Lana dejó sus pensamientos atrás cuando el sonido de aquellos berridos llamó su atención, cuando observó miró a tres chicos que golpeaban a un hombre y lo dejaban tendido sobre el suelo, robándose su cartera
—¡Ladrones! —gritó la chica y los hizo correr con rapidez por las vías del tren perdiéndose de su vista, ella se acercó y miró a aquel hombre, estaba tan malherido que le causó lástima, debía tener algunos cincuenta años, y su imagen le recordó a su padre, que murió diez años atrás, ella intentó ayudarlo, hasta que poco a poco el hombre recuperó la conciencia y la miró
—¿Un ángel? ¡Ay, no! ¿Me morí?
—No, está herido, lo asaltaron, ¿Cómo se siente?
—¡Ay! —el hombre se quejó amargo, olía a viejo alcohol, y se levantó con ayuda de esa jovencita
—Ah, no te preocupes, solo son unos golpes que me merezco por ser un borracho.
—No diga eso —dijo Lana con rapidez—. Nadie merece ser herido.
—Debo ir a Santana, ahí tengo mi casa y mi clínica, quién me manda a venir a Ovyu —dijo el hombre, ambos se sentaron en una banca
—Un médico debe verlo, sus heridas pueden ser de cuidado —dijo Lana
El hombre rio
—¿No es algo absurdo? ¡Yo soy médico!
Ella le miró atónita
—Venía a buscar a una señorita que me recomendaron para enfermera, pero, no quiso, nadie quiere con un sueldo tan bajo, y vivir en una vieja casa rodante, pero es todo lo que puedo ofrecer, atiendo una pequeña clínica rural, no puede hacerse más.
—¿Y es muy difícil ser enfermera? —exclamó ella
—En realidad, un poco, pero no busco que tenga experiencia, yo mismo voy a instruirla.
—¿En serio? ¡Yo puedo trabajar! No me importa el sueldo, mientras tenga donde vivir y algo que comer.
Él la miró atónito
—¿Tú? Pero, ¿Y tu familia?
—No, señor, yo no tengo a nadie.
—¿Y por qué confiarías en mí? ¿Por qué yo confiaría en ti? Una cara bonita no está exenta de maldad.
Lana sonrió
—Pues, yo no tengo nada que perder o ganar, y usted parece que tampoco.
Ambos se miraron, y él rio
—Me llamo Martin Luna
—Lana Randle —dijo extendiéndole la mano y aun secándole la sangre de una herida en su sien.
—Bueno, entonces, Lana, ¿Vendrás conmigo a Santana?
Ella asintió y fueron a comprar un pasaje de tren para irse a ese pueblo. Lana supo que quedarse ahí y volver a la casa de su madre, sería la peor de sus desgracias, cualquier salida, era mejor que esa.
Aaron Greene abrazaba a Lilian, estaban recostados en el lecho, y él la abrazaba a su pecho
—Ya quiero que vayamos a Mayrit, quiero comprar mi vestido de novia, quiero organizar nuestra gran boda.
Aaron asintió y sonrió con suavidad
—Hay que esperar, por lo menos tres meses, mamá acaba de morir, y sería cruel.
—Ella fue más cruel con nosotros, no lo olvides, querido.
Aaron estuvo de acuerdo
—Recuerda que solo será una ceremonia civil.
—¿Por qué, querido? Yo quiero casarme por la iglesia, como cualquier mujer.
—Bueno, lo siento, pero, ante la ley de Dios, sigo casado con Lana Randle, y siempre será así.
—¡Eso no es justo! ¡Esa desgraciada arruinó nuestros planes! ¡La detesto!
—Por favor, detente, Lilian, Lana Randle no es culpable de nada, en realidad, ella es la más víctima de todo esto.
