3. Nuevo trabajo

Eliza

No tuvo una infancia sencilla, desde muy pequeña aprendió a ser fuerte y no solo cuidar de sí, sino también de su hermana, dos años menor que ella.

A su padre le gustaba apostar y cuando perdía, se ponía violento con quien se atravesará en su camino, algo que ocasionó que en muchas oportunidades se metiera en graves problemas con hombres muy peligrosos, a pesar de que su mamá intentaba razonar con él, no hubo manera de que recapacitara y buscara ayuda.

Un buen día llegó a casa bastante mal, no solo había tomado sino que también se había drogado, estaba violento, lo que causó gran temor en su madre y les pidió que se encerrara junto con su hermana en la habitación, lo siguiente que recuerda es una fuerte discusión y un gran golpe, después de eso la sirena de la policía, una vecina que era amiga de su mamá las encontró encerradas en el cuarto, las llevó hasta su casa hasta que el día siguiente una señora qué, trabaja en el departamento de protección al menor, fue por ellas llevándolas a una casa de acogida, donde crecieron y vivieron, hasta ser mayor de edad.

Desde entonces su sueño siempre ha sido pertenecer a la policía y poder defender a mujeres y a niños de hombres como su padre o incluso más peligrosos, Su hermana nunca estuvo de acuerdo con ello, pero al ver su empeño y determinación, la apoyó, al igual que su mejor amiga Oriana, ambas han estado allí para ella en todo momento.

—Eliza, por favor ven conmigo —le pide el jefe de la policía pasando por su lado.

Se sobresalta en su puesto al escucharlo pasar, sacándola de golpe de sus recuerdos. Traga grueso, nunca es bueno cuando llama a alguien a su oficina.

—Voy señor —responde nerviosa acomodándose su uniforme.

En los últimos meses ha habido mucho recorte de personal debido al poco ingreso que tiene el departamento, espera no ser una de las despedidas.

—Para nadie es un secreto los recortes de personal que han habido en los últimos meses, pero al evaluar tu desempeño junto con los supervisores, hemos llegado a la conclusión de que mereces estar en un sitio más adecuado a tus habilidades —comienza hablar en cuanto ella se sienta frente a él.

—Señor, sé qué a veces resuelvo los casos de una manera poco profesional y que eso me ha acarreado muchos problemas, pero puede estar seguro de que sin importar que, me seguiré esforzando por ser la mejor —su corazón late con rapidez, empezando a sudar frío.

—No me interrumpas que no he terminado —deja caer su mano abierta en el escrito haciéndola sobresaltar—. Debido a tu buen desempeño y como tú misma dices, tus métodos son poco convencionales para resolver casos, pero efectivos. Hemos decidido que lo mejor para ti es que trabajes en el departamento de criminología del CICPC como investigadora, en Caracas te están esperando para que a partir de mañana empieces a liderar un grupo de investigación.

—¿En serio señor? ¿no está bromeando conmigo? —no puede creer lo que está escuchando. Es un sueño hecho realidad.

—Nunca haría algo como eso, así que vaya a recoger sus cosas que mañana a las siete de la mañana la esperan en su nueva oficina, y por favor, acate las órdenes y cumpla con su deber siguiendo las leyes —le ordena, sabiendo lo difícil que le resulta hacerlo.

—Sí señor, eso haré, le prometo que cumpliré, no sé arrepentirá —de la emoción dejó caer al suelo un portaretrato que tiene sobre su escritorio, haciendo que el vidrio se rompa.

—Ya me arrepentí —resopla por lo bajo negando lentamente.

Se va rápidamente antes de que cambie de parecer. Camina al área del cafetín para buscar unas cajas vacías para meter sus cosas. Algunos de sus compañeros la ven con lastimas, otros confundido, ya que no entienden como el hecho de que la hayan mandado a empacar sus cosas la tenga tan feliz, pero como todos son una cuerda de envidiosos, no les dice absolutamente nada de lo que el jefe le dijo, no va a permitir que nada ni nadie arruine está fabulosa noticia.

