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AMANECER AMÁNDOTE
AMANECER AMÁNDOTE
Por: J.C.Castro
UN VIEJO FANTASMA

-No te  daré  permiso  Tasha, lo  siento.

-¡Mami, por favor! - dijo  con  ojos  vidriosos, al borde de  que  sus lágrimas de  frustración  rodaran por sus tiernas mejillas.

-Sarah, es  solo  ésta  noche, los Adams son excelentes  personas, son muy  responsables.

-Carol, ¡ por Dios! Natasha solo tiene siete años, ¿Cómo  pretendes que  la  deje  dormir  fuera  de  casa?

-La niña nunca sale, a menos que sea  contigo o con  Roy - argumentó

-También lo  hace  contigo - se  defendió, comenzando  a  sentirse un poco culpable.

-Lucía  y  ella  se quieren mucho, solo  será  ésta  noche.

-Tía  Carol  tiene  razón  mami - la  miró esperanzada-  mañana  estaré aquí, lo prometo.

-Pero  tu  padre  y  yo nunca hemos  cenado  sin ti - nunca se  había  desprendido de  su  hija, no  soportaba la idea de tenerla  lejos - además la  nana te  extrañará  mucho.

-Esas  excusas  son  ridículas  Sarah, yo  la  llevaré, los  Adams  la llevarán  al  colegio  junto  con  Lucía, y  mañana  podrás  recogerla  a  la  salida.

-Está  bien - suspiró resignada- pero llamaré  a  Rachel, debo  asegurarme  que  esta  de  acuerdo.

-Gracias  mami - chilló  Natasha  feliz  mientras  la  abrazaba- te  amo.

-Y yo  a  ti, ahora  ve  a  tu  habitación  y  pídele  a  la  nana  que  te  ayude  con  la  maleta.

-Si  mami- dijo  la  niña  con  una  de  las  sonrisas  más  grandes  que  su  madre  le  haya  visto. ¡ debe  sentirse  realmente  sola  aquí!  pensó  entristecida, la  niña  se  fue  a  la  carrera  y  se  perdió  camino  a  su  habitación.

-Gracias Sarah - dijo  Carol  sonriendo.

-Estoy  aterrada  con la  idea, no puedo  estar  lejos  de  ella.

-No  exageres, estará  bien.- aseguró  para  calmarle.

-Eso  espero, llamaré  a  Rachel. - tomó  su  móvil,  marcó  el  numero  y  espero  a  obtener  una  respuesta.

-¿Sarah?

-Hola Rachel, espero  estés  muy  bien.

-Oh  si,  muchas  gracias. ¿tú como estás?

-Muy  bien, llamó  porque  Lucía  invitó  a  Tasha  a  dormir, quería  saber  si  estabas  al  tanto,  no  quiero  que  Natasha  sea  una  molestia.

-Por  supuesto  que  no  lo  es, Sarah, Tasha  es  maravillosa  y  Lucía  amará  poder  dormir  en  compañía  de  su  amiga.   

-Me  preoc. . .  - comenzó  Sarah  pero  Rachel  no  la  dejó  culminar

-No  lo hagas  querida, te  prometo  que  las  meteré  temprano  a  la  cama y  mañana  las  llevaré  al  colegio.

-Muchas  gracias,  Rachel.

-Despreocupate. ¿Mando  al  chofer  por  la  niña?

-No, Carol  la  llevará.

-De  acuerdo,  querida.

-De  nuevo  mil  gracias, feliz  tarde  Rachel- y  así  colgó la llamada, se  giró  para  conseguirse  con  la  burlona  mirada  de  Carol,  se  sonrojó  violentamente.

-Ningún  cuidado  es  mucho  para  mi  pequeña

-Estoy  de  acuerdo cariño, ¿ me  invitas  un  té  antes de marcharme?

-Por  supuesto.  

Se  encontraban  en  la  mesa,  cada  una  con  su  taza  en  la  mano,  riendo  alegremente de  algunas  historias  que  recordaba, cuando  Carol la  miró  fijamente  y  preguntó:

-Sarah. . . ¿eres  feliz  con  Roy?

-Por  supuesto - sonrió  tímidamente- él  es  maravilloso.

