Lion no me hablaba. Era la primera vez que el alemán estaba tan furioso conmigo, tanto que ni me dejaba abrazarle, si de por sí ya tenía las hormonas alborotadas me ponía aún más triste con la frialdad de mi pareja. —¡Ya perdóname por lo de la broma, Lyon! No fue con mala intención. —él me miró desde su escritorio de forma larga y tendida, hasta que finalmente suspiró y me dejó sentarme en su regazo para mimarme. —No tenemos remedio, Yuslevi. Te amo con todas tus locuras y eso es todo lo que se. —mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. —¡Pero no llores! —¡Es que tú con tus palabras bonitas! ¡¿Cómo esperas que no llore?! —él acunó mi rostro para luego limpiar mis lágrimas, luego puso su mano en mi vientre.—Hijo tu madre llora por todo —le murmuró a mi pequeño.—¡Claro que no! —exclamé haciéndome la ofendida. —Lo único que voy a odiar del embarazo es la gran barriga que se me hará.—A mí me parecerás igual de hermosa, con tal de que tú y nuestro hijo están sanos. —Lyon que tie
CINCO AÑOS DESPUES.—Yusle pareces artista, vestida siempre elegante y maquillada —dijo Elaine. —Ya ves que si es cierto lo que dicen, no hay mujer fea sino pobre. —respondí. Los había invitado a ella y Joshua para la celebrar el cumpleaños de mi esposo, Nare llegaría pronto con Mathew y Joaquín vendría con ellos. Acaba la firma de libros de mi última novela. Lyon ya pronto llegaría de la empresa, Elaine y yo hacíamos un video llamada a Alex, hace tres meses al fin se había casado con Edward Abernathy y estaban de luna de miel. —¡Hola hermanas! —exclamó cuando contestó, ella estaba en traje de baño.—Amiga te ves bella. Ese bronceado te luce —respondió Elaine. —Que suerte la tuya amiga, mírate en la playa que envidia. —dije.—A ti tu alemán te llevó a París, Alemania y Milán en su luna de miel. Coño, la que debería envidiarte seria yo —solté una gran carcajada.—¿La estas pasando rico allá?—¡Por supuesto! ¿Qué no me ven? Estoy más que feliz.—Bueno, bueno sí. Fue una pregunta t
1 de SEPTIEMBRE 2019. Seattle. MANSIÓN DEL ALEMÁN. (PRIMER DÍA, LA ENTREVISTA)Entre mis muchas, pero muchas desventuras y decepciones en la búsqueda de un buen trabajo sentía que al fin cambiaba mi suerte, aunque eso sí, jamás me esperé o me imaginé que mi entrevista se realizaría en la casa del mismísimo dueño de la empresa en la que si dios (y ese tipo quieren) trabajaría muy feliz. El contacto que me llamó me dijo que el señor tenía tanta flojera de salir que había decidido que por primera vez realizaría una entrevista en su hogar, cualquiera en mi lugar se sentiría halagada y súper nerviosa.Sentía el estómago demasiado débil, como si quisiera devolver todo lo que comí antes de venir para acá. Apenas entré a esa casa, no, no es una casa, esto es una gran mansión que parece un palacio. Creo que la alfombra vale más que todo lo que hay en mi departamento. Mi mandíbula no podía abrirse más y caer al suelo, porque no era una caricatura, estaba en la vida real.—Si así es la casa… ¿
No había podido dormir en toda la noche por la ansiedad, cuando al fin sonó mi alarma salte de la cama, eran las cinco de la mañana y las muchachas aún no se levantaban, Narelys tenía que entrar a su trabajo a eso de las nueve y Alex tenía un horario súper flexible, ya que era ayudante en un gimnasio, todas poníamos de nuestra parte para los gatos de este apartamento y además… vivir con estas locas amigas era bastante divertido. Una podía ser el hombro para llorar de la otra.Después de una ducha y un desayuno rápido, me arreglé lo mejor posible. Quería verme coqueta y femenina, no todos los días un hombre de negocios te pasa buscando para llevarte al trabajo; en este preciso momento me debato en la regla que dijo ese hombre sobre los teléfonos… Humm, no puedo dejarlo aquí. Mi teléfono es vital para mi existencia.—Ni que me fuera a revisar el bolso. —metí el celular en la cartera y salí de mi dormitorio, para mi sorpresa Alex y Narelys ya se habían levantado. —¿Tu jefe ya vendrá a b