—¿Ahora la vas a defender? —exclamó recelosa
—Es verdad, ella es víctima, incluso supe que sus hermanos la vendieron a mi madre, tuvo suerte, de no haber caído en manos de Dakota, pudo caer en peores manos, así que después de todo, le deseo algo bueno, no sé porque no aceptó el dinero, lo necesita, realmente ella, no merece tener una mala vida.
—¿Acaso piensas en buscarla, Aaron? Te recuerdo que es tu ex esposa, y no te quiero cerca de ella —sentenció rabiosa
—¿Estás celosa de Lana? —preguntó confundido
—¿Y por qué no? Fue la mujer que tu madre quiso para ti, además es joven y hermosa, cualquier hombre podría volverse loco por ella, no quiero que tú estés cerca de ella.
Aaron rio de Lilian y la abrazó
—Cariño, debo reconocerlo, sí, Lana es hermosa y joven, pero es una niña, nunca pude verla de otra forma.
—¿Juras que nunca pasó nada entre ustedes?
Aaron volvió a reír
—Lo juro, Lana para mí es solo una pequeña mujer, jamás pasó nada, si quiero ayudarla es solo porque su situación me parece penosa —dijo Aaron
Al llegar a Santana, el doctor Martin, mostró a Lana la clínica de Luna, era un lugar precario y pequeño, a la intemperie, en medio del bosque y el río rivera, luego el doctor le mostró la casa rodante donde ella viviría, pues él habitaba en la clínica, ella miró el lugar, no era tan malo después de todo, incluso pensó que estaría mejor y en paz, que en la gran mansión Greene, ella comenzó a limpiar el lugar y hacerlo su nuevo hogar.
Al día siguiente, Lana despertó temprano para aprender del doctor Martin Luna, Martin observó que la chica tenía vocación de servicio, y que aprender le sería fácil, pronto el hombre le enseñó todo lo que ella necesitaría aprender para trabajar en su clínica.
Pasaron dos meses, faltaba solo un mes para la boda de Aaron y Lilian, fueron a Mayrit, y la mujer compró un hermoso vestido de novia, tenían todo listo para por fin unirse en matrimonio el siguiente mes, estaban emocionados, Lilian soñaba con ser la gran esposa de Aaron Greene, incluso querían unir las empresas familiares, aunque eran antiguas competencias, las tierras fértiles de los Greene cultivaban manzanas, kiwis y arándanos, y exportaban por todo el Mediterráneo, llevaban ventaja como la número uno no solo de Esla, sino del país entero, pero unir las empresas, podría ayudar también a la familia de Lilian.
Viajaban en auto, y les faltaba poco para llegar a Esla, ella sujetó su mano, mientras sonreía
—¡Soy tan feliz, querido, pronto estaremos juntos, unidos hasta que la muerte nos separe! —ella miró su sortija rutilante
Aaron bajó la velocidad para tomar las curvas de la carretera, pero nunca se imaginó que mientras viniera un tráiler de un lado, un tonto automovilista se le ocurriera invadir el carril contrario, sin percatarse, cuando Aaron frenó, aquel auto no lo hizo y los impactó de frente, con tal fuerza que todo se volvió penumbras.
