¡Auch!Sentí como mi brazo comenzaba a dolerme, pero el dolor físico más fuerte estaba en mi cabeza.Estaba en el suelo de la habitación de Mélie junto a la cama.— ¿Qué pasó? — pregunté agitado sin entender porqué estaba acá.— Te caíste, tonto — dijo Adele riendo.Lo último que recordaba de la noche anterior era que habíamos buscado un par de botellas de alcohol para olvidar lo que sucedió con Nathan y Chloe.Nathan y Chloe.Hice una mueca de dolor.— Necesito algo para este dolor de cabeza.Amélie me tendió unas aspirinas.— Oh, gracias.— ¿Qué hora es? — preguntó Lucas que estaba en la cama viendo el techo.Tomé mi celular y vi la hora.— Las 1:43 pm. — dije encogiéndome de hombros.— ¡¿QUÉ?! — exclamaron los tres martillando mis oídos.— Si, ¿cuál es él problema? — pregunté poniendo los brazos detrás de mi cabeza.— Se suponía que tenía que llegar temprano a casa — Adele me miró preocupada.Abrí mucho los ojos alarmado.Los suegros me matarán.— Yo tenía que ir a ver a mamá — dij
— Yo prefiero el hot dog, en serio es perfecto.— ¿Perfecto? — pregunté indignado — Perfecta es una hamburguesa con doble carne y tocino.Estábamos sentados en el centro comercial, ella disfrutaba de su perro caliente y yo de mi amada hamburguesa. Ambos esperábamos que Lucas y Amélie terminaran de comprar sus comidas.— Esos son tus gustos — Adele se encogió de hombros — Son terribles, pero son tuyos.— ¡Oye! No son terribles — hice un puchero.Ella rió.— Siempre lo han sido, Adam. Te doy un ejemplo: Chl... olvídalo.Iba a decir su nombre pero se detuvo, seguramente por lástima.— Dilo — hablé — Di Chloe, di que fui un tonto por enamorarme de ella.— No fuiste un tonto, Adam — Adele se acercó a mí y tomó mi mano tomándome por sorpresa — El corazón no elige. No eres culpable de enamorarte de alguien, eres valiente.Sonreí.— Aunque ella es una... — siguió diciendo pero se interrumpió.— ¡Dilo! — reí al ver cómo era tímida hasta para insultar — Insúltala. Eso te liberará un poco.— Es
El instituto.Es una de las etapas más importantes de la vida. Donde pasamos por cosas buenas y por otras no tan buenas. Donde descubrimos el amor y la verdadera amistad, donde reímos y también lloramos, donde blah, blah, blah y blah.— Esto es aburrido, mamá. — me quejé entregándole el libro de autoayuda y motivación que me había prestado.— Es... inspirador, hijo — dijo con una sonrisa.— Me inspira a dormir. Tengo que irme, se me hace tarde.— Adiós, bebé.Besé su mejilla y corrí a mi camioneta.Una de las cosas que más amaba en mi vida.Era un Jeep, Cherokee Liberty, plateado con unos rines y neumáticos nuevos que había mandado a cambiar la semana pasada.Una belleza.<
Ojos cafés.No eran azules, ni verdes, ni grises. Sólo eran unos simples ojos cafés; pero los más hermosos que había visto en mi vida.¿Por qué pensaba en eso? Yo nunca me había fijado en los ojos de una chica. Debería estar pensando en fiestas o cualquier otra cosa.— Hey, hermano, ¿qué pasa? — me preguntó Nathan golpeando mi hombro — Nunca habías estado más de cinco minutos sin contar un chiste.— Sabía que en el fondo amabas mis chistes — comenté.— Muy en el fondo.Estábamos caminando por los pasillos.La campana sonó indicando que debíamos entrar a nuestra siguiente clase.Entramos y v
NARRA ADELE¿Por qué? ¿Por qué?Tengo años tratando de ser invisible en este instituto y no quiero llamar la atención justo en el último año.Y para ayudarme a no llamar la atención me pusieron a Adam Martínez, uno de los chicos más populares como compañero.Prefiero a mi antiguo compañero Lucas que casi ni hablaba y parecía que odiara a todo el resto del universo.Y justo por Chloe, esa rubia hueca no me caía nada bien.Recuerdo la única vez que habíamo
El timbre sonó indicando que se habían acabado las clases por hoy.Corrí hacia el estacionamiento.Estaba emocionado por ver a la chica tímida. Ella me agradaba.En el camino me tropecé con Chloe.— Lo siento — digo sujetándola de los brazos para que no cayera.— Siempre tan despistado — dijo rodando los ojos.Ella acomodó su rubio y rizado cabello dejándolo caer sobre su hombro.¡Qué guapa!<
Fui al depósito que era una habitación grande donde guardábamos desde comida hasta herramientas.Tomé el botiquín de primeros auxilios y me dirigí a mi habitación, pero a mitad de camino regresé a la cocina, tomé un bote grande de helado de chocolate y subí.Cuando estaba llegando a mi habitación escuché una dulce y baja voz cantando una canción de Fall Out Boy.Su voz era hermosísima, como la de un ángel. Nunca antes había escuchado una voz como la de ella.— Hey.Di un respingo y vi a Christopher, mi primo hermano, caminar hasta ponerse frente a mí.— ¿Quién es? — me preguntó señalando a la puerta de mi habitación.&nbs
— ¡Yo quiero estar contigo, vivir contigo, bailar contigo, tener contigo una noche loca! ¡Y besar tu boca! — canté en español a todo pulmón por los pasillos del instituto de camino a la cafetería.— ¡Martínez! ¡Silencio! — me reprendió el director que pasaba por el pasillo también.El director es un anciano de unos 50 años, lo suficientemente viejo para llamarlo fósil. Tan amargado que su rostro está completamente lleno de arrugas por siempre tener el ceño fruncido. Pero a pesar de todo era un buen hombre, lo conocía muy bien por tantas veces que había ido a su oficina de dirección y por todas las reuniones familiares. El director es mi tío, o mi tiastro o como se le diga al hermano mayor de mi padrastro. Tal vez esa era la razón por la cual no me habían expulsado