Spectrum abre la puerta con extrema suavidad para entrar a la recepción. Ve que la señora Bertha está distraída tocando unos archivos en el librero de la esquina. Aún no se ha percatado de su presencia. Como un niño que husmea en un refrigerador a tardes horas de la noche, Spectrum camina con suavidad y trata de llegar a la puerta del otro extremo de la habitación, sin que la dama se dé cuenta.
— ¿A dónde cree que va, jovencito? — la señora Bertha saca su bastón y da un toque a las rodillas de Spectrum — Puedo escuchar su respiración desde el otro extremo de la cubierta.
Spectrum toma aire profundamente y con sospechosa gentileza saluda:
— Señora Bertha, dichosos los ojos que la ven.
— Usted siempre tan elocuente, Agente V — responde la señora — Lleva usted un mes sin reportar sus traslados, he tenido que inventarme los números para llenar los informes. A este paso, tendremos que plantarle ese localizador que tanto he sugerido.
— Soy un fiel creyente de que las colaboraciones florecen mejor cuando se delegan funciones. Confío en que el trabajo de papeleo está en buenas manos — dice Spectrum — Ahora si me disculpa, tengo que reportarme con el señor Van Helsing.
— Adelante, pues. Repórtese y espere a recibir su próxima asignación para que siga haciendo más desastres sin reportarse conmigo. Todos los agentes son iguales, en especial los hombres. Irresponsables, charlatanes, descuidados… — la señora camina hacia su escritorio mientras se sigue quejando.
Mientras tanto, Spectrum se va alejando lentamente de la señora Bertha, dejándola hablando sola. El agente cruza la puerta y llega al despacho de su superior. Un amplio salón, repleto de artefactos, armas y armaduras de diferentes eras. Para él, era como visitar un museo multicultural.
Al fondo, yace un caballero de brazos cruzados, dándole la espalda y contemplando la pintura del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal.
— ¿Quería verme, señor? — pregunta el agente Spectrum mientras se acerca.
El señor Van Helsing se toma su tiempo para responder, hasta que finalmente se expresa.
— ¿Sabes por qué este es mi cuadro favorito? — pregunta Helsing.
— No lo sé, señor — respondió Spectrum — Ilumíneme.
— Porque es un recordatorio a mí mismo de lo mucho que ignoramos de este y otros mundos. Gracias a los tiempos de crisis y conflictos, descubro algo nuevo que me demuestra lo mucho que ignoramos.
— Todo es verdad, hasta que la verdad cambia — comenta Spectrum.
— ¿Crees en la liberación que otorga el conocimiento? — pregunta Helsing.
— Creo que el conocimiento es un arma de doble filo. Libera la mente de quien lo aprovecha, pero corrompe el alma de quien lo tergiversa.
El señor Van Helsing se da vuelta. La mitad de su rostro es la de un anciano que ha visto muchos inviernos, la otra mitad, es la de un hombre joven y vigoroso.
— Por eso te he convocado, Agente V — dice Helsing — Veamos ese informe de tu misión en Transilvania.
Ambos caminan hacia el centro del salón. El suelo se abre y del mismo emerge una mesa rectangular. Spectrum y Helsing toman asiento y automáticamente la mesa enciende su proyector de hologramas tridimensionales. Spectrum presiona un diminuto botón en el lado derecho de sus gafas, conectándose de manera inalámbrica al proyector. Empiezan a repasar las grabaciones de la noche en el castillo.
— A ver — dice Helsing — ¿Qué es lo primero que te llama la atención aquí?
— La forma en que rodeaban a la hija del senador en la mesa del centro, parecía el Ritual de Thanandus — comenta Spectrum — Creí que era una práctica olvidada, pero todos los elementos coinciden. Lo más extraño es que no logré ver nada en la chica. Cuando ese ritual está en una etapa tan avanzada, ya debería detectarse rasgos de posesión en el sujeto.