-¿Nunca  te  preguntas  cómo  hubiese  sido  tu  vida  junto  a  Thomas? -  Sarah  casi  se  ahoga  con  la  bebida, abrió  sus  ojos y  la  miró  temblando  internamente. . .  ¿Thomas?  pensó, Thomas era  un  viejo  fantasma, él  era  su  pasado, un  pasado  que  no  quería  revivir. El  simple  hecho  de  pensar  en  él  la  descontrolaba, la  hacía  querer  volver  a  las  lágrimas   y  los  sollozos.

-Carol. . . No  quiero  tocar  ese  tema, es  un  caso  cerrado  para  mi.

-Soy  tu  amiga, casi  tu  hermana  Sarah, sé  que  ese  tema  te  duele  y  te  lastima, no tengo  intensiones de  molestarte. . .  solo  quisiera  que  me  hables  con  la  verdad.

-No  tocaré  ese  tema, Thomas  es  un  fantasma, y  da  el  caso  Carol  que  yo  no  creo  y  mucho  menos  hablo  de  fantasmas, por  el  bien  de  las  dos, déjalo. . .  

-Sarah. . .

-Ya  le  olvidé- aseguró  intentando  convencerse  así  misma.

-No  eres  honesta,  cariño.

-¡Me  estás  atormentando!, no  quiero  tocar  esa  herida  que  sigue  abierta  pero  que  poco  a  poco  a  dejado  de  doler,  por  favor  Carol. . .  no  lo  he  olvidado, pero  entiende,  he  conseguido  a  Roy, él  es mi  esposo,  un  buen  hombre, un  padre  ejemplar, me  ama  Carol y yo. . .  bueno, yo lo  quiero  mucho

-¿De  que  hablan? - preguntó  la  niña  que  volvía con  una  gran  sonrisa.

-De. . . de. . . - tartamudeó  sin  saber  que  decir.

-De  viejos  amigos,  nena- intervino  Carol y  ella  la miró  llena  de  agradecimiento.- ¿ Estás  lista?

-Si  tía  Carol, ¿ nos  vamos?

-No  me  halaga  que  quieras  salir  huyendo  de  casa. - expresó  Sarah  con  el  ceño  fruncido.

-No  lo  hago - se  defendió  Natasha  riendo. mientras  se  encaminaban hacia  la  salida, después  de  subir  la  pequeña  maleta  de  la  niña, Sarah  la  abrazó  fuertemente.

-Pórtate  bien, no  des  trabajo - le  pidió  sonriendo.

-No  lo  haré  mami- contestó  besándola.

-Cena  a  la  hora.

-Si  mami.

-Lávate  los  dientes después  de  la  merienda  y  antes  de  ir  a  la  cama. no  te  acuestes  tarde. . .

-No  comas  postre - se  mofó  la  niña  y  continuó  por  ella- usa  el  pijama, cepíllate  el  cabello,  ya  lo  sé  mami, te  prometo  que  haré  toda  mi  rutina al  pie  de  la  letra- le  aseguró  dándole  un  beso  y  un  fuerte  abrazo.

-Te  voy  a  extrañar, mi  niña - la  besó  de  nuevo

-Yo  también.

Las  vio  alejarse mientras  le  rogaba  a  Dios  para  que  su  hija  estuviera  bien. sin poder  evitarlo  volvió  a  pensar  en  Thomas, en  todo  el  amor  que  habían  compartido, había  sido  realmente  feliz  a  su  lado , se  había  sentido  la  más  dichosa  de  todas, un gemido  escapó  de  sus  labios. ¿ a quién  quería mentir?, siempre  amaría  a  Thomas, a  pesar  del  dolor  que  le  causó,  a  pesar  de  su  abandono, a pesar  de  haberla  hecho  sentir  como  la  mujer  más  miserable  cuando  se  marchó. Amar  no  era  fácil,  se  le  concede  demasiado  poder  a la  persona  que  amas  y  eso  no  es  bueno, porque  sin  poder  evitarlo  terminas  lastimada. Amar  duele. Duele mucho.

No  podía  entender  ¿cómo  después  de tantos  años  aún  le  amaba?

-¡ Aléjate  de  mí  Thomas, aléjate porque  soy  feliz  sin  ti!

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