Había pasado unos días y Alexa cada día perdía más la fe de poder escapar de ese lugar, no entendía por qué la tenía cautiva y le juraba amor si apenas y se conocían.

Por más que Axel insistía en que comiera lo que le traía, ella se negaba y eso ya le comenzaba a afectar sus sentidos.

Ya había perdido la cuenta de cuantos días lleva en ese lugar, le había desatado las manos y pudo recorrer el estrecho cuarto en donde se encuentra, en uno de los laterales se encuentra una pequeña ventana, pero lastimosamente se encuentra sellada de lado de afuera por pequeños orificios pudo ver que no se encuentran en la ciudad, sino más bien en un lugar alejado.

Ya No tenía ánimos de intentar romper la ventana o hacer el suficiente ruido para llamarla atención de algún cristiano allá afuera, volvió a la cama y se recostó pensando en como terminaría sus últimos días.

Cuando escucho unos pasos acercarse y la puerta siendo aporreada, al abrirse una melena rubia se asomó.

Entro mirando hacia todos lados