La madrugada llegó y con ella, la tensión que se cernía sobre la mansión de Lucien era palpable. Los ecos de antiguas traiciones y promesas incumplidas se alzaban con el viento, y los murmullos de la rebelión que se estaba gestando en las sombras comenzaban a tomar forma. Lucien no podía permitirse ignorar la amenaza de Cyprian por más tiempo. Cada hora que pasaba sin acción aumentaba la probabilidad de que la guerra civil que había evitado durante tanto tiempo, finalmente estallara.Esa mañana, después de una noche de pesadillas, Clara despertó con el peso de la incertidumbre sobre sus hombros. El frío del amanecer penetraba por la ventana de su habitación, pero no era solo el clima lo que la hacía temblar. Era la sensación de que algo grande, algo irreversible, estaba por suceder. Cuando se levantó de la cama y miró su reflejo en el espejo, el rostro que vio era diferente al que había conocido. Los ojos que una vez se brillaban con la curiosidad de la vida humana, ahora mostraban un
La ciudad respiraba bajo la luz plateada de la luna llena, cada calle y cada rincón pareciendo cobrar vida con un misterio palpable. El aire fresco de la noche estaba impregnado de promesas, susurros de secretos ocultos entre las sombras. En el centro, un edificio se erguía como un coloso: la mansión Devereux. La estructura, un espléndido ejemplo de la arquitectura moderna, era conocida no solo por su opulencia, sino también por el aura de poder que la rodeaba.Dentro de esas paredes, Lucien Devereux reinaba. Era el jefe del clan vampírico más influyente del mundo, un hombre cuya belleza deslumbrante era la envidia de cualquier mortal. Su cabello oscuro caía en ondas perfectas, y sus ojos, de un azul profundo, podían capturar la luz de la luna como si contuvieran estrellas en su interior. Sin embargo, no era solo su apariencia lo que lo hacía temido y respetado; era su personalidad autoritaria, su control absoluto y su fama de mal genio. Aquel que cruzaba su camino sin el debido respe
La conversación entre Clara y Lucien se prolongó mientras el sol se ocultaba tras el horizonte, tiñendo el cielo de tonos naranja y púrpura. La atmósfera se volvió más íntima, y Clara sintió que se encontraba en un punto de inflexión en su vida. Había algo innegablemente atrayente en Lucien, algo que la impulsaba a conocerlo más profundamente, a desentrañar los misterios que lo rodeaban.—¿Cómo es tu vida en el clan? —preguntó Clara, su curiosidad desbordante.Lucien la miró fijamente, como si estuviera evaluando si debía abrirse con ella. Finalmente, con un suspiro profundo, comenzó a relatar su historia.—Mi familia ha sido parte de este mundo desde hace siglos. El clan Devereux es uno de los más antiguos y poderosos. Nací en medio de la opulencia, pero también de responsabilidades que son una carga pesada —dijo, su voz resonando con una mezcla de orgullo y pesar. —Siempre he sido entrenado para ser el líder, y eso implica decisiones difíciles y sacrificios.Clara sintió una punzada
Los días pasaron y Clara se sumergió en su rutina diaria, pero la sensación de conexión con Lucien no la abandonó. Cada vez que escuchaba un coche pasar o sentía un susurro en el aire, su corazón latía con la esperanza de que él apareciera. La vida en la tienda de ropa que dirigía era monótona y a menudo frustrante, pero ahora había un destello de emoción en su interior que no podía ignorar.La noticia de una gala benéfica organizada por el clan Devereux se había propagado por la ciudad. Se decía que sería un evento de gran magnitud, con invitados influyentes de todos los sectores. Clara sintió una punzada de deseo al pensar que Lucien sería el anfitrión, pero también una oleada de inseguridad. ¿Realmente tendría un lugar en ese mundo?Una tarde, mientras organizaba el escaparate de su tienda, recibió un mensaje de Lucien. La vibración de su teléfono la hizo sobresaltar. Con manos temblorosas, abrió el mensaje:“Clara, me encantaría que vinieras a la gala. Sería un honor tenerte a mi
