Amy:El ambiente continúa cargado, e intento aligerarlo del único modo que puedo.—Si nuestro hijo resulta ser un varón — susurro — le pondremos tu nombre, papá. Mi padree mira fijamente, luego a Alexis, quien está tan perplejo como él y, de nuevo a mí. Espero a que diga algo, pero no lo hace. Únicamente agarra la bandeja de las costillas de cordero y la empuja hacia mí. —Venga, cariño —dice en voz baja—. Debes de tener hambre después de un viaje tan largo. Acepto las costillas con gusto y el resto se sirve la comida en los platos. La cena continúa de la mejor manera posible. Aunque sí que es cierto que hay algunos momentos de silencio incómodo, la mayoría de la cena transcurre tranquilamente, llena de conversaciones en las que reina el respeto. Mi madre pregunta sobre la vida en Italia y Rosa y yo le enseñamos fotos desde su móvil. Mientras tanto, mi padre inicia un debate con Alexis. Para la sorpresa de todos, ambos resultan compartir las mismas ideas sobre el terrorismo y la
Meses después:Amy:Hemos venido a Rusia porque su abuelo insiste en celebrar una reunión familiar anualmente, y pobre del miembro de los clanes que falte.— Decidimos llamarlo Viktor —anuncia Alexis, frente a sus familiares. Y yo lo miro de reojo, codeandolo en las costillas disimuladamente.Él carraspea y enmienda sus palabras.—Bueno, yo decidí llamarlo Viktor, mi mujer quiere que se llame Augusto.Su abuelo libera una carcajada y la señora Viktoria eleva sus cejas en diversión.—Considero que es un nombre adecuado— susurra el viejo Viktor, sonriendo — a fin de cuentas , el pequeño será heredero del clan en Italia y España. Trago en seco, acariciando mi vientre lentamente. Sí, como es mi hijo y de Alexis, nuestro pequeño tiene derecho a liderar ambas mafias, pero, ¿ lo querrá realmente?—No te preocupes — Alexis me dijo hace semanas — si resulta que lo de matar , secuestrar y extorsionar no es lo suyo, siempre podremos tener otro que...Palidecí.Llevar al final esta gestación est
Yannek:La muerte de Myla es evidente en el salón, lleno de personas e impregnado del empalagoso y nauseante olor del incienso.Mi esposa no debió morir.O al menos no como lo hizo. Atropellada por un coche y abandonada en plena carretera,sola, desangrándose como una perra sarnosa durante horas...Contemplo de soslayo a las tres niñas. Notando que lucen tristes, sin embargo no lloran. No son mis hijas.Lo sé. Me quedé con ellas y las crié como tal para complacer las locuras de Kyla, pero siempre he sabido la verdad...mi mujer era estéril y en un intento desesperado por mantenerme a su lado compró a esas pequeñas en el mercado negro, cuando apenas eran unas bebés.Kyla pasa su pañuelo por debajo de sus ojos una y otra vez. Comprimo los labios. Sus lágrimas de cocodrilo no me conmueven. Ella me mira fijamente a cada medio minuto. La muy tonta comparte los mismos delirios sicóticos de su hermana. Se cree que porque ahora soy viudo la tomaré como mi amante. En algún momento durante estos
Stefan: —Esta costumbre norteamericana es pura basura —protesta Salman, quien está de pie a mi izquierda. Contemplo en silencio el enloquecido ambiente de la fiesta de disfraces en la improvisada discoteca que está en medio de un jodido glaciar. Han instalado una especie de carpa en forma de domo y según me informaron hay gente que ya lleva una semana aquí. Salman viene de una familia muy estricta y apegada a las costumbres, es el hombre de confianza de mi tío y él le pidió que me acompañe a esta misión. Se que está aquí para medirme, mi tío confía en mí pero no está convencido de que puedo tomar su lugar.Ya que no tiene hijos varones y su esposa acaba de morir, por el momento soy su único heredero. —Creí que solo los clubes de la Mafya eran tan liberales — comenta Salman, llevandose el cigarrillo a los labios y liberando una nube de humo. Hay sitios especiales para los que buscan un poco de privacidad, las mesas cuentan con cortinas que al correrse, las convierten en sectores pri