— Tal vez haya sido que los detuviste antes de que sus progresos se concretizaran — sugiere Helsing.
— Tal vez, como también pudiera ser que la estuvieran usando como carnada para algo más.
— ¿Y Azazel como chivo expiatorio? ¿Qué conexión pudiera haber ahí? ¿Y desde cuándo a estos demo-terroristas les ha interesado la política? Secuestrando a la hija de un senador.
— Sospecho que el motivo de su secuestro va más allá de su conexión política — dice Spectrum. — Estuve investigando a la hija misma, Teresa Sadler. Trabaja para Eternal, una empresa multinivel de productos farmacéuticos. En los últimos años, tuvieron el crecimiento más grande desde su fundación.
— No me sorprende, después de la pandemia del Covid-19, a todo el mundo le interesa el mercado de la salud más que nunca — agrega Helsing. — ¿Esta señorita Sadler tiene alguna posición importante en esta empresa?
— A inicios de año alcanzó el rango de Diamante Ejecutivo, el segundo más alto después de Platino Principal. Confirmé que se estará reintegrando a sus labores dentro de dos días e impartirá conferencias en varias ciudades de Italia.
— Entonces ya sabes a dónde debes ir, pero dada la calidad de la persona de que se trata y al haber sido un objetivo del enemigo con anterioridad, me temo que tendré que tipificar este caso como una Misión Clase B — indica Helsing.
— Oh, por favor no — suplica Spectrum — Sabe que me manejo mejor solo.
— Es una orden, Agente V. Prepare la propuesta de su equipo y envíela al Triángulo para su aprobación. Mientras tanto, repórtese con el Departamento de Abastecimiento, para acordar el equipamiento necesario.
— De acuerdo, señor.
La proyección finaliza y ambos se ponen de pie.
— Otra cosa, veo que te trajiste a ese agente de la C.I.A. que te está investigando. Creo que no tengo que pedirte que seas discreto, ¿verdad?
— En lo absoluto, señor.
— Bien, y por el amor de Dios, entrégale sus reportes a la señora Bertha.
— Por supuesto, señor — responde Spectrum, entre una ligera risa silenciosa que no pudo disimular.
Spectrum vuelve a la recepción, donde estaba siendo esperado por la señora Bertha. El agente continúa caminando con naturalidad hacia la salida, como si ella no estuviera ahí.
— Agente V, que sea ciega no significa que me fallen todos los demás sentidos — le reclama.
— ¡Señora Bertha! Disculpe que la ignore, despedirme de usted siempre hiere lo que queda de mi alma — responde Spectrum, haciéndose el sorprendido.
— A donde sea que vaya, más le vale que me traiga mis reportes, ¡o habrá consecuencias! — le dice Bertha, mientras Spectrum se aleja.
— ¡No se preocupe! La mera idea de escuchar sus regaños hasta morir, ya es amenaza suficiente. ¡Nos vemos! — Spectrum abandona la recepción, como ratón saliendo a buscar queso.
El Agente V atraviesa los pasillos del barco, dirigiéndose hacia el Departamento de Abastecimiento. En el camino, saca su teléfono celular y abre la aplicación especial de la I.P.I.A.
— Saludos, agente. Por favor, identifíquese — pregunta la misma voz femenina que lo había atendido en la cápsula.
— Agente V, Dany Spectrum.
— Bienvenido, Agente V. ¿En qué puedo servirle?
— Se me ha asignado una Misión Clase B, requiero autorización para ensamblar equipo.
— Confirmado, usted tiene una Misión Clase B. Procedo a abrir catálogo para ensamblaje de equipo: ¿Piloto?
— Jessica Chambers.
— ¿Sastre?
— Sean Craig.
— ¿Refuerzo?
— Noel Lockward.
— Error: Noel Lockward no aparece registrado como agente de la I.P.I.A.
— Abre un nuevo registro y agrégalo como un pasante.