Después de la gala, Clara no pudo sacudir la sensación de que su vida estaba a punto de cambiar. Las emociones que había experimentado con Lucien seguían vibrando en su interior, y cada vez que pensaba en él, un cálido cosquilleo se extendía por su piel. Sin embargo, las palabras de Lucien, su preocupación por las complejidades de su mundo, resonaban en su mente.Pasaron los días y Clara se entregó a su trabajo, pero su mente siempre regresaba a Lucien. Su imagen, su sonrisa, y el peso de sus promesas se convirtieron en parte de su rutina diaria. Pero con cada día que pasaba sin verlo, Clara sentía que la incertidumbre comenzaba a carcomer su corazón.Un viernes por la tarde, mientras cerraba la tienda, recibió un mensaje de Lucien. La luz del atardecer iluminaba su teléfono, y el mensaje lo hizo vibrar en su mano.“Clara, ¿te gustaría cenar conmigo esta noche? Quiero hablar de lo que pasó.”El corazón de Clara dio un vuelco. Su mente se llenó de preguntas, pero la única respuesta que
El sol salió lentamente por el horizonte, iluminando la ciudad con sus cálidos tonos dorados. Clara se despertó con la sensación de que su vida estaba en la cúspide de un cambio monumental. La noche anterior había sido intensa; había compartido no solo sus sentimientos, sino también la verdad sobre el peligro que rodeaba a Lucien. Se levantó de la cama, aún con el eco de sus palabras resonando en su mente: "No quiero que me veas como una carga". Esa frase se repetía en su corazón mientras se preparaba para el día.A medida que avanzaba el día, Clara trató de concentrarse en su trabajo en la pequeña tienda de moda donde trabajaba. Sin embargo, su mente estaba distraída, girando constantemente en torno a Lucien y al mundo oscuro y complejo que lo rodeaba. A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, una sensación de ansiedad la envolvía como una sombra.—Clara, ¿estás bien? —preguntó su amiga y compañera de trabajo, Laura, mientras organizaban las prendas en la tienda.Clara sonrió,
Clara se despertó temprano, aún sintiendo la adrenalina del compromiso que había hecho con Lucien. Su corazón latía con fuerza mientras recordaba la intensidad de la noche anterior y la decisión de unirse a la lucha por su amor. Sabía que hoy sería un día crucial, no solo para su relación, sino para el futuro del clan vampírico.A medida que se preparaba, Clara revisó mentalmente las cosas que necesitaría. Un vestido adecuado para la reunión era esencial. Optó por un vestido oscuro que resaltaba su figura y un par de tacones que la hacían sentir poderosa. No era solo una reunión; era el primer paso para demostrar que no era solo una joven mujer de clase baja, sino una aliada valiosa para Lucien.Cuando llegó a la mansión, ya había algunos miembros del clan reunidos en la amplia sala de estar. La atmósfera era tensa, y el aire estaba cargado de una mezcla de expectación y temor. Clara tomó una respiración profunda antes de entrar en la sala, donde Lucien estaba hablando con algunos de
El sol se había puesto, y la luna brillaba en el cielo, iluminando la mansión con un resplandor plateado. Clara se encontraba en el estudio de Lucien, revisando mapas antiguos y documentos que pertenecían a clanes de vampiros en las cercanías. Sabía que establecer alianzas sería fundamental para contrarrestar la amenaza de Dorian.Lucien se acercó, con una expresión decidida en su rostro. —He contactado a algunos de los líderes de los clanes cercanos. Algunos están dispuestos a reunirse con nosotros esta semana.—¿Qué clanes? —preguntó Clara, sintiendo la emoción y el nerviosismo mezclados en su interior.—El Clan de la Noche, conocido por su fuerza en la batalla, y el Clan de la Luna, que tiene buenas relaciones con otros clanes —explicó Lucien mientras señalaba un mapa. —Debemos estar preparados para presentar nuestras razones y, sobre todo, convencerlos de que unirse a nosotros es lo mejor para ellos.Clara se sintió abrumada por la responsabilidad. Sabía que su voz sería important