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Anne lo miró con desprecio, lo odiaba, no era más la persona que conoció, y que consideró ser un gran amigo, casi de su familia, estaba decepcionada. Él tomó su brazo, estaba nervioso, enfurecido, quería retenerla, pero, no sabía como hacerlo. —¡Anne, Escúchame, ¡te han mentido! No es así... —dijo con nerviosismo —¡Mientes! Ahora puedo verte sin máscaras, Daniel, solo eres un narcisista que me ha usado, pero veo lo cruel que eres, ¿Secuestrar a un bebé? Eso es lo peor que has podido hacer. Ahora puedes irte al demonio, no traje dinero, solo vine a decirte que te vayas al infierno —exclamó rabiosa Anna intentó alejarse, el hombre de pronto le dio un empujón al guardia haciéndolo a caer. Tomó a Anne de la cintura, acerándola a él, la miraba con ojos severos, crueles, había rencor en su mirada, ella sintió escalofrío. —¡Yo te amaba! Más de lo que nadie te pudo amar, ¿Por qué me haces esto? Preferiste cambiarme por el maldito de Felipe Anjou, él te engañó, te humilló y lo perdonaste,
Llegaron a casa, Anne se enteró sobre la muerte de Daniel Higareda, estuvo triste, por varios días, pensó en como la vida a veces dirigía a las personas a destinos que nunca imaginaron llegar, pero Anne también tuvo claro que, en la vida, uno elige su propio camino, y Daniel eligió que rumbo seguir, uno sin retorno, un camino erróneo que lo llevó a encontrar su final. Anne y Felipe llevaron a Matías al lago, querían contarle al fin ese secreto que estaban guardando solo para él. Matías estaba feliz, volaba cometas, jugaba con papá a la pelota, subieron a un vote y luego también nadaron. Luego hicieron un picnic —Matías, papá y yo tenemos una noticia para ti, una hermosa noticia. —¿Mami? —¿Te acuerdas de que nos pediste el otro día? Matías se quedó pensativo, con carita angelical —¡Un hermanito! —¡Sí! Ya llamamos a la cigüeña, y estaba muy ocupada para traernos un bebé, pero… la cigüeña nos dio una semillita para que mamá la comiera, y así, mamá nos hará el gran y maravilloso f
Dos años después. Lana estaba cortando el pastel, mientras los niños iban y pedían un poco más. Miró de lejos a Archi y a Larissa con sus gemelos que no dejaban de jugar con ellos, Archi se acercó y besó a Larissa, eran tan felices, Lana sabía que lo eran, lo veía todo el tiempo. Luego miró a Alex y Jazmín, Alex tenía cargada a la pequeña Esmeralda de un año, era su tesoro, parecían tan felices, Alex no tenía ojos para nadie más. Lana deseaba que así fuera. Luego miró a Anne y Felipe, estaban abrazados, besándose, mientras sus hijos jugaban con los suyos. Matías corrió con Lana, y la miró. —Lana, ¿Yo puedo casarme con Mariana cuando sea grande? Los ojos de Aaron se abrieron casi con terror, gritó a Felipe, y él junto a Anne se acercó a ellos. —Escucha lo que dice Matías. Me va a dar un soponcio. —¿Qué pasa, cariño? —Papi, que yo me quiero casar con Mariana cuando sea grande. Felipe se echó a reír. —Ah, todo es muy gracioso, hasta que te dicen que Aitana se casará. Felipe b
Por Felipe Despierto, es antes del alba, me levantó y admiró a mi esposa a mi lado. Sonrío, la observo, es la mujer más hermosa de este planeta, acaricio sus cabellos. Recuerdo el pasado, todos los días lo hago, no es una tortura, al contrario, me acuerdo del mal que hice, que soy afortunado de estar aquí. Tuve suerte de curar su roto corazón, tuve suerte de ganar la batalla contra el rencor y el odio. Me perdonó, cada día me demuestra su amor, y doy todo de mí, porque siempre quiero demostrarle que su decisión fue la correcta. Quiero que sepa que soy ese hombre al que debe amar. Mi mujer me enseña que todo se puede vencer, su amor, su ternura desarmaron mis miedos. Ella ha estado conmigo, buenas y malas, somos más que una pareja, más que una familia, la misma alma, el mismo corazón latiendo. No hay imposibles para Anne, ella es mi inspiración para ser mejor cada día. Cada te amo me da la fuerza para seguir adelante. La adoro, porque si esto no es amor, ¿Qué mas puede ser? Ella l
