Lo único que se escuchaba en esa habitación eran los gritos de dolor del pequeño rizado. Su cabeza dolía al máximo de los fuertes jalones que Liam le daba, su cabeza explotaba, sus lágrimas salían sin control, mientras suplicaba a los dioses que esa tortura acabara.
Sentía como las manos de Liam dejaban marcas a su paso. Cada embestida era una tortura a su parte trasera. Gritó cuando de nada sintió como bajaba un líquido de entre sus piernas, soltó un gran sollozo al darse cuenta de que era sangre.
— Me estás lastimando, ya detente —le suplicó.
— Esto — una embestida—... a penas —otra—… empieza —dicho eso enterró la cabeza del rizado en las almohadas.
Sus manos fueron directamente hacia ambos lados de la cabeza que estaba escondida entre la almohada y la cama. Comenzó a moverse con ímpetu arremetiendo con bastante fuerza logrando que del menor salieran más gritos de dolor.
Harry se movió hacia delante intentando sacar en pene del mayor pero solo recibió una nalgada bastante dolorosa.
— ¡Me estás lastimando! Ya déjame, Liam, te lo suplico —volteó su rostro para mirarlo a los ojos, y se arrepintió totalmente.
Liam volvió a jalar el cabello con fuerza para luego salir de su interior.
Hizo que el menor quedara boca arriba, para luego colocar una pierna en su hombro y la otra en su cadera. Acercó su boca a su cuello y lo mordió con fuerza dejando una marca en ese lugar que al poco rato comenzó a botar sangre a chorros.
Posicionó su pene en la entrada del menor y entró de forma bruta. Harry hizo lo imposible por sacar el miembro del mayor de su interior. Sentía cómo este entraba y salía con tanta facilidad a causa de la sangre que estaba saliendo de su interior.
Su mente y cuerpo deseaba castigar más al menor una y otra vez para que aprendiera que él mandaba en esa relación desde el momento en que se casaron. Sus manos pasaban al mismo ritmo de las embestidas del menor una y otra vez causando grandes marcas.
— Te odio y espero que te pudras en el infierno —dicho eso le dio una patada en el rostro logrando al fin sacar ese pedazo de carne de su interior.
Se levantó como pudo de la cama y salió de la habitación agarrándose de las paredes a su paso.
Vio como Liam salía de la habitación con una mano en la nariz para que la sangre dejara de bajar de ese lugar. Harry comenzó a correr torpemente hacia las escaleras, pero Liam fue más rápido y lo sujetó de la cintura obligándolo a que se echara hacia atrás y cayera ambos desnudos al suelo.
Los rayos de la tormenta era lo único que podía iluminar ese frío pasillo. Liam le dio la vuelta al rizado para que este quedara con la boca en el suelo y entró en él otra vez. Sintió un fuerte tirón de su cabello logrando que levantara la cabeza y quedara sentado a espaldas del mayor justo encima de su pene.
— No debiste de hacer eso, bebé, sabes que a Daddy no le gusta que su bebé lo desobedezca —puso ambas manos a los lados del cuerpo del menor.
Harry puso los ojos en blanco cuando escuchó esas mismas palabras de hace cinco años. No sabía si lo que sentía por Liam era amor o simplemente miedo. Eso fue lo único que pensó antes de que su cuerpo colapsara en el piso y que la voz de Liam se hiciera lejana.
Despertó en la cama con unos brazos tatuados en su cintura obligándolo a que no hubiera movimiento alguno por parte de él.
Miró hacia la ventana y agradeció a Dios que en la noche anterior se haya desmayado, se desprendió de los brazos protectores de Liam y caminó hacia el baño con mucha paciencia en el camino.
Abrió el grifo del agua y se quitó la única prenda que había quedado en su cuerpo, las medias. Las tiró al cesto de ropa sucia y luego entró a la ducha. Salió de esta después de quince minutos de lamentos, secó su cuerpo y luego regresó a su habitación donde encontró a Liam boca arriba durmiendo.
Cuando se vistió bajó las escaleras para luego ir a la cocina y preparar el desayuno de su esposo.
El teléfono de la casa suena y automáticamente lo toma.
— Hola, casa de los Jackson — se le hace un nudo en la garganta al decir eso.
