Denise observa como Phil Harper revisa cuidadosamente los documentos que ella le toco revisar la noche anterior hasta desvelarse y todo por culpa del maldito de George Harper. La joven aprieta la mandíbula al sentir como ese patán de George la miraba como idiota.
—No veo nada inusual en este pedido señorita Versini —Phil levanta la vista para ver la expresión tensa de la joven —. Todo parece estar en orden.
“Y como no va a estar en orden y el patán que tiene como hijo me obligo a revisarla”
—Por supuesto, todo tiene que estar en orden.
—No hay razón para no hacer negocios con su compañía.
—Eso le complacerá a mi madre.
Phil medio sonríe, piensa que quizás esa chica era muy joven para llevar las riendas de la empresa de Mónica, pero esa mujer era capaz de todo para que todo el mundo trabajase para ella.
—Sí, seguro que sí. George, ¿ya has revisado estos documentos?
—Claro padre, detenidamente —responde mirando a Denise fijamente, el joven se encontraba detrás de su padre.
—Muy bien, me parece bien entonces…—Denise y él se miran a los fijamente y fue como si ambos recordaran ese beso.
Bueno ella lo mantenía muy presente, porque luego de propinarle una cachetada a George le exigió que no volviera hacer una asquerosidad como esa. Desde allí el CEO se mostró frío con ella y la obligo a cambiar la lista que su madre le impuso por la verdadera.
Aquello no la iba a complacer, pero si quería hacer negocios con esa gente debía aceptar todo. George Harper estaba muy al pendiente de los negocios de su padre, nada se le pasaba por alto.
—La señorita Denise ha sido muy amable en compartirlo conmigo antes de mostrártelo a ti, cuando lo vi me pareció que estaba perfecto —ella tensa la mandíbula, ese sujeto estaba acabando con su m*****a paciencia.
—Sí, está perfecto y todo esta legal con su compañía —dice tomando un bolígrafo lo que entusiasmo a Denise, cuando ella ve que Phil firma el papel sonríe internamente.
En cuanto termina le pasa el documento a su hijo en vez de a ella cosa que la hace fruncir el ceño.
—Ahora te entenderás con mi hijo George, él estará a cargo de este negocio. Y si su firma no está en ese documento entonces los negocios no serán válidos.
—¿Qué está diciendo? Mi madre me dijo que los asuntos serán enteramente con usted.
—Mi hijo es el dueño del 40% de mi empresa, por ende, he hecho importante su firma en cualquier documento.
Denise se queda estupefacta ante la noticia, su madre no sabía nada de eso, de hecho, nadie estaba al tanto de que George era el dueño de casi toda la empresa.
La joven parpadea reiteradas veces al darse cuenta del gran problema en el que se estaba involucrando con ese Harper de m****a.
—Bueno, si gusta podemos pasar a mi oficina señorita Denise —ella aprieta las piernas ante la petición de George, era un impertinente de lo peor.
Denise le sonríe a medias y se pone en pie, luego baja la mirada hacia Phil y le tiende la mano.
—Es un placer hacer negocios con usted señor Harper —George observa ese apretón de mano y frunce el ceño.
—Igualmente—Phil le sonríe amablemente a Denise.
La joven se da la vuelta para dirigirse hasta la salida sin siquiera observar a George, el CEO más joven la sigue manteniendo su postura. En cuantos ambos abandonan la oficina de Phil es cuando Denise se atreve a mirarlo de nuevo.
—¿Dónde vamos a firmar?
—Por aquí…
Ella lo sigue sintiendo que por dentro que se estaba rebajando ante ese patán, pero que otra opción tenía. Necesitaba completar esos negocios o le iba a ir muy mal con su madre, de por sí que tuvo que modificar la m*****a lista a gusto de los Harper.
Eso sí que le iba a causar muchos problemas, Denise niega internamente, no necesitaba preocuparse por eso en esos momentos. Por ahora solo debía terminar con aquel negocio o mejor dicho empezar.
Ambos llegan a la oficina de George y aquella era aún más impresionante que la de su padre, era evidente que les iba muy bien a esa familia. Ingresa en la misma buscando tomar asiento de inmediato.
—Me gustaría que termináramos esto de una vez por todas, tengo asuntos que resolver en mi oficina.
—¡Claro! —George se sienta, abre la carpeta y le tiende un bolígrafo a la vez que le ofrece los documentos —. Firma…
Ella duda un segundo, pero luego toma el bolígrafo y firma rápidamente. Al levantar la vista se da cuenta de que George la miraba fijamente, de inmediato siente que su corazón se acelera.
