Capítulo 408
Aunque Talia no conocía a Daniel ni sabía su relación con Lucía, nada podía detener su impulso de desahogarse con quien fuera.

Después del almuerzo, los tres volvieron al laboratorio.

Talia suspiró con las manos en la cintura: —Es espacioso, sí, pero qué difícil es limpiarlo, ay...

De repente...

—¿Este es el C116?

Dos personas de limpieza aparecieron en la puerta con sus utensilios.

—...¿Eh? Sí, este es el C116, ¿necesitan algo?

—¡Entonces empecemos!

La otra señora asintió y ambas se pusieron manos a la obra inmediatamente.

Talia parpadeó: —...Señoras, ¿no se habrán equivocado de lugar?

—No, es el C116. Administración nos envió a limpiar.

¿Administración?

Talia y Lucía miraron a Carlos: ¿fuiste tú?

Él negó con la cabeza.

¿Cómo iba a tener él ese poder?

—¿Quién habrá sido? No le dijimos a nadie que vendríamos a limpiar hoy. Bah, qué más da, me han salvado la vida...

Se sentó en una silla y abrió una bolsa de papas fritas.

No solo comió ella, sino que les ofreció a Lucía y Carlos.

Lucía
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