— ¿Papi? — dice una linda vocecita al otro lado.
— Hey, príncipe, mi nene hermoso, ¿Cómo estás? —no pudo evitar sonreír.
— bien, papi, aunque esta noche no me fuiste me fuiste a dar el beso de las buenas noches como siempre haces y eso me puso muy triste —su voz sonó apagada.
—Yo también te extraño, sabes que te quiero mucho, mi príncipe —comenzó a preparar unos tostadas.
— Te extraño mucho.
— Sabes que yo también te extraño mucho, mi amor. Mañana te iré a buscar y verás cómo nos vamos a divertir. Además, debes de ir a la escuela el lunes sin faltas.
— No quiero ir, papi, no me gusta la escuela —hizo un berrinche.
— Siempre tenemos la misma discusión. Sabes que debes de ir a la escuela para que seas un niño inteligente —le recordó, y no dudo en reír cuando escuchó un bufido del otro lado de la línea.
— Ya lo sé, papi, quieres que sea como papá.
—Olvida lo que dije. No seas como tu padre, no seas algo que no quieres ser por nada del mundo.
— Sabes que te amo, papi, eres lo mejor que me ha pasado —dijo feliz.
—Tú también príncipe, te amo, luego te llamo para saber con van las cosas —dicho eso le tiro un beso recibiendo uno igual.
Suspiró mirando el teléfono dejándolo en el mismo lugar en el que estaba. Preparó un jugo de manzanas y lo colocó en la bandeja. Caminó con ella hacia la segunda planta de la casa y entró a la habitación que compartía con Liam.
Encontró la cama vacía lo que supuso que Liam se estaba duchando, la dejó encima del escritorio que estaba aún lado del closet para tender la cama. Sus ojos se abrieron como platos al ver la cama sucia de sangre, inmediatamente quitó las sábanas y las echó en el cesto.
Puso sábanas nuevas y en ese instante salió lo vestido únicamente con unos pantalones de pijama. Harry se levantó de la cama para buscar el desayuno y entregárselo a Liam.
— Por lo que veo, no se te olvido esto —le da un mordisco a la tostada—. Siéntate —señaló a su lado.
Harry respiró dos veces antes de hacerlo.
— Si se vuelve a repetir lo de anoche, habrá problemas.
Harry miró una de las tostadas y entonces la tomó sin pensarlo dos veces. Liam lo miró con una ceja levantada pero no dijo nada al respeto.
— ¿Me dejarás salir? — se animó a preguntar.
— Sabes cuál es la respuesta —habló, serio.
— Por favor, ven conmigo. Vamos a algún parque. Es lo único que te pido —suplicó.
— No.
— Haré lo que sea —quitó la bandeja de las piernas de Liam.
Buscó el cierre del pijama. Lo solo veía con deseo no recordaba hace cuanto Harry no le daba una buena mamada.
— Gánate esa salida, bebé.
— Sí, Daddy.
Que
empieceeljuegootravez.Su vida ya no vale nada, por lo único que vive es por su hijo hermoso de cinco años que cada día se parece más a él. Volverían a lo mismo de hace cinco años atrás. Las vueltas de la vida, ahora tendría que volver a hacer la puta de Liam otra vez.Algo que pensó que se había acabado hace tres años después que se casaron, su vida volvía hacer la mía de antes, sentía que era un déjà vù.Las veces que Liam lo violó con su hijo en el vientre y ahora se repetía lo mismo otra vez, sólo que su bebe tenía un mes de estar dentro de él y eso lo asustaba. Aún recordaba cómo fue tener a su hijo la primera vez, tuvieron que ponerle anestesia para poder hacerle la cesárea.