George toma el bolígrafo y también firma los documentos.
—Te haré llegar una copia de estos documentos.
—Muchas gracias —dice ella poniéndose en pie y George hace lo propio.
—¿Qué te parece si celebramos esto? —Denise sonríe con burla.
—Ni muerta celebro nada contigo.
—¿A si? —George introduce sus manos en los bolsillos—. ¿Acaso estás pensando en el beso que te di anoche?
Su impertinencia era agotadora para ella.
—No te basto con la cachetada que te di, ¿quieres otra? —gira su cuerpo para dirigirse a la salida, pero de la nada la figura de George le interrumpe el camino.
—Entonces, ¿no aceptas?
—Desde luego que no, no sé de dónde sacas que yo iría a celebrar contigo —sigue respondiendo en forma de burla.
—¿Y porque no?
—Porque los Harper para mí no valen nada.
Su contesta provoco que George se llenara de ira, esa chica sí que era una contestona. Aprieta la mandíbula al mismo tiempo que da un paso decidió hacia ella pudiendo percibir que Denise retrocede notándola algo intimidada.
Los ojos de George se entrecierran un poco debido a ese hecho, ¿causaba algún efecto en ella?
—Eso piensas de nosotros entonces…—responde dando algunos pasos más hacia ella.
—Por supuesto —Denise sabía que jugaba con el diablo en persona, y aquella situación con George la hace tragar saliva al mismo tiempo que retrocede debido al espacio que ese patán le ofrece —. Me haces perder el tiempo, Harper.
—¿Eso crees?
El trasero de Denise choca contra el escritorio de George, la joven posiciona ambas manos sobre la mesa para mantener el equilibrio, sin embargo, le estaba costando un poco debido a la extrema cercanía de ese hombre.
—Eres un idiota, y estoy segura que lo sabes muy bien —a pesar de su miedo lo enfrenta.
—¡Puede ser!
George acaba con el poco espacio que existe entre ellos dos, posiciona ambas manos junto a las Denise y acerca su rostro tanto al de ella que hasta puede sentir la respiración de esa mujer.
—Ni se te ocurra cometer una estupidez, porque te juro que…
Pero ni logra terminar de soltar su amenaza cuando George se apodera de sus labios de una manera bastante feroz.
Por parte de Denise forcejea lo mejor que puede para intentar alejarlo, pero no le resulta y solo consigue que él envuelva su cintura con unos de sus brazos reforzando aquel beso. Tan rápido como la unión de su bocas tomo fuerzas, George se mete en medio de los muslos de Denise.
Para ese momento ella ya no le era tan indiferente a sus besos y termina por abrir un poco más sus piernas para él, el CEO envuelve su cuerpo con ambos brazos y estrechando su cuerpo con fuerza.
El beso se tornó más violento y caliente y para ese entonces George comenzó a deslizar sus manos hacia los senos de Denise y en ese instante ella reacciono y lo separo de inmediato. Denise se baja de la mesa y abofetea a George con bastante violencia.
—¡Eres un maldito! No te atrevas a besarme de nuevo Harper, porque para la próxima paso el coche por encima de tu inútil cuerpo.
La chica toma su cartera pasando a un lado de él, abandona la oficina de George lanzando la puerta de un portazo.
El CEO se queda suavizando su mejilla mientras que recuerda ese beso, luego desliza los dedos de su pómulo hasta sus labios los cuales saborea.
—¡Sí que es una fiera! —sonríe de medio lado.
[…]
—Ese maldito hijo de puta como se atreve a besarme, ¿Qué demonios se cree ese imbécil? —Denise farfulla mientras que sube a su coche —. Es un animal, como un salvaje actúa el desgraciado.
Enciende el coche echa una furia, pero antes de ponerlo en marcha recuerda ese violento beso en su oficina, Denise parpadea reiteradas veces al darse cuenta de que ella le respondió al maldito beso.
Toca sus labios y frunce el ceño.
—¿Por qué le respondí a ese beso? ¿Qué diablos me paso? —musita.
Era extraño en ella que hubiera permitido una cosa como esa y menos viniendo de un Harper, Denise niega.
—No se puede volver a repetir, no se lo pienso permitir. Si cree que se burlara de mi está muy equivocado ese idiota.
En eso su teléfono comienza a sonar sacándola de sus cavilaciones, Denise reacciona y busca con desespero el aparato hasta encontrarlo.
