La mansión de Lucien parecía sumida en una atmósfera tensa, donde las sombras que normalmente se extendían por los pasillos parecían estar más densas que nunca. Clara y Lucien se encontraban en un punto de inflexión: el enfrentamiento con Cyprian era inevitable, y las piezas del tablero de guerra se movían con rapidez. Sin embargo, lo que ninguno de los dos esperaba era que la amenaza no solo venía de Cyprian, sino de alguien mucho más cercano.El primer indicio de que algo no estaba bien llegó cuando Clara entró en la biblioteca esa mañana. Lucien había estado esperando en la oficina de su despacho, preparando sus estrategias para la próxima confrontación, pero Clara sentía que algo se cernía en el aire. Un presagio. La sensación de que el destino había cambiado su curso.Cuando Clara cruzó la puerta de la biblioteca, algo llamó su atención. La habitación estaba más en silencio de lo habitual, y las estanterías llenas de libros antiguos parecían susurrar secretos oscuros en las sombr
El sol apenas se asomaba por el horizonte cuando Clara despertó en la habitación de Lucien, envuelta en las sombras que siempre parecían seguirlo. Había algo en el aire, un silencio espeso que pesaba sobre todo, como si el tiempo mismo se hubiera detenido. Los últimos días habían sido una marea de emociones encontradas, de revelaciones y traiciones, y ahora, todo parecía haber llegado a su punto de ruptura. Cyprian estaba cerca, y el precio de la lealtad y la venganza se estaba pagando con sangre.Clara se sentó en la cama, sus pensamientos atrapados entre la confusión y el dolor. Había estado tan cerca de perder a Lucien, de perder todo lo que había comenzado a construir a su lado. La traición de Valeria aún resonaba en su mente, un eco que se repetía en cada rincón de la mansión. El clan, que había sido su refugio, estaba ahora al borde de la disolución. Pero lo peor de todo era el hecho de que no sabía en quién podía confiar. La amenaza venía desde dentro, y no solo desde fuera.Se
La ciudad respiraba bajo la luz plateada de la luna llena, cada calle y cada rincón pareciendo cobrar vida con un misterio palpable. El aire fresco de la noche estaba impregnado de promesas, susurros de secretos ocultos entre las sombras. En el centro, un edificio se erguía como un coloso: la mansión Devereux. La estructura, un espléndido ejemplo de la arquitectura moderna, era conocida no solo por su opulencia, sino también por el aura de poder que la rodeaba.Dentro de esas paredes, Lucien Devereux reinaba. Era el jefe del clan vampírico más influyente del mundo, un hombre cuya belleza deslumbrante era la envidia de cualquier mortal. Su cabello oscuro caía en ondas perfectas, y sus ojos, de un azul profundo, podían capturar la luz de la luna como si contuvieran estrellas en su interior. Sin embargo, no era solo su apariencia lo que lo hacía temido y respetado; era su personalidad autoritaria, su control absoluto y su fama de mal genio. Aquel que cruzaba su camino sin el debido respe
La conversación entre Clara y Lucien se prolongó mientras el sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranja y púrpura. La atmósfera se volvió más íntima, y Clara sintió que se encontraba en un punto de inflexión en su vida. Había algo innegablemente atrayente en Lucien, algo que la impulsaba a conocerlo más profundamente, a desentrañar los misterios que lo rodeaban.—¿Cómo es tu vida en el clan? —preguntó Clara, su curiosidad desbordante.Lucien la miró fijamente, como si estuviera evaluando si debía abrirse con ella. Finalmente, con un suspiro profundo, comenzó a relatar su historia.—Mi familia ha sido parte de este mundo desde hace siglos. El clan Devereux es uno de los más antiguos y poderosos. Nací en medio de la opulencia, pero también de responsabilidades que son una carga pesada —dijo, su voz resonando con una mezcla de orgullo y pesar. —Siempre he sido entrenado para ser el líder, y eso implica decisiones difíciles y sacrificios.Clara sintió una punzada
