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Capítulo 03: ¿Un contrato matrimonial?

"Lo único que este hombre quiere es sentir que tiene poder y control total sobre mí"

Pensó Tatianna con cautela.

"Ese tipo de retorcido control… Tal como lo hacía Alexei"

Tras ese último pensamiento, una sonrisita curvó los labios de esa hermosa mujer rusa.

—¡Haz un contrato conmigo! —sugirió Tatianna clavando con seguridad su mirada azul claro en él.

—¿Contrato?, pff~ —hizo Vladimir un sonido de burla—, no tienes NADA que necesite.

—¿Seguro? —preguntó ella con total tranquilidad que lo hizo dudar—. Puedes tomar TODO de mí, seré tu posesión, tu juguete, tu prisionera, yo hablaré todo lo que sé actualmente de la organización y te ayudaré en tus planes~ será como los viejos tiempos, cuando eras mi protector y yo tu fiel aprendis~

—¿Me crees estúpido?, eso es demasiado bueno para ser verdad y tú no eres una perra nada dócil.

—Por eso es un trato. Eso tendrás tú de mí, a cambio me ayudarás a destruir a Alexei Kéldysh, él es mi objetivo. Si lo logramos con éxito puedes quedarte la organización, pero debes dejarme en libertad.

El alto hombre rubio, se alejó de Tatianna que seguía en la cama.

Él veía a esa mujer totalmente desnuda, con gran seriedad.

—Está bien, hagámoslo —aceptó finalmente, para después dirigirse a la salida.

—¡ESPERA! ¡¿TE IRÁS ASÍ?! ¿QUÉ HARÉ YO EN ESTE MOTEL? ¡SÁCAME DE AQUÍ!

A pesar de los gritos de Tatianna, Vladimir la ignoró y se marchó.

En cuestión de minutos llegó un hombre con un cambio de ropa para ella.

Cómo si todo hubiera estado planeado, la ropa era nueva, femenina de tonalidades oscuras y justo de su talla y gustos.

"¿Él hizo todo esto para lograr negociar conmigo?"

"¡No!, ¡es imposible!, ¡él solo está loco!"

Pensó Tatianna frunciendo el ceño y comenzando a vestirse.

—Dece prisa que el viaje es largo —recalcó uno de los hombres a Tatianna.

—¡Bien, pero deja de verme, maldito pervertido!

…..

Después de viajar un largo rato, Tatianna dedujo que estaba fuera de Moscú.

Viendo el camino de altos árboles que daban un ambiente frío ese día nublado otoñal, Tatianna seguía en el asiento trasero del vehículo observando por la ventanilla de su sector.

Memorizaba el recorrido por si lograba escapar.

Si bien quería vengarse de Alexei, con o sin Vladimir, creía que podía hacerlo.

El vehículo oscuro desvío de la calle principal a un camino más angosto metros después un portón fue abierto y el sendero largo siguió hasta que finalmente llegaron a las afueras de una mansión.

La mansión no era muy grande, tenía un aspecto frío y colores oscuros, lucia como una antigua, Tatianna bajó del vehículo, todos los alrededores estaban rodeados de bosque.

No sabía aún en donde estaba con certeza, pero pensó que le sería complicado escapar o quizá no por ese bosque, pero podría morir perdida ahí.

En el interior de la mansión se presentaron tres personas a cargo.

El cocinero, el mayordomo y una mucama, todos jóvenes que Tatianna cálculo tendrían entre 28 a 35 años.

Por fuera había gran seguridad, pero por dentro, no habían hombres armados vigilando.

La pequeña mansión se veía impecable y muchas cosas tenían un aroma a nuevo.

Cómo si hubiera sido preparada para su estadía.

Nuevamente a esa mujer de cabello castaño claro le pareció sospechoso.

La mucama la guío a su habitación y de ahí a la ducha.

Clac~

Una vez la puerta se cerró ella respiró aliviada y se quitó las ropas observando su cuerpo dolorido y marcado.

"¿Por qué lo hizo?"

"¿Quería que sienta asco de mi cuerpo?"

"¿Quería traumarme o quizá solo que recuerde que quiere destruirme?"

Tras esos pensamientos ella tomó una lenta ducha y salió de ahí viendo que la mucama esperaba fuera.

Sin embargo no fue esa mujer joven lo que llamó la atención de Tatianna Lavrov, si no el hecho de que sobre la bella y enorme cama había…

¡¡¡Un vestido de novia!!!

Tatianna con nada más que una toalla alrededor de su cuerpo húmedo y otra en su cabellera, veía con sorpresa el vestido.

No una sorpresa de felicidad o curiosidad.

¡UNA DE HORROR!

Ella se puso pálida por un momento.

—¿De qué diablos se trata esto? —preguntó Tatianna a la mucama.

—El señor Korovin lo quiere así —respondió la mujer con frialdad.

—¿Así…?

—Dijo que solo se pusiera eso y que no hiciera más preguntas.

Tatianna comenzó a vestirse con ese glamuroso vestido de novia.

"¡Maldito! ¡Cuando se trata de montar un show tu eres un experto!"

Pensó ella incómoda, confundida y muy enojada.

Cuando Tatianna terminó de colocarse ese pomposo vestido blanco de novia, así como el velo, posó sus ojos azules por una de las largas ventanas.

Desde esa habitación, la entrada principal a la mansión se podía observar bastante bien.

Ella notó que un automóvil llegó y de ahí, salió Vladimir.

"¡¡Ahora sí, ese imbécil me va a escuchar!!"

Pensó Tatianna saliendo de prisa de esa habitación, luciendo como una hermosa novia.

……

En la sala de esa mansión, ella encontró a Vladimir tranquilamente sentado sobre un sofá individual.

La mujer de bellos ojos azules se detuvo a unos metros de ese imponente hombre y señaló su vestido de novia.

—¡¿De qué se trata esto?! —preguntó furiosa.

Sin embargo, ella no obtuvo respuesta de ese hombre rubio, que simplemente abrió un maletín que estaba en el piso a un costado del sofá donde él se encontraba y sacando de un sobre unos documentos, los tiró encima de la mesita de cristal frente a ambos.

—Ahí está el contrato, fírmalo.

—¡¿Firmar sin leerlo?!, ¡NUNCA! —gritó Tatianna cruzándose de brazos de inmediato.

La mucama que había seguido a Tatianna se acercó en ese momento y sacó un arma apuntando a esa mujer castaña.

—¡Que firme le dijeron! —alzó la voz con frialdad esa mucama.

¡Tatianna frunció el ceño y vió a Vladimir!

Él sacó del interior de su traje una pluma que lanzó también sobre la mesa.

Tatianna se acercó, inclinó y firmó sin poder leer nada.

Tras firmar, Vladimir se levantó del sofá donde estaba y recogió rápidamente los documentos.

La mucama seguía apuntando a Tatianna hasta que él hizo un gesto con su mano y ella dejó de hacerlo.

El hombre rubio sacó ahora una pequeña cajita que lanzó hacia Tatianna quien la atajó a tiempo antes de que cayera al piso.

—Úsalo —dijo él con indiferencia, mientras sacaba un anillo que él mismo se ponía.

Tatianna se puso pálida y sacó el anillo matrimonial a juego con el de ese hombre que estaba en el interior de dicha cajita.

Ella sonrió burlista mientras se colocaba el anillo en su dedo anular izquierdo.

—Tu proposición debe estar en el top 10 de las más románticas del año~ —se burló ella usando el sarcasmo.

Vladimir solo la ignoró y caminó a la salida.

—Sígueme —dijo él exigente.

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