Capítulo 1
Adriano
Peligro, ese es su segundo nombre. Desde niño siempre se metía en situaciones peligrosas y de muchas salió vivo gracias a su hermano, haciendo que sus padres y tíos se llevarán diversos sustos, al punto de llegar a ser normal ese tipo de situaciones.
Su inquietud y tremendura llegó a tal punto que, fue el primero en descubrir de qué se trataba realmente el negocio familiar, obligando a la familia a tratar de explicar quienes son realmente, con el miedo de que eso lo perturbara. Lo recuerda como si fuera ayer.
Era un día lluvioso, su padre y su tío estaban reunidos en el despacho, se escuchaban golpes y gritos, su mamá se encontraba con su tía llorando desconsoladamente, mientras que Leonardo y él estában en el centro de la sala jugando con sus carritos.
Leonardo le regañaba a cada rato por que no prestaba atención al juego, su concentración estaba en esos hombres vestidos de negros, que permanecian a su alrededor. Su padre y tío salen de su despacho informándoles que van a salir. En un descuido por parte de su madre, salió corriendo a donde se encontraban los carros estacionados, pensando que se irían en ellos, pero para su sorpresa se fueron hacia el bosque.
Los siguió con cuidado y sigilo, escondiéndose entre varios arbustos que están junto a la ventana, lo que vio lo sorprendió, tres hombres atados con los ojos vendados. Su tío se acercó a uno de ellos diciéndole algo y luego le dio un fuerte golpe en el estómago que lo tiró al suelo, luego sacó un arma y le disparó, dejándolo muerto.
Paso al siguiente, uno de sus hombres le pasó un objeto que no logro distinguir que era, colocó la mano del hombre sobre una superficie plana y poco después un charco de sangre, el sujeto cayó desmayado. Cuando se colocó frente al tercer hombre, este empezó a negar con la cabeza mientras sudaba fuertemente. Fue el único que salió vivo.
Esa escena lejos de intimidarlo, le causó mucha curiosidad. Veía todo con sumo cuidado, tratando de grabar la mayor cantidad de información posible. Fue descubierto por uno de los hombres de su tío, que lo llevó a su despacho y allí esperó hasta que ambos hombres se desocuparon, su madre estaba angustiada por lo que había presenciado. Aunque se sentía diferente, tampoco era que quería salir a hacer lo mismo.
Tanto su tío como su padre, a pesar de su corta edad, le explicaron un poco de lo que consistía su trabajo y su reacción fue pedirles que le enseñaran, quería trabajar con ellos y ser un jefe cuando fuera grande. Ambos hombres frente a él se quedaron asombrados por lo bien que respondió a lo que había visto y a lo que ellos le explicaron también.
A la edad de quince años, los llevaron a Leonardo y a Adriano, para que fueran espectadores de una operación en curso, estaba sumamente emocionado, a diferencia de Leonardo que al ver el primer cadáver se fue en vómito. Así iniciaron en el trabajo familiar, hasta el día de hoy.
Escucha un fuerte relámpago que le hace volver en el tiempo. Saca su teléfono para hacer una llamada, pero esta caída la línea, es posible que la fuerte lluvia y relámpagos lo afectarán.
—Mauro.
Llama a su hombre de confianza, el cual llega enseguida. Enciende un cigarro y le da una calada.
—Sí, jefe —entra enseguida a la oficina.
—Preparen el carro, me quiero ir a casa, con esta fuerte lluvia no podremos hacer nada, avísale a los demás —apaga el cigarrillo y toma el último sorbo de su café.
—Como ordene, ya me pongo en ello —Mauro sale, dejándolo solo nuevamente.
Recoge sus cosas y a paso lento sale de su oficina. Observa a los chicos que hacen sus rondas por el castillo, cuidando de que ningún intruso llegue a él. Después de lo sucedido con su supuesto padre y hombres de confianza, siempre esta en alerta, dudando de todos.
Los traidores van y vienen, los periodos de paz son cortos. Esa es la vida de los jefes de la mafia, un constante mirar atrás para intentar saber quién será el próximo en apuñalarle la espalda.
