Por Felipe Despierto, es antes del alba, me levantó y admiró a mi esposa a mi lado. Sonrío, la observo, es la mujer más hermosa de este planeta, acaricio sus cabellos. Recuerdo el pasado, todos los días lo hago, no es una tortura, al contrario, me acuerdo del mal que hice, que soy afortunado de estar aquí. Tuve suerte de curar su roto corazón, tuve suerte de ganar la batalla contra el rencor y el odio. Me perdonó, cada día me demuestra su amor, y doy todo de mí, porque siempre quiero demostrarle que su decisión fue la correcta. Quiero que sepa que soy ese hombre al que debe amar. Mi mujer me enseña que todo se puede vencer, su amor, su ternura desarmaron mis miedos. Ella ha estado conmigo, buenas y malas, somos más que una pareja, más que una familia, la misma alma, el mismo corazón latiendo. No hay imposibles para Anne, ella es mi inspiración para ser mejor cada día. Cada te amo me da la fuerza para seguir adelante. La adoro, porque si esto no es amor, ¿Qué mas puede ser? Ella l
—Firma estos papeles —espetó Aaron Greene, su marido, ella arrugó el gesto, confusa, levantó la vista y miró a aquella mujer ahí, tragó saliva la conocía bien del día de la boda, ella estuvo ahí, era la novia a quien ella reemplazó por orden de la difunta Dakota Greene Bermalt, bajó la mirada y tomó el documento, de pronto al leerlo se turbó«Acuerdo de divorcio» Lana sintió que sus manos temblaban, alzó la vista y lo miró con desconcierto—Esto es…—Sí, Lana, esto es el divorcio, me estoy deshaciendo al fin de ti, mi madre está muerta, ayer fue su entierro, pero no pienses que aún te tendré a mi lado, no cuando por fin, puedo estar con la única mujer que amo —Aaron alzó la mano y Lilian Paz tomó la suya, mientras sonreía con un gesto de felicidad absoluta, ella bajó la mirada, pocas veces en su vida había sentido tal sensación de ser humillada, pero debía reconocer, que así era la vida.Aaron Greene nunca la amó, ella solo entró a su vida como si fuera un polizonte entrando a un barc
Lana caminaba por el pueblo, llevando su valija, no sabía a donde iría, ni que destino le esperaba, pero algo tenía claro, no quería volver a casa, nunca quería volver al lado de su irresponsable madre, ni de sus crueles hermanos, que sin contemplaciones la habían vendido a Dakota Greene, como si ella fuera un caballo o un cerdo al matadero, su vida era triste, eran muy pobres, tanto que casi nunca tenían para comer, sus hermanos eran solo unos delincuentes que robaban aquí y allá, cualquier cosa para comer, para sobrevivir, pero cuando al fin Lana fue mayor, sin contemplaciones buscaron a quien venderla, a veces Lana se alegraba de haber encontrado a Dakota, porque de no ser vendida a ella, pudo acabar como una prostituta, se sentó esperando el tren, iba a comprar un boleto, apenas tenía algo de dinero, cuando bajó la mirada, y recordó aquel día en que fue su boda«Flashback:Tres meses antes—¡Vamos niña, muévete! —exclamó Dakota, caminando a toda prisaLana llevaba ese vestido que
Lana dejó sus pensamientos atrás cuando el sonido de aquellos berridos llamó su atención, cuando observó miró a tres chicos que golpeaban a un hombre y lo dejaban tendido sobre el suelo, robándose su cartera—¡Ladrones! —gritó la chica y los hizo correr con rapidez por las vías del tren perdiéndose de su vista, ella se acercó y miró a aquel hombre, estaba tan malherido que le causó lástima, debía tener algunos cincuenta años, y su imagen le recordó a su padre, que murió diez años atrás, ella intentó ayudarlo, hasta que poco a poco el hombre recuperó la conciencia y la miró—¿Un ángel? ¡Ay, no! ¿Me morí?—No, está herido, lo asaltaron, ¿Cómo se siente?—¡Ay! —el hombre se quejó amargo, olía a viejo alcohol, y se levantó con ayuda de esa jovencita—Ah, no te preocupes, solo son unos golpes que me merezco por ser un borracho.—No diga eso —dijo Lana con rapidez—. Nadie merece ser herido.—Debo ir a Santana, ahí tengo mi casa y mi clínica, quién me manda a venir a Ovyu —dijo el hombre, am
