Capitulo 3: The fish

Amanda, por fin escucho esas dos palabras que tanto ansiaba oír de la boca de su novio, ella lo sentía como desde los primeros 6 meses de relación, pero, no estaba segura de que su novio, Sebastián, sintiera lo mismo por ella. En esta relación desde un inicio, ambos dejaron en claro que apreciaban mucho el espacio personal, y que debido a sus trabajos necesitaban estar por lo general mucho tiempo ocupados, y por está razón, es que estaban solteros, pues en su mayoría las personas no entendían esto, sin embargo, para sorpresa de ambos, era perfectamente lo que ambos estaban buscando, puesto que, Amanda mintió diciendo que era veterinaria, y que tenía su propia clínica, y Sebastián, por su parte, mintió diciendo que era un militar de alto rango y tenía que estar en otro estado; esto, se ajustaba perfectamente a sus vidas secretas, a la vida que llevaban antes de conocerse, y está vida, era una vida de narcotraficantes, ambos, buscando alcanzar la supremacía de la ciudad, ambos comenzando en el mundo delictivo sin buscarlo, pero que una vez entraron, no descansarían hasta llegar a la cima.

5 AÑOS ANTES…

Amanda, un poco agotada por su jornada laboral de mesera en el restaurant “The Fish”, veía el reloj de pared, que marcaba las 9:15 pm, suspiró, y se preparó mentalmente cerrando sus ojos, su cuerpo pareció reponerse un poco al saber que solo faltaban unos minutos para las 10, y su turno acabaría, y podría irse a casa y descansar.

— HEY, HEY.

Le dijo un sujeto que luego aplaudió frente a ella, haciéndola brincar del susto y salir del trance donde estaba.

—GARO, me has asustado, ¿cómo molestas tanto? — respondió enojada Amanda.

Garo, es el hermano menor de Amanda, que siempre iba a comer al restaurante, y aprovechaba cada vez que podía para sacarle alguna rabieta.

— Deja de estar soñando y atiéndeme — Garo se sentó en una silla, de una mesa que estaba al costado de ambos, y golpeando la mesa con ambas manos dijo —. Sabes muy bien que soy tu cliente favorito.

—Eres el cliente más imbécil también, ¿sabías eso? — reprochó Amanda volteando los ojos, para luego dirigirse a la barra a entregar el pedido, ya sabía que es lo que comería su hermano, pues, siempre pedía lo mismo.

Luego, regresó y se colocó al costado de su hermano, mientras veía alrededor del restaurante.

— ¿Cómo va todo hermanita? Cuéntame… ¿todo bien en casa? ¿Necesitan algo en casa? — preguntaba Garo mientras le tomaba la mano a Amanda.

Amanda, apretó un poco sus labios, y con cierta tristeza en su voz respondió:

—Vamos, Garo. Sabes muy bien que a mis padres les está matando la vida que llevas, no entiendo porque se te es tan difícil comprenderlo —Amanda alejó la mano de la de Gato.

Garo, luego de unos segundos respondió:

— Lo se, lo sé, ellos no se merecen esto… —su voz parecía desvanecer.

— ¿Entonces? ¿Por qué simplemente no sales de ese cochino mundo Garo? Solo… has otra cosa… — Amanda giro su cuerpo para verlo a la cara.

—No es tan sencillo Amanda, yo… yo simplemente no puedo librarme de esto, ya tengo una marca sobre mi ser, ya simplemente me persigue todo el mal que he causado — Garo, aunque veía a los ojos de Amanda, parecía estar viendo otra cosa.

—¿Pero de que estás hablando Garo? Que se yo… ve a la iglesia, confiésate y sigue con tu vida, estar en esa banda de inútiles no te traerá nada bueno… y tú lo sabes — Amanda, realmente estaba indignada.

—Es que hermana, no es simplemente una banda de inútiles, ellos realmente son… son verdaderamente poderosos…

Amanda pudo sentir el peso de esas palabras, pudo sentir que realmente su hermano sentía pavor.

— Hermana, en serio, solo dame un poco más de tiempo, un par de trabajos más y podré irme lejos donde nadie me encuentre y poder hacer algo distinto con mi vida, lo prometo, confía en mí ¿si? Te lo ruego — Garo volvió a tomar la mano de Amanda, pero está vez, con sus 2 palmas.

Amanda suspiro y se acercó a él y le dio un abrazo.

— Pequeño imbécil, en qué mundo oscuro te habrás metido.

Garo, era el mejor sicario de la Banda NAFTA de la ciudad, una de las 2 bandas que dominaban en ella, NAFTA tenía influencia latina, y dominaba en los barrios donde solían quedarse los latino recién llegados, fue así como el pequeño Garo, desde joven, inicio en este mundo, NAFTA dominaba la mitad de la ciudad, incluso, el restaurante donde trabajaba Amanda, estaba bajo el poder de NAFTA.

Amanda, pudo visualizar por el vidrio del frontal del negocio, como un carro modelo Camaro, color negro se estacionaba frente al local, su piel se erizo de inmediato, pues era el carro que siempre buscaba a Garo 0ara hacer sus “Trabajos”, pero en esta ocasión, los sujetos por primera vez se bajaron del auto y entraron rápidamente hacia el restaurante.

— Garo, es el carro que siempre te busca, está aquí y se han bajado los sujetos que estaban en él, son 4 tipos, y no parecen muy contentos hermano— Amanda hablo tan bajo, y rápido como pudo, tratando de no mostrar sus nervios.

Garo, se alejó de ella instintivamente de su hermana, y a su espalda pudo escuchar como la puerta del restaurante se abrió de golpe y unos pasos se acercaban rápidamente hacía él, cerró los ojos, y tomó aire por su nariz llenando sus pulmones completamente de oxígeno, cuando estaban a pocos metros de él, los sujetos acercaron sus manos hacia sus cinturas, parecían que iban a desenfundar un arma, pero Garo abrió los ojos, su mirada era completamente diferente, se marcaba una vena brotada en el medio su frente, y su mirada parecía la de un halcón; Garo, dio un giro realmente veloz y ni Amanda que estaba frente a él pudo ver como desenfundo de su chaqueta de cuero dos pistolas, una en cada mano, apuntando a los sujetos que quedaron petrificados del movimiento que los tomó por sorpresa quedando inmóviles, momento que Garo aprovecho y dijo

— ¿En serio quieren hacer esto aquí? O ¿Tienen algo que decir?

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