¿En que momento crees que Hannah aparecerá? ¿Podrán detener a Keith?
Al llegar a la ciudad los agentes se dirigieron rápidamente a la casa del padre de Jonathan, encontrar ese lugar aun con oficiales y ver el cuerpo ya sin vida de su padre lo destrozó, era un golpe muy duro para él. Esteban había estado ahí ya por un par de horas tratando de ayudar en todo lo posible pensando en lo difícil que sería para su amigo ese momento, pero imaginaba que el hecho de que Amy estuviera a su lado le daría la fuerza necesaria. Esteban le había avisado a Andrew lo sucedido así que él también no tardó en llegar, ese mismo día Charles le había dejado una misión que jamás imaginó debería realizar en tan poco tiempo. —Jonathan yo sé que no es el momento, pero tu padre esta misma mañana fue a mi oficina para dejar listo su testamento, tal vez tuvo un presentimiento de que debía arreglar las cosas lo antes posible —dijo Andrew después de abrazarlo. —Imagino que quería proteger a Hannah y mi hermano, yo sólo hubiese querido poder conversar con él una vez, preguntarle tan
El sobre estaba sellado, esperando tal vez a la única persona que debía leer esa carta pero que Jonathan quiso en ese momento compartir con Amy. Jason y Carlo decidieron salir de la sala para darle el espacio que de seguro necesitaba. Jonathan respiró profundo abrió con cuidado esa hoja porque podría jurar en ese instante que con cada palabra sentiría la presencia de su padre junto a él. Querido hijo, si recibes esta carta significa que de alguna manera no tuvimos el tiempo de hablar, quisiera decirte tantas cosas, pero lo mas importante es que te admiro, jamás tuve el valor de decírtelo, admiro la fuerza con la defendiste tu amor por Amy, tal vez si yo hubiese tenido tu coraje en su momento todo hubiese sido tan distinto. Aunque ya era adulto nunca tuve el valor para enfrentar a mi familia, fui un cobarde lo reconozco, a los 22 años conocí una chica hermosa, la mas bella y dulce de todas, con un corazón que no le cabía en el pecho, me enamoré profundamente de ella y cuando me dijo
Divorcio… bendita o m*****a palabra que jamás viene a la mente ni al corazón cuando decimos “Si… Acepto” Hoy preparo mi ropa la que mejor me queda y que elegí especialmente porque la ocasión lo amerita para llegar con el juez a firmar esos papeles, me preparo con una hora al salón de belleza, uñas y maquillaje casi igual como el día en el que dije “Si… Acepto” sólo que hoy no hay un vestido blanco sino un traje elegante dos piezas color rojo con un buen escote, si hubiese un toro cerca debería salir corriendo en estos tacones de aguja que podrían ser un arma mortal si lo quisiera, llevamos varios meses donde no nos hemos visto, todo ha sido a través de abogados y me propuse el día que él me dejó que la próxima vez que me viera se arrepentiría del mujerón que está dejando ir, eso es lo que me digo cada día si lo siente o no así mi corazón es otra cosa. No sé qué pasó, en qué momento nuestra relación desapareció después de 10 años ambos perdimos tal vez el interés, ese momento en que
Después de esa firma se levantó como una dama es mas como una reina, les dio la mano a los abogados y también a Jonathan, por ahí dicen “lo cortes no quita lo valiente” y con una sonrisa con ese lápiz labial rojo dijo —Mucha suerte, ojala ahora puedas ser feliz y encontrar en alguien mas lo que en algún momento pensamos sería juntos, aunque ambos sabemos que tú ya la encontraste —aunque dentro de ella sintiera que el mundo se caía a pedazos con cada palabra que salía de su boca.Sabía dentro de ella que él no esperaba verla fuerte y controlada, recordaba que en su última conversación se dijeron cosas que los hirieron a los dos pero ahora debía continuar su vida aunque reconocía sentir tristeza de verlo así, percibía también el dolor de su parte como si por un instante no hubiese querido firmar pero ya todo estaba dicho esa firma de “Si… Acepto” ya estaba sobre el papel, era hora de retomar sus proyectos de hecho Amy renovó su certificación como agente de ventas de propiedades y despué
