—Todos saben que eres mi esposa —exhaló Vladimir con molestia—, ¿dejarte ser una simple guardaespaldas?. No seas estúpida.Tatianna Lavrov frunció el ceño ante el insulto de ese maldito hombre. Ella que sostenía el celular de Vladimir en sus manos, volvió a ver a ese artículo en el móvil. "¿Todos saben que me casé con este desgraciado?" "¡Es el colmo! ¡Es mi fin! ¡Mikhail ahora me verá como la zorra traidora desde el inicio!" Pensó Tatianna con su rostro rojo del enojo. —¡¿Así que para esto eran las m*lditas fotografías de boda?!, ya decía yo que era muy extraño, debí suponerlo de ti, JAMÁS haces algo donde no ganas nada a cambio —exclamó ella furiosa. Tatianna comenzó a dirigirse a las escaleras rumbo a la segunda planta se esa elegante mansión. Ekaterina, que estaba a una distancia considerable, se sorprendió al ver la discusión que tenían esos dos… Pero sobre todo… Lo íntimos que eran. La mujer pelirroja sentía que cuando ellos hablaban había una impenetrable pared que er
Vladimir se dió cuenta que ella tenía razón. Con un puesto corriente en la empresa, sería demasiado extraño que Tatianna ande armada y podría alarmar a todos sus empleados. Sin embargo, ella como una guardaespaldas, podía andar libremente armada fingiendo que lo protegía a él, cuando era más para la propia seguridad de ella que era el objetivo de una de las organizaciones más peligrosas. "Aunque habrá vigilantes míos siempre detrás de ella por seguridad. No está mal que ella también pueda defenderse sola" "Después de todo… Así es esta niña"Pensó Vladimir de su esposa. —¿Me darás las llaves? —extendió su mano enguantada, Tatianna hacia su marido. Él que estaba pensativo mientras seguía fumando, metió su mano en el bolsillo de su pantalón y le dió la llave del automóvil a Tatianna. Ella sonrió y se dirigió al sector del conductor. —Vámonos, jefe~ Nuevamente esa incomodidad invadió a ese hombre rubio cuando escuchó a Tatianna llamarlo así. Tal como ella lo molestaba en el pasa
El hombre de cabello oscuro se acercó a Kristy y le devolvió su teléfono celular. —Si la señora Johnson me lo permite, yo seré el que la ayude, puede venir conmigo a mi oficina y contarme más del tema~ —sonrió emocionado, Yuri Miranova. Kristy asintió y se levantó de la elegante silla acolchada, aceptando la mano en ayuda que le ofreció Yuri. •••••••••••En ese mismo momento, en Moscú, Rusia, eran las 11: 00am del día siguiente a Los Ángeles. —No has dicho nada desde que llegaste cariño, ¿te encuentras bien? —preguntó Milena Smirnov, esposa de Alexei Kéldysh. Ese hombre que se encontraba al otro extremo de la mesa comedor, clavó una gélida mirada en su mujer. Milena se sorprendió y rápidamente inclinó su cabeza. —Perdón, no era mi intención meterme en tus asuntos, querido —se disculpó ella con un tono sumiso. Milena una mujer de cabello rubio lacio y grandes ojos de un tono verde bastante oscuro, era la hija de un millonario que tenían conexiones con la mafia de los Nekrásov d
—¡ME ROBARON! —gritó Tatianna furiosa. La hermosa mujer de cabello castaño avellana, se detuvo frente a Vladimir a solo dos pasos de ese alto hombre rubio. Ella que sostenía una botella con agua en una de sus manos, abrió la misma tomando unos tragos. —¡Seguro fue ese maldito bastardo de Mikhail el que me robó! —se quejaba Tatianna con gran molestia, después de beber el agua. Vladimir veía seriamente el escándalo que hacia su esposa por contrato, él tiró su cigarrillo al piso pisándole. —No entiendo de qué hablas, Tatia- El hombre guardó silencio cuando vió a Tatianna agacharse y recoger la colilla del cigarrillo. —¡Deja de estar ensuciando, maldito sinvergüenza! —sacó ella un pañuelo oscuro del interior de su abrigo y guardó ahí la colilla apagada. —No tenías que hacer eso. Hay quienes limpian aquí, para eso les pago. Tatianna frunció el ceño. —¡Cierra la boca, mejor dí algo más útil, como que me vas a ayudar a recuperar mi dinero! —exclamó Tatianna con su rostro rojo del
—Lo siento… —susurró Tatianna que comenzaba a sentir frío, pero no podía decirle que cancele la práctica a ese hombre de la mafia que le envió su "encargado" a enseñarle. —Las disculpas no valen de nada, niña, solo házlo mejor —decía la voz masculina de ese hombre rubio detrás de Tatianna. Ella se giró de inmediato, viendo a Vladimir Korovin acercarse mientras sostenía un paraguas abierto, a la vez que la lluvia comenzaba a hacerse presente con más intensidad. —Señor Vladimir… —susurró Tatianna cabizbaja. El hombre joven de 23 años en ese entonces, se le quedó viendo a Tatianna, él que sostenía en su mano enguantada libre una manzana verde se la dió a ella. —Come y descansa un rato hasta que escampe la lluvia. —¡Oh, luce deliciosa! Las manzanas verdes son mis favoritas, señor Vladimir~ —sonrió ella tomándola de la mano de ese hombre y dándole de inmediato una gran mordida. —Niña tonta, lávate las manos primero, hueles a pólvora. Tatianna se sorprendió y sonrió seguidamente.
