será: Jairo Ayala Alias Cundo Narcotraficante de “Los pilares”Cundo parecía no poder responder por la irá que sentía.—Siempre te dije que fueras del 10% de los narcos que triunfan, tu te enfocaste en ser del 90%, pues ya no puedes tapar el sol con un dedo, no te enfades, afróntalo — El profesor hablaba con serenidad.— ¿Te cre
Luego de que la ciudad se alarmara por el gran tiroteo en el edificio en donde vivía Garo; se dio a conocer en los medios que habían fallecido varias personas en lo que denominaron: “Enfrentamiento entre bandas rivales”; la cuestión está, en que nadie sospechaba que este enfrentamiento fué algo disparejo en los números, debido a que eran 12 integrantes de la banda del norte, (Los Pilares) contra el que hasta ese mismo día, era su lider, alias: El Profesor, y con él, lo que desde ese mismo día considero su arma secreta, Garo, El Halcón, sicario élite de la recién formada nueva línea de la banda del Sur, NAFTA; sin embargo, aún así, lo que Cundo pensó que sería solo disparar algunas balas resultó ser una piedra gigantesca en sus zapatos de cuero fino; debido a que cuando Amanda y él dejaron el edificio, y para su angustia, pasaba y pasaban los minutos sin recibir noticias, sin que le confirmaran la muerte de quien había sido su maestro y guía en el mundo del narcotráfico, el abanico de
Sebastián, avanzaba despacio hacia la puerta principal de su casa, con él arma de su padre en su mano; a sus espaldas, el enfrentamiento entre los sujetos de ambas bandas rivales se disipaba, las dos partes parecían querer huir de la escena antes de querer eliminar a los contrarios, luego de que Garo, entrara custodiado a una camioneta blindada, sus refuerzos emprendieron la retirada; y los sujetos de la banda rival no se fueron tras ellos, mantuvieron su posición, esperaban a Cundo, que aún no salía de la casa. Sebastián, tenía la mirada perdida, y apretaba fuertemente el arma en su mano, luego de que entro en la casa, caminó despacio hasta pararse en el centro de la sala, con su vista puesta en el suelo; frente a él, se encontraba Cundo recostado en la pared, con el arma entre su pantalón y su cadera, y haciendo presión con su mano izquierda al bicep derecho, que brotaba sangre con mediana fluidez, este, ver a Sebastián con el arma en su mano, trató de disimular sus nervios.“¿Sera
Amanda y Sebastián tuvieron una cena espectacular, los platillos fueron cocinados a laperfección y la banda tocó sus canciones favoritas. Ninguno de los dos pudo resistirse,Sebastián tomó la mano de Amanda y la llevó a la pista de baile, donde bailaron hasta quemartodas las calorías consumidas.El hecho que “El miñón dorado” cocinara sus platillos favoritos y pusieran la música que lesgustaba no fue una sorpresa; Amanda era dueña de ese restaurante, mejor dicho la banda deAmanda era dueña de “El miñón dorado”.Cuando salieron del restaurante, Amanda estaba tan feliz que podía dar una voltereta. No lohizo, todavía conservaba malos recuerdos de la ultima vez que lo intentó. Tenía diez años yquería impresionar a unas futuras amigas, se fracturó las muñecas. Ese hecho probó quiereseran sus verdaderas amigas porque durante varias semanas, Amanda no podía ni siquieracomer sola.Amanda estaba apoyada en el hombro de Sebastián, un hombre, una cabeza, más alto queella. Amanda amaba a
Rodrigo Cerna estaba sentado cerca de su escritorio en una pequeña oficina. El exceso demuebles y periódicos usados le daban un aire mucho más pequeño, solo había un espaciodonde se podía caminar con libertad y se encontraba frente a la puerta. Rodrigo jugaba con unhabano, lo pasaba por sus dedos. Primero de la mano izquierda, era zurdo, y luego de la manoderecha. El habano era solo un objeto de distracción hasta que decidiera fumarlo. Ese díallegará una vez haya asesinado a la persona que más odia en todo el mundo.Amanda Montesinos.Rodrigo Cerna era hermano de Rigoberto Cerna, Rigo para los amigos, una de las cabezas de laorganización NAFTA, especializada en producir la cocaína de mejor calidad y a bajos costos.Rigo tenía que ir al restaurante “The Fish” para poder arreglar unas cuentas con uno de sustrabajadores más insubordinados. Cada vez que recordaba esa historia, Rodrigo no podíaevitar pensar en lo estúpido y poco creativo que era el nombre del restaurante que servir