Amy llegó a su oficina y las miradas no se hicieron esperar y mucho menos la de los hombres era obvio que ese traje rojo no pasaba desapercibido y tampoco esa era la idea, de pronto el ser una mujer sola a esa edad era simplemente un imán, para los que estaban muy jóvenes ella era el símbolo de la experiencia, para los que estaban mayores ella era juventud y para aquellos de su edad era simplemente perfecta, Amy no tardaría en hacerse de amigos más que amigas era claro.Esa misma tarde un hombre de unos 40 años un soltero empedernido buscado y deseado por muchas en el área llegaba para visitar unas oficinas que pensaba comprar, de hecho, había conversado con Amy por teléfono dos días antes cuando se comunicó con ella para hacer preguntas sobre algunas de las propiedades ya que un amigo le comentó que ella comenzaría a trabajar en esa oficina.De pronto se abrió la puerta y estaba ahí Keith Roman, alto, varonil, con esa tes bronceada y ojos azules que casi hipnotizaban, brazos fuertes,
Jonathan por su parte llegaba al médico acompañado de quien era su amigo y abogado. —Me puedes decir ¿Qué estás haciendo? ¿Acaso te quieres morir sin antes luchar? —fueron las primeras palabras de Jeff, su médico —Te pedí que te cuidaras, que no hicieras esfuerzos y mucho menos que te sometieras a un estrés innecesario, eso no te va a ayudar. —Lo sé y entiendo lo que me dices, pero hay cosas que necesito aclarar antes de que sea demasiado tarde —respondió Jonathan, aunque cansado en su corazón sabía que esta era su última esperanza y de no lograrlo Querida estar seguro de que Amy estuviera protegida en especial de su familia que nunca aceptó su relación y si el no lograba vencer ese cáncer se irían en contra de ella.—Sabes bien que no estoy de acuerdo con lo que haces yo aparte de ser tu médico también soy uno de tus amigos y dudo que en algún momento Amy esté de acuerdo con todo esto. —Es un riesgo que debo correr prefiero su odio y su desprecio a su lástima eso no lo podría
Amy por su parte pasaría las siguientes horas junto a Keith para que él pudiera conocer en persona los tres lugares que ella había preparado según las indicaciones que le había dado los días en que hablaron por teléfono, y aunque él trataba de usar todos sus métodos de conquista durante esas horas la verdad es que Amy simplemente no los notaba, en sus planes en esos momentos no estaba ser la mujer de nadie sino ser ella misma, libre y sin compromiso y tal vez esa situación producía un magnetismo especial para Keith, la mayoría de las mujeres sin importar la edad casi se le ofrecían y Amy en realidad estaba totalmente ajena a cualquier insinuación por muy obvia que esta pareciera ella sólo se dedicaba a hablar del lugar, el espacio de las oficinas y darle las ideas de como ese lugar podría funcionar, así fue como visitaron los tres edificios y había uno en especial que tenía solo 3 pisos un buen estacionamiento y además y como un almacén desocupado justo a la par donde podría instalar
Amy llenó los papeles de la oferta y después se despidió de las chicas y se fue junto a Keith quien en su mente ya estaba listo en la cama junto a ella. Llegaron a un hermoso y elegante restaurante francés era obvio que cuando Keith quería conquistar una mujer tenía su técnica, aunque no la usaba muy seguido por lo general se dejaba seducir, pero Amy tenía algo especial y no podía quitarle los ojos de encima no sabía bien todavía y no lograba entender que poder ejercía esa mujer sobre él, pero era claro que su indiferencia hacía que sus deseos aumentaran. En el restaurante Amy recordó alguna vez sus clases de francés y pudo ordenar sin ningún problema algo de la comida en el menú y como toda una dama hasta entregó el menú con un “Merci” —¿Hablas francés? —preguntó impresionado Keith. —Hablo un poco, aparte de inglés y el español obviamente —respondió Amy con toda tranquilidad como si fuera algo natural. —Creo que eres más interesante de lo que jamás imaginé… por favor quiero