—Firma estos papeles —espetó Aaron Greene, su marido, ella arrugó el gesto, confusa, levantó la vista y miró a aquella mujer ahí, tragó saliva la conocía bien del día de la boda, ella estuvo ahí, era la novia a quien ella reemplazó por orden de la difunta Dakota Greene Bermalt, bajó la mirada y tomó el documento, de pronto al leerlo se turbó«Acuerdo de divorcio» Lana sintió que sus manos temblaban, alzó la vista y lo miró con desconcierto—Esto es…—Sí, Lana, esto es el divorcio, me estoy deshaciendo al fin de ti, mi madre está muerta, ayer fue su entierro, pero no pienses que aún te tendré a mi lado, no cuando por fin, puedo estar con la única mujer que amo —Aaron alzó la mano y Lilian Paz tomó la suya, mientras sonreía con un gesto de felicidad absoluta, ella bajó la mirada, pocas veces en su vida había sentido tal sensación de ser humillada, pero debía reconocer, que así era la vida.Aaron Greene nunca la amó, ella solo entró a su vida como si fuera un polizonte entrando a un barc
Lana caminaba por el pueblo, llevando su valija, no sabía a donde iría, ni que destino le esperaba, pero algo tenía claro, no quería volver a casa, nunca quería volver al lado de su irresponsable madre, ni de sus crueles hermanos, que sin contemplaciones la habían vendido a Dakota Greene, como si ella fuera un caballo o un cerdo al matadero, su vida era triste, eran muy pobres, tanto que casi nunca tenían para comer, sus hermanos eran solo unos delincuentes que robaban aquí y allá, cualquier cosa para comer, para sobrevivir, pero cuando al fin Lana fue mayor, sin contemplaciones buscaron a quien venderla, a veces Lana se alegraba de haber encontrado a Dakota, porque de no ser vendida a ella, pudo acabar como una prostituta, se sentó esperando el tren, iba a comprar un boleto, apenas tenía algo de dinero, cuando bajó la mirada, y recordó aquel día en que fue su boda«Flashback:Tres meses antes—¡Vamos niña, muévete! —exclamó Dakota, caminando a toda prisaLana llevaba ese vestido que
Lana dejó sus pensamientos atrás cuando el sonido de aquellos berridos llamó su atención, cuando observó miró a tres chicos que golpeaban a un hombre y lo dejaban tendido sobre el suelo, robándose su cartera—¡Ladrones! —gritó la chica y los hizo correr con rapidez por las vías del tren perdiéndose de su vista, ella se acercó y miró a aquel hombre, estaba tan malherido que le causó lástima, debía tener algunos cincuenta años, y su imagen le recordó a su padre, que murió diez años atrás, ella intentó ayudarlo, hasta que poco a poco el hombre recuperó la conciencia y la miró—¿Un ángel? ¡Ay, no! ¿Me morí?—No, está herido, lo asaltaron, ¿Cómo se siente?—¡Ay! —el hombre se quejó amargo, olía a viejo alcohol, y se levantó con ayuda de esa jovencita—Ah, no te preocupes, solo son unos golpes que me merezco por ser un borracho.—No diga eso —dijo Lana con rapidez—. Nadie merece ser herido.—Debo ir a Santana, ahí tengo mi casa y mi clínica, quién me manda a venir a Ovyu —dijo el hombre, am
«Aaron soñaba que caminaba descalzo por la playa, no sabía en donde estaba, pero el cielo parecía cubierto de un atardecer rojizo, la arena era de un dorado, y era un lugar que no conocía, de pronto vio a su madre, detenida, se acercó a ella con tal rapidez, como si no pudiera recordar nada—¡Madre! Estás aquí, ¡Volviste! —dijo y se arrojó a sus brazos como si fuera un niño pequeño en busca de un consuelo, su madre lo sostuvo u tiempo entre sus brazos y luego lo apartó sosteniendo su rostro entre sus manos—Cariño, ya debes volver —dijo ella y él no entendió —Perdóname, madre, fui muy grosero contigo, yo…Ella siseó con ternura en sus ojos, y él sintió paz —Está bien, cariño, no importa, debes volver, promete que serás fuerte, promete que lo harás bien.Aaron no pudo decir nada, porque de pronto, todo se volvió penumbras para él»—¡Ayuda! —exclamó asustado, moviéndose con rapidez, sentía dolor en todo su cuerpo, se sentía tan exhausto, pero no veía nada, y sabía que debía estar desp