La cabeza de Michael daba vueltas, estaba metido en un lío extremadamente grande. Sabía desde que Liam y Harry se casaron que las cosas podían ponerse de esa manera. Harry no merecía un hombre como Liam, desde que conoció al mayor algo le decía que era bastante controlador. Un fuerte gruñido salió de sus labios cuando llegó al despacho de Liam.Entró cuando escuchó que el mayor le dijo que lo hiciera.— Al fin llegas —murmuró el mayor.— Lo siento, estaba con Carl y se me pasó el tiempo —mintió.— Veo que lo tuyo con ese niño va en serio —se sentó en su silla.— Sabes
Estaba de camino a la habitación después de limpiar la cocina cuando terminaron de cenar. Jugaba con sus manos mientras se mordía el labio con fuerza. Se detuvo enfrente de la habitación de su hijo y abrió la puerta. Frunció el ceño cuando encontró la cama vacía. Su vista se dirigió a la ventana donde encontró a su hijo sentado en esta.Deberá agradecerle a Liam por colocar unos cojines en ese lugar, se acercó a su hijo el cual aún no se había dado cuenta de que estaba allí. Se paró detrás de él y vio al niño de al lado hablando con él. Harry sonrió al ver que su hijo había hecho una amistad con ese niño nuevo.— Papi. Él se llama Nicolás... y es muy lindo —dijo es
El lunes había llegado dando así, el inicio de un nuevo día de clases para Jedward quien estaba feliz por ir a la escuela. Harry reía con él, mientras el menor hacía caras raras al tener que comer verduras en la escuela.Liam miraba la situación desde el umbral de la puerta de la cocina con una sonrisa que fue sustituida con una seriedad única en él.Harry lo miró desde donde estaba, por inercia tomó a Jedward en brazos para luego tomar su mochila e ir a la puerta.Liam lo siguió con la mirada, incluso después de que Harry entrara a su hijo en uno de los carros con Michael y su novio, los cuales se habían ofrecido a llevarlo todos los días de la semana.Ha
Ajustando bien las medias a sus cremosas piernas, se miró en el espejo por tercera vez desde que se las había puesto hace unos minutos atrás. No se veía mal, eso no. Después de haber dado a luz a su pequeño revoltoso hace cinco años había adquirido algunas curvas pronunciadas en su cuerpo.Y más ahora que estaba esperando a su segundo hijo. Aunque esta vez su vientre iba creciendo con más rapidez. Mordió su labio pasándose una mano por el cabello y haciendo una mueca al ver que este estaba bastante largo. Según él necesitaba un recorte de cabello otra vez. Se dio la vuelta a medio cuerpo para ver si algo en la parte de atrás estaba fuera de lugar. Caminó hacia la cama donde había dejado la bata de dormir y fue hacia la habitación de su hijo. Clavando sus uñas en la espalda de su esposo, arqueó la espalda y soltó un gemido ronco en el oído de Liam. No podía negar que se sentía bastante bien que Liam lo penetrara de esa forma tan poco usual en él.Tal vez sean los años que tienen teniendo sexo de esa forma. Pero la otra vez Liam lo había violado sin compasión, aun cuando él se había desmayado. Sus pies se arquearon cuando Liam tocó otra vez ese punto sensible en él.— Eres un bebé muy travieso —susurró Liam, sacando su cabeza en el cuello de Harry y acercándose su boca al oído de él.Harry soltó un suspiró antes de que Liam lo besara entrando su lengua hasta el fondo exploranCapítulo 11.
Después de desayunar, Liam se había dispuesto a consentir a su bebé, el cual estaba más sensible. Ambos se bañaron en el mismo baño, el cual se demoró más de lo normal.Una vez que estuvieron listos salieron de la casa.— ¿A dónde quieres ir? —preguntó Liam, una vez que habían salido de la casa con rumbo hacia el carro.— ¿Podemos ir al parque la otra vez, por favor? —preguntó el menor, haciendo un puchero.— Podemos ir..., con una sola condición —susurró, y la mirada de Harry cayó al piso con tristeza. En su mente pasó otra vez lo que había pasado el día anterior. Habían pasado dos semanas y todo seguía igual que el día en el cual Harry le había contado sobre su embarazo.Digamos que no tanto...Liam ahora se mostraba más posesivo con Harry, no lo dejaba salir de la casa si no era con él. Incluso, con ninguno de sus empleados lo dejaba salir, había días en los que él se quedaba un día completo en la casa sin hacer nada, solo observando cómo Harry se movía.Harry por su lado, solo rodaba los ojos cada vez que Liam llegaba a su lado con algo de comida, se sentía asfixiado en pocas palabras. No podía salir de la casa sino era con él, cuando creía que tenía un poco de privacidad en alguna parte del jardín trasero de la casa. Liam ya estabCapítulo 13.