«Aaron soñaba que caminaba descalzo por la playa, no sabía en donde estaba, pero el cielo parecía cubierto de un atardecer rojizo, la arena era de un dorado, y era un lugar que no conocía, de pronto vio a su madre, detenida, se acercó a ella con tal rapidez, como si no pudiera recordar nada—¡Madre! Estás aquí, ¡Volviste! —dijo y se arrojó a sus brazos como si fuera un niño pequeño en busca de un consuelo, su madre lo sostuvo u tiempo entre sus brazos y luego lo apartó sosteniendo su rostro entre sus manos—Cariño, ya debes volver —dijo ella y él no entendió —Perdóname, madre, fui muy grosero contigo, yo…Ella siseó con ternura en sus ojos, y él sintió paz —Está bien, cariño, no importa, debes volver, promete que serás fuerte, promete que lo harás bien.Aaron no pudo decir nada, porque de pronto, todo se volvió penumbras para él»—¡Ayuda! —exclamó asustado, moviéndose con rapidez, sentía dolor en todo su cuerpo, se sentía tan exhausto, pero no veía nada, y sabía que debía estar desp
Tres años después.Lana salió del quirófano, hacia el cuarto de enfermeras de descanso, se quitó la ropa médica, y se lavó las manos, desinfectándolas, miró el reloj, casi finalizaba su turno, estaba tan agotada, no había dormido bien los últimos días—Buen trabajo —dijo el doctor Pereyra y no dudó en acercarse a Lana—. Lana, te llevo a casa.—No, gracias, doctor, no es necesario.—¡Doctor! —exclamó la señorita Dean con una voz alarmante—. ¡Llegaron pacientes heridos, uno de gravedad! Necesita cirugía.El doctor Pereyra abandonó todo lo que hacía y salieron de prisa.Lana siguió en lo suyo, dispuesta a irse.Caminó por el pasillo, observando como llevaban al paciente más grave a urgencias, donde el doctor Pereyra ingresaba para operar, luego vio por el otro pasillo a dos hombres ser trasladados, de pronto se quedó detenida, como congelada—¿Qué pasa? ¿Nos vamos? —exclamó su amiga MelanieLana se quedó pensativa, como si tuviera un mal presentimiento, pero luego aceptó, salieron del ho
Lana caminaba de prisa y cuando estuvo a punto de llegar, miró a dos guardias delante de la puerta de la habitación vip, aquella habitación era especial, solo los pacientes más acaudalados económicamente podrían tener acceso a ese lugar, y eran los primeros en ser atendidos. Ella se detuvo para echar un vistazo al estado clínico«Paciente de treinta y dos años, con ceguera total, lesión superficial por instrumento punzocortante en accidente automovilístico y herida superficial en la frente» De pronto, leyó el nombre del paciente y sintió un vértigo que la hizo sostenerse de la pared, haciendo caer el expediente al suelo, provocando las miradas intrigantes de los guardias, sintió que su mundo colapsaba, que estaba a merced de un descontrol emocional«¡Dios mío! No puede ser» pensó tan impactada, sintió que sus manos temblaban de estuporLana se apuró en levantar de nuevo el expediente y volver a leer el nombre del paciente, ¿Acaso podría ser un homónimo? No podía creerlo, ¿Cuántos Aar
—¿Qué pasa, querida? Sé que estás ahí, puedo oler tu perfume de rosas, puedo sentir tu respiración tan irregular, ¿Acaso me tienes miedo, Lana? —preguntó con una mofa en su voz y su actitud que no le pasó desapercibida, estaba convencido de que ella temía de él, pero le agradaba el pensarlo, la recordó bien, antes, cuando solo era una niña asustada siempre frente a él, recordó aquel beso en la noche de bodas, eso volvió a su mente sin poder evitarlo y le pareció que de todos sus recuerdos con ella, ese era el mejor de todos. Ella le miró tan impactada, tragó saliva —Debo curarlo, por favor, déjeme hacer mi trabajo —sentenció como si estuviera desesperada Aaron sonrió con algo de maldad, ella pudo verla reflejada en su rostro, pero no pudo huir de él —Dime, ¿Estás feliz de verme así? ¿Estás contenta de verme destruido? ¡De verme como un miserable! —gritó tan fuerte que Lana sintió terror, se alejó unos pasos y de pronto tocaron a la puerta y entraron —Buenos días, señor Greene, soy