«Aaron soñaba que caminaba descalzo por la playa, no sabía en donde estaba, pero el cielo parecía cubierto de un atardecer rojizo, la arena era de un dorado, y era un lugar que no conocía, de pronto vio a su madre, detenida, se acercó a ella con tal rapidez, como si no pudiera recordar nada—¡Madre! Estás aquí, ¡Volviste! —dijo y se arrojó a sus brazos como si fuera un niño pequeño en busca de un consuelo, su madre lo sostuvo u tiempo entre sus brazos y luego lo apartó sosteniendo su rostro entre sus manos—Cariño, ya debes volver —dijo ella y él no entendió —Perdóname, madre, fui muy grosero contigo, yo…Ella siseó con ternura en sus ojos, y él sintió paz —Está bien, cariño, no importa, debes volver, promete que serás fuerte, promete que lo harás bien.Aaron no pudo decir nada, porque de pronto, todo se volvió penumbras para él»—¡Ayuda! —exclamó asustado, moviéndose con rapidez, sentía dolor en todo su cuerpo, se sentía tan exhausto, pero no veía nada, y sabía que debía estar desp
Tres años después.Lana salió del quirófano, hacia el cuarto de enfermeras de descanso, se quitó la ropa médica, y se lavó las manos, desinfectándolas, miró el reloj, casi finalizaba su turno, estaba tan agotada, no había dormido bien los últimos días—Buen trabajo —dijo el doctor Pereyra y no dudó en acercarse a Lana—. Lana, te llevo a casa.—No, gracias, doctor, no es necesario.—¡Doctor! —exclamó la señorita Dean con una voz alarmante—. ¡Llegaron pacientes heridos, uno de gravedad! Necesita cirugía.El doctor Pereyra abandonó todo lo que hacía y salieron de prisa.Lana siguió en lo suyo, dispuesta a irse.Caminó por el pasillo, observando como llevaban al paciente más grave a urgencias, donde el doctor Pereyra ingresaba para operar, luego vio por el otro pasillo a dos hombres ser trasladados, de pronto se quedó detenida, como congelada—¿Qué pasa? ¿Nos vamos? —exclamó su amiga MelanieLana se quedó pensativa, como si tuviera un mal presentimiento, pero luego aceptó, salieron del ho
Lana caminaba de prisa y cuando estuvo a punto de llegar, miró a dos guardias delante de la puerta de la habitación vip, aquella habitación era especial, solo los pacientes más acaudalados económicamente podrían tener acceso a ese lugar, y eran los primeros en ser atendidos. Ella se detuvo para echar un vistazo al estado clínico«Paciente de treinta y dos años, con ceguera total, lesión superficial por instrumento punzocortante en accidente automovilístico y herida superficial en la frente» De pronto, leyó el nombre del paciente y sintió un vértigo que la hizo sostenerse de la pared, haciendo caer el expediente al suelo, provocando las miradas intrigantes de los guardias, sintió que su mundo colapsaba, que estaba a merced de un descontrol emocional«¡Dios mío! No puede ser» pensó tan impactada, sintió que sus manos temblaban de estuporLana se apuró en levantar de nuevo el expediente y volver a leer el nombre del paciente, ¿Acaso podría ser un homónimo? No podía creerlo, ¿Cuántos Aar
—¿Qué pasa, querida? Sé que estás ahí, puedo oler tu perfume de rosas, puedo sentir tu respiración tan irregular, ¿Acaso me tienes miedo, Lana? —preguntó con una mofa en su voz y su actitud que no le pasó desapercibida, estaba convencido de que ella temía de él, pero le agradaba el pensarlo, la recordó bien, antes, cuando solo era una niña asustada siempre frente a él, recordó aquel beso en la noche de bodas, eso volvió a su mente sin poder evitarlo y le pareció que de todos sus recuerdos con ella, ese era el mejor de todos. Ella le miró tan impactada, tragó saliva —Debo curarlo, por favor, déjeme hacer mi trabajo —sentenció como si estuviera desesperada Aaron sonrió con algo de maldad, ella pudo verla reflejada en su rostro, pero no pudo huir de él —Dime, ¿Estás feliz de verme así? ¿Estás contenta de verme destruido? ¡De verme como un miserable! —gritó tan fuerte que Lana sintió terror, se alejó unos pasos y de pronto tocaron a la puerta y entraron —Buenos días, señor Greene, soy
