Viktoria:
Tengo una resaca que tal parecería que se me parte el cráneo en dos.
Han pasado dos días desde que perdí la virginidad con aquel desconocido en esa jodida fiesta. A decir la verdad, no fue tan malo. Realmente no recuerdo mucho. Solo que él llevaba un pasamontañas y me tocaba de forma sexy.
Cuando desperté, estaba sola y desnuda en el privado. Tenía su cinturón enroscado alrededor del cuello y me sonrojé.
Sé que hay gente a la que le gusta esa cosas sadomasoquistas, y es una pena que no logré emrecordsr más de lo borracha que estaba, porque de seguro no hicimos el amor románticamente, como en las películas. Me muerdo el labio.
¿Qué puedo decir?
Creo que estoy medio enamorada de aquel desconocido.
Es una lástima que minutos después que me vestí, los hombres de mi padre me sacaron de allí y me trajeron a la academia. Solo me preocupé por tomar la pastilla del día después, porque ni siquiera recuerdo si él usó condón o no.
—¿Y estás segura de que era candente? —pregunta mi amiga Svetlana, quien permanece en mi cama mientras doblo los uniformes que tenía guardados en la maleta.
—Si —susurro, mordiéndome el labio— Pasó todo tan rápido, no lo sé...
Al parecer, ella y los demás amigos estaban lo suficiente cerca como para verme besando a un extraño y bueno, no tenía sentido negar que le abrí las piernas a ese extraño. Lo que sí me avergüenza es decir que ese extraño intentó ahorcarme con su cinturón, al parecer. Traigo un abrigo de cuello alto para ocultar los moratones.
—¿Y realmente no tienes idea de quién es? —insiste ella— ¿Estás segura?
—Lo estoy. Estaba borracha y él se cubría el rostro con una máscara — elevó un hombro despreocupadamente. — no hay forma de saber quién era.
Mi amiga se da vuelta en la cama, riendo como hiena histérica.
—Estas cosas solo te pasan a ti, Vicky. Tienes a medio escuadrón babeando por tu culo y vas y pierdes tu virginidad con un completo desconocido. ¿No podrías haber escogido a uno de nuestros compañeros y que te desfloraran como a una persona normal? —se queja.
Le respondo con una mueca.
—¿Sabías que tienes fama de rompecorazones?— farfulla Svetlana— y ni siquiera lo intentas.
Me enconjo de hombros.
— No es mi culpa. Nunca he hecho nada para ganarme esa fama.
—Fue todo muy loco —es lo único que dice arrugando las cejas— en fin, haste un examen de VIH, por precaución. Ese tipo bien puede ser un drogadicto o algo peor.
Me recorre un escalofrío ante sus palabras.
— Es extraño que tus padres no han dicho nada al respecto de tu escape de casa y la fiesta, ¿no?
—No es tan raro. Esta semana regresaba Velkan de su misión en el medio Oriente. Cuando el gran hijo está en casa, mis padres se olvidan por completo de mí.
Ella me mira con lástima y yo me encojo de hombros.
—Ya estoy acostumbrada.
—Bueno, perder la virginidad era algo que querías, por ende, estabas preparada para cuando se diera la oportunidad, aunque no creí que fueras a hacerlo de una forma tan escandalosa.
Se fija en el reloj poniéndose de pie, tiene que regresar a su propio dormitorio antes que den el toque de queda. Estampa los labios en mi mejilla antes de largarse.
—No te preocupes demasiado, quizás y lo mejor sería que tú y ese sujeto no vuelvan a encontrarse nunca más —es lo último que me dice antes de salir.
Continúo doblendo mi uniforme. No quiero pensar en lo sucedido porque me da mala espina todo aquello. No sé...mis padres llevan meses actuando extraño y según mamá, padre había recibido amenazas de muerte por parte del líder de un grupo terrorista pero aquí en la academia no va a pasarme nada y si,cometí un error, no debí escapar de casa pero no sucedió nada grave.
