Denise ingresa en su oficina encontrando a su madre sentada ante su escritorio, la joven se queda parada mientras que ambas se sostienen la mirada por un momento.
—Entonces, ¿es un hecho?
—En efecto —Mónica frunce un poco el ceño al observar una expresión sospechosa en su hija.
—¿De verdad? —cuestiona.
—Madre, he firmado hace un momento.
Mónica se inclina hacia atrás mientras continúa observándola.
—¿Cambiaste la lista no es así? —Denise se sorprende por la audacia de su madre —. Por supuesto que sí lo has hecho —la mujer niega al sentirse decepcionada de su hija.
—Madre, no tuve opción. George es…
—¡¿George?! —pregunta rápidamente al escuchar como tutea a su hija —. ¡George Harper!
—Phil Harper y su hijo son muy astutos, no dejarían pasar por alto que la lista de coches estaba alterada, no creo que sea bueno que los subestimes madre.
Ella sonríe de medio lado, luego se pone en pie para comenzar a caminar hacia su hija quien se le notaba nerviosa y algo angustiada.
—Así que George Harper te persuadió, ¡que interesante!
—Madre…—le dice al verla tan cerca.
—No, no, pero si no lo digo por nada malo —vuelve a sonreírle —. Parece que le has caído muy bien a ese muchacho —Denise frunce el ceño.
—¿Qué?
—Lo que has oído, ¿Acaso crees que no he visto cómo te miro en la oficina de Phil?
Denise lleva la mirada hacia otro lado al mismo tiempo que traga saliva ya que recuerda aquellas veces en las que ambos se besaron.
—¿Tengo o no tengo razón?
—Por supuesto que no —la mujer frunce el ceño ya que no le cree una sola palabra a su hija.
—¡Claro! —de pronto Mónica toma a su hija por el mentón con gran fuerza para acercarla a su propio rostro y mirarla fijamente a los ojos —. ¿Me tomas por idiota?
La joven observa la peligrosa mirada de su madre y se petrifica, no menciona una sola palabra, simplemente se limita a observarla a los ojos.
—Se lo que quiere ese Harper —Mónica sonríe —. Y quizás debamos facilitarle las cosas.
—¿Qué? —Denise parpadea reiteradas veces al sentir como su madre aprieta un poco más su mentón.
—¡Si! ¿No te parece?
—No entiendo lo que quieres decir madre.
Mónica tensa la mandíbula, sujeta a su hija por la nuca maltratando su cuerpo.
—Accederás a todo lo que él quiera.
—¡¿Qué dices?! —en ese instante Denise se libera de las garras de su madre—. ¿Qué quieres decir con eso? ¿Pretendes que me venda?
Su madre la observa fijamente, detalla su cuerpo notando que ya era toda una mujer y además de eso muy hermosa. A fin de cuentas, era un Harper, un idiota fácil de enredar tal cual como su padre.
—No lo mires así niña estúpida, es un negocio muy provechoso.
—¿Para quién? —Mónica traga saliva —. ¿Para quién madre? —insiste.
—Para ambas, ¿no lo crees?
—No, no lo creo —Denise se cruza de brazos —. Pienso que esto es para tu propia conveniencia, dudo mucho que yo salga beneficiada de esta absurda idea tuya.
—¿Qué es lo que quieres?
Denise se asombra de las palabras de su madre, parecía tan decidida en lo que le estaba proponiendo.
—No estás hablando en serio —Denise hace amago de pasar a un lado de ella, pero su madre la sujeta del brazo.
—¿Quién ha dicho que estoy bromeando?
—No puedes venderme a un Harper, ¿enloqueciste?
—Ya te dije que solo serían negocios.
—Negocios en los que quieres que yo me acueste con George Harper solo para tu propio beneficio.
—Mis beneficios también serán tuyos, eres mi hija ¿o no?
Denise no apoyaba aquello, su madre parecía a ver perdido la razón. No podía dejar influenciarse por ella, aceptar salir con George seria la peor decisión de su vida.
—No me interesa George Harper, madre.
—Pero a mí sí, me importa mucho la fortuna de Phil. Que por derecho debió de ser mía.
—El hecho de que hayan estado casados no significa que lo tuvieras que dejar la bancarrota—camina hasta su silla para tomar asiento —. Ya te has abierto en los negocios por tu cuenta, no tienes por qué intentar robarle la fortuna de otra.
