Capítulo 5: Nuevos Desafíos

El sol salió lentamente por el horizonte, iluminando la ciudad con sus cálidos tonos dorados. Clara se despertó con la sensación de que su vida estaba en la cúspide de un cambio monumental. La noche anterior había sido intensa; había compartido no solo sus sentimientos, sino también la verdad sobre el peligro que rodeaba a Lucien. Se levantó de la cama, aún con el eco de sus palabras resonando en su mente: "No quiero que me veas como una carga". Esa frase se repetía en su corazón mientras se preparaba para el día.

A medida que avanzaba el día, Clara trató de concentrarse en su trabajo en la pequeña tienda de moda donde trabajaba. Sin embargo, su mente estaba distraída, girando constantemente en torno a Lucien y al mundo oscuro y complejo que lo rodeaba. A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, una sensación de ansiedad la envolvía como una sombra.

—Clara, ¿estás bien? —preguntó su amiga y compañera de trabajo, Laura, mientras organizaban las prendas en la tienda.

Clara sonrió, tratando de disimular sus pensamientos. —Sí, solo un poco cansada. ¿Y tú?

—Un poco estresada con la próxima colección, pero nada que no pueda manejar. —Laura la miró con una ceja levantada—. Sabes que siempre puedes hablarme, ¿verdad?

Clara asintió, pero en el fondo sabía que no podía compartir la complejidad de su relación con Lucien. Era un mundo que Laura no entendería, y la última cosa que quería era preocuparla.

A media tarde, mientras estaba en el almacén revisando la nueva mercancía, su teléfono vibró en su bolsillo. Era un mensaje de Lucien.

“¿Podemos vernos esta noche? Necesito hablar contigo sobre algo importante.”

Clara sintió que su corazón latía con fuerza. La preocupación se apoderó de ella al pensar en lo que podría estar sucediendo. Rápidamente respondió afirmativamente y, con la mente agitada, completó su jornada laboral.

Esa noche, Clara llegó a la mansión de Lucien, un lugar que ya había comenzado a sentirse como un segundo hogar, aunque también como un reino lleno de secretos. Al entrar, la atmósfera era diferente. El aire estaba tenso, y Clara pudo sentir que algo preocupaba a Lucien.

—Hola, Clara —dijo Lucien, su voz grave resonando mientras la recibía en el vestíbulo. Su mirada era intensa, pero había un rayo de calidez en ella.

—Hola, Lucien. ¿Qué sucede? —preguntó Clara, tratando de leer su expresión.

Él tomó su mano y la condujo a su estudio, un lugar donde habían compartido momentos íntimos y sinceros en el pasado. —Hay algo que debo contarte. Algo que puede afectar nuestra relación.

Clara sintió una punzada de miedo. —¿Qué es?

Lucien se detuvo frente a la ventana, mirando hacia el oscuro jardín que rodeaba la mansión. —Hay un nuevo enemigo en el clan, alguien que está buscando aprovecharse de mi debilidad por ti. Quieren demostrar que estoy distraído y que no puedo manejar el liderazgo.

Clara se sintió vulnerable, como si la amenaza fuera real y tangible. —¿Quién es? ¿Qué quieren?

—Se llama Dorian, un vampiro que ha estado buscando venganza contra mi familia durante años. Cree que si puede separarnos, podrá debilitarme y tomar control del clan.

La respiración de Clara se aceleró. —¿Estás en peligro?

—No, no directamente. Pero él puede usar a las personas que amo para lastimarme. Mi primer instinto es protegerte, pero eso también significa que debes estar preparada para cualquier cosa.

Clara sintió que su mente se llenaba de confusión. —No puedo vivir con miedo, Lucien. No puedo dejar que este Dorian me aleje de ti.

Él se volvió hacia ella, la seriedad de su expresión la hizo sentir un escalofrío. —Es un riesgo, Clara. Si decides seguir a mi lado, debes estar lista para enfrentar las consecuencias.

—¿Y si decido quedarme? —preguntó Clara, su voz firme, aunque temblorosa. —¿Estás dispuesto a luchar por nosotros?

Lucien la miró intensamente, y en sus ojos, Clara pudo ver el torbellino de emociones que experimentaba. —No hay nada que desee más que estar contigo, pero no quiero que pagues el precio de mi lucha.

Ambos se quedaron en silencio, el peso de la decisión llenando el aire. Finalmente, Clara dio un paso hacia él, sintiendo que la determinación florecía en su interior. —No voy a dejarte. Si este Dorian quiere luchar, entonces estamos en la misma batalla.

Lucien sonrió levemente, pero su expresión se oscureció nuevamente. —Esto no es un juego, Clara. Es peligroso.

—Lo sé. Pero no estoy dispuesta a renunciar a lo que tenemos. Nunca.

La tensión entre ellos aumentó, y en ese instante, todo lo que habían compartido se hizo aún más real. Lucien se acercó, y Clara sintió la electricidad entre ellos. Sin poder contenerse, lo besó, y la pasión entre ellos se desató.

El beso se volvió más intenso, como si todo el mundo se desvaneciera a su alrededor. Clara sintió que cada latido de su corazón resonaba en su pecho mientras Lucien la rodeaba con sus brazos. El calor de su cuerpo contrastaba con la fría noche, y Clara se dio cuenta de que estaba dispuesta a enfrentar cualquier desafío si significaba estar con él.

Cuando se separaron, ambos respiraban con dificultad. —Esto solo fortalece mi resolución —dijo Lucien, su voz grave. —Te prometo que haré todo lo posible para protegerte.

Clara asintió, sintiendo que la conexión entre ellos se profundizaba. —Y yo haré lo que sea necesario para estar a tu lado.

A medida que la noche avanzaba, la conversación se volvió más seria. Lucien le explicó los pasos que estaba tomando para lidiar con Dorian y cómo había reforzado la seguridad en torno a la mansión. Aunque Clara se sintió algo aliviada, también sabía que el peligro seguía acechando.

—Voy a convocar a los miembros más leales del clan para discutir estrategias —dijo Lucien—. Necesitamos estar un paso adelante de Dorian.

—¿Puedo ayudar? —preguntó Clara, sintiendo que quería ser parte de todo lo que sucedía, incluso si eso significaba enfrentar el peligro.

Lucien se quedó en silencio por un momento, luego se acercó a ella, su mirada intensa. —No quiero poner en riesgo tu seguridad.

—Pero soy parte de esto. No puedo quedarme al margen —insistió Clara.

Lucien finalmente asintió. —De acuerdo. Pero debes prometerme que te mantendrás a salvo. Si las cosas se complican, tendrás que salir de aquí.

Clara asintió, sintiendo una mezcla de emoción y miedo. La aventura de su vida estaba a punto de comenzar, y aunque sabía que el camino sería difícil, su amor por Lucien era más fuerte que cualquier amenaza.

La noche avanzó, y mientras planeaban, Clara sintió que su relación con Lucien se transformaba. Ya no eran solo dos personas que se encontraban en circunstancias especiales; ahora eran un equipo, listos para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.

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