— Aprobado, Noel Lockward agregado como pasante. Siguiente y último integrante: ¿Sacerdote?
Al escuchar esta última pregunta, Spectrum no responde. Se sumerge en sus pensamientos por un instante para la sugerencia del último miembro.
— De acuerdo — finalmente responde — Sacerdote: Harvey Spectrum.
— Ensamblaje completado. Propuesta de equipo remitida al Triángulo para su aprobación.
— Muchas gracias.
Al completar su solicitud, Spectrum ve que finalmente llegó al Departamento de Abastecimiento. Cruza un portón metálico que lo conduce a un túnel de descontaminación, que a su vez lo lleva a la recepción del departamento. Spectrum se acerca a una bella dama, quien lo esperaba en su escritorio.
— Buenas tardes, Alexandra. ¿Él se encuentra? — pregunta Spectrum.
— Buenas tardes, V — contesta la recepcionista — Así es, está en la enfermería, atendiendo a su invitado, el joven Noel.
— Perfecto, debe estar muy entretenido.
Mientras llega a la enfermería, atraviesa un salón repleto de ingenieros, científicos y sacerdotes que trabajan en todo tipo de artilugios y vehículos. Trata de andar con cuidado, para no pisar nada ni interrumpir el trabajo de los demás. Llega a la enfermería, donde lo primero que ve es a Noel tirado en una camilla. Luego ve al Reverendo sentado al fondo, un señor mayor de edad, caucásico, anteojos sobre sus ojos azules, cabello castaño, alto y vestido con una túnica negra.
— Veo que conociste a nuestro invitado — dice Spectrum.
— Así es, le di algo para el mareo y ahí se ha quedado. Creo que ya es tiempo de despertarlo.
El Reverendo Harvey toma un pequeño inhalador especial para reanimar personas desmayadas, creado por su departamento. Lo pasa cerca de la nariz de Noel y este salta de la camilla, como un estudiante al que se le olvidó hacer una tarea.
— Bienvenido y felicidades por sobrevivir a tu primera teletransportación.
— ¿Tele qué? — Noel todavía está algo estupefacto.
— Bienvenido a bordo del RS-Tolquen. Dices que tienes órdenes de investigarme, pero lamentablemente también tengo que trabajar. Así que considérate un pasante no oficial de la I.P.I.A. para mi próxima misión — dice Spectrum.
— ¿Es en serio? Para ser alguien que criticó mis métodos en Transilvania, veo que estás siendo muy transparente con toda la información que me estás dando. ¿Cómo es que la existencia de esta agencia no ha salido a la luz?
— ¿Crees que nadie más lo ha intentado antes? La idea de una agencia internacional que se dedica a tratar amenazas paranormales que azotan a esta dimensión, resulta tan inverosímil, que cualquier periódico que publique algo al respecto estaría condenando a toda su empresa. En cuanto a nuestra existencia frente a otras agencias de inteligencia, el Triángulo lo tiene controlado.
— ¿Qué es el Triángulo? — pregunta Noel.
— Es algo que tendrías que verlo para creerlo. Por ahora, ya es tiempo de que te incorpores. Tengo una asignación y tu asistencia me podría ser muy útil.
— Supongo que por eso viniste a verme — comenta el Reverendo.
— Así es, el señor Van Helsing supuso que tendrías algo para mí — dice el Agente V.
— Si con algo te refieres a más herramientas para poner en práctica tu impertinencia, entonces sí — responde el reverendo.
Spectrum y Noel dejan la enfermería y acompañan al sacerdote hasta el fondo del salón, donde los espera una mesa con una serie de artilugios.
— Muy bien, Agente V, no sabía en qué momento te iban a asignar una nueva misión, pero con la frecuencia en que te metes en problemas, me preparé antes — dice el sacerdote.
— Siempre dos pasos adelantados, reverendo.
El sacerdote toma una esfera plateada y se la muestra al agente.