—Ah, eso… Lo había olvidado. Gracias por el recuerdo —frunció el ceño Vladimir usando el sarcasmo. Tatianna se sentó en la cama sonriente. —Tenía que vengarme después de lo que me dijiste de la droga que me diste~ —dijo ella con altivez mientras comenzaba a desvestirse. Vladimir se fue de ahí. —Tomaré una ducha, no huyas de aquí si no quieres que te capture de nuevo y te mate —advirtió él yéndose al cuarto de baño. —¿Estás loco?, no haría algo como huir después de todos los grilletes que tienes puestos en mí como un "medio de seguridad"~ —rió Tatianna, aunque su risa era falsa acompañada de una expresión de furia. Ese hombre le había dejado "un poco libre" pero el hecho que ella ya no llevara esposadas sus muñecas no significaba que era plenamente libre. Vladimir la tenía con cadenas figurativamente hablando. El contrato, el collar, todo su dinero, ahora la incógnita de qué sucedió después de que ella se desmayó en esa cabaña ardiendo en llamas…Tatianna no sabía con qué otra
••••••••••8: 00pm. La limusina se detuvo frente a ese club exclusivo, el chófer que abrió la puerta permitió que la pareja del interior bajara. Vladimir escoltando del brazo a su esposa Tatianna, ambos se dirigieron al interior del lujoso edificio. Los porteros de inmediato dieron la bienvenida a ese distinguido miembro "sean bienvenidos, señor y señora Korovin" dijo uno de los hombres. Tatianna de inmediato se sintió incómoda…No le gustaba para nada el ser llamada "señora Korovin" aunque ante la sociedad, eso era. Ella sentía que hasta su apellido le había sido robado por ese hombre… Ese apellido "Lavrov" que era de su difunta madre y a la vez… Todo lo que le quedó de ella. De inmediato, cuando ellos ingresaron, uno de los Valet del elegante club les recibió, el hombre se acercó a ellos y después de un cordial saludo, los escoltó hasta el restaurante gourmet del club. ……Al ingresar al elegante lugar, Tatianna se dió cuenta de varios detalles. 1. Vladimir era miembro y cono
Tatianna sonrió maliciosamente en ese momento y se acercó a Vladimir. La hermosa mujer de cabello castaño avellana ondulado, apoyó su rodilla en el borde del sofá individual, justo en el espacio medio de las piernas de Vladimir. Él levantó su mirada viendo a los ojos azules claros de Tatianna, mientras él seguía fumando tranquilamente. —¿Estás celoso de Nikolay? —preguntó ella descaradamente. Vladimir alzó una ceja en ese momento, sacando el cigarrillo de su boca y echando el humo a Tatianna en el rostro. —¿Por qué celaria a una m*ldita perra como tú?, deja tus estúpidos aires de grandeza, niña~ —sonrió él burlista—, esto es un contrato ni más ni menos. Tatianna apoyó sus manos en el espaldar del sofá color rojo, ella seguidamente se inclinó hacia Vladimir. Los rostros de ambos quedaron a centímetros de distancia. —¿Es así? ¿Seguro que solo soy un contrato para ti? Vladimir no respondió ante las preguntas de Tatianna y ella frunció el ceño. La expresión de él era tan vacía