—Hola madre.
—¿Han firmado ya?
—Si.
—¿Tienes la copia? —Denise traga saliva.
—Me la harán llegar por la tarde a la oficina.
—Bien, te espero en la oficina, ven ahora mismo.
Su madre le cuelga la llamada sin siquiera despedirse de ella, Denise mira el teléfono y luego muerde sus labios. No le esperaban cosas buenas con su madre de eso estaba completamente segura.
Suelta el aliento contenido y pone el coche en marcha…
para las que leyeron el esposo de mi jefa, aqui esta el libro II, espero que les guste un beso para todas mis amores.
Denise ingresa en su oficina encontrando a su madre sentada ante su escritorio, la joven se queda parada mientras que ambas se sostienen la mirada por un momento.—Entonces, ¿es un hecho?—En efecto —Mónica frunce un poco el ceño al observar una expresión sospechosa en su hija.—¿De verdad? —cuestiona.—Madre, he firmado hace un momento.Mónica se inclina hacia atrás mientras continúa observándola.—¿Cambiaste la lista no es así? —Denise se sorprende por la audacia de su madre —. Por supuesto que sí lo has hecho —la mujer niega al sentirse decepcionada de su hija.—Madre, no tuve opción. George es…—¡¿George?! —pregunta rápidamente al escuchar como tutea a su hija —. ¡George Harper!—Phil Harper y su hijo son muy astutos, no dejarían pasar por alto que la lista de coches estaba alterada, no creo que sea bueno que los subestimes madre.Ella sonríe de medio lado, luego se pone en pie para comenzar a caminar hacia su hija quien se le notaba nerviosa y algo angustiada.—Así que George Har
Al día siguiente Denise toma el desayuno en el comedor, sola como de costumbre. La joven mira sin un poco de ánimos el plato sobre la mesa pensando que su madre estaba tan vacía por dentro.En todos sus años de vida nunca la acompaño a tomar el desayuno o una cena, o recordar al menos que hoy era su cumpleaños. ¿A qué madre se le podía olvidar el día que su única hija nació?Frunce un poco el ceño mientras que trata de sostener las lágrimas, todos los años era la misma historia, o no estaba en casa o pasaba el día entero en su habitación. Era como si no la quisiera, como si la odiara.Nunca la recordó darle un abrazo o un beso, de eso se encargaban las nanas.Denise resopla sintiéndose verdaderamente triste.—Tan temprano por la mañana y ya suenas cansada —la voz de su madre la sobresalta llevándola a levantar la mirada, en ese instante su corazón se alebresta al mirar a Mónica sirviéndose una taza con café —. Para venir de ti es muy extraño que este resoplando a esta hora.—Buenos dí
En cuanto Denise ingresa en su oficina se detiene en el acto al mirar a George sentado mientras tomaba café, el corazón de la joven comienza a palpitar frenéticamente. En eso ella se detiene a pensar en si aquel latido alocado se debía por las palabras de su madre o porque ella…—¡Llegas tarde! ¿acostumbras a llegar tarde todo el tiempo a tu oficina?—¿Qué demonios estás haciendo aquí? —emprende el camino hacia su escritorio mientras que el idiota de George le da la espalda—. No creo que tengamos nada de qué hablar, además tengo mucho tra…—He venido para verte —Denise se detiene justo a espaldas de él —. Por eso he venido a tu oficina —la joven lo ve ponerse en pie cuestión que ocasiona su corazón no pare de latir—. ¿He hecho mal?Denise nota como George la observa fijamente mientas que ella por dentro estaba muriendo de los nervios, sus piernas no iban a resistir mucho si continuaba en ese absurdo estado y todo por culpa de ese idiota.¿Por qué demonios tenia que haber ido a su ofic
Era un cabezota, ¿Qué diablos intentaba hacer? ¿Por qué demonios quería llevársela a la fuerza?—Abre la puerta, George.El CEO observa la fiera mirada de Denise, ese día parecía especialmente enojada. lo llevo a preguntarse porque lo estaba. Sabía que llevársela a la fuerza no ayudaba en su relación, pero tampoco quería dejarla ir.Luego baja la mirada hacia esos labios que ya había besado anteriormente, realmente le parecían tan apetitosos y provocativos, algo poseía esa mujer que le encantaba y lo motivaba a querer estar con ella en todo momento.—¿Qué me estás viendo? —él no le responde, simplemente se limita a observarla fijamente.Y en arrebato el joven CEO se abalanza sobre ella con toda la intensión de robarle un beso, y lo consigue ya que Denise no tiene escapatoria alguna.La cabeza de la joven golpea levemente el cristal de la ventanilla justo cuando siente los labios de George posarse sobre su boca. Denise ensancha la mirada cuando aquel hombre profundiza el beso de un mome
