Por otra parte Elisa logra conseguir la reunión con el fiscal Michael Farías mirarse a su exnovio o lo que usted a mediodía que la única comentó en el que el fiscal tiene disponible se acerca a su oficina para hablar sobre el tema.
José y Santiago deciden acompañarla, así después la tengan que esperar en el auto, ya que con todo lo que está sucediendo, no creen prudente que ella ande sola en caso de que los implicados la tengan en la mira.
—Voy a entrar. No creo que algo malo me pase acá, así que relájense. De todos modos tendré mi teléfono cerca, cualquier cosa me avisan qué son ustedes lo que corren más peligro esperándome en el carro.
Ya se acerca la hora de salir, cuando Adriano escucha la puerta de su oficina es abierta, ladea un poco la cabeza para saber quién ha entrado sin atreverse a tocar la puerta.Leonardo.Ambos hermanos se quedan viendo por unos cortos segundos. Leonardo intentando descubrir la verdad de las acciones de su hermano. Adriano, imponiendo su autoridad.—Te voy a hacer una pregunta y quiero que seas completamente sincero conmigo.—¿De cuándo acá tú andas con tantos rodeos? pregúntame y listo, ¿qué es lo que quieres saber?—¿Sientes algo por la detective? —da un paso al frente, colocando las manos en el respaldar de la silla de invitados.—Ella no significa nada para mí, tan solo es el medio para lograr un fin. A los enemigos se les tiene cerca, muy cerca. Papá siempre nos lo decía, ¿lo olvidaste?—¿Estás seguro que es solo eso y nada más? —vuelve a preguntar sin creerle del todo— por poco y te atrapa en esa emboscada en el castillo y ni sabías nada. Por lo que no entiendo qué es lo que estás
Una vez que se asegura que Eliza ha regresado a su oficina y el extraño sube a su carro y se marcha. —Vámonos a casa Mauro, necesito ver a mamá y prepararme para esta noche. Mauro sigue la orden de su líder, esperando que, después de lo que acaba de ver, deje a la detective en paz. En cuanto estaciona frente a la casa, uno de los guardias de seguridad lo recibe y le da un informe sobre la situación, para luego dirigirse al jardín, donde se encuentra su madre regando las flores. —Buenas tardes mamá —se inclina un poco hacia ella dejando un beso en la frente—, ¿Cómo estuvo el día? —Apenas estoy saliendo, el calor esta terrible —abre nuevamente el abanico buscando refrescarse— están por servir la cena, ¿me vas a acompañar? —Por supuesto, iré a darme una ducha y cambiarme. Prometo estar listo a tiempo. Tal como le prometió a su madre, está en la mesa justo a tiempo para cenar. Conversan sobre la empresa y la próxima boda de Leonardo, sin dejar pasar la oportunidad de pedirle a su hi
El gran día ha llegado.A media mañana sale Adriano junto a su madre listos para lo que será, la gran boda del año. Desde hace varios días los medios de comunicación no han parado de hablar sobre dicha celebración y lo que ambas empresas aportaran.Después de lo ocurrido, Adriano se ha enfocado en saciar la sed de información de los medios. Logrando dejar atrás todo el tema del cartel y el jefe misterioso.Le escribe a Elisa, informándole que van de camino. Trata de controlar ese extraño sentimiento que ha querido aparecer justo en ese momento, debido a la anticipación del momento.—¿Has olvidado algo en tu apartamento? —le pregunta Carla al ver que se han desviado del camino.—No mamá, simplemente vamos a buscar a una amiga, por favor, no la vayas a espantar, ya tiene novio, solo somos amigos —dice eso ultimo como si pasara un trago amargo.—Muchas veces el corazón no entiende de razones —fuerza una sonrisa, sabiendo por experiencia propia lo que aquello significa— si realmente te gu
Adriano no permite que le arruinen el día. Por lo que, ignorando las miradas curiosas, saca a la pista de baile a Elisa.—Se siente un poco incómodo que nos miren de esa forma y murmuren entre ellos —le comenta al oído mientras bailan una balada— al menos deberían ser un poco más respetuosos.—Discúlpalos. Es la primera vez que traigo a una chica a un evento familiar —le cuenta una verdad a medias— para ser honestos, algunos creían que soy Gay.—¿Cómo podrían pensar algo así? —Ríe sin poder evitarlo— con gusto puedo hablar con ellos.—Al menos mamá sabe que no lo soy y es quien me importa.Justo cuando acaba la canción, Adriano la retiene entre sus brazos y la besa, la exclamación de los invitados debido a la escena no se hace esperar.—Para que no les quede dudas de mis preferencias —le guiña un ojo y la lleva hasta la mesa.Al otro lado del salón, Leonardo y Kendra se quedan anonadados debido a la escena que a montado Adriano.—Algo muy grave debe estar pasándole, el no suele ser ta
