¡Rinnng! ¡Rinnng! ¡Rinnng! Lorenzo seguía pegado al bendito teléfono tratando de comunicarse con Fiorella, pero todo era en vano, ella no contestaba. De pronto escuchó a alguien arrastrando unas maletas y se giró para mirar. Carmina venía bajando las escaleras con su equipaje, luchando por irse a botes con el peso.
— Señorita Carmina, ¿A dónde va?
— ¡Me largo de este lugar! Pensé que relacionarme con la familia Romano me traería renombre, que impulsaría mis negocios y me haría ver bien conectada, pero sinceramente, ¡Esta gente está loca, todos ellos! No puedo seguir aquí, de hecho, si se enteran los medios de que estuve hoy en la mansión, el escándalo hará que mi negocio sufra perdidas, ¡Debo alejarme de esta casa de Francesco!
— Pensé que lo quería… — Lorenzo lo di
— Ginevra… ¡Entréguenos al niño! — Russo fue el primero en hablar, avanzó lentamente luego de soltar la mano de Allegra y mantener a sus hombres a raya.— No den un paso más, ¡O juro que lo lanzaré por el risco!— ¡No! Ginevra, has lo que quieras conmigo pero déjalo ir, ¡Te lo ruego! — Allegra imploró peo no pudo dar ni un solo paso porque Russo la mantuvo a raya.Ginevra se rio nerviosamente mientras sujetaba al niño que se revolvía con fuerza tratando de soltarse de su agarre.— ¡Mami! ¡Mami!— Si lo que quieres es a un rehén tómame a mí, mejor rehén no vas a poder tener, pide un rescate si quieres, sabes que tengo dinero de sobra, ¡Te daré lo que quieras, lo que pidas! — Francesco salió de las sombras y avanzó hacia ella cuidadosamente por
— ¡Salud! ¡Salud! — Se escuchó el coro de voces al unísono acompañado del sonido de las copas al chocar.La familia en pleno se encontraba en el gran salón de fiestas de la mansión Toscana de los Romano, con la presencia de una selecta compañía de amigos íntimos muy poderosos para celebrar el sexagésimo quinto cumpleaños del patriarca de la familia.— ¡Salute e congratulazioni! — Alguien se acercó al cumpleañero para alabarlo — ¡Que la buena fortuna te siga sonriendo amigo Giorgio!Allegra se sintió un poco abrumada, había estado trabajando todo el día con la decoradora y la planeadora de fiestas en cada detalle para que la celebración en honor de su suegro saliera impecable, digna del cumpleaños de un hombre tan importante y poderoso como él.Desde su matrimonio con Francesco Romano, Allegra había hecho todo lo posible por ganarse a la familia, hacía poco tiempo que formaba parte de ella, apenas un año, pero todavía le era difícil congraciarse con algunos de los miembros de la famili
Cuando abrió los ojos seguía tendida en el suelo, la boca le ardía y la cabeza le daba vueltas, era como si la hubieran molido a palos, no sabía que le dolía más, si el corazón o los golpes.Intentó incorporarse pero fue inútil, su tobillo torcido y el golpe en la cabeza habían sido demasiado.— Ya abrió los ojos Don Giorgio — Ella escuchó a alguien decir — ¿Qué quiere que hagamos con ella?Solo se escuchaba el sonido de las respiraciones agitadas de todos esperando a que el viejo decidiera.— Francesco será quien lo haga — Y levantando la mirada hacia su hijo le ordenó: — ¡Anda! Sácala fuera y déjala que pase la noche con los perros, ¡Eso es lo que se merece esta infanticida! Mañana que se la lleve la policía, no la denunciaré esta noche, eso sería demasiado cortés con ella y no lo merece, ¡Que sufra por lo que hizo!— Como usted diga papá — Francesco ni siquiera lo dudó, estaba lleno de rabia, la pensaba culpable de la muerte del no nato.Tomó a su esposa por el brazo y la levantó e
Ambas enfermeras decidieron buscarla. Allegra se vistió con rapidez y en cuanto escuchó las voces de Arianna y Luca salió de su escondite visiblemente alterada. — ¡Chicos, chicos, debo irme ya! — Allegra, pero si todavía el médico no te ve, debemos esperar, no tardará. — No, no me estás escuchando, estoy en las noticias, mejor dicho, estamos en las noticias, los Romano acaban de ofrecer una cuantiosa recompensa por quien les dé información sobre mí, y acabo de escuchar a dos enfermeras decir que me entregaran para cobrar la recompensa. Las palabras salían de la boca de Allegra como un tropel sin freno, totalmente desbocadas en un río desbordado mientras Arianna intentaba comprender. — ¿Dónde escuchaste eso? — Hace unos minutos en el noticiero. — ¿Qué más dijeron? Allegra se avergonzó. — Creen que le fui infiel a Francesco contigo Luca… — ¡Oh! Entiendo, no te preocupes por eso amiga, sé que no es cierto y eso es suficiente, y los demás pueden creer lo que quieran — Dijo Ariann