No he sido la mejor hija en los últimos meses. He escapado varias veces de casa, le he llevado la contraria a mis padres, pero en parte es culpa de ellos por encerrarme de semejante manera.
Tocan a la puerta de mi habitación y veo que un cadete ha venido a buscarme.
—Señorita Gregorevna, el abogado de sus padres quiere verla en el comedor— susurra.
Y tragó en seco.
¿Abogado?
Será que por mi mal comportamiento mis padres planean desheredarme?
***
Las lágrimas ruedan por mis mejillas. Las noticias que me trae el abogado no son nada buenas.
— Lamento muchísimo tener que decirle esto, señorita, pero mi cliente especificó que de sucederle algo a él y usted recibirá orientaciones precisas.
El abogado habla, y habla, pero no soy capaz de digerir nada de lo que me dice.
« Mis padres están muertos»
El abogado acaba de contarme que fueron emboscados hace cuatro días, el vehículo en el que iban a pesar de ser blindado sufrió los embates de una terrible balacera, se volcó y para colmo terminó explotando.
Me secó las lágrimas con rapidez y comprimo los labios.
« Murieron mientras yo estaba de fiesta. Murieron mientras yo estaba borracha en un glaciar en vez de estar en casa como me lo ordenaron»
Tragó en seco.
—Intentamos notificar a su hermano, pero su escuadrón lo reportó "perdido en acción" hace dos semanas.
El abogado me mira con pena, y de seguro ofrezco un espectáculo terrible. Estoy despeinada, ojerosa de esa jodida fiesta, y siento que toda la sangre ha abandonado mi rostro por lo que estoy seguramente más pálida que la muerte.
—Velkan... él, está...— jadeo — ¿mi hermano, está también muerto?
Mi voz suena como un chillido.
El abogado mueve su cabeza.
—Está desaparecido, señorita. Aún no se puede afirmar con certeza que esté...
Lo está. Conozco el protocolo militar. Cuando reportan a alguien " perdido en acción" es porque está muerto y no pudieron recuperar su cadáver.
***
Stefan:
Salman camina de aquí para allá enfurecido.
—¡Eres una desgracia!— grita — si no pudiste terminar la misión, hubieras dicho algo y uno de nosotros se habría encargado. Ahora se nos ha escapado una presa. Esa chica es un cabo suelto y a tu tío no le va a gustar. Todavía no hemos podido descubrir dónde está el cabrón de su hermano.
Guardo silencio, soportando la reprimenda con seriedad, porque me la merezco. Salman tiene toda la razón. No debí dudar, debí matarla cuando pude, pero...
El recuerdo de su dulce olor me hace temblar, la sensación de su apretado coño alrededor de mí me saca un jadeo.
Follarla y romper su virginidad ha sido la experiencia más intensa de mi vida.
No pude terminar de estrangularla con mi cinturón, aunque lo intenté. Me tembló la mano en ese exacto momento.
—Ahora nos será imposible terminar la tarea. La chiquilla está de regreso en su academia militar y , ¡meternos allí para recuperarla sería una misión suicida!
Guardo silencio.
—Tenemos hasta dentro de un mes que regresa Yannek de Rusia. Si para entonces no lo logramos, tu cabeza terminará expuesta en una pica en Vigma como ejemplo para los incompetentes.
Salman sale por la puerta, cerrándola de un portazo y yo me limito a rodar los ojos. Para ser el consejero de mi tío a veces es demasiado teatral.
Mi tío no me mataría. Soy su único heredero.
Aunque, sí que podría mandarme a azotar por mi estupidez.
