Finalmente, llegaron a la entrada de la instalación. Era un edificio pequeño, cubierto de vegetación y con señales evidentes de abandono. El capitán forzó la puerta, permitiendo que todos entraran antes de cerrarla de golpe.Dentro, el aire era denso y pesado, cargado con el olor de materiales químicos en descomposición. Albert encendió una linterna, iluminando las paredes cubiertas de grafitis y documentos desgastados.—Este lugar… ¿Es una de las entradas a los túneles?—cuestionó dudoso. Según lo que recordaba, tanto el cómo varios soldados del escuadrón, había ciertas entradas similares a las entradas de un subterráneo, escondida en la vegetación, que permitían acceso más rápido para los soldados de la alianza en la segunda gran guerra. —Capitán—escuchó decir por parte del teniente—si los túneles aún siguen... podemos atajar camino y llegar a la zona más cercana al objetivo. El capitán de su escuadrón asintió, observando el mapa de los alrededores. En efecto, si era cierto aquell
Mientras Aiden se encontraba con Alicia, Glorym pasaba un rato jugando con su pequeña hija. Era increíble cómo, después de tanto tiempo y de todo lo que tuvo que pasar, aquella mujer pudiera dar a luz a una niña "bendita" como lo era Serah. —¿Baba?—preguntó jugando con un conejo hecho con medias. —Tu mami está descansando—dijo acariciando su regordeta y rojiza mejilla—tranquila, ella vendrá pronto. Serah, curiosa al ver a una persona distinta a su madre, sonrió con ingenuidad y alzando sus brazos, mientras era cargada en la cama de la oficina de Alicia, logró bajarle la capucha a Glorym. De inmediato quedó absorta ante lo bella que era. Parecía ser un hada, cómo esas que su madre le dibujaba. Su cabello rubio cenizo, enmarcaba muy bien su piel blanca y sus ojos de distintos colores: rosado en el izquierdo, y azul verdoso en el derecho. Al observarla por varios segundos, Serah aplaudió mientras sonreía. —¿La pequeña Serah es muy curiosa, eh?—preguntó acariciando su cabeza—¡Qué niñ
Alicia no pudo acercarse más a Aiden, con el bisturí, antes de que este se despertara de golpe y con un movimiento rápido tomara con fuerza su muñeca. Con una fuerza superior a la de ella, no solo logró desarmarla, sino que llevó su brazo hacia su espalda. Cargándola de una forma ágil, la llevó nuevamente a la cama y con su cuerpo mucho más grande y pesado que el de ella, hizo que se quedara presa debajo de él. Era tan pesado que Alicia tuvo que dejar de forcejear, así el aire no le faltara tanto. —Sí, vas a atacar a alguien, más fuerte que tú, asegúrate que sea por la espalda—respondió a centímetros de su rostro. Alicia, segura de no poder contra él, intentó relajarse un poco para no provocarlo. No obstante, por un momento, vio oscurecer aquellos ojos tan hermosos y al instante ver cómo Aiden subía sus dos manos encima de su cabeza, agarrando con la mano derecha de este las muñecas. —¡Suéltame!—dijo al borde del llanto—¡¿Qué han hecho con mi hija?! —¡Ah!—suspiró cansado—no s
El corazón de Alicia aumentaba sus latidos, a la expectativa de lo que diría a continuación Aiden. El hombre guapo duró varios minutos en silencio, mientras se limpiaba con un pañuelo humedecido, su cuello ensangrentado. —Un infierno equivalente a dos planetas tierras juntas, fue lo que creo aquel demonio—respondió mientras continuaba limpiándose—conformado por miles de laberintos casi infinitos, a cambio de su ayuda, el demonio obligó al clan Valentine a rendirle tributo: llevando a personas inocentes a perecer en dicho infierno.Tocando con la yema de sus dedos, la superficie reflejante del espejo cercano, hizo que, de inmediato, Alicia observara una visión que le provocó un miedo mayor, mucho mayor que el que sufrió cuando fue en búsqueda de su padre. La sustancia negra, el patógeno que habían tomado pensando que era una rara agua de un océano de otro "mundo" no era más que la sangre podrida de los millones de víctimas que perecieron en aquel extraño lugar, víctimas de aquellos