—Señor, el carro está listo —le informa Mauro con unas leves gotas de lluvia sobre su traje gris plomo.
—Vámonos entonces, mamá debe estar nerviosa debido a esta fuerte lluvia.
Al acercarse a la entrada, se encuentra con varios hombres con paraguas abiertos, pasa entre ellos sin darle mucha importancia a si se moja o no, es solo agua al fin y al cabo. Entra al carro blindado ubicándose en el puesto de atrás, Mauro va de copiloto y su primo Fabricio es quien maneja.
Salir del lugar donde se encuentra el castillo es una odisea, la carretera parece un río y hay zonas donde se observa que hay deslaves, a duras penas logran llegar a la carretera principal, si hubieran permanecido en el castillo unos diez minutos más, se habría quedado atrapado allí hasta el otro día, si es que la lluvia cesa.
Tal como supuso, encuentra a su madre con los nervios alterados, la ama de llaves junto a ella dándole un tilo para ayudarla a calmar los nervios. Se abalanza a los brazos de su hijo llorando bajito.
—Pensé que algo te había sucedido, intente llamar muchas veces, pero no caían las llamadas —habla rápido debido a los nervios.
—Tranquila mamá, estoy bien. Las líneas se cayeron debido a la fuerte lluvia —limpia sus lágrimas con delicadeza y deja un beso en su frente— sentémonos para que te termines tu tilo, eso te hará bien.
Hace lo que le pide sin protestar, le da dos sorbos a su té y se pierde en sus pensamientos. El ama de llaves le trae una taza de café, huele bien, pero nada como el café que prepara su cuñada, es algo de otro mundo. Piensa Adriano mientra ingiere un poco de la bebida caliente.
—Hoy visite a Margaret —tiene una sonrisa nostálgica en su rostro— estaba por salir cuando llegue, me ignoró por completo pese a que le hablaba. Sé que tan solo han pasado unos pocos meses y que traicione su confianza de la peor manera, pero ni siquiera me ha dado la oportunidad de explicarme, de contarle cómo pasaron las cosas y el motivo por el que lo oculte.
—Debes darle tiempo, no fue fácil para ella enterarse de ello cuando su esposo tenía tan poco de muerto, dale espacio, cuando se sienta preparada para escucharte seguro que te buscará —pone su mano sobre la de ella en un intento de consolarla.
Escucha a su madre contarle una vez más cómo fue que ella y papá terminaron durmiendo juntos, fue algo que sucedió solo una vez, después se enteró que ese encuentro fortuito tuvo consecuencias, intento confesarlo todo, pero Raúl siempre le pidió que guardaran el secreto un poco más, hasta que llegó el día en que ya no tenía sentido revelar dicha información y decidieron irse a la tumba con ese gran secreto.
Para cuando termina de relatar la historia, la cena está servida, Adriano cambia el tema de conversación, hablando de otras cosas sin importancia, pero que la ayudaron a distraerse de aquello que le causa tanto dolor. Cuando han dejado los platos vacíos, acompaña a su mamá a su habitación.
Durante la noche, la lluvia no cesa ni un poco, para estas alturas las noticias empiezan a informar de grandes deslaves en varias zonas. Su móvil empieza a sonar, es una llamada.
—Dime Mauro —atiende la llamada, viendo la hora en su reloj Skmei.
—Jefe hubo un deslave en nuestro cementerio, es posible que varios cadáveres salieran de su lugar —le informa preocupado.
—Envía a alguien mañana temprano para que verifique e informame con prontitud, de todos modos no hay habitantes cerca, no hay de qué preocuparnos —le resta importancia al asunto, pensando que es tan solo una pequeñez.
—Como ordene, mañana le estaré comunicando —acata la orden de su jefe.
Cuelga la llamada y apaga todo, para aprovechar las pocas horas que quedan para amanecer y descansar un poco.