Necesitaba continuar con el plan, sin embargo, no debía mirar a George con otros ojos más que los de odio. Su padre le jugo sucio a su madre, nunca le dio la parte que le correspondía legalmente puesto que el gran Phil Harper ya estaba prometido a otra mujer la cual ya tenía un hijo de él.Su madre nunca supero esa perdida, y con el poco dinero que pudo obtener de su separación fue que se levantó y creo su propio imperio de los negocios. Debía recordar aquello, los Harper solo eran sus enemigos y nada más que eso.Si se casaba con George era para despojarlo de su poder, aunque si pensaba bien las cosas, no estaría nada mal hacerse con el poder de su futuro esposo, ella misma tendría mucho más poder y de esa manera no sería la hija de un don nadie.A pesar de que el apellido de madre era prestigioso era evidente que no llevaba el de su padre, así que tendría que labrarse su camino así sea casándose con un Harper.—Creo que nos hemos excedido con todo esto —responde tan fríamente que si
—Estuviste ausente todo el día de hoy, ¿Dónde has estado? —Phil interroga a su hijo en mitad de cena.—Estuve ocupado, lo siento el tiempo se me fue volando —su madre lo mira curiosa.—Confiesa que te has escapado con tu novia todo el día—el CEO más joven levanta la mirada para ver a su entrometida hermana.—Ya es suficiente con ustedes dos —refuta la madre de estos —. Hijo tienes deberes que cumplir, eso ya lo sabes.—Y siempre los cumplo, madre.George se pone en pie, deja la servilleta sobre la mesa y se despide de su familia.—Estoy cansado, mañana estaré temprano en la empresa. Hasta mañana.—De acuerdo.Mientras que George toma el camino a la salida su madre lo ve fijamente, algo no estaba bien con su hijo, lo conocía bastante bien para sospechar que algo era diferente en él.—Tiene novia, de eso pueden estar seguros.—Ya basta Diana, deja a tu hermano en paz —objeta su padre.—Digo lo que veo, George tiene una novia.La joven se pone en pie también.—Y así como lo dejaron a él
—Si madre, está bien.—Muy bien, de este modo nuestros planes se adelantarán más rápido de lo que pensamos.Denise trata de mantenerse calmada, pero la realidad es que por dentro gritaba. No estaba de acuerdo con aquel plan de su madre, acostarse con George no era algo fácil para ella y menos cuando no sabía nada del sexo.Lo poco que hicieron en el coche la había dejado bastante desconcertada, por suerte tuvo la voluntad para detener esa locura. Pero ahora su madre deseaba que continuara con eso y ella no estaba segura de poder hacerlo.Aun no le había contado lo del fin de semana, tampoco estaba segura de hacerlo. Su madre era capaz de seguirla con tal de cerciorarse de que hiciera lo que le estaba pidiendo.—¿Tienes alguna cita con él en los próximos días? —Denise vuelve la vista a su ordenador.—No la tengo.—¿Te has rehusado?—No es así, él no me ha dicho nada.—Muy bien —dice poniéndose en pie —. Si te invita, ya sabes lo que debes hacer. Ahora me iré, tengo mucho que hacer.La
Después de aquel encuentro tan intimo entre George y ella, la joven regresa por la noche a casa, en ese momento que ingresa en la misma se pregunta si debe contarle a su madre lo que había hecho.Y no solo eso, también decirle sobre la salida del fin de semana.La joven camina hacia el comedor y para su sorpresa lo encuentra vacío, frunce el ceño puesto que esperaba encontrar a su madre en casa.—Buenas noches señorita —la saluda una de las sirvientas.—¿Dónde está mi madre?—Ella no ha llegado a casa todavía —Denise aprieta los labios —. ¿Le sirvo la cena o esperamos a la señora?—No, sirve de una vez. Dudo mucho que mi madre llegue temprano hoy.Decepcionada toma asiento mientras repasa sobre lo que ocurrió con George en su oficina, aún tenía gravada en su piel todo lo que le hizo ese hombre, lo que la lleva a pensar en sus palabras.“No pasara nada que tu no quieras que pase”Denise suelta el aliento, ¿debía aceptar salir con él?Por otro lado, lo mejor que podía hacer era quedarse