"Ni siquiera sé si Kravchenko logró sobrevivir o no a la gente de Vladimir" Pensó Tatianna cubriendo su rostro con su mano mientras se sentía abrumada. "Hace mucho tiempo…""Desde hace años no compartía tanto tiempo con el maldito de Vladimir" La mujer en ropa interior, cerró sus ojos y un recuerdo del pasado cruzó por su mente…Ese día cuando todo comenzó. Cuando su vida dió un cambio radical. ••••••••••Hace 13 años atrás: ••••••••••San Petersburgo, Rusia. La adolescente de cabello corto castaño ondulado lloraba mientras sostenía con sus manos temblorosas la maleta de su equipaje. —Se ha ido… Tu padre te ha vendido y ya no tienes a dónde más ir. El día que abandones la organización, será hecha un cadáver —habló el hombre maduro de cabello rubio ondulado y ojos verdes limón. Ese hombre llamado Gregori Nekrásov y fundador de tan peligrosa, corrupta y poderosa organización.Don Gregori se levantó de su fina silla tras el glamuroso escritorio. El hombre que en su mano sostení
Vladimir Korovin alzó una ceja viendo a Tatianna fríamente y seguidamente él se soltó bruscamente del agarre que ella ejercía en su brazo. —Lo que haga no es de tu m*ldita incumbencia —recalcó él. —¿Por qué? ¿Lo dice el contrato acaso? —dijo ella molesta—, ese MALDITO contrato que no me dejaste leer… —frunció el ceño ella. —Sí. Lo dice el puto contrato. ¡¡CLAN!!Sonó la puerta cuando él salió y la cerró de golpe. —¡DESGRACIADO, TE ODIO! —gritó Tatianna dándole una patada a la puerta cerrada— ¡AAAY MALDICIÓN, MI PIE! —exclamó ella al sentir dolor en su tobillo que no hace mucho se había golpeado. "Dijo que no me iba a encerrar de nuevo, si bien este lugar es más cercano a la capital, nuevamente me tiene de prisionera" Pensó Tatianna nada contenta. La mujer de cabello castaño ondulado comenzó a vestirse rápidamente, con intenciones de salir y no darse por vencida. "Quizá él vaya a reunirse con su amante, así como puede ir con su gente porque atraparon a Nikolay y si voy, ento
—Todos saben que eres mi esposa —exhaló Vladimir con molestia—, ¿dejarte ser una simple guardaespaldas?. No seas estúpida.Tatianna Lavrov frunció el ceño ante el insulto de ese maldito hombre. Ella que sostenía el celular de Vladimir en sus manos, volvió a ver a ese artículo en el móvil. "¿Todos saben que me casé con este desgraciado?" "¡Es el colmo! ¡Es mi fin! ¡Mikhail ahora me verá como la zorra traidora desde el inicio!" Pensó Tatianna con su rostro rojo del enojo. —¡¿Así que para esto eran las m*lditas fotografías de boda?!, ya decía yo que era muy extraño, debí suponerlo de ti, JAMÁS haces algo donde no ganas nada a cambio —exclamó ella furiosa. Tatianna comenzó a dirigirse a las escaleras rumbo a la segunda planta se esa elegante mansión. Ekaterina, que estaba a una distancia considerable, se sorprendió al ver la discusión que tenían esos dos… Pero sobre todo… Lo íntimos que eran. La mujer pelirroja sentía que cuando ellos hablaban había una impenetrable pared que er
Vladimir se dió cuenta que ella tenía razón. Con un puesto corriente en la empresa, sería demasiado extraño que Tatianna ande armada y podría alarmar a todos sus empleados. Sin embargo, ella como una guardaespaldas, podía andar libremente armada fingiendo que lo protegía a él, cuando era más para la propia seguridad de ella que era el objetivo de una de las organizaciones más peligrosas. "Aunque habrá vigilantes míos siempre detrás de ella por seguridad. No está mal que ella también pueda defenderse sola" "Después de todo… Así es esta niña"Pensó Vladimir de su esposa. —¿Me darás las llaves? —extendió su mano enguantada, Tatianna hacia su marido. Él que estaba pensativo mientras seguía fumando, metió su mano en el bolsillo de su pantalón y le dió la llave del automóvil a Tatianna. Ella sonrió y se dirigió al sector del conductor. —Vámonos, jefe~ Nuevamente esa incomodidad invadió a ese hombre rubio cuando escuchó a Tatianna llamarlo así. Tal como ella lo molestaba en el pasa
