Son las cinco de la mañana cuando la lluvia empieza a cesar, muchas personas fueron desalojadas de sus viviendas por seguridad y llevadas a zonas seguras. Por lo que el tránsito está algo pesado, las calles llenas de barro y escombros.
Emily y Orina se quedaron en casa descansando mientras que Eliza se dirije en el carro a su nuevo puesto de trabajo, el camino está bastante dificultoso debido al barro y enormes piedras que quedaron atravesadas, en varios puestos tuvo que enseñar sus credenciales para que la dejaran seguir su camino.
Lo que suele tomar cuarenta y cinco minutos para llegar, le terminó tomando hora y media. Menos mal salió con tiempo. Divisa a lo lejos su destino, suspirando aliviada, se dirige al estacionamiento y pegando una carrera entra al lugar.
—Buenos días, soy Eliza Sánchez, vengo de la Guaira.
Se presenta ante un hombre que está en la recepción del comando del CICPC, la ve de arriba abajo, ve algo en su computadora y luego con una sonrisa forzada le indica hacia dónde debe dirigirse.
En la puerta puede leer “director”, toca un par de veces y cuando escucha “adelante”, abre la puerta con cuidado, sintiéndose nerviosa.
—Buenos días Eliza, no esperaba que llegara tan pronto —la recibe con una sonrisa de medio lado, siendo amable, ya que sabe por experiencia lo difícil que es los primeros días y más para una mujer.
Está tan acostumbrada a que sus jefes sean obesos, de mal humor, que pasen de unos sesenta años, que ver a ese jefe guapo, cuerpo bien definido y de solo unos años mayor que ella, se queda como tonta viendolo embobada.
—Buenos días señor, me gusta ser puntual y no perder el tiempo —logra decir al notar su dura mirada. Tiene el carácter.
—Eso es muy bueno, espero que el camino no haya estado muy congestionado —se sienta de nuevo, extendiendo su mano hacia la silla que tiene al frente.
—Algo, las fuertes lluvias ocasionaron deslaves —le explica, tratando de controlar sus nervios.
—Lamento escucharlo. Su trabajo aquí será sencillo, se le asignó un equipo de tres personas, que estarán bajo su responsabilidad, se le asignará un caso y se pondrá a su disposición lo que necesites para resolverlo, una vez resuelto viene a mi, me entrega un informe y luego, si todo resulta bien, se le asigna otro caso ¿Entendido? —le explica brevemente, esperando haber tomado una buena decisión al notar lo nerviosa que es.
—Entendido, no es complicado —suelta una sonrisita nerviosa, haciendo que se escuche como un cerdo alterado.
—La llevo a su oficina y le presento a su equipo de trabajo —se levanta de golpe, para terminar de una vez con la reunión.
Eliza tiene la esperanza de que el equipo tenga a otra mujer que le sirva de apoyo. Lo sigue de cerca hasta que entran a un lugar amplio, tiene una oficina principal y tres cubículos pequeños que supone, serán donde trabajarán las tres personas a su cargo.
—Todo esto será su área de trabajo, esa oficina del fondo será suya —la señala.
Poco después entran tres hombres acercándose a ellos. “¡Rayos!, no será nada fácil”, piensa.
—Él es David, su fuerte son las computadoras, si necesita hackear alguna computadora, revisar una memoria, identificar alguna llamada o cualquier otra cosa que implique el uso de la tecnología, él es el indicado —le señala a un hombre alto, moreno, de cabello negro corto, ojos marrones de mirada dura y escéptica, se le nota que hace bastante ejercicio ya que tienen los músculos de sus brazos y pecho bien marcados.
—Un placer David.
—Él es José, si necesitas alguien que te ayude a planificar estrategias y coordinar allanamientos él es el indicado, es muy bueno en esa área —un poco más alto que David, blanquito, cabello castaño un poco largo, de ojos color ámbar, tiene un aura misteriosa.
—Un placer José.
—Y por último, pero no menos importante Santiago, él es muy bueno en el área de interrogación, si necesitas sacarle la verdad a un sospechoso, sin duda alguna Santiago es el mejor en este ámbito, puede hacer que el peor mentiroso cante como pájaro — es el playboy de los tres, no tiene el cuerpo tan marcado como los otros dos, pero se ve en su aspecto, es más cuidadoso, tiene esa sonrisa colgate qué hace que las piernas de cualquier chica tiemblen con solo verlo.
—Un placer, Santiago.
—El placer es todo mío señorita —se acerca tomando la mano de su nueva jefa y dejando un beso en ella.
—Ella es su nueva jefa, Elisa Sánchez, espero que colaboren con ella y no le hagan el trabajo aún más difícil de lo que ya es. Es la mejor en su clase y en su anterior trabajo era la más destacada. Así que confíen en mí y actúen según sus órdenes, si tienen alguna sugerencia, no duden en dársela de seguro ella estará dispuesta a escucharlos y tomar la mejor decisión según sea el caso. Los dejo para que se conozcan un poco, por ahora no hay ningún caso pendiente, que tengan un feliz día los cuatro.