YUSLEVIDespués de escuchar todas las cositas que decían de mí por los pasillos de la empresa, quedé anonadada. ¡No había ni pasado un día y ya era una sensación entre estas víboras! —¡Es que si no necesitara tanto el trabajo renunciara ahorita mismo! —dije furiosa—Lo necesito para seguir pagando las cuentas del departamento con Alex y Narelys. Y sabes que sin trabajo me tocara ofrecer mis servicios sexuales que aunque son calidad no están en venta.—¡Yuslevi por favor! —Elaine se rio como una pendeja.—¿Tú en que área trabajas?—Estoy en área de marketing y diseño de publicidad con el colombiano.—¿El colombiano? —pregunté extrañada. —“El colombiano” es el apodo que le puse, pero se llama Joaquín cruz. Él es el sol andante de este edificio porque por la zona de tu jefe todos son unos odiosos que nadie se aguanta. Al menos si tuve suerte con mis compañeros de trabajo.—¡Nojodas! Con mi pava macha siempre termino con lo peorcito de todo. —Al menos agradece que tienes un jefe al cual
El ambiente era casi sofocante, estaba en su oficina parada frente a su escritorio y él parecía más y más intimidante. Su hermoso rostro lleno de enojo, despotricando palabras hirientes y yo como estúpida no respondía a sus insultos.“¡Despedida, estas despedida Jaimes!-gritó una y otra vez y yo suplicaba pero él no me hace caso.- ¡DESPEDIDA!”. Desperté más sudada que langosta en una olla. Al revisar la hora vi que era de madrugada, casi las cinco y media, sabía que no volvería a conciliar el sueño después de tremenda pesadilla. ¿Tan traumatizada me tenía ese hombre con la posibilidad de despedirme que no podía dormir en paz? Me levante para tomar una toalla e ir al baño a darme una ducha. Me arregle casi a la velocidad de la luz, cuando me vi linda y perfumada salí del departamento con un emparedado en mano para ir comiendo en el camino. Me detuve en la parada a esperar mi autobús para ir al trabajo, pero a medida que pasaba el tiempo el maldito bus no llegaba. Estaba a punto de
NARELYSDespués de la buena noche que pasamos en el karaoke, desperté con una cruda de los mil demonios pero tenía que ir a mi trabajo. Lo peor de todo es que yo fui la de la idea de ir de parranda en un día de semana, cuando sabía perfectamente que teníamos que levantarnos súper temprano al día siguiente. Preparaba los documentos del señor Abernathy, estaba por llevárselo y del ascensor salió aquel chico que parecía un dios griego; ojos oscuros, cabello negro, piel pálida y en buena forma con seguramente un metro ochenta de altura. —Oye dulzura —me coqueteo con un voz ronca y muy sexi —¿Se encuentra el señor Abernathy?—¿Quién lo busca? —Su hijo, Edward Abernathy. —“¡Este era el hijo de mi jefe! ¡Pero que dios más bello tenía antes sus ojos!”.—S-s-sí señor, pase señor…. —él me sonrió y entro a la oficina de mi jefe, mientras lo seguía con la mirada a él y su lindo trasero. “Pues el hijo del viejo estaba para comérselo”. EDWARD La chica linda me dijo que el viejo se encontraba
YUSLEVIDesde esa noche en bar karaoke la actitud de mi jefe hacia a mi había cambiado de una manera casi radical, el hombre parecía como si temiera estar a solas conmigo en una habitación. No es como si fuera a violarlo (bueno pero si él se deja no sería violación. ¡QUE CONSTE EN ACTA!). Ya habían pasado varias semanas y el alemán aun no me había despedido, eso era un logro, aunque pensaba seriamente que a mi cubículo le hacía falta algo de vida.Cada día que iba en el bus rumbo al trabajo en la isla de la avenida podía ver un perfecto arbusto llenos de flores y el bombillo de una idea se prendió sobre mi cabeza.—Joshua, mírala se está secando y pidiendo a gritos porque me la llave. —le insistía al novio de Elaine mostrándole una foto de la flor que quería, pero el podrío no daba su brazo a torcer.