Viktor Ivanov: Contemplo al búlgaro con una ceja levantada.La última vez que los Ivanov habíamos tenido problemas con los Volka fue incluso antes de yo nacer, hace demasiados años. Cuando Alexis, mi padre había cobrado una venganza pública por la ofensa e intento de chantaje de Vladimir, el tonto que creyó que podía avergonzar a un Ivanov en su propio territorio. —O sea, que deseas seguir los pasos de tu tío, ¿no Yannek?— interrogo a mi huésped. Él se limita a recorrerme con su verde mirada. — Seamos francos, Ivanov. Gran parte del imperio de la Hidra se ha levantado con nuestras drogas. Sin el brazo de Bulgaria, Rusia es solo fuerza bruta y armamentos. Comprimo los labios, evitando sonreír. Hacía años que no me amenazaban y esto se me hace divertido. —¿Quieres ser enemigo de la Hidra, Volka? Adelante...no te detendré, ni siquiera te advertiré sobre las consecuencias. Sabes cómo operamos. —No me amenaces, Viktor — masculla él, poniéndose en pie — a otro podrías intimidarlo,
Actualidad:Viktoria: El almuerzo de hoy es horrible, la cena ni se diga y el dejar ambas comidas intactas me obliga a buscar un abrigo para intentar salir en busca de alguna cosa que despierte mi apetito .—¡Hey ¿Qué haces?! —me detiene Jules, alarmada mirando con los ojos desorbitados que estoy de pie en el humbral de la puerta abierta.—Voy por pizza ¿Te traigo algo?Me toma del brazo, tirando de mí y devolviéndome a la sala. —Ya son más de las ocho.—¿Y?Cierra la puerta y corre a cerrar las cortinas, como si se fuera a colar algún demonio porque las cortinas estubieran abiertas. —No estamos en Moscú para hacer turismo, y no salimos en la noche. Además, el clima es terrible y lo mejor es quedarse en casa —indica— Acostumbrate, y el encierro se te hará más llevadero así, lo prometo. La seriedad con que habla me obliga a hacerle caso. Ella asegura la puerta, pasando hasta tres cerrojos diferentes y yo me dejo caer en el sofá. —Sé que estar aquí es algo desesperante para mucho
Viktoria:La mujer sentada en una silla frente a mi cama habla, habla y habla, y no comprendo qué es lo que me está diciendo. Miro a mi alrededor y me duele incluso pestañear.Con delicadeza, toco el doloroso aumento de volumen en mi frente. «¡Auch!»¿Qué me sucedió?Muerdo nerviosamente la cutícula de mi dedo pulgar.No recuerdo qué sucedió.Solo sé que estaba empacando mis cosas para ir con unos amigos a una fiesta de Halloween en un glaciar, pero luego abrí los ojos aquí, en este hospital. ¿ Cómo demonios llegué a Rusia?Porque no soy tonta. No comprendo el idioma, pero sé que estoy en Rusia.—Señora— sollozo, temiendo lo peor y aferrándome de sus manos, nerviosamente—¿Qué sucedió?¿Dónde están mis amigos?La agente no parece comprender y mis temores se acrecentan, casa segundo es más posible que el jet en el que íbamos se accidentó y por algún extraño evento yo sobreviví. Me recorre un escalofrío, desvio la mirada, posandooa en los cristales de la puerta y me quedo de piedra.«
Stefan: Es como si se la hubiera tragado la tierra. ¡Maldición! Por más que intento encontrar a mi víctima, la chiquilla de ojos azules no aparece. No quiero aceptar mi derrota, porque de acerlo, tendría que explicarle a Yannek que fracasé porque me desconcentré a causa de un coño. Ha pasado un mes y medio desde lo del glaciar, mi tío fue de Rusia a España y la jodida puta no aparece. Mi tío no me ha contado todos los detalles, pero sé que está jugando un juego peligroso. Ponerse abiertamente en contra de los Ivanov es convertirse en una diana ambulante. Hace dos días un soplón me vendió una información que espero me aporte frutos. Según el informante, Viktoria Gregorevna se encuentra en una casa segura, oculta. Al parecer, el general Gregor Vladimir, su padre, antes de morir ideó estrategias y creyó que podría mantenerla a salvo. Esta vez, me encargaré solo de este asunto. Salman está ocupado con lo que sea que está haciendo mi tío en los laboratorios. Sin gente que joda