El jefe sale del lugar y ve a los chicos escoger su cubículo donde trabajarán a partir de ahora.
—Realmente espero que nos llevemos bien y trabajemos como un equipo —les comenta, sacandoles conversación.
—Disculpa que te interrumpa tu discurso de bienvenida y motivacional qué quieres dar, no es que tenga algo en contra de las mujeres o contra ti, es solo que este no es un trabajo apto para mujeres y espero que eso lo entiendas y comprendas antes de que sea demasiado tarde —la interrumpe David con cara de pocos amigos, se da media vuelta y escoge el cubículo más lejos de su oficina.
Solo espera que no represente un problema ni un peligro para su trabajo.
—Ya se acostumbraran, honestamente eres la primera mujer en este comando, les tomará algo de tiempo acostumbrarse —la consuela Santiago al ver que José también se va detrás de David sin añadir nada más.
—No te preocupes, sabía que esto no sería algo sencillo. En mi anterior trabajo también pasaba algo muy similar, gracias por tu apoyo.
Santiago se va al cubículo que queda disponible, colocando sus cosas en su lugar. Entra a su oficina para tener todo listo en cuanto le asignen su primer caso. Está revisando su teléfono a ver si su hermana le ha dejado algún mensaje, pero no, en eso llega mi Jefe.
—Ya tienen un primer caso, la fuerte lluvia hizo aparecer dos cadáveres en una construcción que está al pie de la montaña, vayan para allá a investigar, les deseo suerte en este primer caso como equipo, que tengan un buen día.
Agarra su cartera y teléfono, se va con los tres chicos en el carro hasta el lugar donde descubrieron los cadáveres.
Adriano al fin logra concentrarse en su trabajo, poniendo las finanzas al dia, haciendo algunas reuniones con socios en el extranjero y en pocos minutos tendrá una reunión importante con un socio de Albania, el trato que más desea obtener, aunque será un gran reto para la compañía, pero qué le abriera las puertas de todas las formas posibles, es una oportunidad que no está dispuesto a dejar ir.Tocan la puerta y entra Mauro para entregarle el informe qué le ha pedido.—Hemos conseguido información sustanciosa de la jefa de investigación, Elisa Sanchez —le entrega un sobre con todo lo que logró recopilar durante el día, esperando que sea más que suficiente, ya que le ha ocasionado la demora en asuntos más importantes.—Muy bien, de esto me encargo en un rato, en un momento tengo una reunión con un nuevo socio ¿Cómo va el asunto de los cadáveres? —le pregunta recibiendo el sobre con la información.—Ya me dirijo hacia allá, en cuanto llegue al sitio le podre dar información precisa, me
Están entrando en la propiedad de la casa de su hermano. Estacionan frente a la casa y enseguida lo recibe una de las empleadas haciéndolo pasar hasta la sala mientras que ella se dirige en busca de su jefe.—¿Qué te trae por aquí? ¿Ha pasado algo?Su hermano baja las escaleras viéndolo preocupado. Adriano se le queda viendo, notando lo viejo que se ve, parece de cuarenta. Recuerda que su hermano pega duro por lo que decide omitir dicho comentario.—No, nada importante —se encoge de hombros con ese tono de voz de que me oculta algo que lo afecta— Cuéntame ¿Niño o niña? —Desvía el tema.—Niño, vamos a tener un niño —le cuenta emocionado por la noticia.—Ya tenemos el siguiente heredero al trono —suelta sin pensar, ganandose una mala mirada de su hermano.—Ni lo digas. Estoy que me voy con Kendra y mi hijo lejos de aquí, a dónde no puedan encontrarnos —resopla angustiado, ahora entiende a su padre y su constante preocupación por su futuro.—Es algo que no podrás evitar, será su decisión
En cuánto llegan al sitio donde han encontrado los cadáveres, ve que el personal de forense ya está en el lugar haciendo su trabajo al recoger los cuerpos y demás evidencia que los ayude con el caso.El barro y la cantidad de escombros que hay por todas partes será un gran problema para la investigación, se coloca unas botas especiales para evitar resbalar y lastimarse. Empieza asignar tareas a cada uno de los hombres, esperando que al dividir las tareas pueda tener mayor éxito.—David, pide a los de forenses que te den huellas digitales para comprarla con las que están en la base de datos que disponemos en el sistema —le pide, siendo lo más amable posible.—Enseguida —agarra sus cosas y se va con el jefe del equipo de forense.—Jose, anda con forestación y pregunta qué tanto han abarcado y cuánto terreno falta por revisar, quizás consigamos más cadáveres en la zona y realiza con ellos algún plan de acción para abarcar todo ese terreno lo más pronto posible, al parecer el dueño está u