— Imagino que ya estás familiarizado con la Luz del Edén.
— Si, me fue de gran utilidad en Transilvania — responde Spectrum.
— Espera un momento, recuerdo esta cosa, la arrojaste en el sótano del castillo. Vi que todos quedaron cegados, pero a mi compañero y a mí no nos hizo nada. — dice Noel.
— Eso es porque la Luz del Edén emite un resplandor que únicamente afecta a las personas que tengan presencia demoníaca en su interior — explica el sacerdote — Para el ojo humano, es casi imperceptible.
— Es muy bueno para jugar a la defensiva — dice Spectrum — ¿Tienes algo que me sirva para la ofensiva?
El sacerdote rueda sus ojos ante dicho comentario, se da vuelta y de la mesa toma un revólver plateado para mostrárselo al agente.
— Bueno, finalmente hemos completado este prototipo. Aquí tienes la Jacobo 45. Si presionas el botón que tiene cerca del gatillo, la recámara del revólver se podrá alternar entre balas de plata, balas con ajo, balas celestiales y munición con agua bendita integrada — le indica el sacerdote. — Ten mucho cuidado con las balas celestiales, el material requerido para su fabricación es difícil de encontrar y son escasas, así que dales un uso inteligente. Por otro lado, tendrás tus habituales granadas gravitacionales y granadas con estacas.
— Fascinante, ustedes se esmeran cada vez más — comenta Spectrum con media sonrisa en su rostro — ¿Algo más?
— Si — el sacerdote toma una caja de cristal — Aquí tienes, tus nuevas gafas oscuras. Esta vez le incluimos visión nocturna, ultravioleta, térmica y S.O.N.A.R.[1]
— ¿Sonar, como los submarinos? — pregunta Spectrum.
— En efecto, Agente V. Procura hacer el cambio de tus gafas cuando estés a solas, para evitar cualquier incidente — le explica el sacerdote.
— Fantástico, la Navidad llegó antes a mi puerta por lo que veo.
Spectrum siente una vibración en su bolsillo. Saca su teléfono celular y ve que recibió la notificación que estaba esperando. El sacerdote ve una sonrisa sospechosa en el rostro del Agente V. Por alguna razón, sentía que el asunto también era de su incumbencia.
— Bueno, el día se acaba de poner mejor — dice Spectrum — El Triángulo ha aprobado mi equipo para mi Misión de Clase B y adivina quién será mi sacerdote.
— No, esto tiene que ser una broma — dice el reverendo.
— Lo puedes comprobar tú mismo.
El reverendo toma el celular del agente y así lo confirma.
— ¿Sacerdote aprobado: Harvey Spectrum? Sabes cómo detesto el trabajo de campo, Dany — se queja el reverendo.
— ¿Spectrum? Dany, ¿no es ese tu apellido? — pregunta Noel.
— Agente Lockward, te presento a mi padre, el Reverendo Harvey Spectrum. Será el sacerdote designado para el equipo y nos acompañará en Italia — dice Spectrum.
— ¿Nos?
— Escuchaste bien, serás mi refuerzo en esta tarea. Ya te dije, míralo como una pasantía, será entretenido.
El Agente V ahora se dirige a su padre.
— Empaca tus cosas, Jessica será nuestra piloto y Sean será el sastre designado. El avión nos estará esperando en la cubierta dentro de diez minutos.
[1] Navegación por sonido, similar al que utilizan los submarinos.