Los días pasaron y Clara se sumergió en su rutina diaria, pero la sensación de conexión con Lucien no la abandonó. Cada vez que escuchaba un coche pasar o sentía un susurro en el aire, su corazón latía con la esperanza de que él apareciera. La vida en la tienda de ropa que dirigía era monótona y a menudo frustrante, pero ahora había un destello de emoción en su interior que no podía ignorar.La noticia de una gala benéfica organizada por el clan Devereux se había propagado por la ciudad. Se decía que sería un evento de gran magnitud, con invitados influyentes de todos los sectores. Clara sintió una punzada de deseo al pensar que Lucien sería el anfitrión, pero también una oleada de inseguridad. ¿Realmente tendría un lugar en ese mundo?Una tarde, mientras organizaba el escaparate de su tienda, recibió un mensaje de Lucien. La vibración de su teléfono la hizo sobresaltar. Con manos temblorosas, abrió el mensaje:“Clara, me encantaría que vinieras a la gala. Sería un honor tenerte a mi
Después de la gala, Clara no pudo sacudir la sensación de que su vida estaba a punto de cambiar. Las emociones que había experimentado con Lucien seguían vibrando en su interior, y cada vez que pensaba en él, un cálido cosquilleo se extendía por su piel. Sin embargo, las palabras de Lucien, su preocupación por las complejidades de su mundo, resonaban en su mente.Pasaron los días y Clara se entregó a su trabajo, pero su mente siempre regresaba a Lucien. Su imagen, su sonrisa, y el peso de sus promesas se convirtieron en parte de su rutina diaria. Pero con cada día que pasaba sin verlo, Clara sentía que la incertidumbre comenzaba a carcomer su corazón.Un viernes por la tarde, mientras cerraba la tienda, recibió un mensaje de Lucien. La luz del atardecer iluminaba su teléfono, y el mensaje lo hizo vibrar en su mano.“Clara, ¿te gustaría cenar conmigo esta noche? Quiero hablar de lo que pasó.”El corazón de Clara dio un vuelco. Su mente se llenó de preguntas, pero la única respuesta que
El sol salió lentamente por el horizonte, iluminando la ciudad con sus cálidos tonos dorados. Clara se despertó con la sensación de que su vida estaba en la cúspide de un cambio monumental. La noche anterior había sido intensa; había compartido no solo sus sentimientos, sino también la verdad sobre el peligro que rodeaba a Lucien. Se levantó de la cama, aún con el eco de sus palabras resonando en su mente: "No quiero que me veas como una carga". Esa frase se repetía en su corazón mientras se preparaba para el día.A medida que avanzaba el día, Clara trató de concentrarse en su trabajo en la pequeña tienda de moda donde trabajaba. Sin embargo, su mente estaba distraída, girando constantemente en torno a Lucien y al mundo oscuro y complejo que lo rodeaba. A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, una sensación de ansiedad la envolvía como una sombra.—Clara, ¿estás bien? —preguntó su amiga y compañera de trabajo, Laura, mientras organizaban las prendas en la tienda.Clara sonrió,
Clara se despertó temprano, aún sintiendo la adrenalina del compromiso que había hecho con Lucien. Su corazón latía con fuerza mientras recordaba la intensidad de la noche anterior y la decisión de unirse a la lucha por su amor. Sabía que hoy sería un día crucial, no solo para su relación, sino para el futuro del clan vampírico.A medida que se preparaba, Clara revisó mentalmente las cosas que necesitaría. Un vestido adecuado para la reunión era esencial. Optó por un vestido oscuro que resaltaba su figura y un par de tacones que la hacían sentir poderosa. No era solo una reunión; era el primer paso para demostrar que no era solo una joven mujer de clase baja, sino una aliada valiosa para Lucien.Cuando llegó a la mansión, ya había algunos miembros del clan reunidos en la amplia sala de estar. La atmósfera era tensa, y el aire estaba cargado de una mezcla de expectación y temor. Clara tomó una respiración profunda antes de entrar en la sala, donde Lucien estaba hablando con algunos de