El hombre de cabello oscuro se acercó a Kristy y le devolvió su teléfono celular. —Si la señora Johnson me lo permite, yo seré el que la ayude, puede venir conmigo a mi oficina y contarme más del tema~ —sonrió emocionado, Yuri Miranova. Kristy asintió y se levantó de la elegante silla acolchada, aceptando la mano en ayuda que le ofreció Yuri. •••••••••••En ese mismo momento, en Moscú, Rusia, eran las 11: 00am del día siguiente a Los Ángeles. —No has dicho nada desde que llegaste cariño, ¿te encuentras bien? —preguntó Milena Smirnov, esposa de Alexei Kéldysh. Ese hombre que se encontraba al otro extremo de la mesa comedor, clavó una gélida mirada en su mujer. Milena se sorprendió y rápidamente inclinó su cabeza. —Perdón, no era mi intención meterme en tus asuntos, querido —se disculpó ella con un tono sumiso. Milena una mujer de cabello rubio lacio y grandes ojos de un tono verde bastante oscuro, era la hija de un millonario que tenían conexiones con la mafia de los Nekrásov d
—¡ME ROBARON! —gritó Tatianna furiosa. La hermosa mujer de cabello castaño avellana, se detuvo frente a Vladimir a solo dos pasos de ese alto hombre rubio. Ella que sostenía una botella con agua en una de sus manos, abrió la misma tomando unos tragos. —¡Seguro fue ese maldito bastardo de Mikhail el que me robó! —se quejaba Tatianna con gran molestia, después de beber el agua. Vladimir veía seriamente el escándalo que hacia su esposa por contrato, él tiró su cigarrillo al piso pisándole. —No entiendo de qué hablas, Tatia- El hombre guardó silencio cuando vió a Tatianna agacharse y recoger la colilla del cigarrillo. —¡Deja de estar ensuciando, maldito sinvergüenza! —sacó ella un pañuelo oscuro del interior de su abrigo y guardó ahí la colilla apagada. —No tenías que hacer eso. Hay quienes limpian aquí, para eso les pago. Tatianna frunció el ceño. —¡Cierra la boca, mejor dí algo más útil, como que me vas a ayudar a recuperar mi dinero! —exclamó Tatianna con su rostro rojo del
—Lo siento… —susurró Tatianna que comenzaba a sentir frío, pero no podía decirle que cancele la práctica a ese hombre de la mafia que le envió su "encargado" a enseñarle. —Las disculpas no valen de nada, niña, solo házlo mejor —decía la voz masculina de ese hombre rubio detrás de Tatianna. Ella se giró de inmediato, viendo a Vladimir Korovin acercarse mientras sostenía un paraguas abierto, a la vez que la lluvia comenzaba a hacerse presente con más intensidad. —Señor Vladimir… —susurró Tatianna cabizbaja. El hombre joven de 23 años en ese entonces, se le quedó viendo a Tatianna, él que sostenía en su mano enguantada libre una manzana verde se la dió a ella. —Come y descansa un rato hasta que escampe la lluvia. —¡Oh, luce deliciosa! Las manzanas verdes son mis favoritas, señor Vladimir~ —sonrió ella tomándola de la mano de ese hombre y dándole de inmediato una gran mordida. —Niña tonta, lávate las manos primero, hueles a pólvora. Tatianna se sorprendió y sonrió seguidamente.
—Ah, eso… Lo había olvidado. Gracias por el recuerdo —frunció el ceño Vladimir usando el sarcasmo. Tatianna se sentó en la cama sonriente. —Tenía que vengarme después de lo que me dijiste de la droga que me diste~ —dijo ella con altivez mientras comenzaba a desvestirse. Vladimir se fue de ahí. —Tomaré una ducha, no huyas de aquí si no quieres que te capture de nuevo y te mate —advirtió él yéndose al cuarto de baño. —¿Estás loco?, no haría algo como huir después de todos los grilletes que tienes puestos en mí como un "medio de seguridad"~ —rió Tatianna, aunque su risa era falsa acompañada de una expresión de furia. Ese hombre le había dejado "un poco libre" pero el hecho que ella ya no llevara esposadas sus muñecas no significaba que era plenamente libre. Vladimir la tenía con cadenas figurativamente hablando. El contrato, el collar, todo su dinero, ahora la incógnita de qué sucedió después de que ella se desmayó en esa cabaña ardiendo en llamas…Tatianna no sabía con qué otra