Arianna se desvió hacia el bosque y pronto estuvo sobre una carretera de grava.— Allegra, ¿Recuerdas aquel paseo de chicas que hicimos en el primer año de universidad?— Sí, lo recuerdo bien.— Bueno, me enamoré de ese lugar y compré la cabaña, quería hacer algo lindo ahí, pero ya sabes, el tiempo no da para mucho, creo que es el lugar perfecto para que te escondas por un tiempo, no es nada lujoso, sé que no está al nivel al que estás acostumbrada y hace mucho que no vengo, debe estar lleno de polvo y alimañas, supongo que tendremos que limpiar un poco y ponerla habitable, pero a nadie se le ocurrirá buscarte ahí.— ¡Eres la mejor amiga que he tenido Arianna! Muchas gracias por tomarte tantas molestias para ayudarme.— ¡Ejem, ejem! ¿Y yo donde quedo?— Tú también Luca, en serio, chicos, no sé qué habría hecho sin ustedes…— No es nada, ahora solo debes armarte de paciencia porque este lugar está alejado de la civilización y no hay teléfono, por ahora te quedarás aquí y fingirás que e
Había pasado un mes sola en la cabaña cuando se dio cuenta, su periodo no había vuelto a aparecer, había estado muy deprimida y con malestares, al principio supuso equivocadamente que era debido a todo el estrés que había estado experimentando, pero no era así.Comenzó a sospechar que había algo más, solo rogaba al cielo que no fuera cierto y que estuviera en un error. Al menos su pie ya estaba mucho mejor, pero su vientre había comenzado a crecer inevitablemente, despejando las dudas y exponiendo su temor más profundo…— Estoy embarazada.El miedo y la depresión hicieron mella en ella, pero debía salir adelante, no podía dejarse rendir, aunque no estaba preparada para decírselo a Arianna, ni tampoco a Luca, esperaría un poco más, se sentía como una pesada carga para ambos.— Allegra, te dejaré suficiente efectivo para que vivas por varios meses — Le había dicho Arianna la última vez que la vio — En este momento la policía y unos investigadores privados pagados por tu marido están tra
Allegra subió de nuevo al todo terreno e hizo acopio de sus fuerzas para dominar el malestar, había escuchado alguna vez sobre el poder de la mente sobre el cuerpo, así que intentó hacer que su cuerpo obedeciera a sus intensos deseos de hacer desaparecer a las arcadas y a todos sus malestares.No podría decir si funcionaba, o si solo su fuerza de voluntad la había ayudado a mantenerse dentro de la carretera de grava hasta llegar de nuevo a la cabaña, pero en cuanto llegó, ni siquiera bajó los paquetes del auto, sino que corrió a dejarse caer en la cama.No había reparado en que sus mejillas estaban húmedas cuando se levantó, simplemente se había vuelto tan cotidiano el hecho de llorar a mares que simplemente se limpió el rostro y salió de la cama, sus pies y sus caderas la estaban matando.Solo tenía seis meses de embarazo, no quería ni imaginar cómo se sentiría dentro de dos meses más cuando las piernas se le inflamaran y no entrara en la ropa.Suspiró.— Siempre escuché que la mater
Los meses pasaron, y Allegra debió acostumbrarse a vivir con muy poco después de haber estado viviendo en un palacete Florentino ahora estaba en una cabaña sencilla con el mínimo de comodidades para vivir, agradecía que al menos la chimenea fuera funcional, si no, el inferno personal habría sido mucho más fuerte. La última vez había venido Luca, y le había dejado una bolsa enorme de suministros y un sobre con efectivo, pero hacía al menos dos meses que no le habían dejado nada, ella sabía que sus amigos no estaban obligados a mantenerla por el resto de su vida, pero en su condición, y en el lugar en donde estaba era muy difícil ganarse la vida ella sola y huir de la policía y de los Romano al mismo tiempo. La cabaña tenía un puesto de vigilancia al principio del camino porque Adriana quería salvaguardar la propiedad según los planes que tenía para el lugar, pero desde que Allegra estaba allí, los trabajos de reparación habían cesado y era el lugar perfecto para el correo entre la rub