—Tú no entiendes nada, apenas eres una niña que no conoce nada de la vida.
La joven se cruza de brazos intentando mostrarse fuerte delante de su madre, si mostraba debilidad luego haría de ella lo que quisiera, y ya eran muchos años en los que vivía de esa menara con ella.
—Sea lo que sea, no me interesa hacer ningún tipo de negocios con George Harper a menos quesea estrictamente laborar.
—Muy bien, muy bien… —ella se endereza, toma su cartera y voltea a mirar a su hija —. Cuando el contrato te haya sido enviado quiero una copia de él.
—Por supuesto, te la haré llegar.
Denise observa a su madre alejarse y al verse sola en su oficina suelta el aliento contenido, le resulto muy fácil deshacerse de su madre y eso no le gustaba.
[…]
—Pero mira nada más, sin querer tengo a una mina de oro a mi lado —musita mientras que observa la puerta por encima de su hombro —. La estúpida de mi hija resulto ser bastante productiva.
En ese instante los engranajes de su cerebro la llevan a maquinar una excelente idea, solo tendría que convencer a la tonta de Denise para que coopere con su plan. No podía salir nada mal, de hecho, todo saldría muy bien.
—Si el tonto de George está interesado en Denise no puedo desaprovecharlo, aunque realmente es una lástima que semejante chico se interese por esa tonta insípida.
Pero qué otra cosa podía hacer, la juventud le ganaba partido. Debía trabajar con las herramientas que tenía y esa era su hija. Debía lograr que esa tonta se le metiera por los ojos a George para enamorarlo y si era posible casarlos.
Su sonrisa se amplió al imaginar la gran fortuna que amasaría luego de esa unión, el hijo de Phil seguramente tenía mucha participación en esa compañía, y si su preciada hija se casaba con él también tendría participación.
Por supuesto como su hija era una tonta ella manejara muy bien su parte, de hecho, más que bien.
—No puedo dejar pasar esta oportunidad, tengo que obligar a Denise a que acceda a este negocio tan importante.
La mujer sonríe al mismo tiempo que camina con pasos firmes mientras que pensaba que sus planes debían salir tal cual como los estaba maquinando.
[…]
—Entonces, ¿Ya hicieron negocios con ella?
—No te preocupes madre, yo seré quien supervise todo el asunto. Mi padre no estará involucrado en nada.
—Vamos Ciana, no tienes que angustiarte por esas cosas. George y yo sabremos llevar estos negocios en paz y tranquilidad.
—No me preocupan ustedes, si no ella, es muy mañosa y no me gusta cómo manera sus negocios.
—De hecho, solo hemos estado haciendo tratos con su hija Denise —la mujer levanta la mirada para ver a su esposo.
—¿Con la hija?
Ciana se sorprendió de escuchar que Mónica le cedió poder a su hija, lo que se decía de ella es que era muy ambiciosa y que no dejaba que nadie se metiera en sus asuntos incluyendo a su hija.
Se queda pensando un momento mientras analiza el asunto.
—Denise es una joven muy activa, sabrá cómo manejar estos negocios —Phil añade mientras toma un poco de vino —. ¿Dónde está Diana? ¿Por qué no bajo a cenar con nosotros?
—Está enojada porque no la he dejado hacer ese viaje que quería, ya sabes como es.
—Volvió a tocar el tema del viaje.
—Solo deberían dejarla ir, a fin de cuentas, ya está grandecita para asumir sus responsabilidades —su hermano la defiende al mismo tiempo que se pone en pie —. Me retiro a mi casa madre, gracias por la cena. Padre nos vemos mañana.
Ambos asientes a su hijo quien parte de inmediato, Ciana lo mira desde la mesa y afina la mirada luego frunce los labios.
—¿Denise es una joven atractiva? —pregunta mientras mira a su hijo abandonar la casa.
—Es una muchacha agradable y de buen trato, muy diferente a su madre.
—¿A si?
—Acepto los términos del contrato sin mucho recelo, George y ella conversaron mucho al respecto y llegaron a buenos acuerdos.
—¿George?
Ciana tenía un presentimiento sobre aquella sociedad, sin embargo, no podía entrometerse en los negocios de su esposo. A fin de cuentas, ellos eran los que sabían cómo era todo el asunto, pero eso no la llevaba a dejar a un lado que Denise era joven al igual que su hijo George.
