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<PrólogoEl principio del fin-Catarina Russo-La vida tiene demasiadas contradicciones. Es curioso, cómo puede ser generosa con algunos, y despiadada con otros. En cuanto a mí, no sabría defirlo a ciencia cierta.Mi madre era una adicta, capaz de vender hasta su cuerpo por una ínfima cantidad de cocaína. A los diecisiente años, se introdujo en el mundo de la prostitución. Ese, fue solo el principio de su historia. Sus relaciones eran amplias: abarcaban desde los hombres más poderosos del país, hasta la lacra más baja de la sociedad.Yo fui fruto de alguna relación clandestina. Nunca supe quién era mi padre; de igual forma no estoy segura de que ella lo supiera a ciencia cierta. Tampoco, sé si alguna vez guardó un sentimiento positivo en su interior. Supongo, que entregarme a mi abuela al ver que no podía cuidarme; fue su mayor muestra de amor.Tuve una madre: mi abuela. El ser más noble y puro
Capítulo uno: Nueva casa, nuevo comienzo18 de febrero de 2010Estoy asustada. No quiero que me toque. Pero si no le dejo, me hará daño. Ya asesinó a mi abuela ¿qué más me podría hacer? Puedo sentir mis piernas temblar.Él me llama—: Ven acércate —me muevo con torpeza—. Para tener solo catorce años, eres muy hermosa. Seguro me pagarán una fortuna por ti. Tienes que dejar a mi amigo bien satisfecho.— Ni hablar —protesto, aunque el terror no abandona mi cuerpo—, no voy a dejar que tú, o alguno de tus amigotes me toquéis.Con sus manos, presiona mi garganta firmemente. Puedo sentir el aire escaparse de mis pulmones de forma abrupta.— Vas a hacer lo que yo ordene, o sufrirás el mismo destino de tu abuelita —amenaza y no dudo de la veracidad de sus palabras—. ¿Quieres? Tu madre dejó una deuda, y pagarás por ella. ¿Ha quedado claro? —No resp
Capítulo dosDecisiones difíciles3 de junio de 2012— Bianca, ¿estás segura de esto? —Inquiero dubitativa.— Pues no, pero no dejaré de insistir —responde firmemente.— ¿De verdad crees que acosando a Camillo, lograrás atraerle? —Insisto.La chica ha caído bajo el hechizo de Camillo Belucci, el mejor amigo y compañero de Luciano D’Cavalcante. Según me ha contado, lleva años enamorada del sujeto —desde el inicio de la adolescencia—. La joven Varone lleva años insistiéndole a Camillo, y espantando cada mujer que se le acerca.— Ya le atraigo. De eso estoy segura. Sé que solo me evita porque me toma por una cría.— Somos cría
Capítulo tresDe vuelta en casa6 de enero de 2018Observo el atardecer de Roma bañado por un cielo púrpura; mientras el avión aterriza. Extrañaba mi ciudad, sus colores, su peculiar aroma; pero, sobre todo, sus habitantes. Pisar suelo italiano nuevamente me hace regresar a seis años atrás; como si no hubiera pasado el tiempo.Aún recuerdo el día en que me marché:《— ¿Es por él cierto? —pregunta mi mejor amiga, entre lágrimas.— Se casa, Bianca —explico—. No puedo quedarme. Lo entiendes, ¿verdad? —Asiente—. Anímate, en dos años irás conmigo. Te esperaré, ¿vale?— ¿No vendrás en verano? —Pregunta suplicante.<< No está en mis planes >>— No lo creo —respondo—. Estudiaré dos carreras a la vez. No tendré tiempo para vacac
Capítulo cuatroMenuda bienvenida— Estás muy guapa —comenta llegando a la estación.— Lo sé —respondo con suficiencia.— Demasiado, para mi gusto —hace una mueca de desagrado—. Has cambiado.— Solo me he teñido el cabello.Al entrar en la comisaría, puedo ver como todas las miradas se detienen en mí. Soy consciente de mi atractivo; me ha sido de utilidad en muchas ocasiones. Procedo a quitarme el abrigo para tendérselo a Enzo, quién abre los ojos como si fueran a salir de sus órbitas. Sé perfectamente la razón: un exuberante vestido Dolce&Gabbana color crema salta a la vista, el cual —aunque es largo hasta las rodillas y luce profesional— resalta cada una de mis curvas, dando un aspecto muy seductor. Los hombres presentes en la sala tienen la misma mirada de mi hermano —con la diferencia de que me observan como si yo fuese un platillo a devo
Capítulo cincoNunca, digas nunca8 de enero de 2018— Solo dime —señala el lugar, expectante—, ¿qué te parece?— Los laboratorios no son lo mío —declaro ladeando la cabeza—; pero este es innegablemente asombroso. Tus fórmulas son increíbles. Ciertamente, eres un genio, papá.— Todos los Varone somos listos —adopta una pose arrogante, característica de la familia—. Llevamos años siendo el cerebro de Roma. Y sin dudas, tú eres la más lista de nosotros.Una de ellos. Cada vez que escucho frases como esa, una emoción indescriptible se instala muy dentro de mí. El pecho se me contrae: es algo a lo que no he podido encontrarle explicación científica.>> No lo dudes por un segundo —contin&uacu
Capítulo seisTodo ha cambiado16 de enero de 2018— ¿Qué te parece? —Pregunta mi tío.Dejo el diario sobre la mesa y doy un sorbo a mi café. Necesito unos minutos para meditar mi respuesta.— ¿Realmente quieres saber mi opinión? —Indago.Él asiente, el resto solo espera por mi respuesta expectante. La familia se encuentra en el salón principal desayunando, como cada mañana. A pesar de vivir en pisos diferentes del edificio, siempre nos reunimos para las comidas. Es algo así como una tradición. Luciano nos acompaña en ocasiones.>> Si deseas que Biagio Ferrara se convierta en el próximo alcalde de Roma, tendrás que buscarle un mejor agente de prensa —digo finalmente—. Este discurso es pésimo.— Al parecer —salta mi madrastra. Siempre busca la manera de fastidiarme—, has olvidado quiénes somos, Rinie. Biagio ganará de una forma u otra.<< Bruja >>, grita
Capítulo sieteUn mal presentimiento1 de febrero de 2018— ¿Lo has visto? —Pregunta mi mejor amiga al teléfono.Suspiro.— Sí —contesto—, nos hemos encontrado. Ya no viene al edificio con tanta frecuencia como antes.— ¿Y…? —La ansiedad domina sus palabras.— Todo permanece igual. Como si el tiempo no hubiera pasado —admito—. Su sola presencia continúa perturbándome.— ¿No notaste nada diferente? —insiste.— ¿Sabes? Creo que has escogido la carrera equivocada —comento—. Deberías haber sido periodista, en vez de abogada. La respuesta es sí: ahora lleva un anillo de compromiso en su dedo anular. Es un hombre casado, Bianca.— No la ama —acl