No ha terminado de ingerir su desayuno junto a su progenitora, cuando entra Mauro a la estancia quedándose en la entrada por respecto a su madre, que nunca ha aceptado que hable de negocios mientras están comiendo.Adriano procura terminar pronto, evitando dejar sola a su madre mientras aún tiene comida en el plato. Al acabar, aleja el plato y toma el resto de su café.—Estaré en el despacho —le informa una vez que termina con su desayuno— si necesitas algo, avísale a uno de los chicos.—Ve tranquilo hijo, tomaré un poco de sol en el jardín —le dice con una sonrisa, que no logra llegar a sus ojos.Se puso de pie y camina hacia ella dejando un beso en su frente y se va con Mauro al despacho, por su semblante puede deducir que no le trae buenas noticias.—¿Qué ha pasado ahora? —le pregunta apenas cierra la puerta.—Dos cadáveres llegaron a una construcción que está más abajo, no llegaron a tiempo para recogerlos antes de que otros lo vieran, la policía metropolitana estaba llegando en e
ElizaNo tuvo una infancia sencilla, desde muy pequeña aprendió a ser fuerte y no solo cuidar de sí, sino también de su hermana, dos años menor que ella.A su padre le gustaba apostar y cuando perdía, se ponía violento con quien se atravesará en su camino, algo que ocasionó que en muchas oportunidades se metiera en graves problemas con hombres muy peligrosos, a pesar de que su mamá intentaba razonar con él, no hubo manera de que recapacitara y buscara ayuda.Un buen día llegó a casa bastante mal, no solo había tomado sino que también se había drogado, estaba violento, lo que causó gran temor en su madre y les pidió que se encerrara junto con su hermana en la habitación, lo siguiente que recuerda es una fuerte discusión y un gran golpe, después de eso la sirena de la policía, una vecina que era amiga de su mamá las encontró encerradas en el cuarto, las llevó hasta su casa hasta que el día siguiente una señora qué, trabaja en el departamento de protección al menor, fue por ellas llevánd
Son las cinco de la mañana cuando la lluvia empieza a cesar, muchas personas fueron desalojadas de sus viviendas por seguridad y llevadas a zonas seguras. Por lo que el tránsito está algo pesado, las calles llenas de barro y escombros.Emily y Orina se quedaron en casa descansando mientras que Eliza se dirije en el carro a su nuevo puesto de trabajo, el camino está bastante dificultoso debido al barro y enormes piedras que quedaron atravesadas, en varios puestos tuvo que enseñar sus credenciales para que la dejaran seguir su camino.Lo que suele tomar cuarenta y cinco minutos para llegar, le terminó tomando hora y media. Menos mal salió con tiempo. Divisa a lo lejos su destino, suspirando aliviada, se dirige al estacionamiento y pegando una carrera entra al lugar.—Buenos días, soy Eliza Sánchez, vengo de la Guaira.Se presenta ante un hombre que está en la recepción del comando del CICPC, la ve de arriba abajo, ve algo en su computadora y luego con una sonrisa forzada le indica hacia
Adriano al fin logra concentrarse en su trabajo, poniendo las finanzas al dia, haciendo algunas reuniones con socios en el extranjero y en pocos minutos tendrá una reunión importante con un socio de Albania, el trato que más desea obtener, aunque será un gran reto para la compañía, pero qué le abriera las puertas de todas las formas posibles, es una oportunidad que no está dispuesto a dejar ir.Tocan la puerta y entra Mauro para entregarle el informe qué le ha pedido.—Hemos conseguido información sustanciosa de la jefa de investigación, Elisa Sanchez —le entrega un sobre con todo lo que logró recopilar durante el día, esperando que sea más que suficiente, ya que le ha ocasionado la demora en asuntos más importantes.—Muy bien, de esto me encargo en un rato, en un momento tengo una reunión con un nuevo socio ¿Cómo va el asunto de los cadáveres? —le pregunta recibiendo el sobre con la información.—Ya me dirijo hacia allá, en cuanto llegue al sitio le podre dar información precisa, me