Faltaba poco para que la unidad encargada de recogerlos llegara a la superficie, donde se ubicaba una de las salidas exteriores del búnker de Alicia, y Aiden aún seguía encerrado con ella, mientras debía encargarse de lidiar con la desesperante de Sasha. —Tuvieron un ataque por parte de unos infectados de nivel alto—se excusó Glorym—por eso no pudimos atacarlos... —¡NO ME IMPORTA QUÉ PASÓ!—gritó desesperada Sasha—¡Se supone que tenemos una alianza de cooperación mutua! —Y seguirá así—mintió—pero no podemos poner en peligro la vida de nuestros miembros, de lo contrario... ¿Quién estaría dispuesto a hacer sus caprichos? Sin darle tiempo a que la mujer histérica respondiera, Glorym colgó la llamada. Ya suficiente tenía con los problemas del exterior, deseaba con todo su corazón sacarse de encima a aquella mujer. Pero, si de verdad querían llevar a cabo sus planes y mantener a salvo a Serah, Sasha seguía siendo una pieza de vital importancia. Después de media hora de aquella llama
La noche era tan oscura, que en casi un mes no había salido ni el sol ni la luna. Solo había estado nublado y en algunos momentos lluviosos. El frío resultante, después de una pavorosa tormenta, acompañaba el olor de humedad que había en la lúgubre y solitaria sala de reuniones, en un batallón militar."No hay esperanza""¡Dios nos ha enviado la plaga!""¡El día del llamado prometido ha llegado!""¡Hermanos, acudan al encuentro con el señor!""¡Dios nos ha castigado, pero perdonado por nuestros pecados!"Eran las frases que se escuchaban una y otra vez por medio de la radio, en aquella solitaria y tenue sala de reuniones. Un hombre fornido, alto y musculoso, con una barba de días en su rostro y ojeras marcadas profundamente por el cansancio, seguía analizando los mensajes que se repetían en bucle.Desde que el mundo se había ido a la basura, muy pocas ciudades, como en la que él estaba, habían logrado mantenerse en pie. Sin embargo, todo era gracias a que el ejército había tomado el c
Pero su padrastro, quien era el padre biológico de su medio hermano, había sufrido mucho por la separación con su primera esposa. Su alegría volvió por completo al tener de nuevo a su hija perdida, tampoco podía hacerle tal atrocidad a él.17 AÑOS ANTES...Sin poder contener las lágrimas, mientras el cielo nocturno era azotado por una cruel tormenta que ocultaba a medias algunos sonidos de explosiones y sirenas de policía, una mujer se encontraba tirada en el fino piso de su apartamento.Jamás pensó que, aquel hombre que tanto había amado, un prominente científico militar, y que su padre le había ayudado a acordar un matrimonio con este, la odiara tanto que inclusive pudiera darle una cachetada estando embarazada de su hijo.“¡Atención! ¡Noticia de última hora! Se ha presentado una serie de explosiones en varias clínicas de la ciudad, así como desmanes ocasionados por un grupo de varias personas en varias vías principales. Se recomienda, mientras la tormenta siga, no salir de los luga
El pobre hombre solo vio sus ojos negros y su mandíbula sangrante, antes de sucumbir ante la enorme fuerza sobrehumana con la que este se había lanzado en su contra.—¡Ah!—gritó sintiendo un dolor punzante en su vientre.Alicia gritó, el caos había llegado hasta ella, el acompañante del conductor había salido de manera errática y se había lanzado esta vez contra el capó de su auto, rompiendo una parte del parabrisas con su frente. Viendo como su atacante, con una herida que debía haberlo dejado inconsciente, gruñía en frente de ella, arrancó enseguida su automóvil.Llevándose consigo al copiloto del otro carro, Alicia aceleró, siguiendo su camino por una ruta alternativa que había tomado sin querer a causa del susto. Temblando al recordar lo que había visto, como el piloto había atacado al policía y como arrancaba trozos de carne de su cuello, con sus propios dientes, cerró con sus dedos temblorosos la ventanilla que aún permanecía abierta.Alicia seguía conduciendo a toda velocidad,