Marcos

Había pasado unos días dolorosamente largos y no me he acercado a Alexa, la última vez me pidió tiempo y eso es lo que pensaba darle hasta que comprendí que ella no es de pensar mucho y yo tampoco lo soy, es más es lo que nos asemeja, es por ello que pienso ir a buscarla. Sin más preámbulo hacia allá me dirigía, no quería presionarla, pero yo siento que si hay amor de por medio, la decisión es fácil de lo que pensamos solo es cuestión de arriesgarse y eso es lo que estoy dispuesto a hacer, utilizaré mi última oportunidad aunque la pierda por impulsivo.

Hable con su amiga y ahora ella se encontraba en la casa, y allí es donde me dirigí con una decisión ya tomada.

Tras unos minutos en el tráfico llegue a mi destino, toque la puerta y a los segundos me recibió Alexa vestida solo con un remeron y un rodete desaliñado, se la notaba cómoda sabiendo que no tendría visita.

—Marcos, no te esperaba —dice con notable sorpresa y se podría decir que también vergüenza al verla en esas facha