—¿Por qué lo preguntas? —Phil observa a su esposa un poco curioso.
— No es nada, solo tenía algo de curiosidad por saber cómo era ella.
—¿Qué estás pensando cariño? ¿No creerás que esa chica buscara la manera de que yo…?
—No —voltea a verlo, toma su mano y le sonríe —. Estoy segura de que no hará una cosa como esa.
—No quiero que te preocupes por nada de eso, ¿de acuerdo?
Phil planta un beso en los labios de su esposa que la tranquiliza solo un poco.
Al día siguiente Denise toma el desayuno en el comedor, sola como de costumbre. La joven mira sin un poco de ánimos el plato sobre la mesa pensando que su madre estaba tan vacía por dentro.En todos sus años de vida nunca la acompaño a tomar el desayuno o una cena, o recordar al menos que hoy era su cumpleaños. ¿A qué madre se le podía olvidar el día que su única hija nació?Frunce un poco el ceño mientras que trata de sostener las lágrimas, todos los años era la misma historia, o no estaba en casa o pasaba el día entero en su habitación. Era como si no la quisiera, como si la odiara.Nunca la recordó darle un abrazo o un beso, de eso se encargaban las nanas.Denise resopla sintiéndose verdaderamente triste.—Tan temprano por la mañana y ya suenas cansada —la voz de su madre la sobresalta llevándola a levantar la mirada, en ese instante su corazón se alebresta al mirar a Mónica sirviéndose una taza con café —. Para venir de ti es muy extraño que este resoplando a esta hora.—Buenos dí
En cuanto Denise ingresa en su oficina se detiene en el acto al mirar a George sentado mientras tomaba café, el corazón de la joven comienza a palpitar frenéticamente. En eso ella se detiene a pensar en si aquel latido alocado se debía por las palabras de su madre o porque ella…—¡Llegas tarde! ¿acostumbras a llegar tarde todo el tiempo a tu oficina?—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —emprende el camino hacia su escritorio mientras que el idiota de George le da la espalda—. No creo que tengamos nada de qué hablar, además tengo mucho tra…—He venido para verte —Denise se detiene justo a espaldas de él —. Por eso he venido a tu oficina —la joven lo ve ponerse en pie cuestión que ocasiona su corazón no pare de latir—. ¿He hecho mal?Denise nota como George la observa fijamente mientas que ella por dentro estaba muriendo de los nervios, sus piernas no iban a resistir mucho si continuaba en ese absurdo estado y todo por culpa de ese idiota.¿Por qué demonios tenia que haber ido a su ofic
Era un cabezota, ¿Qué diablos intentaba hacer? ¿Por qué demonios quería llevársela a la fuerza?—Abre la puerta, George.El CEO observa la fiera mirada de Denise, ese día parecía especialmente enojada. lo llevo a preguntarse porque lo estaba. Sabía que llevársela a la fuerza no ayudaba en su relación, pero tampoco quería dejarla ir.Luego baja la mirada hacia esos labios que ya había besado anteriormente, realmente le parecían tan apetitosos y provocativos, algo poseía esa mujer que le encantaba y lo motivaba a querer estar con ella en todo momento.—¿Qué me estás viendo? —él no le responde, simplemente se limita a observarla fijamente.Y en arrebato el joven CEO se abalanza sobre ella con toda la intensión de robarle un beso, y lo consigue ya que Denise no tiene escapatoria alguna.La cabeza de la joven golpea levemente el cristal de la ventanilla justo cuando siente los labios de George posarse sobre su boca. Denise ensancha la mirada cuando aquel hombre profundiza el beso de un mome
Necesitaba continuar con el plan, sin embargo, no debía mirar a George con otros ojos más que los de odio. Su padre le jugo sucio a su madre, nunca le dio la parte que le correspondía legalmente puesto que el gran Phil Harper ya estaba prometido a otra mujer la cual ya tenía un hijo de él.Su madre nunca supero esa perdida, y con el poco dinero que pudo obtener de su separación fue que se levantó y creo su propio imperio de los negocios. Debía recordar aquello, los Harper solo eran sus enemigos y nada más que eso.Si se casaba con George era para despojarlo de su poder, aunque si pensaba bien las cosas, no estaría nada mal hacerse con el poder de su futuro esposo, ella misma tendría mucho más poder y de esa manera no sería la hija de un don nadie.A pesar de que el apellido de madre era prestigioso era evidente que no llevaba el de su padre, así que tendría que labrarse su camino así sea casándose con un Harper.—Creo que nos hemos excedido con todo esto —responde tan fríamente que si