Se dirigen nuevamente a su oficina para organizar todos los datos obtenidos mientras que esperan qué forense les envié el reporte de los cadáveres encontrados, algo que va a demorar un poco más de 24 horas.En cuánto llegan se acercan en la pizarra y empiezan a armar todos los datos encontrados en las preguntas y posibles sospechosos a la mafia en Turpial rojo del cual desconoce a su jefe y su modus operandi.—Si el turpial rojo está detrás de todo esto demos por cerrado el caso no hay manera de que logremos dar con ellos mi abuelo intentó perseguirlos y acabar con esa mafia cuándo empezó y lo único que consiguió con ello fue acabar muerto mi padre también lo intentó ya se retiró y nunca estuvo ni siquiera cerca de atraparlos así que pensar que nosotros sí lo vamos a lograr es tener un ego demasiado alto —dice David mostrándose poco entusiasta con todo aquello no cree posible que logran acercarse aunque sea un poco.—con todo respeto pero en la época de su abuelo e incluso la de su pa
Adriano despacha a todos sus hombres temprano, teniendo en mente una idea atractiva, desea comprobar por el mismo qué tan valiente es esa chica y hasta dónde llegan sus agallas, por lo que se prepara para salir.Adriano se sube a su Chevrolet Camaro en negro mate, es uno de sus favoritos. Se coloca sus lentes oscuros y se dirige a la estación donde se encuentra Eliza trabajando, estaciona al frente del lugar con mucha paciencia a esperar a que salga de su trabajo.Mientras que espera, revisa algunos mensajes, contesta algunos correos y cuando ve su carro salir, empieza a seguirla a una distancia prudencial, para que ella no sé percaté de que la está siguiendo.Cuando están entrando al túnel, él se acerca a ella dejándose ver y nota el cambio en su forma de conducir, al salir del túnel se coloca a su lado baja la ventanilla y logra ver que está un poco asustada, intentando descubrir quién es él. Algo en su forma de actuar le causa un poco de gracia y le es inevitable no dejar escapar
Se van juntos hacia el carro, llevando con él dos hombres más, como todo empresario cuidando su seguridad, al menos esa es la imagen qué se ha esforzado en mantener desde que asumió el cargo en la empresa como director ejecutivo.Llegan al lugar, los agentes lo reciben teniéndolo en gran estima, lo llevan enseguida a la oficina del jefe, donde por casualidad la consigue a ella hablando con Luis, al entrar a la oficina, nota que Eliza cierra la boca en el acto viéndolo sin ningún tipo de discreción. Sin poder evitarlo Adriano le sonríe de vuelta, disfrutando de la conmoción que ha tenido en ella.—Buenos días señor Adriano, qué gusto tenerlos por acá —Luis se acerca a él de inmediato.Eliza al ver la forma en la que su jefe trata al desconocido, frunce los labios, no entiende por que lo trata con tanta pleitesía, ni que fuera el gobernador.—Buenos días Luis, tenemos tiempo que no conversamos y me pareció justo dar una vuelta por acá. Es la primera vez que la veo ¿usted quién es? —se d
Después del susto de anoche, Eliza casi no pudo dormir, por lo que con una buena taza de café se va a su trabajo esperando que eso sea más que suficiente para mantenerse activa al menos durante la mañana.Pasa por forense cómo había quedado la noche anterior, esperando tener un poco más de suerte y que hayan descubierto quiénes son esas personas.—Buenos días, soy Eliza Sánchez del CICPC, vengo por los resultados de los cuerpos que fueron traídos ayer de la zona de deslave —muestra sus credenciales a la chica que está en recepción.—Buenos días detective, sígame la llevaré con la forense —se levanta de su puesto, guarda unas cosas y se acerca a ella mostrándole el camino.Le permite el acceso al lugar donde trabaja el forense con los cuerpos, pasan por un pasillo que le resulta bastante tenebroso, la luz blanca, los sonidos chirriantes, tal como sucede en las películas hace que su piel se erice al instante.—Es aquí —se detiene junto a unas puertas dobles señalando el lugar.Abre la p
Aunque la forma de su jefe tratar con él, la deja saber qué es alguien, no sólo respetado, sino de cierta posición, de lo contrario no lo trataría con tanta amabilidad y elogios cómo lo hace.Todo marchaba bien hasta que abre su boca y de forma muy despectiva se refiere a ella o al menos así lo toma.—Pensé que esto es trabajo para hombres, espero que no se le haga muy pesado —la ve de arriba a abajo.Haciendo que se crispe de los nervios y le haga frente ante su insinuación.—Y se sorprendería lo bien que se nos da, a diferencia de los hombres cuando intentan ocupar nuestro lugar, pero usted no está listo para habla