Capítulo 1AdrianoPeligro, ese es su segundo nombre. Desde niño siempre se metía en situaciones peligrosas y de muchas salió vivo gracias a su hermano, haciendo que sus padres y tíos se llevarán diversos sustos, al punto de llegar a ser normal ese tipo de situaciones. Su inquietud y tremendura llegó a tal punto que, fue el primero en descubrir de qué se trataba realmente el negocio familiar, obligando a la familia a tratar de explicar quienes son realmente, con el miedo de que eso lo perturbara. Lo recuerda como si fuera ayer.Era un día lluvioso, su padre y su tío estaban reunidos en el despacho, se escuchaban golpes y gritos, su mamá se encontraba con su tía llorando desconsoladamente, mientras que Leonardo y él estában en el centro de la sala jugando con sus carritos.Leonardo le regañaba a cada rato por que no prestaba atención al juego, su concentración estaba en esos hombres vestidos de negros, que permanecian a su alrededor. Su padre y tío salen de su despacho informándoles q
No ha terminado de ingerir su desayuno junto a su progenitora, cuando entra Mauro a la estancia quedándose en la entrada por respecto a su madre, que nunca ha aceptado que hable de negocios mientras están comiendo.Adriano procura terminar pronto, evitando dejar sola a su madre mientras aún tiene comida en el plato. Al acabar, aleja el plato y toma el resto de su café.—Estaré en el despacho —le informa una vez que termina con su desayuno— si necesitas algo, avísale a uno de los chicos.—Ve tranquilo hijo, tomaré un poco de sol en el jardín —le dice con una sonrisa, que no logra llegar a sus ojos.Se puso de pie y camina hacia ella dejando un beso en su frente y se va con Mauro al despacho, por su semblante puede deducir que no le trae buenas noticias.—¿Qué ha pasado ahora? —le pregunta apenas cierra la puerta.—Dos cadáveres llegaron a una construcción que está más abajo, no llegaron a tiempo para recogerlos antes de que otros lo vieran, la policía metropolitana estaba llegando en e
ElizaNo tuvo una infancia sencilla, desde muy pequeña aprendió a ser fuerte y no solo cuidar de sí, sino también de su hermana, dos años menor que ella.A su padre le gustaba apostar y cuando perdía, se ponía violento con quien se atravesará en su camino, algo que ocasionó que en muchas oportunidades se metiera en graves problemas con hombres muy peligrosos, a pesar de que su mamá intentaba razonar con él, no hubo manera de que recapacitara y buscara ayuda.Un buen día llegó a casa bastante mal, no solo había tomado sino que también se había drogado, estaba violento, lo que causó gran temor en su madre y les pidió que se encerrara junto con su hermana en la habitación, lo siguiente que recuerda es una fuerte discusión y un gran golpe, después de eso la sirena de la policía, una vecina que era amiga de su mamá las encontró encerradas en el cuarto, las llevó hasta su casa hasta que el día siguiente una señora qué, trabaja en el departamento de protección al menor, fue por ellas llevánd
Son las cinco de la mañana cuando la lluvia empieza a cesar, muchas personas fueron desalojadas de sus viviendas por seguridad y llevadas a zonas seguras. Por lo que el tránsito está algo pesado, las calles llenas de barro y escombros.Emily y Orina se quedaron en casa descansando mientras que Eliza se dirije en el carro a su nuevo puesto de trabajo, el camino está bastante dificultoso debido al barro y enormes piedras que quedaron atravesadas, en varios puestos tuvo que enseñar sus credenciales para que la dejaran seguir su camino.Lo que suele tomar cuarenta y cinco minutos para llegar, le terminó tomando hora y media. Menos mal salió con tiempo. Divisa a lo lejos su destino, suspirando aliviada, se dirige al estacionamiento y pegando una carrera entra al lugar.—Buenos días, soy Eliza Sánchez, vengo de la Guaira.Se presenta ante un hombre que está en la recepción del comando del CICPC, la ve de arriba abajo, ve algo en su computadora y luego con una sonrisa forzada le indica hacia