¿Pensaste alguna vez que Liz haría algo así?
Esa noche Liz caminó libre, se sintió mejor que nunca y después de sentarse en un parque a mirar el atardecer tomó su teléfono nuevamente. —Hola Kim. —Hola Liz ¿Cómo estás? —escuchó la dulce y agradable voz de su amiga y psicóloga al otro lado del teléfono. —Estoy bien, mejor que nunca diría yo, me siento libre o mejor dicho liberada, sólo llamo para despedirme mañana por la noche me voy a la Florida. —Será bueno para ti un cambio, cualquier cosa que necesites sabes que aquí tienes amigos que te aprecian. —Lo sé, ha sido con tu ayuda estos meses que he podido despertar y salir de esa relación tóxica que no me hacía bien y de pasada le di una ayudita a Arthur. —¿Ayuda? —Ya lo sabrás, te envío un fuerte abrazo, mañana pasaré por la oficina de Amy. —Supe por Esteban que no está ahí todavía. —Le dejaré una carta entonces con Cathy mira que fue gracias a ella que te conocí y también quiero agradecerle. Después de esa conversación Liz se sintió cada vez mejor, esta vez ese cabello
Esa mañana Liz se presentó en la oficina Cathy y Tosha casi no la reconocieron a primera vista con su nueva imagen, durante un buen rato hablaron y Liz les contó buena parte de su historia después sacó de su bolso una carta que le pidió le entregaran a Amy cuando la vieran. —Esta carta tal vez responda más de alguna pregunta que Amy pueda tener —les dijo antes de irse. Las tres se abrazaron fuerte y sintieron ese sabor agridulce, por un lado, se daban cuenta de que Liz era una buena chica que simplemente había sido abusada, pero por otro tal vez la distancia y un nuevo comienzo le ayudaría a encontrar la felicidad. Un par de horas más tarde Esteban pasó a la oficina como cada mañana a darle a Tosha su beso del medio día y esta vez también para contarle que sus padres llegarían en una semana de Los Angeles para conocerla y se encontró con la historia de Liz. Pero cuando Tosha se enteró de que sus suegros vendrían comenzó a ponerse nerviosa lo que le causaba mucha gracia a Es
Jonathan y Amy llegaban a la mansión llenos de bolsas y cajas que deberían organizar con todo lo que se pudieron imaginar podrían necesitar desde cunas, juguetes y comida para perros y gatos. Mientras trataban de poner las cosas en su lugar Jonathan no perdía el tiempo y cada vez que podía acorralaba a Amy donde fuera para besarla o darle mas de alguna caricia que les subía la temperatura a los dos. Esa enorme misión para ellos solos se estaba transformando en una tremenda tentación a cada instante y justo cuando estaban dejando de lado las instrucciones para armarle un árbol a los gatitos porque Jonathan comenzó a besar el cuello de Amy mientras abría los botones de su blusa con total confianza. —Amor si haces eso sabes que no me puedo resistir —dijo Amy mientras cerraba los ojos y sentía como las manos de Jonathan la recorrían y ya estaban encontrando el camino bajo ese brasier. —¿Te quieres resistir? —le preguntó Jonathan susurrándole al oído mientras iba cayendo lentamente sobr
Amy y Jonathan subieron a la habitación y guardaron rápidamente algo de ropa, las medicinas que Jonathan debía seguir tomando y los celulares que esta vez ya no pudieron dejar apagados, se subieron rápidamente en un carro que Jonathan tenía guardado en el garaje dejando el carro de Amy en el jardín de la casa. Llegaron en menos de 10 minutos al pequeño departamento que ella había rentado durante ese tiempo y del que aún no había tenido oportunidad de entregar las llaves, decidieron seguir al pie de la letra las indicaciones de Arthur. Entraron los bolsos sin saber cuánto tiempo estarían en ese lugar sabiendo que su hermosa casa en esos momentos era el blanco de Robert. Ambos se sentaron en el sofá que no era tan grande como el de la mansión, pero lo más importante es que estaban juntos. —Tranquila amor, ya veras que muy pronto volveremos a nuestra casa yo no voy a permitir que nadie nos separe y te voy a proteger con mi vida si es necesario —le dijo Jonathan mientras la abrazaba vi