Viktoria: Tengo una resaca que tal parecería que se me parte el cráneo en dos. Han pasado dos días desde que perdí la virginidad con aquel desconocido en esa jodida fiesta. A decir la verdad, no fue tan malo. Realmente no recuerdo mucho. Solo que él llevaba un pasamontañas y me tocaba de forma sexy. Cuando desperté, estaba sola y desnuda en el privado. Tenía su cinturón enroscado alrededor del cuello y me sonrojé. Sé que hay gente a la que le gusta esa cosas sadomasoquistas, y es una pena que no logré emrecordsr más de lo borracha que estaba, porque de seguro no hicimos el amor románticamente, como en las películas. Me muerdo el labio. ¿Qué puedo decir? Creo que estoy medio enamorada de aquel desconocido. Es una lástima que minutos después que me vestí, los hombres de mi padre me sacaron de allí y me trajeron a la academia. Solo me preocupé por tomar la pastilla del día después, porque ni siquiera recuerdo si él usó condón o no. —¿Y estás segura de que era candente? —pregun
Viktor Ivanov: Contemplo al búlgaro con una ceja levantada.La última vez que los Ivanov habíamos tenido problemas con los Volka fue incluso antes de yo nacer, hace demasiados años. Cuando Alexis, mi padre había cobrado una venganza pública por la ofensa e intento de chantaje de Vladimir, el tonto que creyó que podía avergonzar a un Ivanov en su propio territorio. —O sea, que deseas seguir los pasos de tu tío, ¿no Yannek?— interrogo a mi huésped. Él se limita a recorrerme con su verde mirada. — Seamos francos, Ivanov. Gran parte del imperio de la Hidra se ha levantado con nuestras drogas. Sin el brazo de Bulgaria, Rusia es solo fuerza bruta y armamentos. Comprimo los labios, evitando sonreír. Hacía años que no me amenazaban y esto se me hace divertido. —¿Quieres ser enemigo de la Hidra, Volka? Adelante...no te detendré, ni siquiera te advertiré sobre las consecuencias. Sabes cómo operamos. —No me amenaces, Viktor — masculla él, poniéndose en pie — a otro podrías intimidarlo,
Actualidad:Viktoria: El almuerzo de hoy es horrible, la cena ni se diga y el dejar ambas comidas intactas me obliga a buscar un abrigo para intentar salir en busca de alguna cosa que despierte mi apetito .—¡Hey ¿Qué haces?! —me detiene Jules, alarmada mirando con los ojos desorbitados que estoy de pie en el humbral de la puerta abierta.—Voy por pizza ¿Te traigo algo?Me toma del brazo, tirando de mí y devolviéndome a la sala. —Ya son más de las ocho.—¿Y?Cierra la puerta y corre a cerrar las cortinas, como si se fuera a colar algún demonio porque las cortinas estubieran abiertas. —No estamos en Moscú para hacer turismo, y no salimos en la noche. Además, el clima es terrible y lo mejor es quedarse en casa —indica— Acostumbrate, y el encierro se te hará más llevadero así, lo prometo. La seriedad con que habla me obliga a hacerle caso. Ella asegura la puerta, pasando hasta tres cerrojos diferentes y yo me dejo caer en el sofá. —Sé que estar aquí es algo desesperante para mucho
Viktoria:La mujer sentada en una silla frente a mi cama habla, habla y habla, y no comprendo qué es lo que me está diciendo. Miro a mi alrededor y me duele incluso pestañear.Con delicadeza, toco el doloroso aumento de volumen en mi frente. «¡Auch!»¿Qué me sucedió?Muerdo nerviosamente la cutícula de mi dedo pulgar.No recuerdo qué sucedió.Solo sé que estaba empacando mis cosas para ir con unos amigos a una fiesta de Halloween en un glaciar, pero luego abrí los ojos aquí, en este hospital. ¿ Cómo demonios llegué a Rusia?Porque no soy tonta. No comprendo el idioma, pero sé que estoy en Rusia.—Señora— sollozo, temiendo lo peor y aferrándome de sus manos, nerviosamente—¿Qué sucedió?¿Dónde están mis amigos?La agente no parece comprender y mis temores se acrecentan, casa segundo es más posible que el jet en el que íbamos se accidentó y por algún extraño evento yo sobreviví. Me recorre un escalofrío, desvio la mirada, posandooa en los cristales de la puerta y me quedo de piedra.«