Viktoria: Aunque creí que el empresario respondería redondamente que no a mi petición de empleo, gracias a dios mis tretas han surtido efecto.y mis esfuerzos han sido recompensados. —Sus obligaciones incluyen cuidar a las tres hijas del señor Volka, ayudarlas con sus tareas mantenerlas ocupadas en la tarde— me anuncia el abogado, vía telefónica — tenga en cuenta, que deberá encargarse de ellas solo por los próximos nueves meses que durará el actual curso escolar. Tiempo tras lo cual, serán enviadas a un internado. « Pobres criaturas » Mientras crecía, mis padres también me enviaron a internados y sé de primera mano lo que les espera. —En cuanto usted llegue aquí a Bulgaria, firmaremos el contrato para su empleo.— continúa él, yo me limito a asentir.—Es importante, que usted mantenga una conductora y actitud decorosa todo el tiempo en que trabajará para mi cliente. El señor Volka es viudo, perdió a su esposa en un trágico accidente hace muy poco y además su sobrino convive con él,
Yannek:Su llanto me despertó.A decir verdad no debí dormir mucho porque ni bien había puesto la cabeza sobre la almohada, la escuché llorar. Al principio creí que se trataba de una de las niñas, pero cuando salí al pasillo supe que el llanto provenía de otra habitación.Tomé el pomo en mi mano e intenté abrir, eso solo me ayudó a percatarme de que la puerta estaba cerrada con llave.Arrugué el entrecejo.« Es llanto de mujer, y está en una habitación de huéspedes. Solo puede ser la niñera nueva»Con calma, entré a la habitación de las niñas y busqué en la oscuridad un pequeño broche de c cabello gasta que lo encontré.Regresé al pasillo, introduje el broche en la cerradura y forcejié hasta que la puerta cedió.—¿Está usted bien, señorita?— interrogué, mientras entraba y una ráfaga de aroma dulce y cuerpo tibio se me vino encima, temblando y sollozando.—Él quiere asesinarme— lloriqueó en inglés, intentando empujarme fuera de su camino en un vano intento por escapar. Ahora bien, sé
Yannek: Kyla da un fuerte puñetazo sobre la mesa y acto seguido se pone en pie, bruscamente.—¡No lo permitiré!— chilla histérica — ¡no permitiré que esa perra sarnosa que has recogido de la calle ocupe el lugar de ni hermana!Comprimo el mentón, y con lentitud unto de mantequilla la tostada que tengo justo delante.—Calma tus exabruptos, Kyla. No estoy poniendo a nadie en el lugar de tu hermana.—¡Mientes!— explota, senalándome con un dedo, tiembla de manera tal que parece una desquiciada — llevas años deseando meter a otra mujer en esta casa, Yannek. No me creo ni una palabra de lo que nos contado con respecto a esa forastera.¡Y quiero que saques a esa zorra de aquí inmediatamente!Chasqueo la lengua, reclinándome en mi silla y dejando de lado la tostada. Este escándalo me ha quitado el apetito.—Escúchame, si no te gustan los empleados que contrato es tu problema. Y además, nadie te pide que permanezcss en esta casa Kyla. Dices que llevo años queriendoeter una mujer en esta casa
Viktoria: El silencio de la noche es absoluto excepto por algún que otro quejido de dolor de cualquiera de los prisioneros. El castigo de dejarme sin comida creo que ha llegado demasiado lejos porque no parece una simple tortura, sino más un bien un medio para matarme. Llevo cuatro días sin probar alimentos. «¿Y si me muero de hambre?» Me abrazo a mi misma « No me quiero morir sin haber descubierto qué pasó con mis padres, y con mi hermano» Despierto de medio lado,cubierta por el viejo colchón que a duras penas me mantuvo caliente durante la noche. Me quedo en silencio y con la mirada fija en la pared. Noto que la noche ya pasó otra vez y con él se que me traerá más angustia. El sonido de la reja hace que me tense, y una persona entra a la celda, esta se acuclilla a mi espalda y pone syscdedis en mi yugular, como si deseara saber si estoy viva o no. — Es una verdadera pena— escucho su suspiro, cargado de ironía y el movimiento de su cuerpo, porque termina por acomodarse a mi