Después de que todo se acomodara en su sitio, y que nuestras familias apoyasen con entusiasmo la llegada de nuestro primer hijo, te vi más feliz que nunca. Pareciera ser que eso es lo que te hacía falta para que estuvieses en paz con tu embarazo, con nuestro amor, y con seguir el rumbo de los viajes que de a poco iban restando paradas de su camino.
Recuerdo perfectamente que fue en aquel amanecer en Murcia antes de la segunda tarde de competencias en aquella ciudad y la ultima de los viajes por España cuando me gritaste desde el baño haciendo que casi muera de un infarto. Entre desesperado, creyendo que te había sucedido algo, pero solo te vi parada frente al espejo con tan solo una diminuta braga puesta y con tus manos sobre tu vientre. "¡Amor, mira!" Dijiste entusiasmada "¡Ya se nota mi panza!" Continuaste diciendo y sin poder evitarlo me arrodille frente a ti y bese a nuestro bebé. "Pero mira a
Las competencias por Estados Unidos terminaron, solo me quedaban esos últimos compromisos en España en el mes de diciembre y ese tiempo de descanso nos hizo muy bien. El cuarto de Samay ya estaba decorado con sus muebles en color gris y detalles en rosa; no hubo cosa que no comprásemos para ella, nos encantaba ir de compras para nuestra bebé. Siempre recuerdo el enfado de nuestras familias, ya que no sabían que regalarle a nuestra hija. "Si es que ustedes ya le han comprado todo" se quejaba mi hermana y solo podíamos reírnos de su cara de frustración.Pasaron las semanas y tuve que viajar a Madrid para aquel último compromiso del en aquella ciudad. Te rogué que te quedaras en Barcelona con la excusa de que no quería que viajases
Cuando comencé a escribir este libro, lo hice como una manera de demostrarle a tu madre lo mucho que la he amado siempre y solo buscaba que el día que le pedí matrimonio, ella entendiese que no era solo una propuesta por el impulso del momento. Quise que tu madre volviera a revivir lo que fue nuestra hermosa historia de amor, una que nos costó mucho crear al principio.Lo que nunca llegue a imaginar, es que un día me atreviese a entregártela a ti el día de tu boda hija mía. Siempre seguirás siendo mi princesa y la niña de mis ojos. Siempre seguirás siendo aquella pequeña niña que tanto hemos cuidado con tus dos hermanos, y a pesar de que hoy iniciaras una nueva vida junto a Marcos, quiero que sepas que siempre podrás contar con nosotros.
Año 2014Era un día más de esos donde seguía siento el entrenador y jinete de caballos que todos conocían y admiraban en Madrid, la ciudad donde se citan los mejores jinetes del mundo según las estadísticas, en ese momento, debía seguir con los protocolos de otra jornada en la escuela de hípica. En esta ocasión, me tocaba conocer al ganador de un concurso que haría que el ganador tuviera una clase complementaria conmigo y también la oportunidad de un correr una carrera si era lo suficientemente bueno. Sinceramente, yo no estaba emocionado en absoluto, pero era consciente que este concurso haría feliz al afortunado ganador, después de todo, cumplirían el tan anhelado sueño de entrenar con Leonel Ritter, ese hombre que se ha hecho “famoso” por sus logros.Lo que nunca imagine es que la ganadora, serias t&
Recuerdo perfectamente la voz de Tatiana, mi representante diciéndome —¡Leonel, vamos arriba! ¡Hoy tienes que ir a conocer al ganador del concurso! — Honestamente no tenia ganas de cumplir otro día mas de protocolo. Hacia ya tres meses que venía trabajando arduamente y cumpliendo con compromisos de diferentes tipos gracias al ultimo Derby ganado, estaba cansado de tantos viajes, de tanta gente, y lo peor de todo; es que eso recién comenzaba ya que me esperaban muchos tornes más, tanto como entrenador, así como jinete.Con desgano me levante de aquel sofá que tenia en mi pent-house en Madrid, apague la televisión, y ahí iba otro capitulo más de mi serie de televisión favorita que tendría que dejar a la mitad. Me deje llevar nuevamente por mi agenda hasta l
Te bajaste del caballo, caminaste conmigo hacia el otro picadero donde me esperaba Tornado y miraste detenidamente cada movimiento que daba. Monte a mi caballo bajo el efecto de tus ojos y entendí que ese momento estaba escrito para nosotros en algún sitio. Unos pocos aplausos fueron los encargados de regresarme a la realidad de aquel lugar, y es que debo confesar que me había transportado contigo a otro sitio cuando nuestras miradas se cruzaron después de que me baje del caballo. —Aun no puedo creer que este aquí contigo y que me hayas visto montar. — Dijiste y me mostraste tus manos para que yo me diera cuenta como te temblaban. Me quede mirándolas y me perdí en la perfección que había en tus dedos, imagine que rozabas mi rostro con ellos y reprendí aquel pensamiento de inmediato.—No te pongas así de nerviosa. — Te dije y sostuve tus manos con las mías.
Aquel día fue fatal. Estaba de reunión en reunión con patrocinadores, gente del ambiente y no recuerdo quien más, lo que si recuerdo es que no podía más que recordar tu voz, tu rostro... a ti en todo momento. No entendía muy bien lo que me habías hecho, solo sé que eras una niña, de acuerdo, no una niña, pero si una mujer muy joven para mí que me podía meter en muchos problemas.Los días pasaron y llegaba el momento de volver a encontrarnos, estaba nervioso, lo admito. Caminaba por la escuela hípico mientras escuchaba a Zorro y sabía que tú lo estabas montando, pero al verte más de cerca me quede inmóvil a algunos pasos de ti. No sé muy bien aun si es que fue mi presencia o algún ruido lo que hizo que te detuvieras y me miraras, y fue ahí cuando vi una lagrima recorriendo tu mejilla. Me miraste apenada y quitaste el ra
Nuestras manos volvieron a unirse sobre las riendas del caballo mientras que te subías a Zorro. No era la primera vez que nos veíamos, pero tampoco es que lleváramos una vida conociéndonos. Sin embargo, parecía que llevábamos años haciendo esto. Tu maravillosa mirada llena de melancolía se fijaba en el horizonte mientras que te lucias en cada movimiento que provocabas que hiciera Zorro y por alguna razón no te veías tan feliz y mi curiosidad me ganaba.Te mire como queriendo descubrir en tus ojos todos tus secretos o quizás todas tus verdades, 《¿Qué secretos podía tener alguien como tú?》 Pensé. Me mirabas fijamente y después de lo que pareció una eternidad sonreíste. —Es tan fácil montar contigo mirándome… siento que todo lo hago mal — Dijiste tímidamente y allí estaba ese gesto nuevamente, tus dedo
No sabía muy bien como sobrellevar esa semana que pasábamos alejados. Antes de ti, disfrutaba ir a Barcelona y pasar tiempo con mi familia, pero todo había cambiado. Todo lo que quería hacer después de haberte conocido, era verte. Comprendía que no podía hacer nada, que no podía ni siquiera intentar robarte un beso, pero con verte me era suficiente. No tienes idea de lo bien que me hace tu presencia.Aquella noche de regreso en Madrid, mi gran amigo Sebas, había insistido en ir por algunas copas a un bar. Necesitaba distraerme, me era urgente que alguien escuchara lo que me estaba sucediendo y me dijese que estaba loco, que no podía fijarme en ti y quede con él en uno de los mejores bares de la ciudad. Me encontré con mi amigo en la puerta y entramos al lugar bajo el espectacular sonido de la música. Intentábamos hablar, pero hasta no sentarnos sería imposible.<