Dany y Noel suben a la parte trasera de la cubierta del RS-Tolquen. Todos los tripulantes alrededor despejan el área. En la medida que esperan, Spectrum percibe mucha duda en los ojos de Noel. — Te veo analítico — dice Spectrum — ¿Algo que quieras compartir conmigo? — Muchas dudas — responde Noel. — Para empezar, ¿por qué irnos en un avión si tu organización inventó la teletransportación? — Bueno, no es tan simple como lo ves en “Viaje a las Estrellas” — dice Spectrum. — Desmaterializar un cuerpo para volver a materializarlo en otro lugar es bastante complicado y peligroso, por eso solo lo hacemos de un punto específico a otro y no en cualquier lugar. Cada cápsula de transportación está conectada para hacer un viaje único desde su local hacia el barco de la I.P.I.A. que tenga asignado. — Bueno, lo entiendo, pero, ¿se supone que el jet nos va a recoger aquí? ¿Cómo piensan despegar si este barco no tiene las capacidades ni las dimensiones de un portaaviones? – pregunta Noel. — Ya v
Las estrellas de la noche decoran el reflejo de las quietas aguas de Venecia, mientras los agentes toman un bote para llegar hacia su destino. Spectrum, vestido con un traje negro de tres piezas, camisa rojo vino y corbata gris. Lockward le acompaña, vestido con un traje gris oscuro, camisa negra y corbata rosada. Encuentran a una Venecia festejando, los jóvenes corren por las calles, las parejas bailan desde los techos de los edificios y los fuegos artificiales resuenan en los cielos.— En cada esquina festejan como si fuera Año Nuevo — comenta el agente Lockward.— No debería sorprendernos, después de la pandemia, hasta el más sedentario quiere vivir la vida loca — responde Spectrum.— Eso es bueno, ¿no? — dice Lockward — A veces los tiempos difíciles nos enseñan a valorar más los placeres que nos perdíamos.— Eso depende, la alegría excesiva puede ser más peligrosa que la ira desmedida — dice Spectrum.— ¿Siempre eres el alma de las fiestas, Spectrum?— Me considero un observador e
Con extrema urgencia, el agente Lockward corre por las calles de Venecia detrás de la señorita Sadler. Entre el tumulto de personas, puede reconocer a una dama con vestido dorado, caminando recto. Avanza entre las personas como una lancha en un lago, mientras que Noel trata de seguirle el paso, como un pez escurridizo nadando entre las rocas. Puede escuchar que alguien llama el nombre de Teresa detrás suyo. Da un pequeño vistazo hacia su hombro y alcanza a ver a la asistente de Sadler, la señorita Suzan.— ¡Señorita, espere en el teatro! — le indica Noel. La señorita Suzan parece no escuchar y sigue el paso de Noel. A este punto, Noel se da cuenta que nunca podría alcanzar a Teresa entre tantas personas, por lo que decide improvisar. Gira levemente hacia su izquierda y corre hacia una de las casas. Sosteniéndose de las ventanas, el joven agente de la C.I.A. empieza a escalar. Con una sorprendente agilidad, logra subirse a los techos y continúa su persecución desde arriba. Despl
El grupo llega a una suite del Hotel Monaco & Grand Canal, donde están hospedadas Teresa y Suzan. Por fortuna, el hotel estaba relativamente cerca de la plaza San Marcos. La señorita Sadler ayuda a Spectrum a poner a Noel en la cama, cuya condición continúa empeorando. Suzan busca una toalla húmeda para colocársela en la frente al agente Lockward. Alguien toca la puerta de la habitación. Todos se ponen alerta, en especial Spectrum, quien saca su arma y la oculta en su espalda. Se acerca a la puerta y observa a través de la mirilla. Confirma que se trata del Padre Harvey. Inmediatamente, Dany le abre la puerta.— ¿Y este señor quién es? — pregunta Teresa.— Descuiden, es nuestro sacerdote — responde Spectrum.— Lo siento, vine tan rápido como pude — dice el sacerdote.— ¿Un sacerdote? ¡Un doctor es lo que necesita este muchacho! — dice Teresa.— Confíe, señorita Sadler, somos profesionales — dice Spectrum. A pesar de la confianza que muestra Spectrum en las capacidades de