Al llegar a la ciudad los agentes se dirigieron rápidamente a la casa del padre de Jonathan, encontrar ese lugar aun con oficiales y ver el cuerpo ya sin vida de su padre lo destrozó, era un golpe muy duro para él. Esteban había estado ahí ya por un par de horas tratando de ayudar en todo lo posible pensando en lo difícil que sería para su amigo ese momento, pero imaginaba que el hecho de que Amy estuviera a su lado le daría la fuerza necesaria. Esteban le había avisado a Andrew lo sucedido así que él también no tardó en llegar, ese mismo día Charles le había dejado una misión que jamás imaginó debería realizar en tan poco tiempo. —Jonathan yo sé que no es el momento, pero tu padre esta misma mañana fue a mi oficina para dejar listo su testamento, tal vez tuvo un presentimiento de que debía arreglar las cosas lo antes posible —dijo Andrew después de abrazarlo. —Imagino que quería proteger a Hannah y mi hermano, yo sólo hubiese querido poder conversar con él una vez, preguntarle tan
El sobre estaba sellado, esperando tal vez a la única persona que debía leer esa carta pero que Jonathan quiso en ese momento compartir con Amy. Jason y Carlo decidieron salir de la sala para darle el espacio que de seguro necesitaba. Jonathan respiró profundo abrió con cuidado esa hoja porque podría jurar en ese instante que con cada palabra sentiría la presencia de su padre junto a él. Querido hijo, si recibes esta carta significa que de alguna manera no tuvimos el tiempo de hablar, quisiera decirte tantas cosas, pero lo mas importante es que te admiro, jamás tuve el valor de decírtelo, admiro la fuerza con la defendiste tu amor por Amy, tal vez si yo hubiese tenido tu coraje en su momento todo hubiese sido tan distinto. Aunque ya era adulto nunca tuve el valor para enfrentar a mi familia, fui un cobarde lo reconozco, a los 22 años conocí una chica hermosa, la mas bella y dulce de todas, con un corazón que no le cabía en el pecho, me enamoré profundamente de ella y cuando me dijo
Divorcio… bendita o m*****a palabra que jamás viene a la mente ni al corazón cuando decimos “Si… Acepto” Hoy preparo mi ropa la que mejor me queda y que elegí especialmente porque la ocasión lo amerita para llegar con el juez a firmar esos papeles, me preparo con una hora al salón de belleza, uñas y maquillaje casi igual como el día en el que dije “Si… Acepto” sólo que hoy no hay un vestido blanco sino un traje elegante dos piezas color rojo con un buen escote, si hubiese un toro cerca debería salir corriendo en estos tacones de aguja que podrían ser un arma mortal si lo quisiera, llevamos varios meses donde no nos hemos visto, todo ha sido a través de abogados y me propuse el día que él me dejó que la próxima vez que me viera se arrepentiría del mujerón que está dejando ir, eso es lo que me digo cada día si lo siente o no así mi corazón es otra cosa. No sé qué pasó, en qué momento nuestra relación desapareció después de 10 años ambos perdimos tal vez el interés, ese momento en que
Después de esa firma se levantó como una dama es mas como una reina, les dio la mano a los abogados y también a Jonathan, por ahí dicen “lo cortes no quita lo valiente” y con una sonrisa con ese lápiz labial rojo dijo —Mucha suerte, ojala ahora puedas ser feliz y encontrar en alguien mas lo que en algún momento pensamos sería juntos, aunque ambos sabemos que tú ya la encontraste —aunque dentro de ella sintiera que el mundo se caía a pedazos con cada palabra que salía de su boca.Sabía dentro de ella que él no esperaba verla fuerte y controlada, recordaba que en su última conversación se dijeron cosas que los hirieron a los dos pero ahora debía continuar su vida aunque reconocía sentir tristeza de verlo así, percibía también el dolor de su parte como si por un instante no hubiese querido firmar pero ya todo estaba dicho esa firma de “Si… Acepto” ya estaba sobre el papel, era hora de retomar sus proyectos de hecho Amy renovó su certificación como agente de ventas de propiedades y despué