Están entrando en la propiedad de la casa de su hermano. Estacionan frente a la casa y enseguida lo recibe una de las empleadas haciéndolo pasar hasta la sala mientras que ella se dirige en busca de su jefe.—¿Qué te trae por aquí? ¿Ha pasado algo?Su hermano baja las escaleras viéndolo preocupado. Adriano se le queda viendo, notando lo viejo que se ve, parece de cuarenta. Recuerda que su hermano pega duro por lo que decide omitir dicho comentario.—No, nada importante —se encoge de hombros con ese tono de voz de que me oculta algo que lo afecta— Cuéntame ¿Niño o niña? —Desvía el tema.—Niño, vamos a tener un niño —le cuenta emocionado por la noticia.—Ya tenemos el siguiente heredero al trono —suelta sin pensar, ganandose una mala mirada de su hermano.—Ni lo digas. Estoy que me voy con Kendra y mi hijo lejos de aquí, a dónde no puedan encontrarnos —resopla angustiado, ahora entiende a su padre y su constante preocupación por su futuro.—Es algo que no podrás evitar, será su decisión
En cuánto llegan al sitio donde han encontrado los cadáveres, ve que el personal de forense ya está en el lugar haciendo su trabajo al recoger los cuerpos y demás evidencia que los ayude con el caso.El barro y la cantidad de escombros que hay por todas partes será un gran problema para la investigación, se coloca unas botas especiales para evitar resbalar y lastimarse. Empieza asignar tareas a cada uno de los hombres, esperando que al dividir las tareas pueda tener mayor éxito.—David, pide a los de forenses que te den huellas digitales para comprarla con las que están en la base de datos que disponemos en el sistema —le pide, siendo lo más amable posible.—Enseguida —agarra sus cosas y se va con el jefe del equipo de forense.—Jose, anda con forestación y pregunta qué tanto han abarcado y cuánto terreno falta por revisar, quizás consigamos más cadáveres en la zona y realiza con ellos algún plan de acción para abarcar todo ese terreno lo más pronto posible, al parecer el dueño está u
Se dirigen nuevamente a su oficina para organizar todos los datos obtenidos mientras que esperan qué forense les envié el reporte de los cadáveres encontrados, algo que va a demorar un poco más de 24 horas.En cuánto llegan se acercan en la pizarra y empiezan a armar todos los datos encontrados en las preguntas y posibles sospechosos a la mafia en Turpial rojo del cual desconoce a su jefe y su modus operandi.—Si el turpial rojo está detrás de todo esto demos por cerrado el caso no hay manera de que logremos dar con ellos mi abuelo intentó perseguirlos y acabar con esa mafia cuándo empezó y lo único que consiguió con ello fue acabar muerto mi padre también lo intentó ya se retiró y nunca estuvo ni siquiera cerca de atraparlos así que pensar que nosotros sí lo vamos a lograr es tener un ego demasiado alto —dice David mostrándose poco entusiasta con todo aquello no cree posible que logran acercarse aunque sea un poco.—con todo respeto pero en la época de su abuelo e incluso la de su pa
Adriano despacha a todos sus hombres temprano, teniendo en mente una idea atractiva, desea comprobar por el mismo qué tan valiente es esa chica y hasta dónde llegan sus agallas, por lo que se prepara para salir.Adriano se sube a su Chevrolet Camaro en negro mate, es uno de sus favoritos. Se coloca sus lentes oscuros y se dirige a la estación donde se encuentra Eliza trabajando, estaciona al frente del lugar con mucha paciencia a esperar a que salga de su trabajo.Mientras que espera, revisa algunos mensajes, contesta algunos correos y cuando ve su carro salir, empieza a seguirla a una distancia prudencial, para que ella no sé percaté de que la está siguiendo.Cuando están entrando al túnel, él se acerca a ella dejándose ver y nota el cambio en su forma de conducir, al salir del túnel se coloca a su lado baja la ventanilla y logra ver que está un poco asustada, intentando descubrir quién es él. Algo en su forma de actuar le causa un poco de gracia y le es inevitable no dejar escapar