Con todas sus cosas empacadas, sale de la estación de policía donde hasta hace unos minutos trabajaba, sube a su pequeño carrito para ir a casa, mientras conduce, llama a su hermana y amiga para pedirles que vayan a casa lo antes posible, que tiene una noticia importante que darles. Sin entrar en detalles, pese a que le incitan en que les dé una pista.

Al llegar a casa, deja sus cosas sobre la mesa y se va a la habitación a cambiarse y a darse una ducha mientras que espera a las chicas. Prepara algo rápido para comer con ellas y le manda un mensaje a Emily, su hermana, para que le haga el favor de comprar una botella de Glacial para celebrar su nuevo cargo.

Está terminando de preparar la salsa y de tostar unos panes, cuando escucha a su hermana y amiga entrando a la casa, haciendo escándalo llamándola, exigiendo saber inmediatamente lo que sucede.

—¿Estás cocinando? Algo muy importante tuvo que haber pasado para que te motivará a cocinar, deja el misterio y cuéntanos ¿qué pasó? —su amiga la hace girar y la observa atenta.

—Ya no soy una simple policía, ahora tienen ante ustedes a un agente especial del Cuerpo de Investigación Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) —suelta la noticia sin poder contenerse ni un segundo más.

—Pues te felicito, por qué es lo que siempre has soñado a pesar de todo lo que te ha costado, lo lograste, pero ahora estoy mucho más asustada y nerviosa por ti, tu trabajo es un peligro enorme para tu vida, solo te pido que te cuides y no te hagas la heroína, no tienes nada que demostrarle a nadie —le pide su hermana nerviosa, imaginando los peores escenarios en donde su hermana se expondrá.

—Emily por favor, no empieces, alégrate por mí, porque tu hermana está logrando sus objetivos —le pide agarrando sus manos y haciendo puchero.

—Emily tiene razón, —interviene Oriana, nunca le ha gustado su carrera y ahora menos que estará de frente al peligro— Eliza, tu trabajo no es cualquier cosa, ahora vas a tratar con criminales de alto nivel y eso es algo muy peligroso, solo queremos que te cuides y que recuerdes que aquí tienes a dos hermanas qué no desean qué un oficial llegue a nuestra puerta avisandonos que algo grave te ha pasado.

—Se cuidarme, además de que estaré liderando a todo un equipo, técnicamente no seré yo la que esté al frente de los operativos, sino que contaré con una gran cantidad de hombres y mujeres que estarán al frente de la batalla mientras que los dirijo desde un lugar seguro —minimiza un poco su trabajo, evitandoles una angustia innecesaria. Para esto ha estado estudiando mucho y matándose en horas de prácticas.

—Hermanita, si no te conociera me creería todo ese cuento. Oriana y yo prometimos no juzgarte, sino apoyarte en todo momento de tu carrera y eso haremos —baja un poco la intensidad, al ver la angustia en la cara de Eliza, siempre le ha importado la ayuda que recibe de ellas.

Las tres se abrazan y en eso escuchan un fuerte relámpago que las hace sobresaltar, la luz se va y empieza a caer una fuerte lluvia, mientras Emily busca velas y encendedores, oriana y Eliza llevan a la sala las tostadas y demas cosas que habia preparado, desocupan la mesa pequeña de centro y lanzan los cojines alrededor de esta y a la luz de las velas comen y disfrutan un poco del momento. Les cuenta que trabajará a partir de mañana en Caracas y todo lo que esto significa, mientras que consigue en dónde quedarse allá, le tocará estar viajando, al menos no queda tan lejos, solo son cuarenta y cinco minutos de viaje aproximadamente.

Ninguna de las tres logran dormir. La fuerte lluvia las mantuvo en alerta durante toda la noche, incluso en algunas zonas se movilizó el cuerpo de bomberos en caso de deslaves. Las personas de esta ciudad tienen una fuerte cicatriz emocional por una desgracia ocurrida hace dos décadas atrás, que sigue muy viva en sus memorias.

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