—Estuviste ausente todo el día de hoy, ¿Dónde has estado? —Phil interroga a su hijo en mitad de cena.—Estuve ocupado, lo siento el tiempo se me fue volando —su madre lo mira curiosa.—Confiesa que te has escapado con tu novia todo el día—el CEO más joven levanta la mirada para ver a su entrometida hermana.—Ya es suficiente con ustedes dos —refuta la madre de estos —. Hijo tienes deberes que cumplir, eso ya lo sabes.—Y siempre los cumplo, madre.George se pone en pie, deja la servilleta sobre la mesa y se despide de su familia.—Estoy cansado, mañana estaré temprano en la empresa. Hasta mañana.—De acuerdo.Mientras que George toma el camino a la salida su madre lo ve fijamente, algo no estaba bien con su hijo, lo conocía bastante bien para sospechar que algo era diferente en él.—Tiene novia, de eso pueden estar seguros.—Ya basta Diana, deja a tu hermano en paz —objeta su padre.—Digo lo que veo, George tiene una novia.La joven se pone en pie también.—Y así como lo dejaron a él
—Si madre, está bien.—Muy bien, de este modo nuestros planes se adelantarán más rápido de lo que pensamos.Denise trata de mantenerse calmada, pero la realidad es que por dentro gritaba. No estaba de acuerdo con aquel plan de su madre, acostarse con George no era algo fácil para ella y menos cuando no sabía nada del sexo.Lo poco que hicieron en el coche la había dejado bastante desconcertada, por suerte tuvo la voluntad para detener esa locura. Pero ahora su madre deseaba que continuara con eso y ella no estaba segura de poder hacerlo.Aun no le había contado lo del fin de semana, tampoco estaba segura de hacerlo. Su madre era capaz de seguirla con tal de cerciorarse de que hiciera lo que le estaba pidiendo.—¿Tienes alguna cita con él en los próximos días? —Denise vuelve la vista a su ordenador.—No la tengo.—¿Te has rehusado?—No es así, él no me ha dicho nada.—Muy bien —dice poniéndose en pie —. Si te invita, ya sabes lo que debes hacer. Ahora me iré, tengo mucho que hacer.La
Después de aquel encuentro tan intimo entre George y ella, la joven regresa por la noche a casa, en ese momento que ingresa en la misma se pregunta si debe contarle a su madre lo que había hecho.Y no solo eso, también decirle sobre la salida del fin de semana.La joven camina hacia el comedor y para su sorpresa lo encuentra vacío, frunce el ceño puesto que esperaba encontrar a su madre en casa.—Buenas noches señorita —la saluda una de las sirvientas.—¿Dónde está mi madre?—Ella no ha llegado a casa todavía —Denise aprieta los labios —. ¿Le sirvo la cena o esperamos a la señora?—No, sirve de una vez. Dudo mucho que mi madre llegue temprano hoy.Decepcionada toma asiento mientras repasa sobre lo que ocurrió con George en su oficina, aún tenía gravada en su piel todo lo que le hizo ese hombre, lo que la lleva a pensar en sus palabras.“No pasara nada que tu no quieras que pase”Denise suelta el aliento, ¿debía aceptar salir con él?Por otro lado, lo mejor que podía hacer era quedarse
Sus miradas se conectan de una manera que ella piensa que dejar todo tirado justo en ese momento era una completa estupidez. Todo su cuerpo ardía en deseos por él, la joven muerde sus labios de mero deseo hacia él.—No quiero, no deseo que te detengas George —la respuesta de Denise provoco que George se inclinara hacia ella para besar sus labios con ternura.No demoro mucho para terminar de despojarla de sus prendas de ropa incluidas las de él, para cuando continúa besando sus labios, su cuerpo comienza hacerse paso entre los muslos de ella.George sujeta una de las rodillas de Denise al mismo tiempo que su pelvis choca contra el vientre de ella y es allí cuando la siente tensarse un poco. Sin embargo, ella no se retrae de sus palabras y ambos continúan.Habilidosamente el CEO consigue la entrada del s3xo de Denise y no tarda mucho en invadirlo, cuando se encuentra en la entrada siente que las uñas de ella se clavan en su espalda de manera agresiva.Le mira el rostro a Denise mientras