A Noel le fue imposible conciliar el sueño el resto de la noche, sobre todo después de su conversación con el sacerdote, quien ya se había retirado de vuelta al Phantom. La puerta se abre y ve entrar al Agente Spectrum, vistiendo un impecable traje caqui de tres piezas, con camisa blanca y corbata azul marino, combinado con su pañuelo. Spectrum no se siente asombrado de ver que Noel ya se sienta mejor, pero sí le da curiosidad, pues según lo que había estudiado, sobrevivir a la bala de un Centinela de Thanandus tendría repercusiones mucho más severas. Al dormitorio también entran Teresa y Suzan, ambas vestidas con un estilo corporativo europeo, chaquetas azules, blusas blancas y faldas amarillas. Parecían estar uniformadas para un evento especial. Las damas se ven aliviadas al verificar la mejoría de Noel, pero a Teresa, más que nadie, le brillan los ojos de orgullo, pues el remedio que le había suministrado mostró sus resultados. — Veo que el Señor Oscuro no ha reclamado tu
La señorita Sadler y su asistente Suzan imparten una presentación de su negocio, en uno de los salones de eventos del hotel Bernini Palace en la ciudad de Florencia. Exponen la historia de la compañía, los beneficios del producto estrella y el plan de compensación para los consultores independientes, mientras mantienen una buena vibra en el ambiente con los invitados. Mientras tanto, los agentes Spectrum y Lockward vigilan todo el salón desde el balcón al fondo. Spectrum nota que Lockward ha estado inusualmente callado. — ¿En qué piensas? — pregunta Spectrum. — Pensaba en lo extraño que se sintió estar poseído por ese centinela — responde Noel. — Una parte de mí estaba levemente consciente, pero no tenía dominio de lo que hacía. Era como estar en una pesadilla. — Pero eso no fue lo único que sentiste, ¿cierto? — pregunta Spectrum, como si entendiera lo que su compañero describe. — Sentí su presencia en mí, era como montar un vehículo conducido por dos mentes — comenta
Ni hoteles ni residencias privadas. En esta ocasión, por órdenes y recomendaciones del Agente V, la señorita Sadler y Suzan se han quedado en el Phantom con la capitana Chambers y el resto del equipo, para descansar antes de su visita del día siguiente. Mientras tanto, Spectrum decide aprovechar la noche para infiltrarse en el laboratorio de Eternal en Milán. El acceso a la torre se encuentra limitado al cuerpo de seguridad y a unos pocos doctores que laboran en jornadas nocturnas. El nuevo cambio de turno en el equipo de vigilancia se haría dentro de media hora. La camioneta encargada de recoger al equipo entra al estacionamiento subterráneo y debajo de ella, se encuentra el Agente V. Una vez que la camioneta se estaciona, el agente se desmonta para adentrarse a las instalaciones. Viste un traje táctico negro, cuya visibilidad se adapta a la oscuridad del entorno, por lo que le conviene permanecer en las sombras. Porta unos zapatos con una mezcla de talco creada por su pa
Spectrum se da vuelta y se topa con una extraña persona que desconocía. Una mujer vestida con un traje de cuero negro de una sola pieza ceñido al cuerpo, desde los pies hasta la cabeza, cubriendo incluso su rostro. Cabello rojo ardiente, amarrado en una cola que le llega hasta la cintura. Zapatos rojos de tacones altos y un collar plateado que le llega hasta el pecho. Una dama con curvas mejor definidas que una pista de Fórmula 1 y que proyecta una personalidad dominante. A Spectrum le tomó varios segundos percatarse de que esta misma dama le estaba apuntando con un arma justo en la cara. — Señorita, no sé si rendirme o pedirle su número — comenta Spectrum, quien no se siente para nada intimidado con su imponencia. La mujer no responde, tan sólo baja su arma y da un paso hacia atrás. Spectrum reconoce la mirilla de su arma, correspondiente a un modelo que conoce, que emite un láser verde al apuntar. — Así que fuiste tú — dice Spectrum. — La que por poco me dispara cuand