Harry no cabía de la angustia que tenía en ese momento, al no encontrar a su esposo a su lado como cada mañana desde que se casaron. Cuando su hijo le había contado lo que Liam le había dicho la noche anterior, sus lágrimas salieron sin control alguno.
Liam lo había abandonado sin dejar ni una sola pista o huella de su paradero. Lo abandonó con un embarazo casi en la recta final, con sólo tres meses de por medio. Había llamado de inmediato a Gideon y a Taolath para que vayan al Pent-house que había comprado Liam para los días que estuvieran allí en lo que remodelaban la antigua casa.
Dalton y Josh habían llegado con ellos trayendo consigo a Kayled y a Nicolás. Éste último no se separaba de Jedward desde lo ocurrido con Harry,
Dos meses después.— Papá, cada día estás más gordo —dijo Jedward, subiéndose a la cama aun lado de Harry .Harry rió con gracia y ganas dándose la vuelta para mirarlo.— No estoy gordo, ya te había dicho que estaba esperando a tu hermanito —se sentó como pudo en la cama.Ya estaba en su octavo mes de embarazo, el mes más peligroso de todos. En ese mes podía pasar de todo, por lo que pasaba la mayor parte del tiempo en cama, como excusa para no hacer nada. Después de la desaparición de Liam Harry había entrado en una depresión pre-parto. La cual había acabado con la poca felicidad que tenía.
Después de despertar a Liam de su chistoso desmayo. Harry fue llevado a la habitación especialmente para él, la cual Dalton había pagado y que luego se lo cobraría a Liam con intereses.Los niños fueron llevados en una incubadora con bastante espacio para ambos. Se sorprendieron cuando fueron dos pequeños y "adorables" por el momento. Para cuando Harry despertó, estaban los chicos a su lado riendo de sabrá Dios que.— Fue divertido verlo inconsciente —río Taolath, al igual que los otros.— Sí. Creo que se le hizo una hernia a uno de los enfermeros cuando lo sacaron del quirófano —rió también Dalton.— ¿De quién hablan? &mdash
Amor Obsesivo {Lirry Stayne} {m-Preg} {st: L. P. S}
Liam estaba llegando a su casa, después de un largo viaje de dos semanas a Colombia. Tenía que estar allí para entregar una mercancía y cerrar al fin el trato con los colombianos. Nunca había salido por tanto tiempo de la casa después de que se había casado con Harry.Habían pasado algunos años desde que al fin Harry había vuelto a sus brazos por voluntad propia, sin que él haya tenido que buscarlo.Harry había estado con él en su cambio físico, que bastante le había costado volver a tener, pero al fin lo tenía con él. Había recuperado su peso normal ya no estaba rellenito como Harry le había dicho que estaba. Pero Dalton cada vez que lo veía le decía que estaba gordo y que si seguía así Harry tendría que hacer la puerta más
Harry caminaba feliz por la casa. Tenía en sus manos los resultados de una prueba de embarazo que se había hecho ese día.Como todos saben, Harry tenía prohibido salir de la casa, por órdenes estrictas de Liam. Eso era un poco traumante, pero ahora estaría más tiempo con Liam.Tocó la puerta del despacho de Liam y esperó a que este le diera la orden de entrar.— Hey, hola —susurró, entrando, y cerrando la puerta detrás de él.— ¿Qué quieres, Harry? —despegó su vista de los papeles— Sólo quería saber si tenías tiempo —susurró, sentándose enf
Harry estaba de camino a la habitación de su hijo Jedward, no quería pasar la noche con su esposo, quien había jurado hace tres años jamás volverle a levantar la mano, al menos que sea para una caricia suave.Después de que Liam le había soltado ese puñetazo en el rostro se encerró en el baño y no había vuelto a salir de allí. Harry por su parte había sido inteligente y cuando escuchó el agua de la ducha caer salió de allí sin pensarlo dos veces.Entró a la habitación de su hijo y vio que estaba en penumbras y que la cama estaba vacía, así que sin encender la luz fue directamente hacia el armario donde lo encontró con su oso de peluche llamado Hazza.El oso de peluc
Liam sabía que Harry cumpliría con la orden que le dejó hoy en la mañana, sabía que Harry le tenía miedo antes, durante y después de haberse casado.Sabía que Harry temía que algún día Liam llegara a convertirse en lo que fue hace más de cinco años. Tenía en claro que se había sacado la lotería, cuando lo vio entrar a su habitación su corazón se paralizó por completo.— Ya es hora de irnos —murmuró Michael, entrando al despacho de este.— Ya. Tengo planes para este fin de semana —sonrió, con arrogancia.Harry tomó algunas cosas de su hijo y echó en una peque&n
Lo único que se escuchaba en esa habitación eran los gritos de dolor del pequeño rizado. Su cabeza dolía al máximo de los fuertes jalones que Liam le daba, su cabeza explotaba, sus lágrimas salían sin control, mientras suplicaba a los dioses que esa tortura acabara.Sentía como las manos de Liam dejaban marcas a su paso. Cada embestida era una tortura a su parte trasera. Gritó cuando de nada sintió como bajaba un líquido de entre sus piernas, soltó un gran sollozo al darse cuenta de que era sangre.— Me estás lastimando, ya detente —le suplicó.— Esto — una embestida—... a penas —otra—… empieza —dicho eso enterró la cabeza del rizado en las almoha