Lana se soltó de su agarre con ímpetu, aún tenía la mirada perpleja ante su petición—¡¿Qué dice?! ¿Acaso se escuchó? ¡Yo no vuelvo con usted, jamás! Nunca volvería a ser su ave de presa, así que no vuelva a hacerme propuestas absurdas.—Todo tiene un precio, Lana, mi madre te llegó al precio tiempo atrás, pero incluso si ahora te cotizas muy caro, estoy seguro de que puedo pagar por él.Ella se acercó a él, de verdad quería golpearlo, pero no podría, él solo era ahora un hombre discapacitado, ella no podía hacer algo así, y faltar a su ética profesional, le miró severa, con ojos bien pequeños—Yo no tengo ningún precio, sepa de una vez, soy una enfermera profesional, soy una mujer independiente, tengo mi propio hogar, mi propio dinero, yo no nece
Lana estaba al lado de Terry, habían degustado un helado de fresa y miraban el precioso día, sintiendo la brisa marina sobre sus cabellos —¿Qué harás ahora? —Buscar trabajo, nunca he tenido miedo de hacerlo, sé que lo conseguiré. Terry sonrió —Lo harás, sé que lo harás bien. —No me dijiste a que te dedicas. —Bueno, soy ingeniero agrónomo, he estado trabajando en una exportadora, y me va muy bien —de pronto él tomó su mano y miró sus ojos—. No te preocupes por nada, Lana, yo estoy aquí, incluso, si necesitas dinero, yo puedo prestarte. Ella se alejó de pronto, y sonrió —No, claro que no, recién nos conocemos, y yo no quiero que pienses que soy una aprovechada o algo por el estilo. —Nunca lo pensaría, de verdad, lo veo en tus ojos, sé que no eres mala, de hecho, creo que eres la persona más buena que he conocido en toda mi vida. Ella bajó la mirada con un rubor que cubría sus mejillas —Debo irme, se hace tarde, y debo comenzar a arreglar todo, porque mañana buscaré un trabajo.
Damiana esperaba en la camioneta, tenía el aire acondicionado para refrescarse, música, pero veía por la ventana a Alex Donovan, que platicaba con unos tipos en una zona del pueblo bastante pobre, ella solo los miraba intrigada Alex observaba a Mauro, que era el hermano mediano de Lana Randle —¿Y entonces su hermana no los visita? —¡Esa ingrata! Casi nunca, pero cada mes envía plata para mamá, eso sí, muy puntual, no creas que una gran cantidad, pero sí son buenos euros, ¿Y ahora? ¿Por qué te interesa tanto mi hermanita? No me digas que al señor Greene de nuevo le ha interesado. —En realidad, no lo sé, Mauro, parece que se la encontró, y de algún modo le despertó algo de interés. —¿Y cómo la vio? ¿Qué no está ciego? —dijo Mauro y junto a su hermano mayor Archibald, se empezaron a reír, pero Alex los miró con ojos pequeños y tuvieron que callarse —Bueno, basta, el patrón solo quería saber si la chica estaba bien. —Pues sí, eh, parece que sí. —¿Y no tiene algún noviecillo que le
Damiana le contaba todo a Alex Donovan, sobre la actitud de su hermano al despertar —Actuaba como un loco, más loco que nunca. Larissa la miraba enojada —Deja de hablar así de nuestro hermano. —¡Tú, cállate, mojigata! Larissa bajó la mirada al escuchar como la llamaba y delante de Alex Donovan, por quien Larissa siempre había sentido respeto y admiración. —Ahí viene su hermano. —¡Alex! —Aquí estoy, Aaron. —Vámonos. —¿A dónde van? —cuestionó Damiana —¡Qué te importa! —exclamó Aaron con fastidio y Damiana lo miró enojada. Lana se dirigía al consultorio del doctor Pereyra, él la llamó hace unas horas, pidiendo poder hablar de una propuesta laboral, y también para explicar lo sucedido, aunque ella titubeó, al final decidió hacerlo, necesitaba una carta de recomendación para el trabajo. Cuando llegó, la asistente del doctor, le dijo que podía pasar al consultorio, que él la estaba esperando y ella ya se iba a comer, ella la vio irse, y tocó la puerta —Adelante —dijo el hombre,